Capítulo 15
Desde que se reencontró con Audrey y llovieron besos, abrazos y lágrimas por largos minutos, Gregory se dedicaba a contemplar a su madre como si de una escultura de Michelangelo se tratase. Ella ya se había percatado, y le causaba bastante gracia y ternura. Además, no paraba de acariciar sus manos, como si no quisiese que se marchase por tanto tiempo de nuevo.
Ambos permanecieron charlando en el salón por un largo rato, incluso Evelyne decidió abandonar la conmovedora escena para darles algo de intimidad. Gregory le contaba a su madre sobre lo sucedido en South Park durante su ausencia, y Audrey le narraba a su hijo divertidas anécdotas que habían sucedido durante el rodaje de la película que estaba preparando en Hollywood.
Sin embargo, en un momento concreto, salió inevitablemente un tema algo más serio.
-Por cierto, cariño... Hace unas horas estuve con Chloé, ¿sabes? Y Evelyne también me contó sobre lo sucedido, así que-...
-Oh, bueno... Me crucé con ella el otro día por la calle y, siendo sincero, se me encogió el corazón. Debe estar pasándolo terrible, por eso... N-no voy a perdonármelo pero, mamá... Yo sé dónde está Christophe. De hecho, estuve con él hace poco –esperando a una respuesta que no llegaba, el rubio continuó-. Desde el principio le he estado ayudando, y aunque me siento verdaderamente culpable, me he asegurado de que coma, duerma bajo un techo y pueda cumplir sus necesidades. Pero me pidió que no le contase a nadie, y-...
-Me lo imaginaba. Conociéndoos, desde que me enteré supe que tú tenías que ver con todo esto. Y también estaba segura de que le ayudarías en todo lo que pudieses.
-¿L-lo sabías?
-Instinto de madre, tesoro. Me enorgullece mucho que des la cara por él de esta forma, y sé cuánto lo aprecias, pero debes tener en cuenta el estado en el que se encuentra Chloé.
-Lo sé, mamá, y he intentado convencerle. Creo que hemos progresado, pero ni siquiera me ha explicado qué pasó para que hiciese eso. De cualquier modo, seguiré haciendo todo lo que esté en mi mano para traerlo de vuelta con su madre.
-Estoy tan, tan orgullosa, Gregory –la mujer volvió a rodearlo con los brazos, besando su cabeza-. Pero, voy a hablar con Chloé sobre esto, ¿vale? Simplemente le diré que su hijo está bien, y que estás intentando convencerle de que vuelva a casa. Será duro, pero la conoces bien: lo entenderá.
[...]
-¡¿Q-qué demonios estás diciendo?!
-Calla, calla –Peterson dirigió su dedo índice a los labios de su amigo-. Obviamente no voy en serio, pero quiero darles un buen escarmiento. Para que vean que eso no está nada bien y que realmente pueden dañar a las personas.
-P-pero Elliot, ¿no crees que es algo demasiado serio como para bromear sobre algo así?
-Ellos lo hacen constantemente, y solo pretendo evitar que continúen jodiendo a los demás de esta forma. Mira, lo he estado pensando desde que me expulsaron, y tengo un plan.
Durante un rato, le pelirroje estuvo explicándole al medio-coreano su idea: como no le era permitido regresar al instituto hasta el lunes (período de tiempo en el que sus padres estarían fuera), aprovecharía para hacer "ciertos preparativos". Cuando hubiese terminado, le daría una señal a Matt (probablemente en un mensaje de texto), y éste tendría la tarea de hacer correr la voz sobre que "Elliot Peterson se había suicidado durante el fin de semana debido a que estaba siendo acosade en el instituto por su sexualidad". Elle se ausentaría de clase por unos días, y finalmente regresaría cuando los alumnos se hubiesen acojonado lo suficiente.
-Elliot, no creo que sea una buena idea...
-Venga ya, no voy a hacer nada malo –volvió a agarrar sus manos a la par que sus frentes se rozaban-. Solo confía en mí, ¿de acuerdo?
Otra vez, esas horribles ganas de besar a Elliot Peterson.
[...]
-Ya estoy en casa, y traigo hamburguesas –canturreó el inglés, entrando en la tienda de campaña. Sin embargo, su colega no estaba allí.
Ciertamente extrañado, dejó la cena dentro de la tienda y volvió a salir. Ya eran las once de la noche, ¿dónde se habría mentido ese francés?
Entonces, tuvo la idea de acercarse de nuevo a Stark's Pond. Tal vez el chico estuviese sentado en aquel banco, fumando otro de sus cigarros con una pose ruda y su cabello revuelto. Gregory sonrió ante tal idea.
Sin embargo, al llegar allí se encontró con una escena totalmente distinta. En la orilla del lago, descubrió la ropa del mercenario tirada en el suelo. Instintivamente, dirigió la mirada al agua, donde se topó con una figura masculina iluminada por la luz de la Luna.
Debía haberlo imaginado.
-¿Te importa si me uno? –Fields elevó el tono de voz para llegar a los oídos del más alto, mientras que se deshacía de su camisa. El Topo refunfuñó algo en francés y se sumergió bajo el agua, tratando de esconder su pudor.
El inglés terminó de desnudarse y se introdujo en el agua rápidamente, aunque se estremeció por culpa del frío.
-¿Qué haces ahí parado? –Christophe se acercó nadando a él, observando cómo permanecía con el agua cubriéndole hasta la cintura.
-No sé si te habrás dado cuenta de que no soy tan inmune al dolor como tú, pero así es –el rubio cerró la boca de repente: tal vez decirle eso no era demasiado apropiado, dada la situación en la que estaban-. Me refiero, el agua está demasiado fría.
-Maldito niño rico –gruñó el francés, agitando los brazos para salpicar a su socio.
-¡Hijo de puta! –exclamó, salpicando de vuelta al moreno. Éste se aguantó una carcajada, difícilmente podía ver a Gregory Fields fuera de sus casillas, y ésta era una ocasión perfecta.
Ambos continuaron con la pelea, hasta que Gregory se encontró lo suficientemente mojado como para lanzarse sobre DeLorne y hundirse con él. Esto fue el detonante para una batalla campal de ahogadillas y empujones.
Sin embargo, los muchachos se dieron tregua en cuanto sus estómagos comenzaron a escucharse a kilómetros a la redonda. Sin darse cuenta, se habían pasado un par de horas en el lago, y Gregory había olvidado por completo las hamburguesas.
-Espero que te guste la carne fría –bromeó el más bajo, y El Topo le dio un codazo-. De veras, se me olvidó totalmente la comida.
-Es tu culpa –susurró el de ojos marrones, sumergiéndose de nuevo hasta la nariz.
-Sí, sí, me responsabilizo de los hechos. Espera, voy a por algo para secarnos.
Gregory se decidió a salir del agua y correr a la tienda de campaña completamente desnudo, todo para compensar las hamburguesas frías. DeLorne permaneció dentro del lago hasta que el chico regresara; de paso, aprovecharía para observar a su colega correr como su madre lo trajo al mundo. Una vista de lo más placentera.
Una vez que ambos se envolvieron en mantas y entraron en la tienda de campaña, comenzaron a degustar su ya fría cena en silencio.
-¿Qué tal está tu madre?
-Oh, muy bien. Al parecer, alguien del reparto sufrió un accidente y tuvieron que pausar el rodaje. Así que aprovechó para hacernos una visita.
-Genial... No por el accidente, sino porque puedas estar con ella por un tiempo.
-¿Y tú? ¿Tú no quieres estar con tu madre?
DeLorne se mantuvo en silencio, antes de darle un gran bocado a su hamburguesa.
-De cualquier forma, esto está más bueno que la comida que hace ella. No me importaría quedarme por más tiempo.
"Contigo", pensó.
-Pero si vuelves, no tendrás que estar escondiéndote aquí. Podrás volver a tu cálida habitación, no vivir en el bosque como un ermitaño y regresar a la vida en sociedad. Suena a un buen plan, ¿eh?
-Me voy a sincerar contigo, Fields. Créeme, me he estado replanteando el volver, pero... No sé, creo que la cosa no se ha enfriado aún.
-Pero, ¿qué ocurrió entre vosotros exactamente?
De repente, el sonido del teléfono móvil del mercenario los sorprendió. Al leer el mensaje, El Topo suspiró quejoso.
-¿Ocurre algo?
-Es Ashley, la de primero.
-¿Ashley Wright? ¿Os escribís?
-¿Q-qué? ¡No! –Fields sonrió malicioso, y el de ojos marrones bufó-. Es una larga historia.
-Tenemos toda la noche –el rubio apoyó la barbilla sobre su mano, mirando al más alto.
-Va te faire foutre. En resumen, cuando te fuiste a casa me la encontré en el bosque. Dijo algo como que venía huyendo de su padre.
-¿Huyendo de su padre?
-Sí. Me contó que lo hizo enfadar porque la lió ayudándolo en no sé qué cosa.
-¿Y realmente crees eso?
-No sé qué pasará en su casa, pero todo apunta a que le pegan.
-Hum, puede ser. No quería comentar nada en voz alta, pero mientras limpiábamos el martes, observé que tenía algún que otro moretón: dudé entre esa posibilidad, o que simplemente es muy, muy torpe. En fin, prosigue.
-Ugh, simplemente le dije que no le contase a nadie que me había visto. Y ella aceptó, con la condición de que... tuviese una cita con ella.
-¿Una cita? –Gregory se mostró bastante sorprendido. Se veía a kilómetros que a esa niña le atraía el mercenario, pero nunca pensó que alguien como ella se armase de valor frente a DeLorne-. Vaya, vaya, pues ya puedes ir contando los detalles.
-Eh, que no le he dicho que sí definitivamente. Ni siquiera me gusta –murmuró, apartando la mirada-. Tan solo me dijo que podíamos pasar la tarde en no-sé-qué-parque de atracciones mañana. De cualquier modo, no creo que tenga la sangre fría de apuñalarme por la espalda si me niego a ir con ella.
-¡Pero Christophe! El Topo teniendo una cita con una chica, ¿cuándo se ha visto eso? Además, no te estás comprometiendo a nada, míralo como una forma de pasar el rato y experimentar. Además, esa niña es bastante mona, ¿no crees?
-No es mi tipo, imbécil.
-¿Quién sabe? –Fields dejó escapar una carcajada-. No pierdes nada, y por asistir no tienes por qué repetir. Siempre puedes decirle que no estás interesado y disculparte.
-Gregory, no me gusta.
-Venga ya, parece ilusionada. ¿Acaso vas a romperle el corazón de esa forma?
-... Casse-toi, putain d'anglais.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro