6th. HEART-TENDER🐥🐱💋
Importante escuchar: Love me like you do by Ellie Goulding
💋🥯LOVE IS AN ISSUE🥯💋
🔞Contenido explícito
Música en notas electrónicas, luces estroboscópicas moviéndose sobre todo el lugar, ojos azul turquesa sonriendo a pesar de la multitud. Park Jimin no recordaba cuándo había sido su última vez en un club y menos cuándo lo había disfrutado.
—¡Vamos ya!¡No te hagas de rogar Jiminah!
Puchereó Taehyung antes de tirar de la manga del suéter del rubio. Ese era otro punto a favor de la informalidad de la cita. Pantalones ajustados que realzaban sus caderas algo redondeadas, la fina cintura o el hecho de que ya no tuviera sobrepeso o pequeños granitos en su cutis.
Del recuerdo de un universitario adicto al estudio y enamorado como un tonto de un chico que ya ni recordaba el nombre antes de perderlo todo en una noche similar no quedaba nada. Aun así, Park se sentía extraño.
—Ya deja de insistir. Estoy bien aquí...
—¡Injusticia! Apuesto cien wones a que si te lo pide Yoongi no te niegas...
Taehyung acabó robándose la cerveza de Hobi y el castaño solo negó antes de abrazar a su pareja por la cintura.
—Bebé, deja de hacer drama. Si quieren seguir aquí como dos ancianos, déjalos. La pista será nuestra tarde o temprano...
Sentenció antes de recuperar el final del trago y susurrarle otras cosas a su chico que hicieron a Yoongi esbozar media sonrisa burlona. Jimin suspiró antes de tomar asiento en el brazo del reservado que los cuatro compartían. La sonrisa de Yoongi se amplió.
—Si quieres tomar el aire, hay una terraza por allí.
Sugirió el de mechones rosáceos y el rubio contestó tomándolo de la mano. Caminar entre la multitud era todo un arte. Más cuando insistían en pegarse a todo y a todos. Yoongi terminó abrazando a Jimin por la cintura para evitar que la turba se lo arrebatara.
Tal como había predicho en base a su buena memoria, en aquella área del club se respiraba mejor. Muy pocas parejas deambulaban alrededor de una escultura de hielo que recreaba un cisne sobre un claro de luna.
Habían pasado tres semanas desde la escena del ascensor. Tres semanas donde no se lo había pedido apropiadamente pero era obvio que la amistad se había convertido en otra cosa cuando no perdían la oportunidad para tocarse y compartir besos que rayaban lo apasionado.
Yoongi había estado en STRAWBERRY SHOT por cuestiones de trabajo, pues la última sesión de fotos había tenido como locación la misma terraza que ahora ocupaban. Aunque más que aceptar un bono de su recién asumida carrera, el de ojos felinos estaba allí para celebrar que finalmente había encontrado un pequeño departamento a solo veinte minutos del de Jimin.
—¿Hace un poco de frío o es mi impresión...?
El de cabello rubio cuestionó arrugando la nariz. Con aquel suéter color rosa pastel de mangas afelpadas hasta las muñecas lucía demasiado tierno. Yoongi se aclaró la garganta antes de volver a abrazarlo.
La diferencia de estatura no era tan notable pero los dos centímetros que los separaban ahora se hacían presentes puesto que Jimin solo llevaba unas Vans a juego con las de Yoongi.
—¿Mejor ahora, bísquet?
Le susurró en el oído trayendo un furioso sonrojo al cuello que no dudó en besar. Una risita nerviosa emanó del doncel.
—Mejor, pero podría incluso irse todo el frío si nos escapamos...
Se giró para enmarcarle el rostro en las manos ganándose un pequeño beso en su nariz.
—¿Y tus amigos?
—Ellos están en su mundo, Yoon, llévame al tuyo esta noche...
