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[D Í A 006]

El proyecto de literatura había finalizado con éxito, ahora sólo debían esperar el día en que expondrán su trabajo. Y aunque pareciera que Jungkook no tiene nada más que tratar con su "bully personal", él no piensa ceder así de fácil.

El sábado había iniciado con una inocente nevada, Jungkook no dudó en saltar de la cama para mirar la blanca nieve cubrir la calle; y mientras toma una taza de cocoa, piensa seriamente en portar su abrigo e ir hacia el asilo para terminar por aclarar sus dudas.

ㅡAlguien despertó temprano, ¿debería preocuparme?ㅡ su madre ingresa en la cocina directo a la cafetera, mientras sonríe a Jungkook.

ㅡSolamemte... Tengo algunos planes.ㅡ comentó, mientras calentaba sus manos contra la taza que sujetaba.

ㅡSolamente aviso, si tienes únicamente derecho a una llamada... Ni se te ocurra llamarme.ㅡ y ganándose un gruñido por su hijo, pellizcó la mejilla del mismo tras haber servido su humeante bebida.

Sin molestarse en negar su acto ilegal, se colocó el abrigo y salió de casa con un rumbo fijo. Él no rompería las reglas, pero si una que otra privacidad. Incluso si no estaba seguro de estar haciendo lo correcto.

¿Meterse en la vida privada de Jimin? No tenía derecho, pero aun asi lo haría.

¿Por qué? Porque es Jeon Jungkook, y puede hacer lo que le plazca.

Apenas consigue atravesar la seguridad del asilo, sus pies se entorpecen hasta la entrada. Notablemente nervioso, ingresa sin dudar.

ㅡ¿Jungkook? Pensé que vendrías hasta la semana proxima.ㅡ Jihyo sonríe ante su llegada, y aunque no lo esperaba este día, parece emocionada de verlo. ㅡTú abuela estará muy feliz de verte.

ㅡDe hecho, quería hablar contigo.ㅡ su voz suena seria, incluso si se encuentra inseguro.

ㅡOh, claro... ¿Qué sucede?ㅡ cuestiona, mientras lo invita a pasar donde usualmente toma sus descansos.

La mujer le ofrece una taza de café, y el azabache acepta mientras toma asiento. Sus piernas se lo agradecen, pues están entumecidas producto del frío invierno.

ㅡEs sobre Jimin.ㅡ mencionó sin rodeos, tomando la taza que le es proporcionada. ㅡTú mencionaste que él no venía al asilo desde hace un tiempo, ¿por qué?

La chica se notó incómoda, sin saber que hacer. Le dió la espalda excusándose en servir su taza de café.

ㅡBueno, no estoy segura de ser quien para decirlo.ㅡ sus palabras titubean, ella realmente preferiría mantenerse al margen.

ㅡYo... soy amigo suyo, y estos días ha estado actuado extraño.ㅡ un sincero suspiro abandona su garganta. ㅡQuiero saber si eso tiene algo que ver.

ㅡBueno, ¿por donde iniciar?ㅡ Jihyo mordisqueó su labio con impaciencia. Llevando la taza de porcelana hasta sus labios, el vapor golpea su rostro y le hace sentir ligeramente abrumada. ㅡSu abuela murió hace algunos años, desde ese entonces él no venía. Sin embargo, es más que eso. Muchas cosas pasaron en ese tiempo.ㅡ suspiró pesado, tan sólo recordarlo le hace temblar. Ella había cogido mucho afecto por el chiquillo castaño. ㅡSi eres su amigo deberías saber que sus padres trabajan literalmente todo el día, y en ese entonces su hermano que aún seguía en Seoul estaba siempre estudiando.ㅡ comentó, el azabache asintió para que siguiera con sus palabras. Sí, sabía algo de eso. ㅡÉl estaba todo el día aquí, venía a leer para los ancianos y jugaba con ellos al ajedrez. Jimin siempre fue un chico peculiar, en realidad. Tiene una personalidad maduramente infantil.ㅡ sonrió por lo bajo, incluso después de su reencuentro él no había cambiado en nada. Y en parte, eso le alegraba. ㅡTiene un contraste perfecto entre ser maduro e infantil.ㅡ ambos sueltan una sutil risa, concordando en algo. ㅡCuando su hermano se fue a América, sus padres salieron del país para arreglar problemas de trabajo. Todo fue muy rápido, su abuela murió. Recuerdo a un niño de pie frente al altar de la única persona que estaba con él, y nuevamente estaba solo. Nadie de su familia vino, ni siquiera recuerdo haberlo visto llorar pero su expresión era... no tenía absolutamente nada de vida.ㅡ su labio tembló, anticipando un par de lágrimas. Las cuales secó inmediatamente, ella no debería sensibilizarse ante sus pacientes o los familiares. Sin embargo, ese chico tenía algo que hacía amarlo sin dudarlo. Su vínculo era indudable, y recordarlo así rompía su corazón por completo. —Después de eso no volvió ni siquiera a despedirse.ㅡ se encogió de hombros con tristeza. ㅡÉl se siente solo la mayoría del tiempo, lo sé.

ㅡEn realidad no sé si seamos amigos.— confesó, bajando la mirada hacia la bebida entre sus manos. ㅡPero... Él me agrada, aunque no es algo que le confesaría abiertamente. No llevábamos una buena relación hasta apenas unos días.

ㅡ¿En serio? Yo creí que ustedes estaban saliendo, o algo así

Jungkook sabe que su comentario es completamente inocente, sin desear incomodarle, pero no puede evitar el rubor que sube hasta sus mejillas.

ㅡ¡N-No! N-Nosotros no...ㅡ negó repetidas veces, no podía ser posible.

ㅡOh~ lo siento. Harían una linda pareja

Jungkook ignoró el ¿halago? Cambió el tema, sin olvidar agradecer su ayuda e información proporcionada. Después de una corta visita donde saludó a su abuela, decidió encaminarse hasta la casa de Jimin. Estaba por ser medio día cuando llegó hasta ahí, sin embargo el sol aún no se dignaba en hacer aunque sea una corta aparición, sólo nubes adornaban el cielo.

Se detuvo frente a la puerta de la residencia, pensando en qué hacer. Quizás ni siquiera bajaría para abrirle, cuando una idea se le vino a la mente; buscó bajo el tapete de a entrada y... ¡Eureka! Un repuesto de llaves, el pelirrojo vivía prácticamente solo obviamente seria precavido. Bien, al menos era inteligente.

Ingresó en la casa, todo estaba oscuro. Las cortinas aun estaban corridas y el silencio era aterrador, cerró la puerta para terminar por dejar las llaves sobre la mesita de centro que adornaba la sala. Subió hasta su habitación, cuando entró pudo identificar un bulto de cobijas sobre ella. Soltando tenues suspiros; el pelirrojo tenía la expresión relajada, el cabello vuelto un desastre y los labios ligeramente entreabiertos.

¿Cómo podía seguir dormido? Bueno, pues era sábado. A Jungkook no pareció importarle.

ㅡ¡Arriba Park Jimin! ¡Despierta! ¡Es un nuevo día!ㅡ no dudó en correr las cortinas de la habitación, haciendo que la luz cayese directamente al de ojos miel. ㅡ¡Se te hará tarde para...! ¡Se te hará tarde! ¡Arribaaaaa!ㅡ la técnica de su madre pareció infalible, le hacía sentir poderoso.

ㅡ¡¿Pero qué carajos?!ㅡ el pelirrojo despertó de un salto, cayendo envuelto entre sus sábanas.

ㅡBuenos días, tomatito.ㅡ dijo el menor, mirándolo hasta el suelo.

Jimin lo fulminó con la mirada, mientras trataba de escapar del embrollo de sábanas en que estaba.

ㅡ¿Qué demonios sucede contigo Jungkook? Es sábado en la mañana.ㅡ se quejó mientras sobaba su espalda baja, el golpe dolió. ㅡ¿Y cómo entraste a mi casa?

ㅡPor si no sabías, la apuesta aún no termina. Y... no quiero que me niegues mi canasta.ㅡ le mostró su lengua de forma infantil, ignorando su segundo cuestionamiento.

ㅡTe daré tu canasta, pero déjame dormir.ㅡ regresó a la cama, enrollándose entre sus sábanas. Sin intenciones de darle un mínimo de su atención, necesitaba dormir.

Jungkook suspiró, bien, debía tomar medidas drásticas. Tomó el extremo de su sábana y se las quitó de un jalón.

ㅡJungkook, déjame dormir.ㅡ gruñó, cubriéndose los ojos con el antebrazo.

El menor miró divertido su pijama de leoncito.

ㅡTe esperaré abajo con el desayuno.ㅡ mencionó, dirigiéndose a la puerta. ㅡY linda pijama, hyuuung~

Salió huyendo, segundos después escuchó un: "¡Jungkook!" y una almohada golpeando la puerta. Se fue riendo hasta la cocina.

[✿]

Jimin se quedó mirando el techo segundos más tarde tras aventarle su almohada, tratando de descubrir los secretos del universo.

¿Qué hacia el azabache ahí? ¿Cómo había entrado? ¿Por qué la vida lo odiaba? Debió usar una pijama decente anoche.

Genial, el chico que le gusta lo vió en su pijama más infantil, suspiró rendido.

Decidió tomar una ducha caliente, para después colocarse lo más cómodo y decente que encontró en su armario.

No estaba mucho de humor.

Cuando salió de su habitación pudo escuchar la dulce voz del menor mientras cantaba. El silencio de su casa fue llenado por Jungkook entonando Paper Hearts. El aroma a mantequilla derretida y harina para panqueques rápidamente lo inundó. Olía a hogar, un verdadero hogar.

Una sensación cálida envolvió su cuerpo, sintiendo que ronroneaba mentalmente.

ㅡ¿No es demasiado tarde para desayunar panqueques?ㅡ cuestionó el pelirrojo, viendo desde el marco de la puerta al menor moverse ágilmente en su cocina.

ㅡNunca es demasiado tarde para panqueques.ㅡ le recriminó, señalándole con la espátula que derramaba mantequilla.

Jimin sonrió por lo bajo.

ㅡBien, ¿ahora vas a decirme por qué te apareciste en mi casa un sábado por la mañana?ㅡ cuestionó viéndolo con una ceja arqueada, tampoco era que le molestara. Sólo curiosidad.

Jungkook le dió la espalda, siguiendo con su labor en la cocina. Los panqueques no iban a voltearse solos.

ㅡ¿No puedo visitar a un viejo compañero de escuela?ㅡ cuestionó en cambio, zanjando el tema.

ㅡNo, no si se trata de tu "bully" personal.ㅡ hizo comillas con sus dedos, había escuchado al menor llamarlo así.

ㅡPues últimamente ya no me has molestado.ㅡ contraataca, encogiéndose de hombros

ㅡ¿Debería empezar a hacerlo nuevamente?ㅡ cuestionó haciéndose el pensativo, una sonrisa divertida se deslizó sobre sus labios al escucharle refunfuñar.

ㅡSi lo haces, te denunciaré.ㅡ amenazó con el cuchillo que había usado para cortar la mantequilla.

Jimin rió ante la acción, ya no tenía más ganas de molestarlo. Ya no.

ㅡFui al asilo.ㅡ comentó finalmente, el pelirrojo no dijo nada. ㅡY hablé con Jihyo noona.

ㅡEsa jodida chismosa.ㅡ murmuró por lo bajo, estaba seguro que ahora Jungkook lo sabía.

ㅡJimin, yo...

ㅡNo quiero tu compasión, Jeon.ㅡ tú no, por favor.

ㅡNo te estoy dando mi compasión.ㅡ aclaró, borde. ㅡSi estuviera dándote mi compasión te ofrecería mi amistad, y yo no estoy haciendo eso.

ㅡ¿Entonces qué haces aquí?ㅡ le miró incrédulo, cruzándose de brazos y mirándole con suma desconfianza.

ㅡQuería disculparme.ㅡ confesó, avergonzado. ㅡYo... te juzgué sin conocerte y... fui prejuicioso. Lo siento, tú ganaste.

Jimin clavó su mirada en la mesa, sin desear mirarlo.

¿Por qué la victoria no se sentía como deseaba?

ㅡEstá bien, no importa ya.ㅡ murmuró, él realmente no quería tocar el tema.

ㅡPero...

ㅡSe te queman los panqueques.ㅡ canturreó, señalando la sartén detrás de él.

Fue hasta ese momento que Jungkook dejó de mirarlo para atender el desayuno sobre el fuego; después de eso comieron en total e incómodo silencio.

[✿]

Ambos estaban en la habitación del pelirrojo, quien estaba considerando en hacerse un retoque de tinte; el azabache sobre la alfombra jugaba un videojuego en su móvil y el pelirrojo sobre su silla de escritorio leía un libro. Ninguno había dicho nada, pero el silencio ya no era un problema. Jimin se había acostumbrado al incesante sonido del Mario Bros proveniente del móvil del menor.

Él realmente podía acostumbrarse a ello.

ㅡ¡Mierda! ¡No!ㅡ se quejó el menor, lloriqueando.

ㅡ¿Game Over?ㅡ cuestionó el otro sin mucho interés, pasando las hojas ya leídas. Ya había hecho la misma expresión unas diez veces más.

ㅡNo, se me acabo la batería.ㅡ puchereó, a punto de hacer berrinche. Él quería seguir jugando, y salvar a la princesa.

ㅡSegundo cajón a la derecha.ㅡ señaló el mueble detrás del azabache, pasando de página y acomodando sus anteojos.

ㅡ¿Qué cosa?

ㅡHay un cargador ahí, tonto.ㅡ murmuró con obviedad, entornando los ojos.

ㅡ¡Gracias!ㅡ cual niño pequeño corrió hacia el mueble, ignorando el insulto.

Si tan sólo Jungkook supiera cual es su izquierda y cual es derecha, Jimin no hubiera estado en problemas.

ㅡ¡Noo!~ Ese... no.ㅡ demasiado tarde, el pelirrojo perdió los colores cuando divisó su expresión.

No encontró un cargador, pero pudo ver una bolsa enorme con osos de goma, así como lazos de colores, bolsitas de celofán y notas color pastel. La expresión del azabache era un divino poema.

ㅡ¿Qué es esto, Park Jimin?ㅡ cuestionó aun sin separar la mirada del cajón. Miles de cosas venían a su mente, deseando que no fuera lo que pensaba.

ㅡ¿Golosinas y notas?ㅡ no sabía que decir, nunca fue bueno mintiendo.

ㅡSé que son idiota, tú sabes a que me refiero

ㅡPuedo explicarlo

ㅡEntonces hazlo, porque estoy apunto de matarte.

Ay Jimin

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