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Adolescente #6

Espero que les guste~

Nota: No sé que tan lejos llegue esta idea, creo que hasta aquí llego mi cerebro sobre esto pero todo depende de mi imaginación e inspiración de los siguientes días. Ya veremos que pasa ^_^

Jyushimatsu, cuando no estaba sentado frente a un loca cerrado y fingiendo ser tan malo que hasta fumaba, le gustaba ir al parque, específicamente a aquel que tenía una gran zona despejada para niños que se juntaban y jugaban al beisbol. Había una extraña satisfacción en verlos jugar, resistiendo la necesidad de sonreír las risas que podía escuchar mezcladas con la notable felicidad infantil y la adrenalina ligera que venía con jugar, ignorando la pequeña parte de si que quería unirse.

Además, le daba la oportunidad de estar alejado de la tensión presente en su familia y podía disfrutar.

En todo caso, ese lugar era como su escondite, donde se sentaba y miraba a la gente a su alrededor o solo jugaba con su teléfono, y ver el juego de aquellos niños era una especie de pasatiempo que disfrutaba cada fin de semana pero en uno de esos, de pura casualidad, encontró un rostro muy familiar entre toda la gente. Frunció apenas el ceño, no exactamente enojado pero si bastante confundido de ver a Karamatsu allí, vistiendo ropa de calle, apoyado contra la baranda del pequeño puente que había allí y mirando a la nada, luciendo casi como si estuviera esperando algo o a alguien. Aunque lo que más llamo su atención fue el humo que pudo ver salir de la boca ajena al suspirar, el mayor agitando la mano para apartar aquello mientras los ojos del menor se abrían con sorpresa y horror.

¿Su hermano estaba...fumando? ¿De verdad? ¿Sin estar fingiendo como él hacia todo el tiempo?

Era una escena casi surrealista para Jyushi. De todos los hermanos, Karamatsu sin duda era el más responsable y educado, ayudando en todo lo que podía y esforzándose de corazón, siempre intentando mantener un bajo perfil y obedeciendo mayormente las reglas, fumando en el parque, sin decirle a ninguno de sus hermanos y manteniéndose alejado de cualquier adulto o autoridad.

-¡Kara-chan!- y ahí esta esa chica, de cabello plateado y ojos raros, que ahora siempre esta junto al segundo mayor, tanto dentro como fuera de la escuela. Él se animo, enderezándose con una sonrisa y al mismo tiempo, Jyushi se sobresalta, medio apurado en buscar un escondite pero manteniéndose cerca, observando y escuchando. -Lamento haberte hecho esperar pero había un fila en la tienda- hizo un gesto, rebuscando en la bolsa blanca que colgaba de su brazo, sacando una botella llena de un liquido naranja que el chismoso que se estaba ocultando para espiarlos supuso que era de jugo.

-No espere mucho- Kara le dio una última calada a su cigarrillo para terminarlo, aplastándolo entre sus dedos antes de sacar una pequeña bolsa de su bolsillo para tirar la colilla y volver a guardarlo, sonriendo con cierto nerviosismo cuando ella enarco una ceja.

-¿Estás fumando otra vez?- le extendió la botella y mientras el segundo mayor la aceptaba, los ojos del menor escondido se abrían con horror ¿No era la primera vez que lo hacia? ¿Hace cuanto había estado fumando su hermano mayor? No tenía respuestas para eso de momento pero le dolía un poco darse cuenta de que ese era un secreto que Karamatsu guardo, algo que no les conto a ninguno pero por alguna razón, esa chica si lo sabía. -¿Te das cuenta de que el paquete es mío pero eres tu quien más fuma?- parecía divertida por alguna razón y Jyushi frunció el ceño ante eso.

¿Tan grande era la distancia entre ellos?

-Lo siento, estoy algo ansioso- guardo la bolsa para poder abrir la botella y darle un sorbo, tarareando con gusto.

-Si ahora estas así, no quiero imaginar como te pondrás cuando empiecen los exámenes- ella bufo, algo burlona pero con un toque de preocupación en su tono. -En serio, necesitas calmarte un poco. Fumar casi la caja entera en una semana no puede ser bueno para un cuerpo tan joven- hizo un gesto, ambos empezando a alejarse, Jyushi hundiéndose en su escondite hasta abrazar sus piernas contra su pecho y fruncir el ceño, preocupado.

Había algo que estaba poniendo ansioso a su hermano mayor, lo suficiente como para hacerlo fumar y mucho ¿Eran ellos? ¿Era la distancia y la tensión que había entre todos? ¿Esa era la causa de la ansiedad del mayor? Dolía pensar que ellos podrían ser los responsables por su repentino mal habito pero no es como si su distancia fuera algo que habían planeado, fue solo algo que sucedió y ninguno de ellos peleo realmente contra eso.

Quizás ahí estaba su error, permitir que la distancia existiera sin hacer nada para acortarla o algo así.

Los siguió, principalmente por curiosidad y porque una parte de si no quería alejarse demasiado de su hermano mayor de momento, sin poder escucharlo realmente pero observándolos. Era extraño verlo sonreír enormemente, tan sincero y abierto, algo que se dio cuenta con un sobresalto que no presencio en años y que extrañaba ahora que lo veía con otra persona. Ninguno era ciego, habían notado el cambio en Kara después de esa extraña mañana en la que se abrazo a Osomatsu para llorar amargamente contra su hombro pero no habían pensado que tan lejos había llegado aquel cambio.

Estuvo un tiempo sentado entre arbustos mientras el par se sentaba a charlar en una de las bancas del parque, encogiéndose todo lo posible para no ser visto y sacado a patadas o tachado de un acosador...de los pervertidos, para ser más especifico. Y solo cuando la escucho despedirse, es cuando se levanto, revelándose ante su hermano que se sobresalto y casi tropezó, tomado con la guardia baja.

Ambos Matsuno se observaron en silencio, uno luciendo extrañamente serio y el otro pareciendo perdido.

-¿J-Jyushimatsu?- Kara parpadeo, ladeando apenas la cabeza, curioso y confundido ante la presencia repentina de su hermano, preguntándose desde cuando había estado allí.

-¡Te voy a acusar!- lo señalo, el mayor enderezándose en su lugar y abriendo los ojos con horror pero Jyushi no dudo en darse media vuelta y empezar a correr como loco, sabiendo que el otro lo estaba siguiendo de cerca, siendo capaz de escuchar sus pasos y suplicas para que se detuviera y se callara, aunque lo ignoro. Esquivo a la gente en su camino, luchando por apurar todo lo que podía su paso porque su hermano parecía ser mucho más rápido y lo estaba alcanzando pero aun así, apenas pudo ver su casa, medio se lanzo para abrir la puerta y tropezó en su interior. -¡Todos!- lucha por sacarse los zapatos y apenas puede dar un paso antes de ser tacleado, gruñendo cuando su rostro fue empujado contra el suelo y un peso repentino sobre su cuerpo lo aplasto, ya sabiendo quien era. -¡Kara...!. y pronto, había manos tapando su boca.

-¡Cállate!- Karamatsu no necesitaba ser un genio para saber que su hermano menor lo había visto fumar, debía hacerle caso a su instinto que le gritaba que estaba siendo vigilado, pero no lo hizo y ahora, el daño estaba hecho. Así que mantuvo su cuerpo encima del ajeno, usando su peso para mantenerlo en el suelo y usando sus manos para tapar la gran boca ajena, ignorando la sensación cálida y húmeda que pronto llego a su palma. -¡Eso no funcionara!- había lidiado con la saliva de todos muchas veces, en especial con la de Jyushi, y a pesar de que aun le daba algo de asco, no era lo suficiente como para estar dispuesto a soltarlo. -¡No me muerdas, carajo!- eso si le dolió pero logro darle un rodillazo, logrando que lo soltara.

-¿Qué rayos sucede aquí?- ambos se congelaron por unos segundos, ignorando lo raros que debían verse en su posición actual, alzando la vista lo mejor que podía para encontrarse con los demás hermanos allí. Osomatsu estaba en frente, cruzado de brazos y enarcando una ceja hacia ellos, con Choromatsu acomodándose los anteojos con una expresión llena de curiosidad y confusión, mientras Todomatsu se ocultaba mayormente tras ambos pero se asomaba lo suficiente para verlos.

-¡N-Nada!- el segundo mayor sudo, maldiciendo el extraño momento en el que ellos decidieron estar en casa. -¿Mamá esta en casa?- ignoro los sonidos ahogados que venían de Jyushimatsu, quien estaba incomodo por su propia saliva ahora mojaba su mejilla y barbilla, agarrando las manos ajenas en un intento de quitarlas.

-No, fue a la tienda y papá aun no llega del trabajo- Todo hablo, suave y ligero, su ceño frunciéndose apenas con preocupación notable. -¿Están peleando?- se encoge un poco más, como un niño asustado o algo así, y Kara siente una punzada de culpa, abriendo al boca con toda la intención de tranquilizarlo pero se distrajo y el hermano al que callaba lo aprovecho.

-¡Karamatsu esta fumando!- Jyushi fue rápido en alejar las manos del mayor de su rostro, liberando su boca y a pesar de estar un poco sin aliento, logro juntar suficiente aire para delatar al otro, logrando que un silencio tenso y extraño se instalara en entre ellos, al mismo tiempo que Kara sudaba en frío, rogando por morir una vez más o algo así de dramático.

-¿En serio?- Oso entrecerró los ojos, con una expresión extraña en su rostro, de esas que expresaban toda la autoridad de hermano mayor que nunca usaba y enarcando una ceja lentamente, mientras el segundo mayor soltó una risa nerviosa. Hasta ahí había llegado su secreto.

-En mi defensa...- dudo, pudiendo notar la mirada de horror en el rostro de Todomatsu y la preocupación profunda viniendo de Choromatsu, haciendo que su corazón se encogiera. Aprovechando que la puerta aun estaba abierta y él había alcanzado siquiera a sacarse los zapatos, no dudo en levantarse. Y Karamatsu, como todo un cobarde, se da media vuelta y corre como alma que lleva el diablo, ignorando como sus hermanos le reclaman y lo llaman, esperando que su amiga pudiera ocultarlo un rato en su casa. Estaba muchos problemas.

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