Holis~

El "accidente de las peras", como lo llama en su propia cabeza, fue una especie de punto de ruptura. Sabía que no lo querían, sabía que no era el favorito o el más apreciado, pero estar por debajo de las peras, una simple fruta, es triste.

Ahora esta vendado y sentado en el sillón, con muy poca movilidad y con su adorada Kira como única compañía. La acaricia con su mano buena, suspirando con tristeza. Quiere mantenerse feliz, quiere mantenerse positivo, quiere creer su propia mentira de que ellos lo quieren y lo aprecian a su manera pero no puede, ya no. Esta cansado y adolorido, ya no tiene fuerzas para hacer más nada. Así que simplemente cierra los ojos y lucha contra las ganas de llorar.

Mientras tanto, Kira solo puede mirar, impotente, como la sombra de la esquina se desliza por el suelo hacia Kara. Baja las orejas cuando la sombra llega a él, subiendo por su pierna. Se aleja un poco y maúlla con tristeza, esto no seria nada bueno.

... ... ... ...

-¡Estamos en casa!- cinco de los Matsuno entran a la casa, dejando los zapatos de manera desordenada en la entrada y caminando hacia la habitación, esperando que el hermano faltante ya hubiera preparado el futón para que todos durmieran. Abren la puerta y miran con gran sorpresa la escena frente a ellos: el futón esta tirando en una esquina, las revistas y libros de todos están tirados en el suelo y hay algunas paginas arrancadas a su alrededor, también hay lo que parecen ser vendas tiradas ahí.

-Bueno...- la voz de Kara suena diferente, no como cuando usa su voz "genial", pero suena extraña y les da mala espina a todos. Levantan la vista y se quedan quietos, notando que no solo su voz es diferente. El buzo ajeno ahora es completamente negro, sin su usual símbolo en el pecho, se ve pálido y eso solo hace resaltar las orejas que ahora están bajos sus ojos, los cuales ahora son de un rojo brillante. Tiene una extraña y oscura aura a su alrededor, por no mencionar la sombra que se muestra en la pared que parece tener una cola larga y cuernos en la cabeza. -...bienvenidos- la sonrisa que se dibuja en su rostro es tenebrosa, dándoles escalofríos a los recién llegados.