✿ 24
[DÍA 003]
Ambos chicos avanzaban en silencio para poder llegar al asilo para mayores. Ninguno había emitido palabra desde hace dos cuadras, y el azabache comenzaba a exasperarse. Odiaba el silencio, pero no sabía que decir. Usualmente él siempre tenía mil preguntas por hacer, pero todo se le olvidaba cuando volteaba a mirarlo. Sentía su estómago revolverse y sus manos temblar. Desde la tarde anterior después de ese incómodo abrazo, se ha sentido extraño.
Quizás pescó un resfriado, este invierno había sido demasiado crudo para él.
ㅡEstás muy calladoㅡcomentó el peliazul sin dejar de mirar el camino por donde iban, usualmente no le importaría. Aunque viniendo de MinHo, era preocupante.
ㅡ¿E-Eh? Sí, bueno... Estaba pensandoㅡmurmuró, con la vista clavada al suelo. Él realmente llevaba todo el día pensando.
ㅡ¿Estabas pensando? ¿Acaso estás enfermo? MinHo, creo que juntarte conmigo te está afectando ㅡlo molestó fingiéndose preocupado, aunque sus movimientos denotaban SARCASMO. Él solamente quería distraerlo, no le gustaba la forma en que su ceño se fruncía por la preocupación.
ㅡIdiotaㅡbufóㅡ¿Siempre tienes que hacer bromas de mal gusto?
MinHo olvido sus nervios al sentir su burla, resopló.
ㅡTú haces preguntas para matar el silencio, yo hago bromas para detener tus pensamientos. Me parece un trato justoㅡle regaló una pequeña sonrisa, sincero ante sus palabras. Eso únicamente consiguió hacer que MinHo se removiera, incómodo por la sensaciónㅡ Luces extraño desde que salimos, ¿Sucede algo?
ㅡCreo que pescaré un resfriado, sólo esoㅡrespondió de forma mecánica, restándole importancia. No iba a decirle que no podía dejar de pensar en la calidez de sus brazos, su deliciosa fragancia y en su estómago revuelto cuando le veía a los ojos o escuchaba su voz.
¿Eso siquiera era normal?
JiSung no se tragó el cuento, pero guardó silencio hasta llegar al asilo.
Una enorme sonrisa cruzó por la enfermera en turno al ver que MinHo ingresaba por la puerta de entrada, pero su sonrisa pasó a una expresión de sorpresa al ver quien lo acompañaba.
ㅡ¿JiSung? ¿Eres tú? ㅡla mujer le miró asombrada, acercándose a ellos. El menor rápidamente fue desplazado.
ㅡHa pasado un tiempo, Jihyo noonaㅡle sonrió el peliazul, con cierta incomodidad que no pasó desapercibida por MinHo.
ㅡ¡Oh por dios! ¡Eres tu!ㅡdió saltitos de felicidad, sin detenerse a envolver al adolescente peliazul entre sus brazos.
ㅡOkey~ ¿de qué me perdí? ㅡinterfirió el azabache al no entender nada, su momento nostálgico podía esperar. Su curiosidad, no.
ㅡJiSung solía visitar el asilo constantemente, pero lo dejó hace un par de añosㅡcontó la enfermera, Park Ji Hyo. Ignorando la clara mirada de amenaza que le dirigió JiSung.
MinHo miró a su compañero como si estuviera volando sobre él, asombrado.
ㅡSí, bueno... Vamosㅡcaminó dentro del lugar, evitando responder cualquier pregunta.
MinHo le había dado un bonito vestido blanco a su abuela, quien le sonrió en demasia. Platicaron unos minutos acerca de la familia, para finalmente sacar a relucir el tema de aquel peliazul que lo había acompañado hasta ahí.
ㅡ¿Conoces a JiSung desde hace tiempo?ㅡcuestionó la mujer sentada en su silla mecedora, disfrutando el paisaje que le brindaba estar sobre el porche que daba hacia el jardín trasero.
MinHo estaba sentado junto a ella, ambos mirando como el peliazul jugaba ajedrez con un hombre mayor.
ㅡAlgo así, hemos ido todo el colegio juntosㅡrespondió, sonriendo levemente cuando visualizó el ceño fruncido de su acompañante al haber perdido por tercera vez.
ㅡÉl es un muchacho muy agradableㅡla abuela Lee sonrió con ternura, le alegraba ver lo bien que había crecido.
ㅡSi, claro. Agradableㅡbufó, entornando los ojos con fastidio.
ㅡ¿Acaso no te lo parece? Creí que se llevaban bienㅡla confusión y sorpresa no se hicieron esperar. Era una conjetura fácil de realizar, habían llegado hasta ahí junto ¿era lógico, no?
ㅡNo realmente, él me molesta desde sexto grado y es muy odiosoㅡle contó, dramatizando sus movimientos.
ㅡ¿Él te molesta? ¿Te pega o cosas así? ㅡpreguntó sorprendida. Ante sus ojos, JiSung siempre fue un chico muy dulce y educado.
ㅡ¡¿Qué?! ¡No! ㅡnegó horrorizado, si se le hubiera ocurrido tocarlo le habría partido la cara sin dudarlo.
ㅡ¿Entonces cómo te molesta?
ㅡÉl hace bromas de mal gusto, me pone apodos y siempre encuentra la forma para hacerme encolerizarㅡenumeró con sus dedos, haciendo un tierno puchero.
La mujer soltó una risita, como si la queja de su nieto fuese una broma.
ㅡ¿No has pensado que tal vez quiere llamar tu atención? ㅡcuestionó juguetona, mirando al pelirrojo nuevamente.
ㅡ¿Qué cosas dices abuela?ㅡbufó incréduloㅡYo no le agrado, estoy casi seguro.
ㅡ¿Y él te agrada?
ㅡ¿Por qué debería agradarte alguien a quien no le agradas? ㅡcuestionó, irónico.
ㅡPorque sea lo que sea algo les trajo hasta aquí juntos, ¿no?ㅡenarcó una ceja, sonriendo con diversión. La cual hizo sonrojar al menorㅡ Si se odiaran a muerte o lo que sea, no aguantarían ni un minuto estar juntosㅡexplicó, concentrándose esta vez en las costuras de su regalo.
ㅡP-Pero...
ㅡTal vez le agrades, tal vez él sólo es muy tonto y no supo como hablarte así que prefirió molestarteㅡconcluyó, enfatizando su teoría como último recurso antes de sonreír hacia su nieto que parecía perplejo.
ㅡEso es...ridículoㅡmurmuró para si mismo, mirando nuevamente al peliazul.
Su brillante cabello relucía bajo el rayo del sol, mientras hacía pucheros porque no sabía que jugada realizar, el abuelo le estaba dando una paliza por enésima vez. MinHo había perdido la cuenta después de la cuarta ronda.
Sonrió por lo bajo, sin darse cuenta.
ㅡTe lo juro, Lee. Estaba ganando, y de un momento a otro mató a todos e hizo jaquemateㅡse quejaba el mayor mientras volvían a casa, sin entender como aquel hombre parecía acomodar el tablero a su conveniencia apenas parpadeaba.
ㅡLo que pasa es que eres un mal perdedorㅡse burló el menor, dándole un juguetón codazo.
ㅡ¡No es verdad!ㅡexclamó cansado de que no creyese su historia.
ㅡMal perdedorㅡcanturreó divertido.
ㅡEish~
MinHo sonrió triunfal de hacerlo refunfuñar.
El camino de regreso a casa fue ligeramente más ameno, porque apenas salieron JiSung empezó a conspirar contra el anciano. Sin embargo, MinHo seguía con mil preguntas rondando su alrededor.
ㅡ¿Solías ir antes al asilo?ㅡcuestionó el azabache, tras escasos segundos de silencio. Él realmente estaba curioso al respecto.
ㅡSí... ㅡhubo un silencio que heló la sangre de MinHo, arrepintiendose de preguntarㅡ Yo venía a leer para mi abuela y otro grupo de ancianosㅡagregó entonces, tratando de restarle importancia.
ㅡ¿A leer?ㅡladeó su cabeza, sintiendo en su piel una especie de dejavú.
ㅡSí, les leía poesía en el jardinㅡasintió, sonriendo con tristeza ante el recuerdo.
MinHo frunció el ceño, recordando vagamente haber escuchado a alguien leer con demasiada pasión en el tema. ¿Había sido él? El dueño de esa voz tan armoniosa que vivía vagamente en sus recuerdos, ¿era JiSung?
Imposible.
<<Nada es imposible>>
Sacudió sus hebras azabache ante esa molesta voz, o su madre siempre sabía seguirle a todos lados.
ㅡ¿Por qué dejaste de venir?ㅡpreguntó en cambio.
El menor pudo ver un brillo de melancolía centellear en su mirada, pero tan pronto apareció, se esfumó. Dejando su rostro inexpresivo.
ㅡPerdí el ánimo ㅡse encogió de hombros, evidentemente en el intento de zancar el tema.
ㅡ¿Por qué? ㅡMinHo jamás sabía cuando detenerse.
ㅡ¿Sabes que eres molesto cuando haces tantas preguntas, rata?ㅡmurmuró, comenzando a irritarse.
ㅡAgh~ cretinoㅡbufó.
JiSung lo escuchó, pero no respondió nada.
Algunas veces el menor no entendía absolutamente nada sobre la persona que caminaba a su lado; actuando como niño pequeño a ratos, serio a otros y como un idiota ¿siempre? Parecía que estuviera en una pelea consigo mismo, ¿por qué? Y la verdadera pregunta era..
¿Quién demonios es el verdadero Han Ji Sung?
MinHo, por primera vez en su vida, quiso saber más sobre Han idiota Sung. Iba a descubrirlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro