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Quemado #9

Espero que les guste~

Nota: No sé si los poderes del gato psíquico eran temporales o no pero finjamos que son permanentes. A veces, el gato delata tus verdaderos sentimientos pero si tienes suerte, se mantiene callado

Nota-2: Busque pero no encontré que tuviera un nombre oficial, así que llame al gato Esper. Leí que lo llamaban así en algunos fanfics y pensé en usarlo ^_^

-¿Jyushimatsu?- miran al mencionado fijamente, asombrados y algo incrédulos pero celosos y alegres al mismo tiempo. Es una extraña mezcla de sentimientos que no muestran abiertamente de momento.

-¡Hola!- el Matsuno de amarillo luce mucho más animado que en día, con su sonrisa brillante y los ojos alegres. Las mangas de su buzo están extrañamente arremangadas, dejando sus manos libres y a la vista, una de ellas agarrando la mano de Kara, quien luce ansioso y nervioso parado al lado del menor. No es exactamente algo raro, verlos juntos es algo que a estado sucediendo por unos cuantos días a esas alturas, pero es un poco extraño si tienen que ser sinceros. No entienden exactamente que había sucedido entre ellos dos pero de un día para otro, Kara salía más seguido de su habitación, con Jyushi siguiéndolo de cerca cada vez. -Karamatsu Nii-san y yo iremos a visitar a Dekapan- anuncia, señalando al mayor con su mano libre, este parpadeando con su único ojo visible pero en realidad, él no los mira, al parecer más entretenido con bajar la vista y jugar con el borde de su buzo.

Ah, eso envía una punzada de dolor en pecho de los presentes.

-Oh, esta bien- Oso sonríe lo mejor que puede, sintiéndose ansioso. Le gustaría poder acompañar a su hermano menor, aunque sabe que no será algo bueno de momento.

-Cuídense- Choro no tiene problemas para sonreír con más naturalidad, genuinamente contento de que el segundo mayor al fin pueda recuperar la visión completa. Confía en que Dekapan pueda hacer esos locos milagros.

-Mucha suerte, Nii-san- Totty muestra la sonrisa más dulce que tiene, incluso si por dentro se siente como un monstruo sin corazón por la envidia que lo invade pero que oculta con cierta dificultad. Ichi no se atreve a hablar, solo puede asentir con un tarareo ligero, moviéndose para acurrucarse un poco más alrededor del gato que tiene entre sus brazos. Agradece que Esper no lo delate o algo así.

-Esta bien- asiente en nombre del mayor, sin querer que sus otros hermanos se sintieran peor. -¡Ya nos vamos!- anuncia y mira al de azul, quien hace una ligera reverencia antes de empezar a caminar hacia la puerta, el de amarillo siguiéndolo. 

Kara no sale mucho últimamente, a menos que sea con Chibita o con su mamá, así que se siente un poco ansioso pero al mismo tiempo, emocionado. Tiene esperanza de que su ojo tenga arreglo.

-¿Estás feliz, Nii-san?- el de amarillo puede leer un poco mejor la expresión de su hermano ahora, su sonrisa es temblorosa pero puede ver un cierto brillo en su ojo. El mayor lo mira, permitiendo que su sonrisa sea un poco más estable, sincera y alegre, con emoción apenas contenida mientras asiente. -¡Dekapan es genial! Estoy seguro de que podrá arreglar tu ojo- da un pequeño salto, recordándose a si mismo que no puede correr y arrastrar al otro consigo. No quiere lastimarlo. 

-Eso espero- su voz es suave pero Jyushi disfruta de ese sonido cada vez que lo escucha. No puede esperar para cuando Kara se sienta preparado para cantar. El de amarillo le muestra una gran y brillante sonrisa, sus ojos desviándose al darse cuenta de un detalle. Hay que los miran. Sabe perfectamente que miran a su hermano mayor, cuyas cicatrices en el rostro son notables a los ojos de cualquiera, llamando mucha la atención y no cree que sea en el buen sentido. Se aprovecha de que Kara esta distraído, para mandarles una mirada fría a todos a su alrededor, sintiendo una punzada de satisfacción cuando son rápidos desviar la vista y alejarse.

Es bien conocido en donde viven que él podría atacar si lo necesita y que no sería nada bonito cuando eso sucediera.

Dekapan los recibe como siempre, sonriente y amable, contento de verlos a ambos después de tanto tiempo y medio disculpándose por haber tardado tanto pero a Kara no le importa mucho eso, no cuando después de semanas de sentirse como una especie de pirata tuerto, con un procedimiento rápido en realidad puede ver con ambos ojos una vez más. Siente euforia pura cuando su visión borrosa desaparece y en realidad, puede ver con normalidad. Su ojo derecho aun se ve diferente, un poco pálido en comparación con el izquierdo, pero funciona y eso es todo lo que puede pedir.

-¿Cómo te sientes, Nii-san?- Jyushi mira a su hermano mayor, que parece iluminarse apenas sale y mira a su alrededor, disfrutando de que su visión volviera, apreciando toda la belleza que lo rodea como siempre. Kara abre la boca, sintiéndose tan feliz y animado que esta dispuesto a contestar, pero una voz se le adelanta.

-Me siento muy feliz- ambos se sobresaltan, bajando la vista, parpadeando ante el gato de aspecto muy particular que de repente esta con ellos. Se sienta al lado del Matsuno de azul, ligeramente apoyado en su pierna, luciendo satisfecho de alguna manera.

-Es el gato de Ichimatsu Nii-san- el de amarrillo se inclina, alcanzando el collar del animar, viendo la placa grabada que de este cuelga. Puede ver su nombre ahí, incluso si lo reconoce a simple vista. -¿Qué haces aquí, Esper? Ichimatsu Nii-san debe estar preocupado por ti- ese gato siempre se mantiene cerca del Matsuno de violeta pero a veces, suele salir y dar una vuelta, es una cosa de gatos según lo que entendió, aunque siempre vuelve a casa con su dueño pero ahora, parece haber decidido seguirlos por alguna razón.

-Me gustaría acariciarlo- el gato vuelve a hablar y Jyushi parpadea, alzando la vista, justo a tiempo para ver al otro desviar la mirada con ansiedad notable.

-Hazlo~- sonrío, esperando poder alentar al mayor pero este niega con rapidez, casi luciendo algo asustado por unos segundos.

-Ichimatsu se enojara y me golpeara- el gato revela aquello con facilidad y Kara lo agradece, porque siente un nudo en su garganta tan tenso que lo mantiene en silencio. -No quiero que me golpee- el de amarillo hace una mueca que lucha por ocultar. Sabe que su hermano de violeta puede ponerse un poco violento, tiene muchos problemas para expresar sus sentimientos verdaderos, pero nunca pensó en lo mal que se había puesto, tampoco presto atención en su momento. -Tengo miedo que me golpee- el menor entre ambos agradece que su otro hermano no estuviera allí, porque sabe que escuchar eso le rompería el corazón.

-Ichimatsu Nii-san no esta aquí- agarra al gato y se endereza. -Aquí tienes~ lo empuja a las manos ajenas, sin darle más opción que agarrarlo y sonríe mientras Kara parece ajustar su agarre lo mejor que puede, con las manos temblando, luciendo aprensivo.

-Jyushimatsu...- el de azul quiere decir que no es una buena idea, darle el gato al menor para que este se lo diera a su dueño y así, evitar cualquier problema pero mientras sus dedos se entierran en el pelaje naranja, un profundo y sonoro ronroneo empezándose a escuchar, no puede evitar relajarse.

-Esto es lindo- dice el gato y el mayor se acurruca un poco más a su alrededor. Cree que puede entender un poco mejor la razón por la que Ichimatsu se rodea de gatos, hay algo suave y cálido que llena su pecho al acariciarlo, sintiendo que se relaja ante el ronroneo. Deben verse un poco raros parados allí, sin hacer nada, con uno sonriendo enormemente mientras ve a su hermano deleitarse con el cariño de un felino pero no les importa realmente.

Ahí es cuando el Matsuno de violeta aparece.

-¡Esper!- esta jadeando un poco, mostrando la poca condición física que suele tener, haciendo una mueca al detenerse y luchando un poco por recuperar el aliento. Esta despeinado, más de lo usual, y usa chanclas, en una señal de que salió muy apurado de su casa. El de azul se tensa, con una mueca de terror ligero en su rostro, y el de amarillo se sobresalta, sin haber esperado que el otro apareciera tan pronto.

-¡Ichimatsu Nii-san, tenemos a Esper!- Jyushi se adelanta con paso saltarín, colocándose entre sus hermanos por seguridad, incluso si cree que Ichi no estará del todo enojado. -Creo que nos siguió hasta aquí-

-Ah...- el de violeta se relaja un poco en su lugar, aliviado de ver a su mascota. Siente una punzada de molestia cuando nota que quien lo tiene es Kara, algo que se apresura a ignorar. En serio tiene que ver como lograr que su envidia por su hermano de azul se detenga, no quiere hacerle más daño del que ya hizo. -...eso es bueno- el de amarillo se permite relajarse también, sabiendo que Ichi realmente no tiene malas intenciones, solo no sabe como expresarse correctamente.

-Tengo miedo- la voz repentina los toma por sorpresa, parpadeando, compartiendo una mirada entre ellos. -Tengo miedo- se mueven muy lentamente para ver a su hermano silencioso, quien parece casi una estatua. Tiene los ojos bien abiertos, llenos de miedo y algo más, mirando directamente hacia el de violeta, quien siente el peso de su mirada. Ichi siente que le cuesta respirar cuando la culpa lo invade en una ola abrumadora que casi lo hace tropezar. -Tengo miedo- Kara jadea, luchando por respirar, pero sin hacer mucho ruido, como si temiera que eso fuera suficiente como para ser lastimado.

-Oye- al de violeta se le seca la boca y lucha contra el nudo en su garganta. Sabe que su conducta violenta era mala pero también sabe que era innecesariamente cruel con su hermano de azul y por eso no le sorprende el miedo que este muestra, aunque eso no significa que no duele, como una apuñalada directo al corazón. -No estoy enojado- no tiene idea de como lidiar con la situación y es frustrante, tiene ganas de golpearse a si mismo.

-Tengo miedo. Tengo miedo. Tengo miedo- pero el gato sigue repitiendo las mismas palabras, mientras el Matsuno de azul parece hundirse en su propio miedo y pánico.

-Nii-san...- Jyushi duda, mirando entre ambos hermanos. Uno de ellos se hunde en lo que parece ser un ataque de pánico, lleno de miedo, y el otro luce con el corazón destrozado, con los ojos brillantes de lagrimas que aun no derrama.

-No quiero que me golpee- y es entonces que Kara logra moverse, empujando al gato hacia las manos de su hermano de amarillo, retrocediendo unos cuantos pasos antes de que sus piernas temblorosas no lo soportan y se arrodilla en el suelo, cubriéndose la cabeza con los brazos. Se esta cubriendo, como si esperara un golpe o algo así.

-...Karamatsu...- Ichi suena angustiado, sus manos apretadas con tanta fuerza la tela de su buzo de se arruga, los labios temblando y lagrimas silenciosas corriendo por sus mejillas.

-Lo siento, Ichimatsu Nii-san- el de amarillo se acerca, triste y arrepentido, extendiendo al felino, el de violeta luchando un poco para moverse antes de agarrarlo y acunarlo contra su pecho en busca de consuelo. Jyushi acaricia ligeramente su espalda, antes de alejarse para ir con su otro hermano y arrodillarse a su lado. Duda, porque técnicamente las cosas entre ambos aun son nuevas, pero extiende sus brazos y lo abraza con fuerza. Kara no tarda en corresponder, aferrado a la tela amarilla y enterrando su rostro en el hombro del menor, sollozando de manera silenciosa.

-Lo siento. Lo siento mucho- es lo que ahora dice el gato en los brazos de su dueño.

Ah, esa escena es más rara que la anterior. El Matsuno de violeta llora silenciosamente, abrazando al gato que parece repetir las disculpas como una especie de mantra, mientras el Matsuno de amarillo abraza al de azul también llora en un intento de confortarlo y consolarlo.

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