Querido tú,

                                 No sé quien lea esto, quien evada la hoja o quien la lance a algún contenedor de basura con el fin de reciclar, sería en parte muy bueno que la lanzaran a dicho tacho. Supongo que de ser así, esta historia que no debería ser contada no cumpliría su propósito, pero aún así, prefiero arriesgarme porque esto me llena de sobremanera. Soy un vaso sucio que se ha llenado del agua más pura, pero que esa misma está rebosando del envase. No sé cómo escribir, nunca lo he hecho apropiadamente, sólo he escrito en el reverso de las hojas gastadas de algún ejercicio de matemática sin resolver, sin resolver como estos sentimientos que he llevado conmigo, que al fin después de tanto tiempo han encontrado respuesta. Debería comenzar por el inicio que no es tan oscuro como el final que se avecina, porque la decisión ya está tomada.

Soy pésimo con las introducciones y sinceramente he tomado todo el coraje ,del que por cierto carezco, para poder plasmar una parte de mi tonta historia que de protagonista tiene a la persona más especial que jamás volverá a ver la tierra y a mi. No sé cómo describirme ya que sigo perdido en algún lugar, allá donde el blanco no es pureza sino tristeza..

Fuimos vecinos de toda la vida, siempre me limité a observar cómo corría en la acera o lanzaba sus juguetes en ella para imaginar un mundo donde estos se mueven y tienen vida propia. Era muy gracioso ver como sus labios pronunciaban diálogos que eran respondidos por el mismo, ¿monólogos tal vez?, en fin, era aún más hilarante ver cómo su pelo se crispaba al escuchar al feroz perro de la vecina Park , esta señora era la amargada de la cuadra que gozaba molestarle a cada momento. Inclusive, una vez, pateó uno de lsus camiones de juguete, alegando que estorbaban en el camino, realmente me alegro de no volver a ver más a esa señora. Cada tarde le veía correr al escuchar el llamado de su dulce madre, siempre desaparecía a las 17 hrs , así que debía esperar hasta el día siguiente para verle como ya venía siendo costumbre.

En algún día de la semana de febrero o tal vez marzo, una familia llegó al vecindario. El más emocionado era él porque tendría con quien jugar por la tardes, y así fue. Entabló amistad con ese niño que deteste por muchos años y el inicio de mis cartas con dedicatoria invisible. 

Hey, este escrito es algo así como prueba por ahora. Espero que les haya gustado lo poco que han leído y también espero subir lo que sigue. Saludos.