Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Quemado #3

Espero que les guste~

Karamatsu no se dio cuenta hasta ese momento pero la visita de Chibita era un alivio muy bienvenido en su situación. Por mucho que amara a su mamá y papá, podía sentir cierta tensión en ambos, con ella luciendo furiosa por momento y él luchando por mantenerla tan tranquila como era posible o con esa pobre mujer preocupada intentando ayudarlo lo mejor que podía. Chibita solo hablo, de su trabajo, del cliente que borracho se tropezó en su intento de irse sin pagar y termino por comerse el suelo, de los animales que intentaban robarle o del programa que logro ver tarde en la noche pero por suerte, nunca toco el tema de sus hermanos.

Kara se pregunto cuanto tiempo había pasado realmente y si ellos habían notado su ausencia. Supuso que no.

-Escuche que hubo un loco por aquí anoche- comento de manera desinteresada pero el Matsuno podía notar algo en la expresión ajena, una mentira de algún tipo por la forma en la que jugaba con sus dedos de vez en cuando.

-¿Dekapan?- hace una mueca ante su garganta herida pero puede ver que le atino, Chibita desviando la mirada con cierto nerviosismo y culpa.

-Tu mamá...hablo conmigo y dijo que estabas en muy mal estado. Además, estaba preocupada porque las enfermeras le dijeron que la recuperación en caso de quemaduras podría ser muy dolorosa y un montón de cosas más- confeso después de unos segundos de silencio pensativo. -Le hable, le explique lo que sucedió, y dijo que de seguro podía encontrar una forma de ayudarte...- hizo una mueca ligera de espanto, aunque también parecía que quería reírse. -...pero no pensé que entraría como un loco de noche y terminaría huyendo de la seguridad- Kara sonrío sin poder evitar imaginar a aquel hombre mayor, que tenía la extraña costumbre de solo vestir esos grandes pantalones, corriendo en pánico. Rio, en silencio, pero se rio y Chibita lo tomo como una victoria. -Dijo que podía darte otra dosis cuando salieras de aquí, que te ayudaría a recuperarte más rápido-

-...gracias- estaba agradecido por Chibita por haber buscado ayuda y por Dekapan que siempre encontraba una solución con sus experimentos. Era un alivio no tener que pasar realmente por toda la recuperación por quemaduras.

Lo dejaron en revisión por unos días más, preocupados por sus pulmones y garganta ahora que las quemaduras en realidad no eran su principal problema pero al final, para su gran alivio, le dieron el alta y pudo salir de ese lugar. El hospital no era mal, los doctores fueron muy amables y las enfermeras muy dulces pero ya no podía soportar un día más de estar solamente acostado en una cama, rodeado de silencio y con todo tan blanco, por lo mencionar los olores fuertes de los limpiadores del lugar. Además, también hay un alivio de poder cambiarse la bata por ropa al fin, no sus jean favoritos pero al menos, pantalones cómodos holgado y una remera sin mangas, además de su buzo, algo que de alguna manera le da cierto consuelo.

Así que se viste con su propia ropa en semanas, permite que las enfermeras lo lleven hasta la puerta en una silla de ruedas y se despide de todos los que puede antes de salir, sintiéndose renovado al estar al aire libre, incluso si no había llegado demasiado lejos de momento. Sus padres están ocupados en el trabajo, algo que lamentan pero que él entendió por completo, y como técnicamente es un adulto, puede salir por su cuenta.

-Aire fresco~- cierra los ojos con cierto deleita, sonriendo mientras respira profundo sin necesidad de asistencia o revisión. Era extraño pero en ese instante, se sintió como si hubiera recuperado una cierta libertad que había extrañado con toda su alma y lo mejor de todo es que parece ser un buen día. El cielo esta despejado, con el sol en lo más alto pero sin hacer real calor para su alivio, con una ligera brisa que sacude su cabello, fresco contra su piel. Hasta puede sentir que le da una cierta sensación parecida a cosquillas en sus cicatrices nuevas.

-¡Hey, Karaboy!- abre los ojos ante el llamado, sintiendo que su animo va creciendo al ver a su amigo caminando en su dirección. Chibita básicamente se había ofrecido a acompañarlo en su salida, sin aceptar un "no" como respuesta. -Te vez muy animado- sonrío, el más bajo contento de ver al otro sonriendo, pudiendo notar que estar afuera estaba haciendo maravillas en poco tiempo.

-¡Lo estoy!- su voz aun suena rara, los doctores dijeron que podría tardar un poco más en que eso volviera a la normalidad pero no le molesta realmente, esta feliz de poder estar sobre sus propios pies y fuera de aquella habitación. -¿Qué haremos primero?- tiene muchas ganas de comer algo cálido y delicioso, sin importar que fuera un poco demasiado temprano para almorzar.

-Vamos a Dekapan. Se que quieres hacerte revisar eso- hizo un gesto hacia su ojo y Kara asintió. Resulta que su ojo estaba dañado, no completamente ciego pero veía muy borroso y era algo molesto, por lo que los doctores le dejaron un parche de gasa para evitar mareos o tropiezo. Empezaron a caminar pero el Matsuno podía sentirse observado. No era algo exactamente nuevo, no cuando se vestía usualmente para llamar la atención, pero por primera vez en mucho tiempo, las miradas lo hacen sentir cohibido e incomodo. No sabe como se ve ahora, estuvo esquivando un poco el espejo si es sincero, y aun cuando no puede verse, esta seguro de que es un desastre.

-Chibita- llama, sabiendo que su amigo brutalmente sincero le diría la verdad, que no se atrevería a mentirle. -¿Me veo muy mal?- lo mira con curiosidad y Chibita lo analiza de reojo, confundido, como si no entendiera del todo la pregunta.

-Te vez tan bien como puede verse alguien que casi fue quemado vivo- fue brusco y muy directo pero Kara no se lo tomo personal, ni siquiera se sintió herido, aunque un escalofrió ligero recorrió su columna ante los destellos de fuego que vinieron a su mente en forma de memoria. -¿Por qué?- pareció enarcar una ceja y el Matsuno solo pudo retorcer sus dedos, mirando de reojo a la gente que pasaba a su alrededor, algo en su interior removiéndose al notar que lo miran. Algunos con preocupación, otros con espanto u horror, hay hasta quienes parecen estarse burlando. Siente deseos de esconderse bajo la capucha de su buzo. -¡Oigan, idiotas!- Chibita también los ve y no tiene problemas en llamar la atención. -¡Púdranse, bastardos!- les hace un gesto grosero con el dedo, satisfecho cuando las personas desvían la vista y caminan más rápido para alejarse. -La gente puede ser muy estúpida a veces- y siguieron su camino, Kara bufando con cierta diversión, la incomodidad anterior desvaneciéndose rapidamente.

Dekapan los recibe con los brazos abiertos, al parecer, feliz de ver a Kara en mejor estado que la última vez. El Matsuno no tiene mucho problema cuando el hombre le pide una revisión completa de sus heridas, porque Dekapan a funcionado como un medico para ellos durante años, pero ahí es cuando se encuentra con un espejo de cuerpo completo y parte de su mundo parece desmoronarse. Karamatsu no había sido por completo consiente del alcance de sus heridas hasta ese momento.

Las cicatrices eran realmente notables, nuevas y grandes, sobresaliendo en su pálida piel. Sus manos y pies, sus piernas y brazos, su pecho y espalda, su rostro, todo en él estaba ahora marcado con un recuerdo que estaba seguro que lo seguiría en pesadillas. Incluso su ojo derecho se veía diferente, notablemente más pálido que el izquierdo, en una clara señal que hasta eso estaba dañado.

No tiene muy en claro como sentirse de repente.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro