Olor a rosas (Saga x Afrodita)
La maldad de su ser cada vez era más poderosa, se alimentaba de sus miedos y la poca debilidad de su corazón, de la culpa de haber asesinado a un inocente, de todo aquello que su alma anhelaba cambiar pero que por azares del destino y de aquel maligno ser del cual era recipiente, solo se convertían en una utopía lejana e irracional, un mero producto de su imaginación que era imposible, un simple sueño que nunca se vería realizado.
Y en su desesperación, en su desasosiego que parecía infinito, había algo que podía traer la paz a su corazón, un olor hermoso e inefable, uno que le nubla los sentidos y atrapa su corazón en su enervantica fragancia y aquel aroma le recuerda a quien es portador de el; sus celestes ojos y sus ondulados cabellos solo pueden compararse con la belleza del perfume que calma sus preocupaciones.
Ahí está, de nuevo, siendo presa del terror y su mente malvada no deja de repetirle una y otra vez que se apodere del mundo, que invoque un mar de sangre y le ofrezca el banquete a la oscuridad; los recuerdos de aquel que es su reflejo de carne se hacen presentes y su voz burlesca invitándolo a aceptar su oscuridad es como un eco profundamente devastador que entra directo en su psique y lo hace revolverse inquieto.
Y escucha, a lo lejos, unos delicados pasos que resuenan en aquella solitaria habitación dónde yace encerrado y siendo consumido por la negra noche que parece solo estar sobre su cabeza; aquella reluciente figura lo encuentra y su nariz es inundada por aquel perfume que tanto le gusta. Su corazón parece detenerse para seguir latiendo un momento despues más calmado, en paz, armonía; su mente parece viajar a un mundo dónde aquello que lo atormenta no está más.
Pero aquellos ojos verdes aún están llenos de amargo llanto y aquel que ha llegado le sonríe melancólico, limpia con suavidad aquellas amargas gotas y le susurra al oído que todo irá bien, lo toma entre sus brazos y deja que aquella cabeza repose en su hombro y se embriague del olor a rosas que desprende su cabello, su piel, su aliento y hasta su alma. Acaricia aquellos cabellos azules que a veces son grises y siente aquella calmada respiración en su cuello.
Lo mantiene ahí, en el único lugar seguro que conoce, en dónde la oscuridad es iluminada y el terror se disipa, lo sucio en su alma se purifica y él... él ruega porque aquel hermoso guerrero que es su salvación y la perdición de otros, lo encarcele en sus brazos y lo mantenga ahí para siempre.
😈🌹
Cortito pero conciso.
Dan R
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