Capítulo Único
La lluvia había inundado de gris la gran ciudad aquella tarde, mientras Miguel O'Hara se encontraba en plena lucha contra el crimen y las anomalías del multiverso. Sin embargo, aquel día recibiría una noticia que cambiaría su vida para siempre.
—Miguel, he detectado una anomalía en el tejido interdimensional. Parece que hay una concentración de energía en una de las dimensiones cercanas a la nuestra —le dijo Lyla, quien era una IA que tenía un papel importante como su asistente personal.
—¿De qué dimensión estás hablando, Lyla? ¿Qué es lo que está sucediendo allí? —preguntó, mientras se incorporaba del suelo, pues había tenido una ardua batalla con un bastardo que se había escapado de prisión.
—La dimensión en cuestión es la 2023-Alpha. Las fluctuaciones energéticas son muy intensas, y parece que hay algo que está afectando el tejido interdimensional de forma peligrosa.
—Entiendo. ¿Qué me sugieres que haga? —preguntó con notable cansancio, pues ese día había estado demasiado ocupado desde muy temprano.
—Mi recomendación es que viajes a esa dimensión cuanto antes y verifiques personalmente lo que está sucediendo.
—Bien. ¿Podrías darme más información al respecto?
—Sí. En la dimensión que te he nombrado anteriormente, existe una empresa privada llamada Spectrum Labs que se dedica a la investigación y desarrollo de tecnologías avanzadas. Allí trabaja una científica muy capacitada llamada Aurora Vega Serrato. Ella es una de las científicas más importantes del laboratorio y ha sido clave en el desarrollo de varios proyectos importantes.
Lyla hizo una breve pausa.
—Continua —pidió el hombre.
—Según la información recibida, Aurora descubrió un peligroso compuesto químico al que llamó "Formula X", el cual podría tener aplicaciones revolucionarias en la medicina y la ingeniería. Sin embargo, también es muy peligroso en las manos equivocadas, por lo que Aurora ha decidido mantenerla en secreto hasta que pueda encontrar una forma segura de utilizarla. Debido a esto, se considera a la señorita Vega como una potencial amenaza por su descubrimiento.
—Ya veo. ¿Qué sugieres que haga?
—Debes eliminar toda su investigación y a ella también.
Algo dentro de Miguel lo hizo sentir una oleada de tristeza e impotencia en cuanto Lyla le informó aquello, especialmente lo último.
—No me agrada mucho cómo suena eso, Lyla. Como sea, gracias por tu ayuda.
—Siempre estoy aquí para ayudarte, Miguel. No dudes en pedirme cualquier cosa que necesites.
Él asintió algo decaído y llegó hasta lo alto de un edificio donde se encontraba su departamento.
—¿Cuántas veces más tengo que pasar por esto? —se preguntaba a sí mismo, mientras miraba su reflejo plasmado sobre las ventanas de aquel edificio.
Miguel suspiró hondo, tratando de apaciguar el peso de ir nuevamente a otro sitio en un lugar que sería ajeno a su época.
Miguel no estaba seguro de cómo debía sentirse al respecto. Por un lado, estaba seguro de que podía cumplir con su trabajo y proteger su dimensión sin importar nada. Pero por otro lado, algo en su interior le decía que tal vez no todo era lo que parecía, y que tal vez, en esa otra dimensión, encontraría algo que había estado buscando durante mucho tiempo.
Simplemente lo sentía así y muy en el fondo de su ser, tenía una pizca de esperanzas de poder encontrar eso que tanto deseaba.
—Lyla, dame toda la información que tengas sobre Aurora Vega Serrato —le pidió a su compañera, una vez que entró a su habitación.
—Entendido —dijo Lyla —Aurora Vega Serrato, nacida el 21 de febrero de 1996 en Veracruz, México. Aurora es una mujer soltera, mide 1.65m y pesa 68k. De tez morena, ojos marrones y cabello negro y largo hasta por debajo de los hombros. Estudió biología en la Universidad de Santa María de la Cruz y después de graduarse comenzó a trabajar para Spectrum Labs. Su historial médico muestra que Aurora ha sido una persona bastante saludable durante toda su vida. En cuanto a sus antecedentes penales, no tiene ningún registro de delitos o actividades ilícitas —hizo una pausa antes de continuar — Aurora descubrió una fórmula que podría cambiar la historia para siempre, pero también se percató de que podría ser peligrosa en las manos equivocadas. Por eso, decidió mantenerla en secreto para seguir investigando hasta encontrar una forma segura de utilizarla.
—Gracias por la información. Creo que ha sido más que suficiente, Lyla.
Miguel comenzó a prepararse antes de salir. Sabía que no iba a hacer algo fácil, pues a primera impresión Aurora no parecía ser mala persona.
...
Las pilas de hojas llenas de información importante sobre su investigación y el creciente descuido en su laboratorio personal la tenían sin cuidado. Aurora Vega se encontraba trabajando sin descanso en nuevas ideas sobre cómo proteger su nuevo descubrimiento de la mirada de curiosos.
Aurora tenía una gran pasión por la ciencia, y dedicaba gran parte de su tiempo libre a experimentar y descubrir cosas nuevas. También le encantaba pasar tiempo al aire libre cuando podía o mejor dicho, cuando su jefe la obligaba a descansar. Aurora siempre decidía pasar tiempo en la playa, donde podía relajarse y disfrutar de la brisa marina, pero en ese momento lo único que disfrutaba era de su café bien cargado con extra azúcar y un toque de sustituto de crema no láctea en polvo.
La mujer dio un sorbo a su café caliente, mientras revisaba sus redes sociales donde toda su familia y conocidos se mostraban felices con sus vidas, mientras ella estaba sola tras un escritorio, encerrada dentro de un laboratorio trabajando 24/7 porque así lo quería.
La joven sonrió frente a la pantalla de su móvil sin darse cuenta de que detrás de ella había alguien más. Alguien que había aparecido de la nada sin hacer ruido. Fue entonces que cuando bloqueó su teléfono, la figura de un hombre con un traje bastante peculiar se reflejó sobre la pantalla haciendo que ella pegara un grito, arrojándose sobre su investigación para protegerla de él.
—Disculpa si te he asustado —dijo Miguel con voz suave, en cuanto vio que Aurora cubría con su cuerpo un montón de papeles que se encontraban sobre un escritorio —Mi nombre es Miguel O'Hara, también conocido como Spider-Man 2099. Vengo de otra dimensión, y necesito tu ayuda para proteger mi mundo —él se acercó a ella invadiendo su espacio personal y el creciente miedo que él le hacía sentir se apoderó de su cuerpo haciéndola temblar —Sé que suena descabellado, pero necesito que me escuches. Hay un peligro que amenaza a todo mi universo, y creo que tú puedes ayudarme a detenerlo.
Sus ojos color caramelo lo miraron muy de cerca y Miguel no pudo evitar sentir que su corazón latía apresurado y que su estómago se revolvía de una manera extraña. Inmediatamente se apartó y le pidió a Lyla un informe sobre su estado de salud. Ella le dijo que se encontraba en perfectas condiciones y que no debía preocuparse. Miguel se sintió aliviado, pero aún así no pudo pasar por alto ese extraño "malestar".
Después de que Aurora escuchara lo que él tenía que decirle, ella comenzó a creer que se había vuelto loca y que el hombre frente a ella que portaba un extraño disfraz era producto de su imaginación.
—Siempre me pasan este tipo de cosas cuando no duermo lo suficiente —expresó repentinamente, mientras ordenaba los documentos de la mesa —Soy Aurora Vega Serrato, soy una científica. Entiendo que necesites ayuda y todo, pero ¿cómo podría ayudarte? ¿Qué es lo que está amenazando a tu universo? —dijo, creyendo aún que era parte de su imaginación y que estaba hablando sola.
Miguel no respondió a eso, pues la culpable era ella misma y eso era algo que no iba a decirle de buenas a primeras. Así que guardó silencio un momento y cuando al fin iba a contestarle, se percató de que ella se había quedado dormida sobre su escritorio.
...
Aurora abrió los ojos con pereza en cuanto sintió que su cuerpo estaba sobre algo cómodo y suave. Lo primero que vio diferente fue el techo, definitivamente no era el del laboratorio.
Rápidamente salió de su cama y notó una peculiar figura en un rincón de su habitación.
—Pero qué demo... ¿Eres real? ¿No eras un sueño? —le preguntó a Miguel, quien la había llevado directamente hasta su casa la noche anterior —¿Cómo supiste mi dirección? ¿Quién mierda eres? ¿Acaso trabajas para el gobierno? —Aurora había comenzado a entrar en pánico —No, imposible. Sigo soñando seguramente.
Miguel se había dado cuenta de que Aurora no estaba convencida de que él fuese real, y trataba de encontrar una manera de hacerla entrar en razón.
—Aurora, perdóname. Sé que no debí traerte aquí sin tu consentimiento en primer lugar, ni haberme hecho pasar por tu novio cuando el portero me preguntó quién era —se disculpó algo avergonzado —Todo esto es difícil de creer, pero te aseguro que soy real. Ven conmigo, déjame mostrarte algo que te hará creer en mi historia.
Miguel le tendió la mano a la joven, ella dudó por un instante, pero después aceptó. Aurora se sentía intrigada por el tono convincente de Miguel, y sólo por eso había decidido seguirlo.
—De acuerdo, pero si esto resulta ser alguna especie de broma, no me gustará nada —reiteró.
Miguel llevó a Aurora hasta la sala de ella, donde le mostró su reloj dimensional y algunos dispositivos tecnológicos avanzados. Incluso le presentó a Lyla, quien la saludó amistosamente.
—Esto es lo que utilizamos en mi universo para protegernos de las amenazas externas —indicó, mientras dejaba algunos aparatos extraños sobre la mesa —Estos dispositivos son reales, y funcionan. Necesito tu ayuda para adaptarlos a este universo, para poder protegerlo de los problemas que se avecinan —explicó.
Aurora se sintió bastante impresionada por la tecnología que Miguel le había mostrado, y sintió que debía confiar en él.
—Miguel, todo esto es increíble. No puedo creer que esté viendo esto. ¿Cómo puedo ayudarte? —dijo fascinada mirando a Lyla de cerca.
Miguel sonrió al ver que Aurora finalmente creía en él, y comenzó a explicarle a detalle lo que necesitaba de ella.
—Necesito que adaptes estos dispositivos utilizando esa fórmula que has descubierto. Sé que eres una científica muy talentosa, y creo que podrás hacerlo. ¿Me ayudarías?
Aurora asintió con determinación con una sonrisa y juntos, se pusieron a trabajar en la adaptación de la tecnología dimensional de Miguel al universo 2023-Alpha.
...
Miguel y Aurora habían estado trabajando juntos por un tiempo y habían desarrollado una química especial. En un momento de confianza, él por fin había decidido mostrarle su verdadero rostro. Entonces él se comienza a quitar su máscara, revelando en su rostro, sus rasgos mexicanos alterados con sus poderes. Ella se sorprende al verlo por primera vez, pero no puede evitar sentirse atraída por él, por el inusual color de sus ojos y los colmillos afilados que posee.
—Miguel, nunca había visto tu rostro antes, ni me lo había imaginado así. Eres... eres hermoso —dijo embelesada, llevando su mano directamente hasta su mejilla, la cual acarició suavemente.
Miguel sonríe ante el cumplido de Aurora, sintiéndose más relajado.
—Gracias. No suelo mostrar mi rostro a menudo, pero me siento cómodo contigo —admitió.
Aurora sonríe de vuelta, sintiéndose más cercana a él que nunca.
—Me alegra que confíes en mí lo suficiente como para mostrarme tu verdadero yo. Eres un hombre increíble, Miguel. Siempre estás dispuesto a sacrificarte por los demás y hacer lo correcto.
Miguel se acercó aún más a Aurora y tomó su mano.
—Eres muy amable. Pero a veces creo que hago lo que hago por mi propio interés. Porque quiero hacer lo correcto, porque quiero proteger a los que amo.
La joven se da cuenta de la vulnerabilidad de Miguel y lo abraza tan fuertemente como queriendo fundirse con él.
—No importa cuál sea tu motivación, Miguel. Lo que importa es que haces lo correcto. Y eso es lo que me hace sentir tan atraída por ti.
Miguel se sintió abrumado por las emociones que sentía hacia Aurora y no puede evitar besarla apasionadamente. Ella corresponde a su beso, sintiendo que finalmente ha encontrado a alguien que la entiende y la ama por quien es.
Miguel y Aurora se abrazan, sintiéndose más cerca que nunca antes y después vuelven a besarse dejándose llevar por la pasión y la emoción del momento.
Él corresponde al beso de Aurora, sintiendo la suavidad de sus labios y el calor de su cuerpo. Él envuelve sus brazos alrededor de ella y la besa con más intensidad, sintiendo que finalmente ha encontrado a la persona que lo complementa.
...
—Mmm, Miguel... Podrías pedirle a Lyla que... —dice a su oído, avergonzada pensando que quizás Lyla podría escucharla. Miguel se siente sorprendido por la solicitud de Aurora, pero también se siente emocionado por la idea. Él sonríe y le da un beso en respuesta.
—Me encanta cuando tomas la iniciativa, mi amor. Claro que puedo pedirle a Lyla que me ayude a quitarme el traje.
La joven asiente con la cabeza, sintiéndose emocionada por lo que está por venir.
—Lyla, necesito que me ayudes a quitarme el traje. Así que por favor, desactívalo —le pidió.
Lyla responde a la orden y desactiva el traje de inmediato.
En cuanto su traje de Spider-man 2099 ha desaparecido, se siente liberado y se acerca a Aurora, sintiendo la piel de ella contra la suya.
—¿Te gusta lo que ves, mi amor? —le dice en un susurro.
Aurora sonríe.
—¡Me encanta! Eres hermoso por dentro y por fuera. Te amo.
Miguel sonríe y la besa de nuevo, cargándola entre sus brazos emocionado por lo que vendría a continuación.
—Te llevaré a la habitación —le dice, sin poder apartarse de sus labios.
La joven sonríe y abraza a Miguel mientras continúan besándose. En cuanto llegan a la habitación, Miguel la acuesta suavemente en la cama.
Ambos van explorando el cuerpo del otro, sintiendo desbordar la pasión y el amor que comparten. Disfrutando de un momento íntimo y romántico, sabiendo que su amor es único y verdadero.
Los gemidos placenteros de la joven resuenan por la habitación de manera escandalosa y excitante, mientras su amante lame habilidosamente cada parte de su sexo.
Ella envuelve sus piernas sobre el cuerpo fornido de él, tratando de mantener la compostura, pero era inevitable perderse en la locura sintiendo la lengua de O'Hara entre sus piernas. Ella da un último gemido antes de terminar frente a él, retorciendo su cuerpo sobre las sábanas blancas.
Luego de que ella obtuviera su orgasmo, le pide a su amado que se acueste, pues ahora es su turno de perderse en el placer.
Aurora toma su masculinidad entre sus manos, apreciando la forma, tamaño y textura de él.
—Señor O'Hara, usted la tiene de buen calibre —dice con una sonrisa juguetona, mientras pasa su lengua por toda su longitud hasta llegar a sus testículos, los cuales se lleva a la boca para deleitarse con su suavidad. Logra escuchar un sonoro gemido de su parte y sonríe satisfecha ante eso. Continúa lamiéndolo de arriba a abajo con ritmo, sus manos incluso acarician delicadamente sus testículos y de vez en cuando vuelve a echárselos a la boca.
Después de unos minutos más de hacerle sexo oral, él le dice que está por terminar y ella se emociona mucho, pues está deseosa por probar su semilla. Cuando el momento llega, Miguel le acaricia la cabeza y emite un gemido apenas audible, pero satisfactorio para su amada, quien rápidamente se enfoca en saborear los fluidos de él.
Después de eso, se toman un respiro antes de comenzar con lo que tanto anhelan: convertirse en uno solo.
Cuando al fin ambos están listos, él es quien le pide a Aurora que se recueste boca abajo. Ella acepta y se acomoda tal como él se lo indica. En cuanto él la penetra, empiezan a gemir ambos.
—Mierda, estás tan buena —murmuró lleno de placer, mientras comenzaba a besarle el cuello aumentando la excitación en ella.
—Y tú te mueves jodidamente bien, no puedo parar de sorprenderme con cada movimiento tuyo —expresó, mientras sentía cómo cada caricia y cada embestida la prendían más.
Durante su prolongada sesión de sexo, se atrevieron a hacer de todo, probando desde juguetes sexuales hasta BDSM.
...
Cuánto más tiempo pasaba con Aurora, más difícil le resultaba hacer su trabajo. O'Hara intentó convencerse a sí mismo que debía ser fuerte y cumplir con su cometido, pero cuanto más pasaba con ella, más se daba cuenta de que no quería hacerlo.
Finalmente, Lyla le recordó que había llegado el momento en el que él debía cumplir con su misión y acabar con Aurora. Sin embargo, cuando llegó el momento, no pudo hacerlo. No podía hacerle daño a la mujer que había hecho que en su estómago revolotearan mariposas de nuevo y que su corazón latiera presuroso otra vez.
Miguel decidió quedarse con Aurora, a pesar de lo que pudiera suceder en el futuro. Sabía que había tomado una decisión peligrosa, pero también sabía que no podría vivir sin ella. Juntos, decidieron luchar contra cualquier amenaza que pudiera aparecer en el futuro, pues habían construido un futuro lleno de amor, esperanza y felicidad.
Desde entonces, Miguel nunca volvió a dudar de su corazón. Sabía que, a pesar de todas las dificultades que pudieran aparecer en su camino, siempre tendría a Aurora Vega Serrato a su lado, y eso era todo lo que necesitaba para ser feliz.
...
Bonus (Final alternativo y malo)
Miguel y Aurora habían estado trabajando juntos en su investigación desde hacía unos meses, pero él había comenzado a perder la paciencia al permanecer tanto tiempo fuera de su dimensión. No comprendía porqué se demoraba tanto, si él sólo tenía que eliminarla a ella y a su investigación para proteger y volver a su universo cuanto antes.
Miguel no quería aceptar que estaba profundamente enamorado de ella y que era precisamente eso lo que lo tenía como perro atado a esa dimensión.
El hombre se había aproximado a Aurora con una sonrisa falsa esa mañana, tratando de ocultar sus verdaderas intenciones a su enamorada. Aunque la amara tanto, sabía que debía dejar el sentimentalismo de lado y cumplir con su deber.
—Aurora, he estado pensando en nuestra investigación, y creo que hay algunas diferencias en nuestros objetivos. ¿Podemos hablar de ello?
—preguntó con un atisbo de cansancio en su rostro.
Aurora se sentía sorprendida por el tono de Miguel, y preocupada accedió a hablar con él.
—Claro. ¿Qué diferencias ves? Creí que estábamos trabajando juntos para proteger nuestros universos —le dijo, confundida.
Miguel suspiró, sabiendo que debía ser cuidadoso en su respuesta.
—Sí, eso es cierto. Pero he estado pensando que tal vez nuestras estrategias no son las mismas. Yo creo que debemos ser más radicales en nuestra aproximación, y tú pareces ser más... cautelosa.
Aurora frunció el ceño al escuchar las palabras de su amante, sintiendo que algo no estaba bien.
—¿A qué te refieres, Miguel? ¿Qué quieres decir con "más radicales"? Creí que estábamos trabajando juntos para encontrar una solución pacífica. Incluso Lyla nos asesoraba con la información suficiente para continuar.
Miguel se acercó a Aurora, tratando de persuadirla, poniendo sus cálidas manos sobre sus hombros, mirándola a los ojos con seriedad.
—Aurora, entiende que esto es una amenaza existencial para mi universo. Si tenemos que sacrificar a algunos para salvar a muchos, entonces tenemos que hacerlo. No podemos permitir que la debilidad de unos pocos ponga en peligro a todos.
Aurora se sintió horrorizada al darse cuenta de las verdaderas intenciones de Miguel y se apartó de él enseguida, llena de molestia, tristeza e incertidumbre.
—No puedo creer lo que estás diciendo, Miguel. ¿Estás diciéndome que quieres eliminar a personas para salvar a tu universo? Por Dios, eso es inaceptable.
Miguel le sonrió con tristeza, sabiendo que la única manera de proteger su universo era eliminarla a ella y toda su valiosa investigación.
—Lo siento, Aurora. Pero esto es lo que se espera de un héroe. Sacrificar a unos pocos para salvar a muchos. No tengo otra opción —expresó con la mirada vacía.
Antes de que Aurora pudiera responder a eso, Miguel sacó un arma que había conseguido ilegalmente en esa dimensión. Dio un suspiro pesado y repitiéndose una y otra vez mentalmente que era lo correcto, apuntó en dirección a su amante y disparó sin piedad directo a su cabeza, pero la científica, por suerte había esquivado el disparo al agacharse a tiempo.
En un intento desesperado por borrar todo rastro de la Fórmula X, Aurora virtió una cantidad excesiva de sustancias al suelo tras aventar todo un anaquel lleno de frascos potencialmente peligrosos. La sala empezó a emanar un olor extraño y el fuego había comenzado a expandirse en cuanto la joven dejó caer su mechero con la flama alta.
Miguel no se esperaba todo aquello por parte de ella y se quedó de piedra al mirar cómo su amante se aproximaba a las ventanas de cristal.
En última instancia un terrible sentimiento de arrepentimiento había inundado al moreno, quien corrió directamente hacia ella para detenerla. Sin pensar que esta preferiría morir antes que él mismo acabará con ella.
—Lo siento mucho cariño, pero te he arruinado los planes —le dijo la científica justo antes de dejarse caer directo al vacío.
Miguel gritó su nombre con la culpa taladrando su mente, lo suficiente como para que sus ojos se llenaran de lágrimas, pues así no debía haber sido la muerte de Aurora Vega Serrato.
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