●020
[D Í A 001]
Lunes.
Jungkook no era apático frente a los lunes, pero especialmente hoy no deseaba ir al colegio. No quería ver al irritante pelirrojo, se arrepentía de aceptar. Sólo iba a aprovechar sus 24/7 para molestarlo sin inhibiciones ¿Por qué no lo pensó antes? Si tan sólo no hubiera estado babeando mentalmente por pensar en golosinas, habría usado su completo raciocinio para negarse rotundamente.
Resopló resignado, tendría que ir. Ni siquiera deseaba abrir los ojos y salir de la cama, empezar el día era la parte más difícil de cada mañana.
ㅡ¡Jeon Jungkook se te hará tarde! ¿Qué se supone que haces aun babeando? ¡ARRIBA! ¡ARRIBA! ¡Nuevo día, nuevas oportunidades!ㅡ la mujer azabache de menuda estatura arrasó cuál remolino, abriendo cada cortina que adornaba el cuarto de su único hijo. Apenas su habitación tuvo la iluminación suficiente para cegarlo, su progenitora abandonó el espacio para hacerle algo de desayuno.
Jungkook suspiró, bien. Ahí iba.
[✿]
Usualmente no iba por el mundo deseándole maldades a las personas, pero justamente hoy suplicaba porque Jimin pezcara al menos un resfriado. Entonces faltaría a clases y se liberaría de su inocente trato, ingrata fue su sorpresa al toparlo leyendo al final del aula
¿Siempre estaba leyendo? ¿Cómo es que no lo había notado? ¿Y por qué le toma atención ahora? Bufó, pasando de largo el flujo de sus pensamientos.
Ignoró olímpicamente su presencia al fondo, y fue a su pupitre; todos sus pensamientos negativos se fueron al desagüe cuando vió la bolsita con gominolas atada con un lazo color lila. Sonrió, mirando la nota.
❝Puedo ver galaxias
completas en tus ojos;
pero tu no puedes ver
ni una sola estrella en los míos❞
ㅡ O95
La sonrisa del menor se desvaneció hasta quedar en una mueca confundida e inconforme. ¿Cómo esperaba su chico misterioso que mirara a sus ojos? Al menos que... ¿Lo conocía?
Su análisis se vió interrumpido por el típico rechinar de la puerta del aula, anunciando que su flojo profesor de aritmética había llegado.
El menor de la clase se limitó a disfrutar del regalo, mientras sentía un nudo en su estómago. Era dulce, y amargo.
Dulce en sus labios, y amargo en su corazón. Disfrazando la corazonada, en un simple malestar.
Los tortuosos segundos se volvieron minutos, y los minutos en horas. Horas que terminaron en un sufrimiento gracias a las tareas que el hombre les había dejado como si nada. El hombre abandonó el aula, mientras el resto se reunía para hacer sus planes de almuerzo. Jungkook sólo pudo quedarse ahí, mirando la pizarra con plumón difuminado.
ㅡ¿Te piensas quedar ahí todo el día, rata?ㅡ una profunda voz, la cual comenzaba a alucinar, se burló de él a sus espaldas.
ㅡDeja de... llamarme así.ㅡ gruñó, dentro de un bufido.
Jimin sonrió complacido de hacerlo refunfuñar, y le robó una de sus gomitas con el único objetivo de hacerlo enfadar. ¿Pues qué más si no?
ㅡ¡Hey! No toques.ㅡ el azabache no dudó en dar un manotazo al pelirrojo ladrón, quien sonrió en grande.
ㅡSólo fue una.ㅡ la comió sin culpa alguna, ignorando su pobre advertencia. ㅡVamos a comer, y deja de enojarte o te saldrán arrugas a temprana edad.
ㅡ¿Eh? ¿Ir a comer...? ¿contigo?ㅡ la confusión fue palpable en su voz, desconcierto que no permitió al rubor en sus mejillas hacerse presente.
ㅡYep~ es parte de la apuesta, vamos.ㅡ despeinó su cabello en gesto juguetón, y salió del aula. El menor resopló, pero no tardó mucho en seguir sus pasos.
Jungkook caminaba detrás de él, el pelirrojo había tomado la delantera apenas abandonaron el salón.
ㅡ¿Sabes? Detesto tener que ir pisándote los talones.ㅡ se quejó el menor, esta vez sin intenciones de alcanzarlo. Incluso si sólo un par de pasos los separaban.
Jimin se detuvo de golpe, haciendo chocar al azabache contra su espalda. Jungkook descubrió que era más fuerte de lo que lucía, mientras aquella embriagadora fragancia lo envolvía nuevamente; algo dentro de él ronroneo, regocijándose con el fresco aroma.
ㅡAuch~ ㅡ se quejó, haciéndose a un lado mientras le miraba con sumo enfado.
ㅡVamos.ㅡ el pelirrojo retomó el paso, sin adelantarse ni un sólo centímetro al caminar del menor.
Avanzaron a la par hasta llegar al lugar que Jungkook ocupaba junto a Yoongi en la cafetería, ambos chicos tomaron asiento apenas compraron su almuerzo.
ㅡ¿Y éste qué hace aquí?ㅡ Yoongi hizo presencia unos segundos más tarde, dejando su charola junto al azabache y mirando desorientado al intruso.
ㅡEstá comiendo.ㅡ respondió el menor con obviedad, sin desear explicar nada relacionado con la humillación que debía pasar toda la semana.
Humillación que nadie le obligó a aceptar, pero Jimin no iba a recalcarle eso.
El rubio entornó los ojos ante la cruda respuesta, dándole un zape a su amigo antes de tomar asiento e ignorar el tema como si fuera nada. Jungkook se quejó, pero fue vilmente ignorado.
Jimin miraba la interacción con diversión, mientras categorizaba minuciosamente sus vegetales. ¿Zanahorias? Sí. ¿Lechuga? Meh. ¿Brócoli? ¡No!
ㅡ¿El chico lector de vida perfecta no consume vegetales?ㅡ interrogó con ironía, escupiendo veneno en sus palabras. ㅡCreí que los masones llevaban dietas balanceadas.ㅡcanturreó, mofándose del pelirrojo.
Yoongi no pudo evitar una pequeña risa ante la broma, siempre le era divertido ver al dúo de bobos pelear. Ahora lo era el doble, siendo conocedor de los sentimientos ocultos de Jimin.
ㅡNo soy masón, rata prejuiciosa.ㅡ le señaló con sus palillos, tentado a clavarlos en sus ojos. ㅡY detesto el brócoli, esas cosas son verdes y asquerosas. Probablemente te comerán por dentro igual que una solitaria.ㅡ el azabache no pasó por alto su genuina aberración, pero nada iba a impedirle burlarse. No, señor.
ㅡOh vamos~ no seas llorón.ㅡ Jungkook no dudó en carcajearse, su bully personal era un niñato que odiaba los vegetales. ㅡ... ¿tus padres nunca te dijeron que los vegetales son buenos para tu salud, pequeño Park?ㅡ cuestionó, hablándole como si fuese un pequeño bebé.
ㅡJa~ ja~ muy chistosito, conejito.ㅡ bufó, incluso si se merecía la burla. ㅡY estoy hablando en serio, ¿no has pensado que el brocolí puede ser un arbolito venenoso o que puede seguir creciendo como un amate en tu interior?ㅡ cuestionó, genuinamente asustado. Y es que en serio los vegetales le jodían y asqueaban. ¿Quién había inventado esa cosa del demonio? Oh, pues el demonio. Estúpido Park.
Jungkook soltó una carcajada de diversión pura que probablemente resonó en toda la cafetería, eso era lo más gracioso que había escuchado en su vida; y eso contando que sus primos con 5 años creían que los frijoles germinaban en tu interior. La carcajada era burbujeante, dejando ver sus dientecillos de conejito, mientras su alegría llegaba hasta sus ojos donde diminutas arrugitas se formaban. Y Jimin juraba estar viendo la octava maravilla del mundo, sintiendo fuegos artificiales brillar en sus ojos.
Min Yoongi quién usualmente se mantenía en silencio para analizar a los individuos que lo rodeaban, pudo percatarse de eso.
¿Quién diría que Jimin había caído tan profundamente enamorado de Jungkook? A Yoongi le parecía absolutamente curioso ver galaxias brillar en sus ojos.
¿Cómo pasó? ¿Cuándo? Y lo más importante...
¿Cómo es que Jungkook no lo notaba?
[✿]
Las siguientes clases del azabache fueron más digeribles, había dejado a un lado el asunto del admirador y solamente podía soltar sonrisas tontas al recordar el acontecimiento de la cafetería. Y es que en su cabeza no cabía cómo Jimin podía pensar algo así.
El timbre resonó por los pasillos, seguido por los suspiros de alivio que los estudiantes soltaron al unísono. Jungkook se encontraba guardando sus cosas cuando sintió la colonia del pelirrojo llegar a sus fosas nasales, deseaba tanto confesar en voz alta lo delicioso que olía.
ㅡEstuve pensando acerca del proyecto y...
ㅡNop~ ㅡ Jungkook no dudó en interrumpirlo, dejando su asiento y encarando a un pelirrojo confundido. ㅡTenemos planes diferentes. Iremos al centro comercial.ㅡ sonrió, volviendo finas lunas sus orbes avellanados.
ㅡ¿Eh? ¿Para qué?ㅡ le miró, confundido.
ㅡMe apetece helado de yogurt, y ya que debo estar pegado a ti todo el día. Irás conmigo.ㅡ sentenció, sin molestarse en esperar una respuesta. Él realmente quería helado.
Jimin le vió medio saltar hasta la salida, sonrió. Era tan herm...
ㅡ¡Vamos, Park! Se hará tarde.ㅡ lo apuró mientras se asomaba al aula para apresurarlo. Jimin asintió sin rechistar, y lo siguió.
Ambos chicos decidieron tomar un taxi hasta su destino, pues varias cuadras los separaban del cometido. El silencio reinó entre los dos, hasta que unas cuadras más tarde Jungkook decidió romperlo.
ㅡ¿Cuál es tu comida favorita?ㅡ cuestionó mientras miraba por la ventana, grabando el trayecto en su mente. Cada árbol, arbusto y casa colorida. Incluso si lo sabía de memoria.
ㅡPizza.ㅡ respondió sin dudar, sonriendo de medio lado al ver como Jungkook formaba una mueca. ㅡSí sí, ya sé que no te gusta.
ㅡSólo la que lleva piña.ㅡ corrigió, incluso si evitaba comerla en general. ㅡ¿Y cómo sabes que...?
ㅡSólo lo sé.ㅡ lo interrumpió, al notar que había metido la pata.
ㅡEso ni siquiera Yoongi hyung lo sabe.ㅡ murmuró, confundido. Dejando en segundo plano su labor de mirar el paisaje, y concentrándose en el chico junto a él.
ㅡLlevo casi 12 años conociéndote.ㅡ respondió, como si eso aclarara sus dudas. Incluso si sabía que no debió lanzar ese dato al azar.
ㅡPero...
ㅡNada, deja de hacer tantas preguntas.ㅡ le interrumpió, fingiendo cansancio.
ㅡYo no hice ninguna...
ㅡEstás exasperándome.ㅡ canturreó, mirando su pulgar como si fuese lo más interesante del mundo.
Jungkook entornó los ojos, bufando.
ㅡEres odioso, Park Jimin.ㅡ musitó con molestia. El mencionado no respondió, aliviado de que el tema muriera ahí.
Minutos más tarde llegaron al centro comercial. Jungkook se sentía más relajado, sumido en el aroma a tiendas departamentales y aire acondicionado. Incluso el impacto de los tacones de aguja y zapatos costosos contra el suelo perfectamente pulido le hacía sentir mejor. Caminaron en total silencio, yendo a la par. Jimin también parecía cómodo con el ambiente, mirando todo con admiración pese a estar seguido ahí. Le gustaba ver la ropa, accesorios... todo. Jimin era un secreto amante de la moda.
Si le preguntaran cual era su época favorita del año, definitivamente era invierno. No por las festividades, luces brillantes o el clima. Él a diferencia de muchos, amaba el marketing y gastar su dinero en cosas innecesarias. No se avergonzaba de admitirlo.
El mismo magnetismo que lo llevaba hasta Jungkook para molestarlo, lo dejó babeando frente al aparador de aquella ostentosa tienda GUCCI. La cual conocía de memoria, y visitaba constantemente.
ㅡ¿Te gustan los abrigos?ㅡ cuestionó el azabache, mirando con cierta curiosidad la forma en que Jimin parecía niño en dulcería. Pegado al aparador que mostraba la colección para este invierno.
ㅡCorrección, me gustan los abrigos Gucci.ㅡ dijo mirando, sin alarmarse ni un poco ante los elevados precios que Jungkook ni siquiera se atrevía a curiosear.
ㅡ¿Quieres entrar?ㅡ ofreció el menor, enternecido por su actitud.
ㅡPero...
ㅡVamos, no perdemos nada con mirar.ㅡ ofreció, pero al ver el rostro indeciso del pelirrojo tomó su muñeca y lo arrastró dentro de la lujosa tienda. Jimin se dejó llevar, encantado por el cálido toque sobre su piel.
Apenas pisaron el lugar, el pelirrojo se deshizo del agarre para perderse entre todas las prendas que decoraban la tienda. Jungkook rió al verlo actuar así, como si buscase el juguete ideal que pedirle a Santa Claus.
¿Ese era el idiota Park? ¿Por qué lucía alguien diferente a quien lo molestaba? Tan...dulce.
ㅡ¡Es bellísimo!ㅡ exclamó el pelirrojo entre un susurro. Había encontrado muchas prendas que no podía evitar imaginarlas puestas en el chico que le acompañaba. Definitivamente Jungkook sería un modelo perfecto de su marca favorita en ropa.
Su compañero sólo lo miró con paciencia, divertido de su actuar. Era como un niño. Aunque también parecía todo un elegante crítico de moda cuando daba su opinión acerca de algo. Jungkook no alcanzaba a entender la dualidad del pelirrojo.
ㅡEsto es como el paraíso, Jungkook.ㅡ lo llevó hasta el maniquí que portaba una chaqueta de cuero café, la cual Jimin miraba encantado. Jungkook recordaba como sus primos le invitaban a su habitación para enseñarle sus juguetes y darle golosinas. No encontraba ninguna diferencia a esta situación. ㅡBien, podemos irnos.
Cuando abandonaron la tienda, lo próximo que Jungkook escuchó hasta la heladería fue a un Jimin muy emocionado por el más diminuto hilo hasta cada tela estampada. Se dedicó a escuchar atentamente, no recordaba haber visto a Jimin hablar tanto. La forma en que hablaba de algo que le gustaba era... genuina. Él no estaba hablando sobre los precios o la ostentosidad. Él realmente apreciaba los pequeños detalles de cada prenda.
Jimin guardó silencio cuando estuvieron en la heladería, bien, tal vez se había excedido un poco en sus palabras. Se sentía más liviano, aunque ligeramente avergonzado.
ㅡ¿Qué voy a darte, bonito?ㅡ cuestionó el sujeto tras el mostrador, dándole una sonrisa coqueta al azabache apenas fue su turno para comprar.
Jungkook enarcó una ceja, bien, en ciertas ocasiones solía ser timido y no era bueno recibiendo halagos pero aquel sujeto le pareció sumamente vulgar. Haciéndole sentir incómodo.
ㅡUn servicio decente, por favor.ㅡ interfirió el pelirrojo. ㅡLlevaremos dos de frutilla, uno con gomitas agridulces.
Jungkook le miró sorprendido, literalmente había pedido exactamente lo que quería y le había defendido de aquel sujeto.
El chico rodó los ojos, limitándose a entregar el pedido tras conseguir los dos conos que habían pedido.
ㅡQue lo disfruten.ㅡ mencionó con una sonrisa forzada. Jimin ni siquiera se molestó en agradecer, no se lo merecía.
Cuando Jungkook obtuvo su helado, prefirió dejar el tema atrás. Tomando asiento junto al pelirrojo, quien probaba su helado tranquilamente.
ㅡEmmm~ Gracias.ㅡ.murmuró el azabache, desviando su atención hacia su helado.
ㅡ¿Eh? ¿Por qué?ㅡ cuestionó, confundido.
ㅡSólo acepta el agradecimiento.ㅡ murmuró, no iba a decirle: "Gracias por salvarme de ese acosador". Sería vergonzoso.
Jimin se encogió de hombros, disfrutando de su postre y de las expresiones de alegría que daba el menor tan sólo de comer algo dulce. El menor daba golpecitos al suelo con sus pies, emocionado de lo mucho que disfrutaba ese helado. Lo había deseado todo el día.
ㅡ¿Ya no estas peleado con Taehyung?ㅡ cuestionó distraídamente el azabache, ansioso por eliminar ese estúpido silencio.
ㅡSupongo que no, sigue enfadado porque le oculté algo.ㅡ respondió, usando su cuchara para robarle una gomita al menor. Jungkook no se quejó esta vez.
ㅡ¿Eh? ¿Qué le has ocultado?ㅡ su curiosidad fue en aumento, recordando aquella conversación que se supone no debió escuchar.
ㅡSí se lo oculté a él, ¿qué te hace pensar que te lo diré a ti?ㅡ cuestionó desinteresado, sin intenciones de discutir con su dongsaeng.
Jungkook resopló, prefiriendo no decir nada más. Su compañero sabía exasperarle cuando quería, y estaba muy cómodo comiendo helado como para eso.
[✿]
Cuando el manto estelar planeaba cubrir al despejado cielo sobre ellos, supieron que era momento para volver. Jimin se ofreció en llevarle a casa, objetando que era tarde y le quedaba de paso. Incluso si no tenía jodida idea de donde vivía. Jungkook no se negó. Ambos chicos caminaban con rumbo a la casa del azabache, yendo a la par mientras cada uno iba sumido en su propio mundo.
ㅡ¿Tus padres no te regañan por llegar tarde a casa?ㅡ cuestionó sinceramente preocupado el menor. Su madre se volvería loca si llegaba solo y tan tarde a casa.
ㅡEllos trabajan hasta muy tarde.ㅡ respondió simplemente, sin darle importancia. Era un tema zancado para él, se acostumbró a vivir técnicamente solo.
ㅡ¿Estás solo todo el día?ㅡ cuestionó, sorprendido.
ㅡLa mitad del día.ㅡ corrigió. ㅡLa otra mitad la paso en el colegio, ¿y tú?
ㅡMamá llega temprano del trabajo.ㅡ respondió. ㅡDe hecho... mira, ahí va.ㅡ señaló a su madre quien llegaba a casa en su automóvil rojo. Jungkook fue consciente hasta ese momento de que no iba solo, mierda, si veía al pelirrojo era capaz de invitarlo hasta dormir. Ella realmente amaba tener invitados.
ㅡEs mejor que te vayas ahora.ㅡ murmuró tratando de alejarlo. De todas formas estaban a un par de casas, no corría ni el mínimo riesgo.
ㅡPero...ㅡ el mayor trató de replicar, pero no hizo falta. Los tacones de su madre resonaron detrás suyo.
ㅡ¡Jungkookie!ㅡ muy tarde, estaba yendo hasta ellos. —¿No vas a presentarme a tu amigo?
Jungkook respiró hondo. No se avergonzaba de su madre, tampoco de su compañero de clase. Solamente que temía de la reacción de su progenitora.
ㅡMamá, Jimin... Jimin, mi madre.ㅡ los presentó el menor, totalmente incómodo.
ㅡBuenas noches, señora Jeon.ㅡ sonrió Jimin, proporcionándole una leve venia.
ㅡAww~ que agradable chico.ㅡ aplaudió emocionada, el pelirrojo no pudo evitar recordar a cierto azabache comiendo helado y pataleando discretamente debido a la felicidad. ㅡ¿Tu nombre es Jimin?
El mencionado asintió, siendo analizado de forma detenida por su suegra. Digo, la madre de Jungkook, quien juraba haberlo visto antes ¿de donde?
ㅡ¿Nos hemos visto en otro sitio, Jimin?ㅡ cuestionó, sin molestarse en ocultar su análisis.
ㅡHe ido todo el colegio en el mismo grupo que Jungkook, probablemente por eso.ㅡ respondió, restándole importancia. Incluso si él sabía a qué se refería la mujer.
La azabache dió con el clavo de que lo recordaba castaño. Sí, definitivamente lo había visto antes.
¿Dónde?
ㅡHyung, será mejor que vayas a casa.ㅡ interfirió el menor, aprovechando la distracción de su madre. Su mayor asintió de acuerdo, luchando contra un rubor que quería subir a sus mejillas cuando lo escuchó llamarle 'hyung'.
ㅡBuenas noches.ㅡ reverenció por última vez antes de dar vuelta e irse.
La señora Jeon sabía que lo había visto antes.
¿Dónde?
Capítulo largo, espero les guste y cualquier error me dicen 😭💞
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