Jimin terminó anclándose a su cuello antes de iniciar el próximo beso. Con lentitud delineó los labios de Yoongi hasta que la desesperación le ganó a la delicadeza.
Su lengua no tardó en abrirse paso en la cavidad contraria y a esas alturas el más joven no sabía ni cómo mantenerse en pie cuando sus manos coqueteaban con el bajo del suéter de Jimin.
—De acuerdo. Vamos entonces.
Intentó calmarse abrazándolo fuerte. Jimin sonrió nuevamente, aspirando el aroma de su gatito latoso para regresar al club y despedirse de un malhumorado Taehyung que le gritó "traidor" junto a un animado Hobi que con pulgares en alto les deseó suerte, como si la conversación supuestamente privada que sostuviera el rubio con su prometido también fuera del dominio de Yoongi.
Jimin no era un mojigato, pero su primera experiencia sexual había sido desastrosa. Aun cargaba los complejos de haber tenido sobrepeso o algunas imperfecciones en el rostro cuando siempre fue de los que maduraba con más calma.
Con diecinueve años, acabado de llegar de Busan y miles de expectativas, cayó enamorado como un tonto por el delegado de su clase. Aquel chico que solo se mostró dulce por la única razón de llevarlo a la cama en una de las tantas fiestas de la fraternidad universitaria a la que pertenecía.
Jimin despertó solo en un dormitorio común rodeado de otros chicos y con una nota que decía: "No eres la gran cosa además de un trasero gordo que no sabe moverse."
Después de aquello recuperarse fue un martirio y "la era de dietas extrañas" comenzaron a llegar hasta que la vida le presentó a Kim Taehyung, un chico que estudiaba Medicina con la intención de especializarse en Psiquiatría.
Su mejor amigo lo salvó de tantas batallas, pero la herida, a pesar de cerrar con el tiempo, siempre estaba ahí. Siempre que volvía atreverse a dejar que alguien compartiera la cama con él, porque las llaves de su vida jamás se las entregaría a nadie, recordaba su primera vez.
Los nombres se desvanecían, los rostros cambiaban y la luz de las habitaciones permanecía apagada porque a pesar de haber invertido en su salud física y mental, detrás de la máscara de seguridad y perfección que Jimin había creado para protegerse, muy en lo profundo, seguía siendo ese frágil chico de diecinueve años que había jurado nunca más volver a amar.
Hasta ahora.
Hasta ahora que los ojos azul turquesa de Min Yoon Gi parecían incendiarlo de pies a cabeza mientras alcanzaban el pequeño sofá de la recién estrenada sala de estar del menor.
—Hermoso, mi hermoso bísquet...
La voz ronca del más pálido lo volvía loco. Las manos de Jimin ya estaban debajo de la camisa de Yoongi, acariciando su pecho desnudo mientras la temperatura aumentaba entre los dos.
A horcajadas sobre el regazo del modelo, besándose como si no hubiera un mañana, sabía que faltaba poco para cruzar la línea del deseo finalmente y aquel miedo aterrador a sentir más que atracción por él lo volvía a amenazar.
—Yoonie... bebé... me... ¿Me das un momento?
Pidió casi con miedo. Internamente deseaba una negativa. Internamente pedía que Yoongi se aburriera del juego que por tres semanas estaban manteniendo, pero parecía todo lo contrario.
Lejos de quejarse o imponerle su deseo, porque era evidente que lo deseaba, el chico le trataba con una delicadeza solo admirable en la colección de novelas rosas que se había leído en la adolescencia y el inicio de su juventud.
Oh... Yoongi... por qué tienes que confundirme siendo de esa manera... por qué te miro y pienso en que esa palabra maldita contigo puede ser real...
—Si no quieres... solo podemos dormir juntos... pero no te vayas ahora Jim. No te lo he pedido correctamente pero yo... ¿Quieres ser mi novio?
Si tenía dudas, ahora la máscara de Park Jimin se había hecho añicos. Joder, Yoongi iba más allá de besos y roces ilícitos. Yoongi le estaba pidiendo iniciar una relación que en la vida había compartido. Una risa nerviosa le sacudió el pecho consiguiendo que el ceño del de ojos más claros se frunciera en respuesta.
—Entiendo que no estoy en posición de pedírtelo siendo quién soy. Pero quiero que entiendas que lo que siento por ti va más allá de una fuerte amistad. Me gustas, me gustas como el infierno y te deseo de esa otra forma que no puede cubrir una relación de amigos. Puede que sea insignificante para alcanzarte. En el fondo sé que te mereces a alguien mejor, alguien que sea perfecto como tú y desgraciadamente yo...
—Shh...—Los pequeños dedos de Jimin se cernieron sobre los labios sonrojados del menor. Ojos de un imposible color ámbar enfrentando el azul casi grisáceo de formas felinas—¿Quién está negándose aquí? Deja de decir que no eres suficiente cuando tienes el mejor corazón de este mundo... Yoongi... Tú... tú en verdad no tienes idea de cómo me haces sentir...
—Quizás sí la tenga... Solo déjame demostrártelo esta noche. Sé mío, por favor...
Le besó la frente mientras Jimin se refugiaba en su cuello. Las manos en la espalda más pequeña acariciaban la tersa piel debajo de la tela del suéter. Un suspiro cansado brotó de los rellenos labios del doncel.
—Vas a matarme a este paso Min... Ya no puedo negarte nada...
Con delicadeza tironeó del lóbulo de aquella oreja adornada con dos argollas de plata. El escalofrío que atravesó a Yoongi se reflejó en su entrepierna mientras alzaba a Jimin por las caderas para volver a estar de pie.
Besándose torpemente pasaron la pequeña sala para encontrar la puerta de la que sería la habitación. Un reguero de cajas por desempacar y ropa arremolinada sobre la cama los recibió.
—Aun... aun me estoy instalando...
Musitó pobremente Yoongi mientras lo sentaba sobre el colchón para sacarle los calcetines con un beso en cada pie. Jimin carcajeó por las cosquillas que le producía el gesto más que por la excusa. Su gatito era un desastre, el desastre que más le gustaba.
—Solo vamos a estar juntos... no voy a quedarme a evaluar la habitación, por lo menos no hoy...
—Ummh... por qué presiento que si aceptas mi petición de noviazgo me convertirás en un obseso de la limpieza...
—Por eso enfatizo que tal hecho no me preocupa ahora... y para tu información, ya acepté...Ven aquí...
Tirando de las solapas de una camisa que ya estaba totalmente abierta, Jimin consiguió reclamar aquel cuerpo entre sus tonificadas piernas. El nuevo beso se hizo más intenso cuando pasó a su cuello y ambas respiraciones se hicieron pesadas.
—Bebé... me molesta tu ropa...
Se quejó Jimin enredando los dedos en la cinturilla de los jeans del de cabello rosado. Yoongi dejó de mordisquear su cuello para separarse un instante. Lo justo para sacarse el pantalón con movimientos torpes, quedando únicamente en bóxers para acto seguido ocuparse del que usaba el rubio.
La vista de Yoongi en ropa interior logró que el corazón de Jimin se acelerara más. Era demasiado surrealista tenerlo así, sin cámaras, staff o alguien que se interpusiera entre su anhelo para con el chico de la sonrisa de encías rosáceas.
Park no esperó que le terminara de desabrochar la bragueta antes de invertir las posiciones y atacarle el torso desnudo como un verdadero necesitado. A esas alturas no le importaba.
No tenía diecinueve. Era un adulto y deseaba al hombre debajo de su cuerpo de la misma forma incendiaria conque era acariciado.
—Jimin... joder... bísquet, tú solo...
Yoongi se calló cuando una mano atrevida le examinó la palpitante entrepierna. La boca de Jimin no se contuvo de probar un rosáceo pezón consiguiendo que el chico recostado sobre el colchón arqueara la espalda rogando por más atención.
Yoongi estaba en medio de un paraíso con los ojos color caramelo y la piel dorada mientras la desesperación lo consumía. Jimin seguía acariciándole por encima de la ropa interior mientras él luchaba por librarse de aquel suéter de cachemira que únicamente cubría al CEO.
—Nunca me dijiste que tenías un tatuaje...
Musitó el rubio antes de repasar con la lengua la inscripción con la fecha de nacimiento de Yoongi sobre la cadera izquierda del propio Min. El chico no pudo contestar más allá de un ronco gemido mientras tironeaba de los mechones rubios para atraer a Jimin de vuelta a su boca.
Con un hambre que ambos desconocían el beso se prolongó antes de percibir cómo Yoongi le sacaba la ropa interior de un tirón.
—Tú tampoco me dijiste que podrías estar en un catálogo de moda. Eres una tentación ambulante Park Jimin, no creo que me conforme con una sola vez...
Terminó volteándole en la cama para admirar su trasero y la grácil línea que dibujaban las vértebras en su espalda. Jimin estaba a punto de pedirle espacio, que se detuviera para recuperar el control, pero cuando aquella boca comenzó a besarle entre los muslos buscando su entrada el mundo se le detuvo en otra dimensión.
—Yoongi...
Fue lo único que pudo pronunciar mientras hacía puños con las sábanas. Fue besado intensamente mientras el chico lo exploraba y paladeaba a sus anchas.
—Tan hermoso, tan perfecto... tan mío, te quiero tanto bísquet...
Escuchaba aquella especie de cántico en su oído mientras el sonido de un preservativo siendo abierto se filtró en la estancia. Jimin se esforzaba por pensar, tener alguna idea que le hiciera detenerse y dudar, pero todo se sentía tan bien que no le importó ser un desastre de gemidos que se frotaba descaradamente contra el colchón mientras era preparado.
Con un movimiento lento Yoongi comenzó a invadir su espacio hasta que su frente terminó apoyada en la maltratada nuca del CEO.
—Hazlo conmigo, cariño...
Le alentó dejando escapar el aire entre los labios y Jimin rectificó su posición en el lecho alzando las caderas para ser más consciente de lo que sucedía entre sus cuerpos.
Comenzaron a balancearse de adelante hacia atrás mientras las manos de Yoongi trabajaban en esa otra parte de la anatomía del rubio que parecía gritar por una merecida liberación.
Los sonidos se hicieron más densos en la habitación mientras la delicadeza sustituía al hambre. Un hambre feroz por consumir al otro y Jimin no supo cuándo llegó a la cima de aquel país de nubes de azúcar que nunca le habían permitido visitar hasta que se descubrió buscando nuevamente las atenciones de Yoongi tomándolo con la boca con una desesperación que otros calificarían como obscena.
No recordaba cómo se llamaba aquello, pero Taehyung solía burlarse de él cuando por curiosidad encontrara una reseña del kamasutra en una novela erótica de las que consumiera en su más temprana juventud.
Nunca pensó poder compartir un perfecto sesenta y nueve con otra persona, pero por mucho se alegraba de ver el rostro sonrojado y satisfecho de Yoongi al llegar a su tercer clímax en la noche.
—Si quieres que me declare tu esclavo ya estoy a tus pies... bésame, bísquet...
Le pidió juntando sus labios cuando las respiraciones ya no les alcanzaban. Jimin sonreía como un niño pequeño mientras los sonidos obscuros volvían a llenar aquella habitación de donde no le hubiera gustado irse jamás.
Aun en la tormenta regentada por el deseo y la lujuria, aun cuando podía calificarlo como únicamente sexo, sabía que Yoongi no estaba percibiéndolo de esa manera y muy en el fondo él también, pues nunca antes, le habían hecho el amor.
💋🥯LOVE IS AN ISSUE 🥯💋
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro