Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Arriba una rival

Era un nuevo día y las chicas continuaban su camino a ciudad Nanisore. Mientras avanzaban, Yukiho veía con ojos ilusionados la Pokébola en su mano: todavía no se convencía del todo de que dentro estaba su primer Pokémon, lo que la convertía oficialmente en una entrenadora.

- Mi Vulpix..., tú y yo seremos un gran equipo –dijo en voz baja.

- No cabe duda de que así será, Yukiho-chan.

- ¡¿Eh?!

La castaña no esperaba que Alisa la escuchara. Visiblemente sonrojada, desvió la mirada y guardó su Pokébola.

- ¿Acaso dije algo malo? –preguntó la rubia algo confundida.

- ¡No, no, claro que no! Es solo... No es nada.

- Eres una chica con mucho potencial y que sabe lo que hace. Estoy segura de que cuidarás muy bien a Vulpix.

- Gracias, Alisa –dijo Yukiho, todavía algo avergonzada.

Con respecto a Honoka, ella caminaba algo alejada de sus compañeras, con Teddiursa en sus brazos.

- Ciudad Nanisore... Me pregunto cómo será su líder y qué Pokémon tendrá.

- Teddiursa.

- Ahí es donde nos espera nuestra tercera medalla. ¡Estoy segura de que ganaremos!

- ¡Sa! ¡Teddiursa!

Mientras entrenadora y Pokémon conversaban, se escuchó una explosión en las cercanías.

- ¡¿Y eso?! –exclamó Yukiho.

- No lo sé, pero quiero revisar –respondió su hermana echándose a correr.

- ¡Onee-chan, espera!

Demasiado tarde: Honoka ya estaba lejos de Yukiho y no la escuchó.

- ... Típico de ella.

- Yukiho-chan, mejor sigámosla.

- Tienes razón. Si la dejamos sola, lo más probable es que se pierda.

Las dos menores fueron tras la pelijengibre.

Volviendo con Honoka, sus pasos la llevaron a un sitio algo aislado donde una chica y un pequeño Pokémon con apariencia de dinosaurio se encontraban tirados en el suelo. Ambos se quejaban de dolor.

- ¡Ay, no me esperaba eso, Tyrunt!

- ¡... runt!

- Disculpa, ¿te encuentras bien?

- ... Eso creo.

Honoka se acercó a la chica en el piso y le ofreció una mano para levantarse.

- Gracias.

- No hay de qué.

En ese momento, llegaron Yukiho y Alisa.

- Onee-chan, no deberías dejarnos atrás, y menos salir corriendo sin saber a dónde.

- Lo siento, Yukiho, pero quería saber el porqué de esa explosión.

- Menos mal no te pasó nada, Honoka-san.

- A mí no, pero sí a esta chica y a su Pokémon. Vamos a ayudarlos.

- Como digas. Se notan bastante maltrechos.

Yukiho sacó una poción de su mochila y la aplicó al Pokémon de la extraña.

- ¡Tyrunt!

- Sé que duele, pero esto te hará sentir mejor.

- Creo que con eso bastará.

- Muchas gracias por ayudarme. En serio.

- Un buen entrenador debe ayudar a la gente y a los Pokémon en problemas, je, je.

- Tú eres una experta en meterte en problemas, onee-chan.

- ¡Yukiho, eso fue cruel!

- Teddiursa, Teddiursa.

La chica desconocida se rio.

- Ustedes son muy graciosas.

- No sé qué debería pensar sobre eso –dijo Yukiho con suspicacia. Honoka, por otro lado, se rio también.

- Por cierto, mi nombre es Honoka, y este es mi compañero Teddiursa.

- ¡Teddiursa!

- Yo soy Alisa, mucho gusto.

- Yo me llamo Yukiho y soy la hermana menor de esta loca de aquí.

- ¡Yukiho!

Se produjeron nuevas risas.

- Mi nombre es Emi, y este es mi Pokémon, Tyrunt.

- ¡Tyrunt!

- Conque Tyrunt...

Honoka sacó su Pokédex:

«Tyrunt, el Pokémon Heredero Real, tipos roca y dragón. Se pone violento cuando algo no es de su agrado. Puede destruir un auto a mordiscos con sus potentes mandíbulas».

- Hace un tiempo conseguí un Fósil Mandíbula e hice que lo restauraran en un laboratorio. Así fue como obtuve a Tyrunt.

- Ya se me hacía raro que tuvieses un Pokémon que se supone está extinto. Ahora entiendo el por qué –señaló Yukiho.

- Se nota que lo has cuidado bien –comentó Alisa–. Se ve robusto y con sus dientes en buen estado.

- Gracias, es algo de lo que los entrenadores tenemos que preocuparnos, ¿no? Je, je.

Honoka, por su parte, hizo su propia observación:

- Parece un Pokémon fuerte.

- Lo es, lo es... Creo que por eso se nos pasó la mano con el movimiento que estamos tratando de aprender, ja, ja, ja.

- ¡Tyrunt!

- ¿De qué movimiento se trataba, Emi-san? –preguntó Alisa.

- Pulso dragón. Quiero que Tyrunt lo aprenda antes de nuestra batalla de gimnasio.

- Entonces intuyo que quieres participar en la Liga Pokémon –dijo Yukiho.

- ¡Exacto! Tyrunt y yo queremos ser los campeones y después enfrentar a la Élite Cuatro de Otonokizaka.

- ¡Tyrunt! –exclamó este con algo de arrogancia.

- Pero primero lo primero: desafiaremos al gimnasio Nyanya para conseguir nuestra primera medalla.

Emi lucía muy determinada y podía verse claramente el fuego en sus ojos.

- Ursa, Ursa. –Teddiursa hizo un gesto con su mano como quitándoles mérito a ambos.

- Teddiursa, no seas tan grosero.

- ¿Eso por qué fue? –preguntó Emi.

- Lo que pasa es que nosotros ya conseguimos esa medalla.

- ¡¿En serio?!

- Sí, mira.

Honoka le mostró a Emi las dos medallas que había obtenido hasta ese momento.

- ¡Increíble! Debes ser muy buena.

- Eh, bueno..., quiero creer eso, je, je.

- La verdad es que onee-chan ha tenido mucha suerte –comentó Yukiho–. En más de una ocasión sus oponentes han tenido algún percance que ella ha aprovechado.

- ¡Oye, lo de los cambios rápidos en el combate pasado fue idea tuya!

- ¿Y antes de eso?

- Pues...

A lo único que atinó Honoka fue a reír.

- ¡Eres genial, Honoka-chan! ¡Quisiera lograr algo así!

- ¿Acaso no escuchaste lo que dije, Emi-san? –protestó Yukiho.

- Yukiho-chan, no le quites la motivación a Honoka-san. Mírala, se ve muy feliz de tener a alguien que la aprecie –señaló Alisa.

La castaña observó el rostro de su hermana y se dio cuenta del brillo que desprendía por ser halagada.

- Su reacción se parece un poco a cuando conoció a Tsubasa-san.

- Oye, Emi-chan, tú y yo deberíamos ser amigas.

- ... ¿Eso crees?

- ¡Claro! Ambas compartimos metas en común, ambas queremos llegar a la Liga Pokémon y ambas tenemos compañeros fuertes. ¿Tú qué opinas, Teddi...?

- ¡Teddiursa!

- ¡Tyrunt!

A diferencia de sus entrenadoras, Teddiursa y Tyrunt no estaban congeniando para nada. Se empujaban mostrándose los dientes, y además emitían gruñidos de tanto en tanto.

- ¡Teddiursa, no te pongas a pelear!

- ¡Tyrunt, contrólate!

Como ninguno de los Pokémon hizo caso, las entrenadoras tuvieron que apartarlos a la fuerza. De más está decir que ni en los brazos de las chicas se controlaron.

- Lo siento, Honoka-chan. Tyrunt suele ser muy temperamental.

- También Teddiursa.

Ambos Pokémon se agitaban y se lanzaban miradas asesinas, pero ese malhumor no contagió ni a Honoka ni a Emi.

- Espero que esto no impida que podamos ser amigas, Emi-chan.

- Espero lo mismo.

- ¿Sabes, Alisa? Creo que Emi-san es una copia de onee-chan –le dijo Yukiho a la rubia algo alejada de las mayores.

- ¿En serio piensas eso, Yukiho-chan?

- Nada más mira lo que tienen en común: chicas inquietas e impresionables, aspirantes a ganar la liga, con Pokémon escandalosos. Son idénticas.

- Ahora que lo pones de esa manera, tienes razón.

- La única diferencia es que onee-chan tiene un poco más de experiencia.

Volviendo con Honoka y Emi, el Tyrunt de la segunda seguía intentando fastidiar al Teddiursa de la primera. Como era obvio que no se calmarían, Emi decidió tomar al Tauros por las astas.

- Honoka-chan, ¿puedo pedirte un favor?

- Sí, claro. ¿De qué se trata?

- Está claro que nuestros dos Pokémon no se llevan bien, y al mismo tiempo necesito practicar para mi batalla de gimnasio. Entonces, ¿qué te parece si tenemos una batalla?

- ¡Tyrunt! –exclamó el Pokémon tipo dragón con ansia.

- ¡Teddiursa! –El osezno prácticamente había respondido por la pelijengribre.

Aunque Honoka hubiese preferido que las circunstancias fueran distintas, lanzó un profundo resoplido y dijo sin vacilar:

- Emi-chan, acepto el desafío. Yo también tengo que prepararme para mi propia batalla de gimnasio.

- Excelente.

Las chicas se pusieron en posición, con ambos Pokémon colocándose frente a ellas y mirándose con un evidente enojo.

- ¡Teddiursa!

- ¡Tyrunt!

- Yukiho, ¿puedes ser la réferi?

- De acuerdo, onee-chan.

La castaña se ubicó en su lugar y comenzó a decir las reglas de la batalla:

- Atención, entrenadoras, este será un combate uno contra uno sin límite de tiempo, y solo terminará cuando el Pokémon de una de las dos no sea capaz de continuar.

Las chicas se miraron mutuamente.

- Honoka-chan, no te contengas solo porque soy novata.

- No lo haría aunque me lo pidieras, Emi-chan.

Ya con todo listo, solo quedaba iniciar.

- Muy bien, ¡que comience la batalla!

- ¡Teddiursa, usa Karatazo!

- ¡Ursa!

El brazo del osezno se iluminó y procedió a atacar.

- ¡Tyrunt, defiéndete con Mordisco!

- ¡Tyrunt!

El Pokémon de roca atrapó la mano de Teddiursa con sus enormes mandíbulas, causándole un enorme dolor.

- ¡SAAAAAA!

- La habilidad de mi Tyrunt es Mandíbula fuerte. Todos sus ataques de mordida se fortalecen.

- Oh, no...

Honoka se vio sorprendida por aquella información. De verdad necesitaba estudiar más sobre los Pokémon.

- Esperen un momento...: Teddiursa tiene libre el otro brazo –pensó de repente.

- ¡No lo sueltes, Tyrunt! –exclamó Emi.

- ¡Teddiursa, usa Karatazo de nuevo!

- ¡Ur... sa!

El golpe que recibió Tyrunt fue tremendo, además de ser superefectivo. Adolorido, el Pokémon dragón soltó su agarre y se tambaleó mientras retrocedía algo aturdido.

- ¡Bien hecho, pequeño! ¡Ahora sigue con los Karatazos!

- ¡Ursa!

Por supuesto, Emi no se iba quedar de brazos cruzados. De inmediato le ordenó a Tyrunt un contraataque.

- ¡Tyrunt, usa Tumba de rocas!

Sobre el Pokémon dragón aparecieron varias rocas que comenzaron a caer en el campo. Sabiendo que debía ser rápida con su orden, Honoka exclamó:

- ¡Esquiva esas rocas, Teddiursa!

- ¡Sa!

Aun siendo algo torpe, el Pokémon normal logró esquivar la mayoría de los impactos. Hubo rocas que sí lo golpearon, pero a pesar de eso logró mantenerse en pie.

- ¡Karatazo!

Otro golpe superefectivo. Tyrunt se vio obligado a retroceder una vez más a la vez que las rocas dejaban de caer.

- Mi Teddiursa es un Pokémon muy fuerte, Emi-chan. Necesitarás más que eso para derrotarnos.

- ¡Teddiursa!

- Eso puedo verlo, Honoka-chan. Si quieres más, te daremos más. ¡Tyrunt, es hora de intentarlo! ¡Usa Pulso dragón!

Era el momento de la verdad. El Pokémon de roca comenzó a cargar energía en su boca casi al instante, aumentando la expectación de Emi.

- ¡Vamos, dispara!

Eso fue lo que trató de hacer Tyrunt. Sin embargo, se notó que el movimiento no estaba perfeccionado. En cuanto el Pokémon de roca intentó usarlo, la energía se fue al suelo, muy cerca de donde él estaba, causando una pequeña explosión y dañando al usuario.

- ¡Ty...!

- ¡Oh, no, Tyrunt!

- ¡Teddiursa, usa Karatazo!

- ¡Teddi... ursa!

El último Karatazo resultó ser el definitivo. Tyrunt cayó debilitado sin poder hacer nada más.

- ¡Tyrunt no puede continuar, Teddiursa es el ganador! ¡La victoria es para mi onee-chan!

- ¡Lo hicimos, pequeño!

- ¡Sa, Teddiursa, Sa!

En la otra vereda, una resignada Emi se acercó a su derrotado Tyrunt.

- Tyrunt, ¿estás bien?

- Ty... runt...

- Lo hiciste muy bien. Ahora regresa –dijo mientras lo metía en su Pokébola.

De ahí se enfocó en Honoka, quien celebraba con Teddiursa en los brazos.

- Honoka-chan, tu Pokémon y tú son muy fuertes. Gracias por combatir conmigo.

- No hay de qué, Emi-chan, je, je.

- ... Todavía tengo mucho que aprender. No sé si podré ganar la medalla –dijo algo apenada.

- Claro que lo harás, Emi-chan.

- ¿Ah?

- Solo confía en tus habilidades y en tus Pokémon y todo saldrá muy bien.

Honoka lucía bastante confiada en lo que decía, y transmitía un aura de seguridad que terminó contagiando a Emi.

- ¿En serio lo crees, Honoka-chan?

- ¡Claro! Te lo dice tu senpai. ¡Faito dayo!

- ¡Honoka-chan, enséñame todo lo que sabes! ¡Por favor! –le pidió una suplicante Emi.

- ¡Por supuesto! A ver, por dónde empiezo, por dónde empiezo... La verdad, no sé por dónde empezar, je, je –dijo la pelijengibre rascándose la nuca y sacando la lengua.

- Onee-chan, tú eres una senpai terrible. Apenas sabes lo básico.

- ¡Yukiho, no me quites la motivación! ¡¿Qué pensará Emi-chan de mí si dices eso?!

La aludida se rio.

- Aparte de talentosa, eres muy divertida, Honoka-chan.

- ... Bueno, eso creo.

- Suficiente, si quieres aprender más sobre los Pokémon, Emi-san, onee-chan no es tu modelo a seguir. Alisa y yo podemos darte algunos consejos sobre cómo mejorar.

- ¿De veras?

- De veras. ¿No es así, Alisa?

- Claro. Puedes preguntarme lo que gustes –respondió la rubia con una amable sonrisa.

- Ella es la hermana menor de la líder del gimnasio Harasho. Sabe de esto.

- ¡¿Qué?! ¡¿Eres hermana de Eli-sama?! ¡Genial! ¡Sería un honor aprender de ti!

Emi comenzó a dar brincos de felicidad por todas partes.

- ¿Pero qué hay de mí? –preguntó Honoka haciendo un puchero.

- Tú también eres genial, Honoka-chan.

- ¡Ursa!

- Lo mismo digo de ti, Teddiursa.

- ¡Sa!

La pelijengibre se tuvo que resignar con eso.

(...)

Tras aproximadamente una hora, Emi se preparó para marcharse a ciudad Nyanya. Honoka y su grupo, por otra parte, reemprenderían su rumbo a ciudad Nanisore.

- Cuando volvamos a vernos, ya tendré algunas medallas; y Tyrunt y yo seremos más fuertes.

- Estoy segura de que sí, Emi-chan. Teddiursa y yo también seremos más fuertes para entonces.

- Je, je, je, por supuesto. No puedo esperar menos de una chica tan asombrosa como tú.

Escuchar eso subió el ánimo de Honoka.

- Bueno, ya es momento de marcharme. Adiós, chicas, gracias por todo.

- Adiós, Emi-chan. Mucha suerte en tu batalla.

- Adiós, Emi-san.

- Adiós, Emi-san.

La chica dio media vuelta y se fue.

- Onee-chan, nosotras deberíamos comenzar a movernos.

- ¡Pues hagámoslo! ¡Ciudad Nanisore nos espera!

- ¡Teddiursa!

Con el ánimo renovado, las chicas comenzaron a caminar.

- Emi-chan es realmente una chica muy agradable. Estoy segura de que lograremos ser muy buenas amigas en un tiempo más –dijo Honoka para sí. En cuanto a las menores, también conversaban sobre el mismo tema.

- Oye, Alisa, ¿cuál es tu impresión final sobre Emi-san?

- Creo que es una chica simpática y energética, muy parecida a Honoka-san. Es como dijiste hace un rato.

- ... Eso es justamente lo que me temía. Otro clon de onee-chan.

La pelijengibre escuchó todo lo que decía Yukiho. No sabía qué pensar al respecto.


¿Qué opinión tienen sobre Emi y su Tyrunt? Para mí, es una Honoka con exceso de cafeína. Sean libres de comentar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro