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En este mundo, es común que nuestros abuelitos nos quieran meter miedo con lo de las manchas azules en la piel y los pecados. Abuelos, padres y hermanos mayores一todo aquél que tuviera más de diez años.

Las manchas azules, que florecen a partir de las mismísimas yemas de los dedos, se expanden a lo largo del dorso de la mano y la palma. En cuanto haya engullido la mano completa, no hay manera de revertirlo. No existe redención, no hay perdón, ni marcha atrás para borrar la evidencia de tus acciones y pensamientos.

No es una enfermedad, es una maldición. No es inusual que muchos creyentes atribuyan a este fenómeno, con la supuesta maldición de Adán y Eva, que ni por medio del bautizo es reversible. Cumplida la primera década de tu vida, estás sujeto a sufrir las repercusiones de tus actos.

Y por eso, es que ahora me encuentro regañando a los dos únicos amigos que tengo.

一¿Fuiste tú quien llenó de cartas mi casillero? ¡Confiesa! 一 agité la pila de cartas en mi mano derecha, enfatizando mi irritación.

一Qué graciosa eres, Reverie, como para creer que dejar cartas de amor en un casillero sea un pecado 一por supuesto, Jeongin nunca se podía quedar atrás con sus comentarios. Jeongin debió haber notado mi prolongada observación en sus manos que está ocultando tras su espalda, porque al rato las revela一. Nada. Nichts.

一A ver, las tuyas 一me fui hacia Minho y, sin refunfuñar tanto como el otro, las muestra. Su piel está blanca.

一Pasaron mi investigación. Ahora ayúdenme a adivinar quién pudo haber sido.

一Ni te molestes en eso 一Jeongin se cruzó de brazos y nos sentamos en una de las banquitas del patio一. Hay más de cien estudiantes en nuestro curso, suponiendo que el culpable es del nuestro.

一Jeongin tiene razón...No deberías ocupar tu mente con algo innecesario como esto 一Minho aportó, la timidez a penas asomándose en su habla.

一Ustedes dos siguen siendo mis principales sospechosos.

一¿Qué? 一Jeongin es el primero en quejarse.

一¿Por qué? 一preguntó Minho, algo decepcionado.

一Bien saben el porqué. Se puede ocultar la evidencia, bajo condiciones. ¡Pero se puede!

一¿Nos crees posibles de sucumbir a eso? 一Jeongin frunció el ceño e hizo una cara disgustada. Le lancé una mirada acusatoria y él se retrae一Mi primer sospechoso es Chan.

Cómicamente, los tres volteamos la cabeza en dirección del mencionado, quien se encontraba sentado solo en una de las sillas de la cafetería.

一Sospecho de él, porque en las películas, el más callado resulta ser el villano después de todo 一esa es la explicación de Jeongin, quien prosigue a codear al mayor一. Tu turno, Minho.

Minho juguetea con la manga de su abrigo y se ajusta sus lentes. 一Me sabe mal acusar a lo loco一

一Estamos jugando, no lo tomes a pecho 一intento aligerar su preocupación.