Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Uniforme #4

Espero que les guste~

Nota: Por suerte, los pervertidos no son muy notables en general pero sé que existen, desde aquellos que van a restaurantes solo para acosar a las mesaras hasta quienes se suben al transporte publico o se colocan tras una persona solo para tocarles el trasero

-¿Eh?- Osomatsu desvió la vista de su manga la ver algo azul de reojo, enarcando una ceja al notar que su primer hermano menor parecía estar alistándose por alguna razón, sentándose solo por unos segundos frente a su espejo que dejo sobre la pequeña mesa para poder peinarse. Solo se estaba arreglando, sin poses raras o muecas exageradas, solo pasando el cepillo para que su cabello se viera más presentable antes de dejar eso de lado y levantarse. -¿Vas a salir otra vez?-

-Sip- guardo su teléfono, rebuscando entre sus cosas, soltando un sonido de victoria al encontrar sus anteojos oscuros. -No me esperen para comer, brothers~- se los puso pero por alguna razón, lucia como si intentara ocultar algo de los demás.

-Has estado saliendo mucho últimamente- Osomatsu no era estúpido, ninguno de ellos lo era. La ausencia de Karamatsu era notable y dejaba una sensación de vacío en todos que solo parecía hacerse más grande cuando notaban que había un lugar vacío a la hora de comer, incomodos por el lugar frío que quedaba en su futón a la hora de dormir. Se iba, volvía mucho más allá del medio día, a veces dormía la siesta solo para irse más tarde, volviendo después de la madrugada.

-¿Te llevas a Totty contigo?- Choromatsu se animo a preguntar, intentando lucir despreocupado pero tanto él, como el de rojo y el de violeta estaban atentos a la charla, con la curiosidad en su limite más alto. Ese era otro punto también. Todomatsu tenía su propio trabajo, en una cafetería que no lo despidió después de la primera vez que en realidad fueron a molestarlo pero ahora, a parte de eso, parecía decidido a acompañar al de azul a donde sea que fuera, negándose a dejarlo solo por alguna razón que ninguno de ellos entendía.

-Ah, me temo que no. Nuestro querido Todomatsu acepto comer con un amigo suyo- y Kara estaba un poco aliviado por eso. Era bueno ver que su hermanito había decidido saltarse su nuevo deber de cuidarlo y había aceptado comer con ese amigo Atsushi, aunque podía sentir su teléfono vibrar. Que no estuviera presente no significaba que no lo estuviera acosando por mensaje, exigiendo que lo llamara en caso de emergencia. Kara se sentía tan amado que no pudo evitar sonreír enormemente.

-¡Yo iré!- la puerta se abrió de repente, mostrando a Jyushimatsu, luciendo emocionado pero decidido al mismo tiempo por alguna razón.

-¿Estás seguro?- Kara lo miro, ladeando apenas la cabeza con una sonrisa amable y tranquila en su rostro. -Puedes quedarte, no es necesario que...-

-¡Iré con Karamatsu Nii-san!- el de amarillo lo interrumpe, brusco e insistente, agarrando la mano ajena al mismo tiempo que su sonrisa se agrandaba de alguna manera, con algo extraño brillando en sus ojos. -Iré contigo- el mayor lo observa por unos segundos, como si estuviera analizando su expresión pero termina por suspirar.

-Ok, ok...- acepto. -...pero el bate se queda aquí- hizo un gesto, casi como el de una madre que le ordena algo a uno de sus hijos. Los demás fruncen apenas el ceño, eso significaba que tendría 3 asientos vacíos a la hora de comer, no les gusta mucho eso.

-¡No lo necesito!- inflo el pecho apenas con algo parecido a orgullo. -Tengo manos- sin soltar la mano de su hermano, saca algo de su bolsillo con su mano libre. -Y una pelota~- parece muy satisfecho con eso por alguna razón y algo en su expresión grita que alguien podría recibir un pelotazo en el rostro.

-¿Es posible que dejes eso aquí también?- el de azul sonrío con cierto nerviosismo, esperanzado, solo para desinflarse con resignación cuando el otro solo volvió a guardar aquel objeto. -Me lo imagine- eso era respuesta suficiente. -¡Nos vamos!- avisa, sabiendo que si intentaba convencer al otro solo terminaría por llegar tarde, avanzando con el menor siguiéndolo de cerca y despidiéndose de los demás, cerrando la puerta, dejando al trío algo frustrado. Cada uno se queda muy quieto en su lugar por unos segundos, hasta que Osomatsu se endereza y cierra su manga, dejándolo a un lado al levantarse con una expresión de decisión en su rostro.

-Los vamos a seguir, ¿verdad?- Ichimatsu rompe el silencio entre ellos. No puede negar que la curiosidad lo esta matando en este punto.

-Totalmente- asintió el mayor y Choro suspira pero no se queja, él también quiere saber que rayos esta sucediendo realmente. -¡Modo acosador, hermanos!- manda como si fuera una especie de líder.

-¡No lo digas de esa manera!- el de verde reclama pero aun así, se levanta junto a sus hermanos, dispuesto a saciar su curiosidad con ellos.

Y así, es como los siguen. Están un poco sorprendidos de que vayan tan lejos si son sinceros y eso se convierte en confusión cuando los ven entrar a un restaurante de aspecto extraño, con temática china por lo que pueden ver ocultos en donde pueden.

-¿Qué rayos están haciendo allí?- el de violeta esta notablemente frustrado de no poder ver claramente desde su posición.

-Es un restaurante, quizás estén comiendo- el de verde tarareo, aunque no entendía aun la razón de todo el secretismo.

-¿Vinieron a comer sin nosotros?- el de rojo hace un puchero, algo molesto, pero también aliviado de que esos dos no estuvieran en problemas o algo así. -Que despiadados y yo pensaba que Totty era quien no tenía corazón- miro fijamente aquel lugar, impaciente. -Voy a acercarme- se levanta y avanza con pasos decididos, ignorando los reclamos del verde que los sigue solo cuando el de violeta lo abandona para adelantarse también. Se terminan medio acurrucando en la ventana más cercana para ver el interior. Primero, ubican a Jyushimatsu, sentado en una de las tantas mesas y luciendo demasiado contento de solo estar sentado, llenándose la boca con dumplings y lo que parecían ser rollitos primavera. Pueden ver también a un mesero, cuyo traje es llamativo si deben ser sinceros, atendiendo algunas mesas.

-¿Pero qué rayos...?- y ahí es cuando ven a Karamatsu con el mismo uniforme, sosteniendo algunos platos que deja en una de las tantas mesas, regalándole una sonrisa brillante a los clientes que parecen sonrojarse ante su atención, moviéndose solo para ir a atender otra mesa.

-¿Tiene un trabajo?- Choromatsu siente envidia de repente ¿Sus hermanos consiguen trabajo pero él no? Eso es ofensivo.

-Algo no se siente bien en todo esto- de por si, han visto a su hermano de azul usar ropa reveladora, como eso shorts minúsculos que tanto adora y ese traje de baño que parece más una tanga que suele usar para broncearse, pero hay algo en ese conjunto en especifico que les molesta. Es raro verlo de esa manera, luciendo extrañamente femenino porque ese maldito traje en realidad marca y resalta las curvas que usualmente todos ignoran usualmente por estar cegados por su ropa brillante pero ahora, luce simple, sin nada brillante que pueda cegar a los de su alrededor y por ende, esta llamando mucho la atención. Pueden ver como los clientes lo miran, hombres y mujeres por igual, extrañamente cautivados. Lo están mirando fijamente, algunos ni siquiera intentan disimular su obvio interés.

Ah, por alguna razón, eso hace que algo se remueva en el interior de cada uno de ellos.

-¿Por qué rayos viste así?- Ichi tiene la extraña necesidad de cubrir al otro con una manta y meterlo en la casa para alejarlo de la vista de todos. Es un sentimiento raro pero no lucha contra eso.

-No es su culpa, es un uniforme- incluso entonces, Choro comparte la necesidad de su hermano sin siquiera saberlo, odiando como algunos llegan a mandarle miradas lascivas al mayor.

-¡Oye! ¿Qué rayos crees que esta haciendo ese bastardo?- Oso se endereza en su lugar, con los ojos fijos en un hombre de aspecto mayor cuya sonrisa le trae una mala sensación y que le esta haciendo señas a su hermano, quien en realidad no tiene más opción que acercarse, incluso si se ve como si no quisiera hacerlo.

Al mismo tiempo, Karamatsu lucha contra la incomodidad que lo invade al acercarse a aquella mesa, sin confiar realmente en ese hombre en particular cuya mirada lo hace sentir asqueado, sonriendo lo mejor que puede.

-¿Se le ofrece algo, señor?- tiene que mantener la calma, es parte de su trabajo y aunque en general los clientes son buenos, aun así maldice un poco a los bastardos como ese que solo van a lugares así para acosar empelados y deseando con todas sus fuerzas que no sucediera nada o su hermano menor podría matar a alguien de un pelotazo.

-Un pedazo de ti seria un buen poste- Kara se endereza como si una corriente eléctrica recorriera su cuerpo, apretando los labios para reprimir una mueca de aspecto al sentir una mano en su trasero y sintiendo que sus mejillas ardían tanto de furia como de vergüenza.

-Eres un...- muchas cosas suceden en un momento. Kara levanta la mano, con el puño apretado y toda la intención de romperle la cara al bastardo, al mismo tiempo que Jyushi se levanta de su lugar y parece prepararse para lanzar su pelota pero alguien más se mueve más rápido y agarra la muñeca del hombre con tanta fuerza que este no puede evitar quejarse.

-Oye- el segundo mayor se tensa al reconocer la voz de su único hermano mayor, rogando por que la tierra que abriera y se lo tragara entero. -Mantén tus asquerosas manos lejos de mi hermano- aprieta, sin detenerse hasta que el otro esta casi llorando. El de rojo luce aterrador si todos a su alrededor deben ser sinceros, lo suficiente como para que el hombre y sus acompañantes son rápidos en dejar dinero sobre la mesa, corriendo para salir de allí. -¡Cobardes!- esta furioso, se quedo con las ganas de golpearlos.

-¡Karamatsu Nii-san!- el mencionado se voltea, justo a tiempo para ver a Choro que se acerca con pasos rápidos hacia él. -¿Estás bien?- parece preocupado, como si el otro estuviera herido o algo así, sacándose el buzo con apuro y torpeza.

-¿Otra vez?- piensa el de azul ante las mangas verdes que se atan alrededor de su cintura pero no se queja, solo sonríe con nerviosismo. -Estoy bien, estoy bien. Solo un poco asqueado- permite que su hermano menor lo revise, incluso si ambos saben que no esta realmente herido. -Me dejo un mal sabor de boca-

-Aquí- hay un dumplings de repente muy cerca de su rostro y Kara parpadea, pudiendo ver a su hermano de violeta. Parece estar entre estar preocupado, por la forma en la que tiene el ceño apenas fruncido, y avergonzado, por las mejillas rojizas.

-Gracias- lo toma, pudiendo ver de reojo al de amarillo y suponiendo que venia de su mesa, dándole un gran mordisco. Estaba delicioso y sinceramente, tenía hambre pero también, le quitaba el sabor amargo que le dejo ese extraño encuentro. Todos le están hablando al mismo tiempo y no puede entenderlos muy bien, así que de momento, disfruta de la comida.

-Que suerte la tuya, chico- lo voz de una mujer los interrumpe y Kara se voltea, rápido en tragar, un poco ansioso por estar frente a la dueña pero ella le esta sonriendo, analizando los rostros de sus hermanos. -Ah, veo que no mentías- parece divertida con toda la escena, casi al borde de querer reírse pero sin hacerlo por el momento por respeto al pobre joven cuyas mejillas arden de vergüenza por la actitud de sus hermanos. -Si son 6- el Matsuno de azul no sabe si sentirse afortunado de que ella no se enojara o maldecido por su diversión. Quizás un poco de ambos.

-Realmente lo siento- Kara había temido que su familia se burlaran de él si era completamente sincero, que lo molestaran o algo peor pero nunca espero que se volvieran protectores de esa manera.

¿Estaba mal disfrutar un poco de la atención y la protección de sus hermanos?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro