JiSung, 15 años

"Bien, voy a hacerlo. Le declararé mis sentimientos a MinHo el último día de nuestra apuesta. Y si algo sale mal, prometo rendirme.

Voy a dejarlo ir si realmente no veo un futuro.

Si él me odia para siempre; tendré que olvidarlo de una vez por todas...

Sólo me gustaría aclarar que...."

MinHo quedó a la expectativa, cambió las páginas y estaban en blanco; esa era la última página con contenido y terminaba así, a mitad de una oración.

Pero... ¿Por qué?

No lo entendía.

¿Qué estaba sucediendo?

No podía hacerle eso, no ahora. Él necesitaba respuestas, era un jodido tramposo. Y... agh~

MinHo había estado leyendo el dichoso diario durante el desayuno, hasta que llegó a esa página inconclusa. El resto de sus cereales le supieron a cartón, mientras pensaba en escenarios idóneos para asesinar al peliazul.

Ni siquiera se molestó en coger una bufanda cuando salió disparado hacia el colegio, incluso había salido más temprano de lo usual. Y su esfuerzo sobre humano dió frutos cuando entró al aula y únicamente estaba el peliazul leyendo.

ㅡHan Ji Sung, juro que voy a matarteㅡamenazó apenas entró, tirando la libreta frente a él.

ㅡLlegaste al final, por lo vistoㅡadivinó el peliazul, viendo sus mejillas sonrojadas por el clima helado.

ㅡ¿Ese era tu plan? Nuevamente decirme las cosas a mediasㅡbufó, dispuesto a golpearlo en cualquier momento.

ㅡVamos al gimnasio, tenemos que hablarㅡel peliazul se puso de pie y salió del aula, a regañadientes el menor lo siguió.

¿Ahora qué se tenía entre manos?