Sana sana colita de rana
Un día Yeonjun fue convencido por Beomgyu para jugar a las carreras, que era el juego favorito de Beom, desafortunadamente no salió muy bien para el menor de los dos. Beomgyu se calló pisando un hoyo en la tierra y se raspó la rodilla. Estuvo a punto de empezar a llorar cuando Yeonjun puso su mano en su boca.
—Si lloras nos llevaran a casa y no podremos seguir jugando.
—P-pero me duele —replicó Beomgyu con voz mocosa.
—Voy a hacer algo que hace mi mamá cuando me lastimo.
El pequeño Yeonjun sobo la piel herida de la rodilla y dejó un beso sobre ella.
—Sana sana colita de rana. ¿Duele?
Beomgyu lo observó sonrojado, la verdad es que seguía doliendo, pero solo pudo asentir.
—Solo déjame descansar.
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