Tritón
Espero que les guste~
Nota: Se supone que Dekapan siempre agrega un "desu" al final de ciertas oraciones ¿Pueden imaginar que lo dice, aunque no lo escriba? ¿Porfis?
Nota-2: La forma de hablar de Karamatsu, toda poética y demás, realmente no me sale pero espero que lo puedan entender y perdonar. Lo siento, en serio que intente pero cada vez que escribía una frase medio rara, no me gustaba como quedaba xD
Nota-3: Lo siento para quienes esperaban una siguiente parte de "Adolescente" pero mi cerebro raro se enfoco en esto y ya no pude continuarlo. Si algún día tengo más ideas para eso, lo escribiré pero de momento, quedara hasta allí ^_^
Karamatsu salió solo de su casa, con toda la intención de dar una vuelta y quizás encontrar un lugar tranquilo en donde pasar el tiempo antes de tener que volver a casa, silbando de manera distraída. Era un buen día, tranquilo y soleado, quizás hasta podría ir al parque y sentarse en una banca cualquiera o algo así.
-¡Ah, Karamatsu!- el mencionado se detiene en seco, volteándose, relajando su postura al ver a Dekapan salir de su hogar y hacer señas con una gran sonrisa. Le hace un pequeño gesto, dudando un segundo antes de meter las manos en el bolsillo de su buzo y avanzando para acercarse al hombre, curioso. -Justo a tiempo, necesito un sujeto de pruebas- Kara se da media vuelta, con toda la intención de irse pero puede sentir un agarre firme que sujeta su ropa, sudando con cierta tensión. Esta atrapado, aunque esta muy tentado de sacarse el buzo solo para alejarse de allí tan pronto como pudiera. Dekapan y sus experimentos, por muy geniales y hasta milagrosos que pudieran ser, no siempre eran buenos. -No estás muy ocupado, ¿verdad?- y a pesar del tono interrogativo, amable como siempre, el segundo mayor tiene la sensación de que no tiene muchas opciones. Hay un tirón en su ropa, insistente, que lo hace sentir un poco más atrapado ¿Aun puede escapar? ¿Tiene esa oportunidad, aun cuando parte de la tela de su buzo esta siendo firmemente agarrada?
-Ah, la verdad es que yo...- se voltea apenas y lo suficiente para verlo, sudando con cierta ansiedad, acomodando innecesariamente los anteojos de sol que tiene puestos. Esta dispuesto a negarse o al menos, intentarlo en todo caso.
-Te pagare- Dekapan sonríe como siempre pero hay una pizca de orgullo y diversión en su expresión, algo que se hace más notable mientras la expresión del Matsuno decae. Ahí esta el punto débil de todo Nini desempleado y aun mantenido por sus padres.
-Esta bien- sintiéndose como un vendido, se resigna pero mantiene la frente en alto, aun cuando sigue al otro hasta el interior de su laboratorio, haciendo apenas una mueca cuando la puerta se cierra con un sonido que casi se siente más dramático de lo que debería. Ya no hay vuelta atrás. -¿Qué necesitas que haga?- se quita los anteojos para guardarlos en el bolsillo de su buzo, sin querer que se rompieran o algo así porque eran el único par que se había salvado de los gatos de su hermano, y mira al otro con curiosidad, esperando instrucciones.
-Puedes dejar cualquier cosa importante aquí, por precaución- hace un gesto hacia una mesa extrañamente vacía en comparación con el desorden del lugar y Kara entrecierra los ojos con sospecha pero se recuerda a si mismo que le están por pagar y termina por aceptar. Se quita el buzo, dejando los anteojos y su teléfono sobre la mesa, dudando un segundo antes de sacarse los zapatos también, esperando que el resto de su ropa sobreviva a lo que sea que iba a suceder.
Ya es muy tarde para arrepentirse, ¿cierto?
-Quiero que tomes esto...- le extiende un vaso con un liquido que parecía ir cambiando a diferentes todos de azul. -...y que me digas todo lo que puedas sentir o saborear. Cualquier cambio, tienes que decírmelo- Kara acepta el vaso con cautela, mirando el liquido azulado con desconfianza, inclinándose apenas para poder olerlo. Le recuerda un poco a la playa, como si estuviera allí, oliendo el mar.
-¿Me va a emborrachar?- el otro niega. -¿Me va a drogar?- enarco una ceja y otra negación. Analizo el contenido del vaso una vez más, frunciendo apenas el ceño. -¿Va a causar algún extraño cambio en mi cuerpo con el que voy a tener que lidiar?- Dekapan duda, haciendo un gesto con la mano, en un claro más o menos. -No me va a convertir en mujer, ¿cierto?- no puede imaginar que tan malo sería algo así y siente un escalofrió de solo pensarlo.
-Solo tómalo- el hombre se cansa, acercándose y empujando la parte inferior del vaso, obligando al Matsuno a tomar el liquido azulado, haciendo una mueca.
-¡Que asco!- jadeo, rápido en dejar el vaso en donde pudiera, asqueado. -Sabe agrío...y salado...mezclado con pescado- el sabor aun esta en su boca y tiene la urgencia de cepillarse los dientes solo para poder quitarlo. Es asqueroso. -¿Qué se supone...?- y entonces, lo siente. Su piel pica, la ropa incomoda, principalmente su remera. Lucha por quitársela y la tira al suelo, mirándose, abriendo los ojos con alarma al notar el tono azulado brillante que empieza a parecer en la punta de sus dedos y continua hasta cubrir su mano, deteniéndose en medio de su brazo, luciendo casi como guantes. -¿Escamas?- sus hombros y cuello, puede sentir que están apareciendo allí también, llegando a sus orejas que parecen alargarse en grandes y notables aletas, jadeando cuando siente como si algo a cada lado de su cuello se abriera. De repente, necesita agua. -Deka...- mira al hombre, tieso al verlo al lado de una palanca, con él sonriéndole antes de accionarle y ahí es cuando el piso bajo Kara se abre, revelando que había algo más allí.
Cae al agua con un chapuzón pero para su absoluta sorpresa, no siente que se este ahogando.
-¿Qué...?- no tiene tiempo para pensarlo, no cuando lo que le queda de ropa se rompe y pierde por unos segundos la sensación en las piernas antes de que algo más las reemplace, agitando las manos con pánico cuando termina por dar una vuelta entera, sintiéndose torpe y desestabilizado. En su intento de recuperar su equilibrio y volver a estar erguido, es que nota que ya no tiene piernas, literalmente hablando. Tiene una aleta, una gran y notable aleta al puro estilo de una sirena de película, de un tono azulado suave pero brillante, como si se hubiera retorcido en brillantina o algo así. Las escamas cubren esa aleta por completo, hasta llegar a su cintura, donde parecen detenerse y dejar su torso como piel. -¿Soy una...?- parpadea, mirando sus manos, notando que sus uñas tienen otro color y parecen más afiladas. Tiene mucho cuidado al tocarse el rostro, sintiendo las pequeñas diferencias, solo para abrir la boca y pasar los dedos por los bordes de sus dientes. Quiere un espejo, lo necesita.
Si, su cuerpo a cambiado casi por completo.
-¡Dekapan!- se mueve, apoyando las manos en la superficie que mantiene el agua acumulada, frunciendo apenas el ceño ¿Estaba en una especie de tanque? No le sorprende del todo, el hombre siempre estaba preparado, en especial si tenía algo que ver con sus experimentos. -¡Dekapan!- golpea y todo su entorno se sacude, agitando su nueva aleta mientras el tanque parece elevarse, mostrando una vez más el laboratorio y al dueño allí, tarareando de manera pensativa. -¿Me transformaste en una especie de pez?- lo mira con el ceño fruncido, negándose a aceptar lo que en realidad es.
-En una sirena, en realidad- se movió, alejándose pero volviendo a los pocos segundos, empujando un espejo de cuerpo completo con ruedas. -O bueno, un tritón si quieres ser más especifico- acerco el espejo al tanque y Kara ignoro la sensación de ser un ser de exhibición a favor de observarse.
-Oh~- se veía genial, no podía mentir. Amaba ese tono brillante de azul que tenían sus escamas, que cubrían su aleta y manos, también sus hombros y parte de su cuello donde podía ver que tenía algo que cree que son branquias, sus orejas convertidas en dos aletas que se sacudían muy ligeramente azuladas. Tenía pecas azules manchando sus mejillas y sus ojos ahora eran de un azul profundo, con una pupila fina como la de un gato o algo así. -Vaya~- abrió la boca, notando los dientes dientes ligeramente afilados que ahora tenía. -¡Esto es genial!- se permitió dar una vuelta, riendo, sintiéndose mucho más adaptado a su nuevo estado.
-¿Te dolió cuando cambiaste?- Dekapan tiene una libreta entre sus manos, con la punta de un lápiz ya apoyado en una hoja, dispuesto a tomar notar al parecer.
-No. Solo fue raro, un poco incomodo, la piel mi picaba- baja la vista mientras el hombre anota aquello, haciendo un ligero puchero ante los trozos de tela que puede ver. -Aunque mi ropa se rompió- mira a su alrededor, tocando la superficie que lo mantienen encerrado, las aletas a cada lado de su cabeza agitándose apenas mientras tararea de manera pensativa. -¿Cuánto tiempo durara el efecto de esto?- es observado, tienes que aprender a serlo cuando tienes tantos hermanos, así que puede notar como el mayor se tensa en su lugar. -¿Dekapan?- frunció el ceño, teniendo un mal presentimiento. -¡Dekapan!- golpea la superficie, raspándola con sus nuevas garras y haciendo un sonido agudo, que hace al otro estremecer.
-Bueno...- se encoge, mirando al Matsuno, hay ojos brillantes que lo observan fijamente y dientes afilados, en una expresión llena de enojo que lo hace encogerse aun más en su lugar y hacer una mueca de espanto, agregando la palabra "intimidante" entre sus notas. -...me temo que no estoy del todo seguro- se estremece ante el gruñido amenazante que se gana con eso. -¡No te quedaras en esa forma para siempre, te lo aseguro! Pero tus transformaciones seran...al azar o bueno, eso creo. No hice los cálculos para eso al decir verdad- los ojos brillantes y azules se entrecerraron, para nada confiados. -¡Perdóname la vida, te pagare el triple!- se esconde tras su libreta, lleno de miedo, y Kara solo puede suspirar, golpeando su frente contra la superficie que lo rodea.
Eso le pasa por vendido, ¿no es así?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro