Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1 (Parte 2)

  Creo que debería empezar una filosofía de vida nueva, una donde no planee tanto las cosas de antemano, si al fin y al cabo, todo termina saliendo totalmente diferente.

  Por ejemplo, quisiera saber si fue acto del "bondadoso" destino o una gran casualidad, que me encuentre justo aquí, con Achilles, mi mejor amigo desde que tengo cinco, a quien no veo desde hace años y la razón por la que vine a Oregón. Y por ese lado, todo está de acuerdo a mi plan.

  Lo único extraño fue nuestro encuentro accidental, el hecho de que saliéramos corriendo huyendo de un grupo de sus fans como si fuéramos los protagonistas de una película de apocalipsis zombie y para escondernos, él tuviera la MAGNÍFICA idea de besar mi cuello escondiendo su rostro.

  Lo bueno es que su plan funcionó. Lo malo, es que por su culpa ahora tengo el corazón latiendo a una velocidad casi inhumana, las mejillas ardiendo y un nudo en la garganta que me impide hablar.

  Tantas horas ensayando mis palabras para este momento y al final quedarme así, genial.

—¿Estás bien? ¿O te quedaste muda? —Lo escucho preguntar con cierta diversión sin alejarse mucho de mí

  Frunzo el ceño despertando de golpe. Su tono burlón me obliga a decir algo, reaccionar de alguna forma.

—¡C-Claro que no estoy muda! Y dame espacio ¿Vale? —Exigo claramente molesta con él, mirándolo fijamente a los ojos.

—Claro. Podemos compartir oxígeno —bufa antes de retroceder unos cuantos pasos bajando sus brazos —.Supongo que es la reacción que causo en mis fans

  Pestañeo un par de veces mientras que todas las palabras que dijo se repiten en mi cabeza como un disco rayado, pero hay una en específico que no me gustó nada como la dijo.

—¿Disculpa? ¿Tu fan? —Levanto ambas cejas haciendo gesto de estar muy ofendida— Claramente estás muy equivocado, porque no puedes ir creyendo que todas las chicas están locas por ti. Para que te quede claro, yo no soy tu fan— Dictamino cruzándome de brazos y mirando a otro lado con indiferencia

—¿No? ¿Entonces que significa esto? —cuestiona y toca con su dedo índice la camisa azul que traigo puesta, que para el colmo, no sólo es de su equipo, sino que también tiene su número. Lo había olvidado por completo

  Rayos...

  Lo olvidé por completo. ¡Mira que estuve horas decidiendo si ponérmela era buena idea o no! Al final creí que sería un detalle lindo y que lo haría feliz. Pero ahora, me estoy arrepintiendo con mi vida de no haberme puesto otra cosa.

  Veo la diversión en su mirada y mi mente busca una escapatoria rápido. Lo único que se es que no puedo quedar en ridículo con él.

—¡Aparta tu mano! —grito dándole un golpecito en la palma de su mano para que la retire —¡Qué lleve esto no significa nada ¿Vale?!

—Bien, bien. No me imaginé que un ser tan pequeño pudiera contener tanta furia... —Ríe mientras se sigue burlando, en mi cara

  ...

  Ahora sí, que se ha buscado un problema.

  Traté de ser suave, pero no me deja otra elección.

—¿¡Pequeña?! —chillo con la cara roja de impotencia y enojo— Escúchame bien, Achilles. Para tu información, mido uno con setenta y tres metros. El hecho de que seas una columna, no significa que todos los demás seamos pequeños. ¿Puedes comprender eso? ¡Y ya deja de pensar que el mundo se ajusta a como tu lo quieras!

  Para mi total sorpresa, se quedó callado. Aunque lo que más me sorprendió fue la forma en que se me quedó mirando a los ojos con... ¿Ilusión? No estoy segura.

—Mhm... —De pronto pareció acordarse de algo y bajó la mirada a su camisa manchada de té —Qué lástima...

  Dirijo mis ojos al mismo lugar y la mancha de humedad en su ropa se ve fatal. El enojo que siento se disipa un poco y comienzo a sentirme mal por él, ya que al fin al cabo, en parte es culpa mía.

—Mhm... lo siento... —Me encojo de hombros con pena

—Iba a pedir un café espresso para mí, justo antes de que chocaras conmigo y me tiraras tu bebida encima... —Murmura bajo sin mirarme pero noto que su expresión es de tristeza, además de poner voz más suave como para dar pena

  Hago mi mayor esfuerzo en ignorar el hecho de que el señorito, narra los hechos como si toda la culpa fuese mía. Lo peor de todo es que hasta siento que caigo en sus encantos y me siento culpable. Es como un golden retriever dando lástima luego de haberse portado mal.

  Luego de eso, su expresión cambia un poco y sube la mirada para verme con una sutil sonrisa, pero me basta para saber que lo que dirá a continuación no me gustara para nada.

—Técnicamente... me debes un café

—¿Qué? Claro que no

—Si, porque por tu culpa ahora no estoy bebiendo mi cafeína vital

—¿Me estás tomando el pelo? Deja de culparme, tú también estabas distraído al chocar conmigo y TIRARME AL SUELO. De hecho, tu me debes una disculpa aún —Le recuerdo cruzándome de brazos y frunciendo el ceño

—Tienes razón —Ríe de forma relajada— Tú me compras un café, y yo te pido disculpas ¿Vale? Así ambos ganamos principessa

  Esto, ahg, ¿Esto es real? ¿En serio está negociando una disculpas por un café? ¿¡Qué rayos tiene en la cabeza?!

—No, me digas, así —Refiriéndome al apodo con el que me llamó

—Entonces además de hermosa, tienes agallas y eres inteligente... Supongo que entenderás que si no te gusta que te llame así, tienes que decirme tu nombre

  La sangre sube a mis mejillas dejando mi rostro rojo a la vez que mi corazón empieza a latir más rápido. Y no solo es por el hecho de los cumplidos que me acaba de hacer...

  Es que él quiere saber mí nombre. A lo mejor nadie pensaría que eso es algo por lo que ponerse así, pero en mi caso si.

  A pesar de que no me reconoció, puede que al decirle mi nombre me recuerde. Hay una cierta posibilidad de que eso suceda, y entonces... ¿Estaré lista para decirle? Creo que no.

  Siento que la verdadera razón por la que no quiero decirle quién soy, es porque ahora mismo tengo una oportunidad valiosa de conocerlo de nuevo. De saber quién es el hombre en que se ha convertido, saber distinguir si el chico a quién vine buscando es el mismo que está frente a mí.

—N-No... no te diré mi nombre...

  De nuevo, vuelve a sonreír de esa forma que solo él sabe hacer, como si obtuviera una victoria en un partido, aún antes de que este comience.

—Si no me quieres decir, es porque te gusta que te llame principessa...

  Ante eso yo solo me quedo sin palabras. Tampoco es que hubiera pensado en una excusa creíble. Respiro lentamente tratando de mantenerme despierta y no quedarme embobada mirando sus ojos, o sus gruesos labios cuando pronuncia "principessa".

  Tampoco le doy tantas vueltas ya que él toma mi mano repentinamente y empezar a caminar llevándome consigo. Logro coordinar mis pasos para que le sigan, ya que en realidad mi cerebro no está funcionando muy bien. Estoy confundida, porque esto no estaba para nada en mis planes.

  Lo cierto es que estoy un poco perfeccionista, algo así como un trastorno impulsivo controlador. Normalmente me fustro cuando las cosas no salen como las planeo, ¡Y nada de esto está saliendo como lo esperaba!

❄🌻❄⛸❄🌻❄

  Le pago a la dependienta y agradezco antes de tomar el vaso de cartón un poco caliente y salir un poco apresurada del local. Justo al frente veo un parque muy amplio que me recuerda a uno que hay en Denver, cerca de casa, en el cual solía pasar mucho tiempo de niña. Me acerco buscando entre las personas a mi acompañante, y lo veo sentado en un banco con las piernas y brazos cruzados, esperando por su "cafeína vital".

  Suspiro profundamente para mantener en orden todos los pensamientos que rondan por mi cabeza, toda esta situación... es demasiado inesperada, incluso parece sacada de una película.

  No tengo muy claro cuando contarle sobre, bueno, nosotros. Admito que en el fondo me da un poco de miedo su reacción... ¿Y si me ha olvidado por completo? O peor aún, ¿Ya no le importo como antes y solo soy una chica como cualquier otra para él?

  Aprieto con un poco de fuerza el vaso en mi mano y sacudo levemente la cabeza. Lo mejor que hago es relajarme y evitar ese tipo de ideas, al menos por ahora. Es muy pronto para pensar así.

—Aquí tienes —digo ofreciéndole el café para que lo tome una vez estoy frente a él

Grazie principessa —Él sonríe ligeramente mientras toma el vaso haciendo que sus dedos rozen con los míos e inmediatamente noto lo frías que están sus manos.

  Trago grueso y tomo asiento a su lado dejando una distancia prudente entre ambos. Me quedo observando el entorno con tranquilidad mientras golpeo mis rodillas con las palmas de mis manos. Pasa como un minuto en completo silencio de esta forma, cuando desvío la mirada de la forma más discreta posible a mi lado.

  Achilles está también tranquilo, bebiendo su café con los ojos cerrados como totalmente enajenado del mundo.

  He de admitir que he visto a Achilles un millón de veces, ya sea por televisión, por redes sociales, por revistas y otros medios. Pero aún así creo que no me cansaría de apreciarlo con detalle, y mucho menos estando tan cerca.

  Cuando termina el café abre los ojos lentamente y se lame los labios como si hubiera acabado de beber lo más sabroso del mundo. Luego tira el vaso en un basurero que está junto al banco ocasionalmente y de inmediato su azul mirada se dirige hacia mí.

—¿Me estuviste observando así todo el tiempo?

  De nuevo el sonrojo aparece en mis mejillas y trato de mantener la mirada fija en el aunque me cuesta y la desvío de vez en cuando. Ni siquiera tiene razón, pero aún así no puedo evitar ponerme un poco nerviosa.

—C-Claro que no, hay muchas cosas lindas que mirar en este parque además de ti ¿Sabes? —murmuro

—¿Entonces admites que soy lindo? Ya lo sé nena, no tienes que recordarmelo —añade con una gran sonrisa y voz egocéntrica, claramente solo para molestarme

—¡N-No quise decir eso! ¡Todo lo entiendes como quieres! Y aunque fuese cierto, no tienes que alardear de ello —refunfuño rodando los ojos. Es increíble como puede molestarme tan fácilmente

—Tranquila... de todas formas estoy de acuerdo contigo. Hay muchas cosas bonitas que mirar —Ríe discretamente haciendo que sus ojos se achinen mientras ladea la cabeza haciendo que se vea simplemente encantador

  No debería pero hace que de inmediato olvide lo que dijo para molestarme. Así fue siempre, desde cuando éramos pequeños y cuando hacía algo mal decía algo bonito para que lo olvidara y no me enfadada con él.

—Y ahora señorita, lo que tanto habías estado esperando: Yo, Achilles Bianchi, le pido disculpas por haber hecho que se cayera, todo fue muy rápido. De todas formas, no te lastimaste ¿Cierto? ¿Te duele aún?

  Niego con la cabeza rápidamente al notar la preocupación en su rostro, y no puedo disimular la pequeña sonrisa que se asoma por mis labios. De nuevo ambos nos quedamos en silencio, sin añadir nada más, pero no es para nada incómodo. Es agradable y acogedor, se siente como si crearemos una burbuja que nos separa de todo alrededor y solo estamos los dos.

  Desafortunadamente eso no dura mucho ya que luego parece que algo le pone en modo alerta y mira a los alrededores.

—Mhm... oye... creo que debemos movernos, esa horda de fans podría volver en cualquier momento —dice cambiando su expresión a una molesta

—Ah, claro... además, dentro de poco empezará el partido... —Recuerdo con un poco de pesar también. Lo cierto es que estábamos tan tranquilos aquí, tratando de ignorar nuestros mundos que son tan diferentes

  Nos ponemos de pie y mientras acomodo mi ropa veo que Achilles cubre su rostro con una mano sin dejar de mirar a los lados. Seguramente se siente inseguro o teme de nuevo ser reconocido y que las personas salten sobre él y lo atosiguen. Antes llevaba puesta unas gafas de sol, pero se quedaron en el suelo justo antes de que saliéramos corriendo de donde estábamos antes.

  Pienso con rapidez y actuó de la misma forma. Tomo la bufanda que traigo por sobre mis hombros la cual había tomado solo para cuando estemos en la pista, ya que en realidad no hace tanto frío. Luego aprovecho que el está distraído y ni siquiera le preguntó cuándo paso la bufanda por detrás de su cuello y la acomodo de forma que pueda cubrir un poco su rostro con la tela.

  Obviamente mi atrevimiento lo toma por sorpresa, pero solo se queda quieto observándome desde arriba con atención, esperando a que termine. Al acabar alejo mis manos lentamente y las dejo al lado de mi cuerpo.

—No era necesario que te molestaras... —dice lentamente encogiéndose de hombros

—N-No es nada, esto... es mejor que tener que usar tu "increíble táctica" —Me cruzo de brazos y sonrío de lado

  El suelta una pequeña carcajada justo antes de llevar una mano a la bufanda para acomodarla mejor pero no paso por alto el hecho de que en un momento presionó suavemente la tela contra su nariz para respirar el aroma de la misma y cierra los ojos tranquilamente.

—¿Te parece si hacemos otro trato? Porque yo me quedé con muchas ganas de saber que te hace pensar que soy más que una cara bonita y dinero, quiero saber porque soy especial para ti —Abre los ojos despacio y me eclipsa con su azulada mirada que no sabría decir si es imponente o dulce.

  Y hasta ese momento llegó la vida de Lía Clayton, porque en ese mismo momento mi alma me abandonó, fue a un viaje turístico y segundos después regreso a mí.

  Trago grueso y aprieto con fuerza el borde de mi suéter.

  Para el colmo de todo, él me escuchó. Escuchó cuando me refería a él con palabras que salieron de mi corazón sin pensarlo. Como es usual, su recuerdo llegaba a mi mente y las ganas de verle de nuevo hicieron que hable de forma cursi de él.

  Y tampoco es que nada de lo que diga no sea cierto. Lo malo es que él no sabe que dije eso porque es mi mejor amigo. Pero la forma en que me mira...

  ¿Realmente está interesado en saber por qué dije eso? De alguna forma yo... ¿Logré captar su atención?

  Él retira el anillo de sus dedos y toma mi mano con suavidad, haciéndolo entrar en mi dedo índice donde me queda perfectamente.

—Ven a devolverlo cuando gane el partido ¿Está bien? Entonces podremos hablar tranquilamente —explica con calma y lentitud para que lo entienda

  Y yo lo escucho, pero apenas y me doy cuenta de lo que pasa. Hace rato que dejé de pronunciar palabra y mi cerebro parece que dejó de funcionar bien. Él nota esto y solo ríe antes de volver a tomar mi mano con firmeza y empezar a caminar conmigo supongo que a la pista de hielo.

  Miro nuestras manos juntas...

  ¿Esto es real?

  Supongo que no está mal que la vida te sorprenda un poco de vez en cuando...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro