Adolescente #5
Espero que les guste~
Nota: El Chibita de la peli tiene cabello xD
-Pareces agotado- Kimiko comento en una de esas tantas veces en las que se encontraban en el techo de la escuela en la hora de descanso. Kara se veía cansado, realmente cansado, con ligeras ojeras y el cabello apenas alborotado. -¿Vivir la adolescencia otra vez y cursar la secundaria por segunda vez es tan duro como parece?- enarco una ceja con cierta diversión, rebuscando en sus bolsillos.
-No tienes idea- suspiro, hundiéndose un poco más en su lugar, agradeciendo que ya fuera viernes pero sin saber si estar del todo contento por la llegada del fin de semana, en especial cuando las cosas en su casa aun estaban tensas. -Extraño mi vida de Nini en este punto- de pasar de dormir tarde hasta levantarse a la hora que pudiera o su madre lo levantara y no hacer mucho en su día, a tener que despertarse temprano para cumplir con un horario escolar y con todo lo que eso implicaba, era un cambio más duro de lo que le gustaría.
-Me imagino que si- tarareo, sacando la caja y frunciendo apenas el ceño al ver su interior. -Tendré que robar más después- le quedaban solo dos cigarrillos en este punto, uno para cada uno. -Por el último día de esta semana- casi al mismo tiempo, cada quien le dio una larga calada a su cigarrillo, dejando escapar el humo. Kara se permitió relajarse, ignorando la voz de su conciencia que le recordaba que era demasiado joven realmente para fumar tanto y solo se permitió disfrutar. Por mucho que su intención había sido cambiar las cosas, se sentía como si nada hubiera cambiado. Claro, ayudando en casa hizo que el peso de las tareas fuera más liviano para su madre y le daba algo que hacer de paso pero la situación con sus hermanos aun era tensa y parecía empeorar. Por alguna razón, hasta se sentía como el objetivo entre ellos de repente. El segundo mayor ni siquiera entendía que había sucedido para que todos lo estuvieran viendo cada dos por tres. Era como si lo estuvieran vigilando o algo por el estilo. -Oye, Kara-chan- él parpadeo, saliendo de sus pensamientos para mirar a su amiga, quien parecía un poco ansiosa de repente. -¿Tienes planes para hoy después de la escuela?-
-No, no que yo sepa- y de cierta manera, no tenía muchas ganas de volver a casa. -¿Tienes un plan?- enarco una ceja hacia ella.
-¡Hagamos algo hoy!- se emociono, apenas recordando no agitar sus manos, aun sostenía su último cigarrillo del momento entre sus dedos y no tenía idea cuando podría robarse más. -Mi mamá trabaja hasta tarde y mi hermano saldrá con sus amigos, así que me dieron dinero para el almuerzo y algo extra para hacer lo que sea-
-Oh, eso...en realidad suena genial- se enderezo, animado. Nunca había salido con amigos, no los tuvo hasta Chibita pero eso fue de adulto. -Tengo dinero extra, mamá me a estado pagando por las tareas del hogar- se miraron entre ellos, permitiendo que grandes y brillantes sonrisas se dibujaran en sus rostros. -¡Hagámoslo!- chocaron los puños y rieron, emocionados, incluso si no sabían bien que estaban por hacer.
Karamatsu estaba muy emocionado de que terminara la jornada escolar, sin tener muy en claro que podrían hacer pero poco le importaba, estaba seguro que iban a divertirse mucho. Además, sería bueno estar fuera de su hogar, lejos de las miradas poco discretas de sus hermanos que parecían encajarse en su nuca y empeoraban su incomodidad. El timbre que anunciaba la hora de salida lo hizo sonreír enormemente, levantándose de su asiento después de guardar todo y saliendo de allí con su amiga, quien balanceaba su propio bolso.
-¡Kara-chan!- Kimiko lucia tan emocionada como él se sentía, ambos con grandes sonrisas. -¿Qué quieres comer?- estaban caminando por el pasillo, evitando a los demás alumnos que se movían a su alrededor, algunos para irse a casa y otros para sus actividades del club o algo así. -No sé tu pero se me antoja un gran plato de fideos en este momento-
-Eso suena muy bien, no he comido ramen en mucho tiempo- llegaron a la puerta principal, cambiándose los zapatos para poder salir de allí antes de que algo pudiera detenerlos.
-¡Karamatsu!- se tenso ante la voz, volteándose apenas para ver que Osomatsu también estaba allí, con sus zapatos en manos en una clara señal de que apenas se los estaba cambiando. Para el segundo mayor era extraño verlo de repente, porque a pesar de que todos estaban en la misma escuela, realmente parecían evitarse todo lo posible como todos tuvieran la plaga o una enfermedad contagiosa. -¿Te vas a casa?- y había algo extraño en su expresión, como si quisiera decir algo más pero no se atreviera. Raro viniendo de alguien como él, que no tenía filtro vocal.
-Ah...no, almorzare con una amiga- se sentía algo nervioso, en especial cuando el mayor entrecerró apenas los ojos, como si estuviera analizando a la chica de cabello plateado, quien solo sonrío e hizo un gesto de salido con dos dedos, pareciendo divertida por alguna razón. -¡A-Adiós, Aniki!- hizo un gesto, dándose media vuelta y avanzando con pasos rápidos, casi trotando para alejarse de allí, sin ver la mirada herida en el rostro del mayor e ignorando sus reclamos. -Eso fue raro- hizo una mueca.
-Y que lo digas- Kimiko no iba a decir mucho sobre el tema pero tenía la sensación de que los hermanos estaban preocupados por el "cambio" de su hermano Karamatsu, queriendo saber la razón pero sin atreverse a acercarse como un ser normal. En su opinión, ellos estaban medio locos y estreñidos, emocionalmente hablando al menos. -Ahora, quitando el tema del rarito de tu hermano, encontré a alguien que de seguro de animara- y ahora estaba dando pequeños saltos como pasos esta vez, riendo como una niña.
-¿Alguien?- no tuvo otra opción más que seguirla, confundido y curioso, solo para llevarse una gran sorpresa después de unos minutos de caminata. -¡¿Chibita?!- se sorprendió un poco verlo, luciendo cansado y sentado en el suelo con la espalda apoyada contra la pared de un edificio, parpadeando ante el cabello castaño claro que tenía, un detalle que olvido si debe ser sincero. Había estado tan ocupado en crear y seguir su nueva rutina que en realidad, que solo había salido para las compras y los mandados, intentando no pensar mucho en el amigo que extrañaba. -¿Cómo es que...?-
-Solo tuve que ir a los puestos de Oden y preguntar por alguien con baja estatura que llama a todos "idiotas". Fue super sencillo- parece orgullosa de si misma y él solo puede parpadear, frotándose apenas el rostro con una de sus manos. -Ahora, adelante. Ve a por tu amigo e invítalo a comer con nosotros-
-No creo que eso sea buena idea, Miko- se froto la nuca. Chibita los odiaba, principalmente por toda las tontearías que ellos le hicieron de niños, y recuerda que en algún punto, después de que el más bajo consiguiera su propia casa y ya tuviera su puesto de Oden, que había empezado a soportarlos por ser clientes frecuentes.
-¿No es tu amigo?- enarco una ceja.
-¡Lo es! Bueno, lo era...¿lo será?- hizo una mueca al tropezar con las palabras, sacudiendo la cabeza en un intento de aclarar su mente. -No somos amigos...ahora- entrelazo sus dedos, odiando sentirse como un adolescente ansioso pero obligándose a recordar que es lo que era, ya no era un adulto.
-Eso se puede arreglar~- ella sonrío enormemente, volteándose para ver al más bajo, sus ojos iluminándose con diversión. -¡Chibi-chan!- llamo en voz alta, el Matsuno a su lado sobresaltándose y sacudiendo las manos como si quisiera callarla pero Kimiko lo tomo de la muñeca, ignorando sus quejas ahogadas por su propio nerviosismo y empezando a caminar, arrastrando al chico que ahora parecía luchar por buscar una excusa entre tartamudeos.
-¿Eh?- Chibita alzo la vista, enarcando una ceja al verla acercarse, no luciendo muy sorprendido. -Eres tu otra vez- bufo y a pesar de su ligero ceño fruncido, en realidad parecía que estaba conteniendo una sonrisa, como si estuviera divertido. -Te lo dije la última vez. Me llamo Chibita- se cruzo de brazos.
-No me importa. Eres Chibi-chan ahora- Kimiko sonrío, llevando su mano libre a su cintura y mientras el más bajo bufaba, ella le dio un tirón firme a la muñeca que aun no soltaba para evitar que su amigo escapar y obligarlo a pararse a su lado, este enderezándose con cierta tensión, olvidando su actitud de adulto por unos segundos.
-Ah, y con uno de los idiotas- Chibita se enderezo un poco, como si quisiera hacerse más alto, incluso si eso era imposible. Parecía un poco a la defensiva, dispuesto a defenderse al parecer. -¿Cuál de ellos eres tu?- fingió desinterés, aunque el Matsuno sabía que podía identificarlo. Fue uno de los pocos que aprendió a diferenciarlos, en especial en su infancia.
-Karamatsu- aun así, respondió, rascándose ligeramente la nuca. Kimiko le palmeo la espalda, sonriendo, como si le estuviera dando ánimos o un impulso. -¿Quieres almorzar con nosotros?- decidió preguntar, porque según el mismísimo Chibita, la comida era la mejor forma de empezar una disculpa.
-¿Es algún tipo de broma?- lo miro con desconfianza ligera.
-No, no, no- sacudió las manos. Trago en seco, ansiando un cigarrillo, sintiendo una punzada de molestia al darse cuenta de que se sentía algo dependiente a esas cosas. Tenía que dejarlo, en algún momento. -Es más bien...un "lamento haber sido tan tonto"- hizo un puchero cuando el más bajo solo se le quedo mirando. -Mis hermanos y yo...estamos algo distanciados ahora, así que no tienes que preocuparte de que esto sea una broma elaborada o lo que sea- acomodo su bolso, jugando con la correa. -Soy solo yo, ofreciendo un almuerzo de disculpas-
-¡Y yo también estoy aquí!- Kimiko tarareo. -Venga, Chibi-chan, así que podremos ser todos amigos- Chibita los analizo por unos segundos, luciendo como si estuviera meditando sus opciones y las consecuencias que podría tener que enfrentar o algo así de dramático, terminando por suspirar.
-Bien- se movió para levantarse, con el par animándose notablemente, chocando las manos como si festejaran un repentina victoria. Y así, el trío empezó el recorrido para buscar donde comer, con una exigiendo remen y otro declarando con firmeza que el Oden era superior en todos los sentidos, mientras el tercero solo estaba feliz de tener a sus amigos a su lado.
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