Colmillos
Espero que les guste~
Nota: No puedo negar que me encantan esos dibujos de los fans donde Karamatsu tiene colmillos por alguna razón :3
Nota-2: Mi usual ayuda me pidió esto y aquí esta ^_^
Karamatsu dejo su espejo de lado, estirando los brazos por encima de su cabeza para estirarse hasta donde pudiera, sintiendo como si algo en su espalda y hombros se acomodaba con un sonoro "crack", cerrando los ojos y abriendo la boca en un amplio bostezo, tarareando al relajarse.
-Amigo~- el de azul parpadeo, intentado quitarse la ligera sensación de somnolencia que lo invadió, volteándose a ver a su único hermano mayor y enarcando una de sus gruesas cejas al notar que el otro había soltado su manga, un suceso extraño cuando no había mucho que hacer. -Tienes colmillos- hay una lenta y gran sonrisa dibujándose en el rostro de Osomatsu, lleno de encanto puro.
-¿Eh?- ladeo la cabeza con genuina confusión, rosando los bordes de sus dientes con la lengua, sin entender exactamente a que se refería el mayor.
-¡Tienes colmillos!- se movió para acercarse y antes de que Kara pudiera reaccionar, Oso ya estaba acunando su rostro entre sus manos, luciendo tan emocionado como un niño pequeño. -Abra la boca, maldita sea- aprieta las mejillas de su primer hermano menor, burlón y divertido por las expresiones que se gana, mientras que al de azul no le queda otra más que obedecer, abriendo la boca. Es incomodo dejarse inspeccionar así, en especial cuando quien esta mirando sus dientes es su hermano mayor y no su dentista. -Amigo, en serio, tienes colmillos- el de rojo ríe, soltándolo, sentándose al mismo tiempo que Kara se frotaba suavemente sus propias mejillas. -¿Cómo es posible?-
-No lo sé- no entiende exactamente la reacción ajena, empujando muy ligeramente con su dedo índice uno de sus "colmillos". No recuerda exactamente cuando se alargaron lo suficiente como para ser tan notables.
-No te los mandaste a hacer, ¿o si?- enarco una ceja.
-Por supuesto que no- bufo, cruzándose de brazos. -Odio ir al dentista. Apenas voy para los controles de todos los años, ni loco iría una vez más solo para hacerme colmillos- hizo un gesto, totalmente sincero. Odiaba el dentista, en especial cuando sacaba ese taladro. Recordarlo solo le da escalofríos. -Además, Ichimatsu también los tiene- acuso al hermano que no estaba presente de momento.
-Los de Ichimatsu no son tan notables- todos habían visto los colmillos del Matsuno de violeta, en especial cuando tenía esa sonrisa sádica en su rostro que prometía tortura y mucho dolor. -¿Crees que te pueda salir su sonrisa? La macabra- Kara parpadeo, aun sin entender que pasaba con el mayor ese día, pero decidió disfrutar un poco de la atención.
-Puedo intentar- se encogió de hombros, recordando la expresión de su hermano menor y esperando poder imitarla lo mejor posible. Permitió que su mirada se oscureciera, alzando apenas la cabeza para poder mirar al otro por debajo de su flequillo demasiado largo en este punto, con una lenta sonrisa dibujándose en su rostro para mostrar abiertamente los colmillos que tanto habían llamado la atención ajena.
-Ah...- Oso sudo, sonriendo con cierto nerviosismo. Ver los colmillos en un bostezo eran una cosa pero en esa sonrisa, podía sentir un cierto escalofrío que recorría su espalda. Se veía amenazante, lo suficiente como para agradecer en momentos como esos que Kara era demasiado bueno para enojarse realmente con alguno de ellos.
-¡Ah!- Kara se sobresalto y relajo su expresión al voltearse, mientras Oso se permitía suspirar de alivio. -¡Aterrador!- ahí estaba Jyushimatsu, quien parecía recién haber llegado y aunque aun tenía su sonrisa usual, parecía un poco asustado. -¡Karamatsu Nii-san se veía muy aterrador!-
-¿Viste sus colmillos?- el de rojo señalo antes de que el de azul pudiera siquiera intentar disculparse con el menor.
-¡Colmillos!- el de amarillo se lanza sobre su hermano sin ningun tipo de piedad y Kara apenas tiene tiempo de jadea al caer de espaldas al suelo antes de que haya manos en su rostro, quejándose ante los dedos que se metieron a su boca para obligarlo a abrirla. Jyushi se inclino para inspeccionarlo con ojos brillantes, soltando un sonido de asombro, el mayor optando por mantenerse muy quieto a pesar de la incomodidad. -¡Se ven geniales!- retrocedió, el de azul moviendo la mandíbula y acariciando sus mejillas al estar libre. -Karamatsu Nii-san es genial~- lo dice con admiración sincera, al parecer sin importarle que sus dedos estuvieran cubiertos de la saliva de su hermano.
-Gracias, mi querido Jyushimatsu- se sonrojo un poco ante el alago repentino pero al mismo tiempo, estaba encantado.
-Kusomatsu es un bastardo doloroso, nada más- Ichimatsu entra, con el ceño fruncido y las manos en el bolsillo de su buzo, tan encorvado como siempre y con un cierto aire oscuro. Parecía estar de malas por alguna razón.
-¡Nii-san es genial!- el de amarillo se mueve para arrodillarse en el suelo al lado del mayor, a quien toma por los hombros para obligarlo a sentarse sin mucha dificultad, sonriendo enormemente mientras el de azul parpadea con confusión obvia. -¡Tiene colmillos geniales!- parece realmente encantado con aquel detalle, lo suficiente como para que el de violeta frunza el ceño con molestia y el de azul sonría con cierto nerviosismo. -¡Muéstralos!- le hace cosquillas a su hermano mayor.
-¡N-No, espera!- Kara ríe a carcajadas, sin poder evitarlo, luchando por alejar las manos ajenas que en realidad no le tienen piedad y aunque se mueve demasiado, el amante de los gatos es capaz de ver aquello de lo que habla su hermano menos.
-Tu...- Ichimatsu tiene una extraña habilidad de lucir entre furioso y encantado, con aura asesina pero los ojos llenos de asombro mientras se acerca con las manos en alto y una única intención. Karamatsu reacciona ante eso y logra apartarse de su hermano de amarillo, tragando en seco, sin entender exactamente la razón tras la actitud ajena pero sin estar dispuesto a averiguarlo realmente. No tenía muchas ganas de recibir arañazos ni nada por el estilo.
-No te ofendas, mi querido Ichimatsu...- se movió rapidamente, esquivando al otro que se lanzo casi como una especie de gato en su dirección. -...pero prefiero mantenerte lejos de mi hermoso rostro- hizo un gesto exagerado y teatral que se gano un siseo furioso de parte del frustrado Matsuno que de alguna manera, parecía erizarse cual gato.
-¿Qué sucede aquí?- dos más se unieron, Choromatsu enarcando una ceja ante la molestia notable de parte del Matsuno de violeta y el nerviosismo ligero de parte del segundo mayor.
-¡Ichimatsu Nii-san esta celoso de los geniales colmillos de Karamatsu Nii-san!- Jyushi es siempre directo, riéndose por alguna razón, como si los celos ajenos fueran muy divertidos.
-¡N-No estoy celoso!- Ichi solo pareció erizarse más, con el rostro colorado por la vergüenza y la ira. Kara se pregunto si tendría tiempo para huir antes de ser atacado.
-¿Colmillos?- volteo a ver al de azul, quien se quedo quieto mientras el tercer mayor acunaba su rostro, abriendo la boca sin necesidad de que lo forzaran y agradeciendo que el de verde era el más amable entre ellos. -Vaya~- tarareo, soltándolo después de analizarlo unos segundos, asintiendo para si mismo. -Supongo que esta celoso porque son lo más parecido a los colmillos de un gato que una persona podría tener-
-¡No estoy celoso, carajo!- nadie presta atención a como el amante de los gatos intenta defenderse a si mismo. Todos sabían la verdad, quería tener colmillos así, incluso si no lo dijo en voz alta.
-Sonríe~- Todomatsu alzo su teléfono con una dulce sonrisa en su rostro y Kara resistió el impulso de hacer una pose "cool", sonriendo, mostrando los dientes y todo. -Debo decir que no te vez nada mal, Nii-san- analizo la foto con expresión pensativa, guardándola en una carpeta secreta donde tenía fotos de sus hermanos. -Aunque no tan lindo como yo- el segundo mayor solo pudo bufar, divertido, pero aceptando el cumplido.
-¿De donde rayos salieron los colmillos?- el de verde no puede evitar preguntar. -Ninguno de nosotros los tiene-
-No lo sé- se encogió de hombros con cierto desinterés. No los tuvo cuando era un niño, aparecieron cuando sus dientes permanentes crecieron y por alguna razón, esos dientes en particular eran un poco más alargados de lo normal. Se sentía algo orgulloso de ello, algo que ninguno de sus hermanos tenía, algo que lo hacia diferente. -Siempre los tuve, ustedes son los que no prestaron atención- y decide que es momento de escapar, antes de que alguien más quiera mirar sus dientes o algo así. -Distraídos~- les regala una sonrisa, burlona y algo socarrona, mostrando abiertamente sus colmillos, apenas evitando reírse de las expresiones de sus hermanos. -Bye-bye~- sale, bajando las escaleras con paso rápido y colocándose los zapatos, saliendo de la casa justo cuando sus hermanos parecieron reaccionar, corriendo al escuchar sus gritos llenos de reclamos.
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