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03

EL PEQUEÑO SAYORAN ESTABA ANSIOSO, SU CUMPLEAÑOS HABÍA COMENZADO DESDE QUE ABRIÓ LOS ojos esa mañana, sonriéndole a su mamá mientras que esta dormía, admirando como sus ojeras ya no eran tan notorias y su cabello desordenado... no había mejor imagen que le hiciera feliz que su mamá durmiendo tranquila. La alarma sonó, haciéndole reír al notar cómo la mayor se despertaba para apagar la alarma y besarle la frente.

—Feliz cumpleaños, bebé— le abrazó— ¿estás listo para tu día especial?—el pequeño asintió— bien, tu tía anoche me regalo unas playeras para que usemos a juego, ¿te parece bien?—volvió a asentir.

Lixue decidió levantarse e ir al closet, donde tenía ambas playeras guardadas entre sus cosas, riendo cuando se las entregó a Sayoran, notando como por delante decían ZGDX y por detrás tenían los apodos de "mamá panda" y "bebé panda", una buena estrategia para que ninguno pudiera perderse y en caso de, si alguien los encuentra los vuelvan a juntar.

La mañana fue demasiado para el pequeño, desde cocinar panqueques con su madre para el desayuno, verla arreglarse y pedirle ayuda a él, y también el hecho de abrir un par de obsequios —unos cuantos hot wheels que al niño le gustaban—, incluso, Lixue aprovecho hasta de dejar ordenado y armar una mochila con esenciales antes de simplemente ir con el pequeño al auto y comenzar la travesía, escuchando la música de la radio y escuchando a su madre cantar, adoraba aquellos momentos únicos, era como si su papá —que ni siquiera le interesaba— nunca haya existido y que era irrelevante.

—Bien, ¿tienes hambre?—preguntó para verlo por el retrovisor y él negó—bien, porque en unos minutos aparco el auto y entramos, ¿estás listo?

—Sí, mamá—soltó aquellas palabras, haciéndola sonreír y llorar.

—¿Me llamaste mamá, Say-Say?—su voz tiritó.

—Si, mami—repitió, mirando por la ventana.

Lixue tuvo que apretar sus labios para reprimir cualquier gimoteó de felicidad, sabía que llorar lo preocuparía, pero nunca sintió su corazón latir con tanto amor como en ese momento.

ESTABAN SENTADOS EN LAS GRADAS, ESPERANDO A QUE COMENZARA LA COMPETENCIA, POR SU LADO, GATO ESTABA ANSIOSO SIN RAZÓN ALGUNA, es decir, sabían que esa partida definiría el retiro de Ming y eso hacía que todos —incluyendo las novias de sus amigos— estuvieran tensos, pero había otra razón del porque estaba así y pudo saber la respuesta cuando la vio a ella junto al pequeño en la pantalla debido a la cámara que grababa al publico, notando como ambos sonreían y saludaban, haciendo a Gato sonreír como un idiota.

—Ella es—apuntó la pantalla— ella es Lixue y el pequeño es Sayoran.

—Es real—Gordito asintió— estoy sorprendido, definitivamente.

—Pensaría que mientes, pero la sonrisa de tonto no te la quita nadie—K sonrió mirando la pantalla— además, nos apoya... tómalo como una señal.

—Verla aquí ya es una señal—respondió, acomodándose en su lugar— vamos a patear traseros.

—Cheng soltó una risa junto a Ming, siendo este último quien decidió hablar— cuidado con tus plumas, pavo real.

GATO ESTABA DEVASTADO, SOBRE TODO PORQUE ADEMÁS DE PERDER, MING HABÍA DADO SU DISCURSO DE DESPEDIDA, entristeciendo a todos, incluso, Sayoran se había escondido en e pecho de su madre para llorar en silencio con libertad, siendo acogido y consolado por su madre, quién simplemente sintió como si la pena ajena fuese contagiada, haciéndole suspirar.

—¿Quieres que vayamos al baño a lavarnos la carita?—preguntó en un susurro— si lloras mucho no podremos verlos.

Sayoran se despegó para verla y limpiar con sus manitas sus lagrimas y bajarse, tomando su mano para hacerla levantarse y comenzar a caminar, haciéndola colgar de su hombro la mochila para seguirle el paso, notando como el niño le guiaba a quien sabe donde, hasta que sin querer chocó con alguien.

—Lo siento, mi hijo no vio por dónde iba—habló tomándolo en brazos.

—No pasa nada, en serio—le escuchó y decidió voltear.

Kang, su ex novio estaba frente a ella, admirándola como si fuera la primera vez que la viera, notando que el niño era idéntico a él, queriendo hablar y volver el tiempo atrás, sin embargo, ella estaba a punto de derrumbarse, incluso, sintió sus piernas flaquear y la garganta secarse, pero al parecer el cielo la había escuchado al ella pedir irse.

—Lo siento, ¿esperaste mucho?—escuchó a su lado, notando como el chico del supermercado tomaba en sus brazos sin permiso a Sayoran, quien simplemente miraba extraño al hombre frente a su mamá.

—¿Se conocen?—Kang decidió indagar.

—No sé quién eres—ella respondió— creo que esta confundiéndome.

—Vamos bonita, se nos hace tarde—Gato simplemente tomó su mano y decidió caminar.

Quizás ese no era el encuentro que el ciberdeportista esperaba, pero supo que debía intervenir al notarla incomoda desde la distancia, y vaya que él no era celoso, pero algo dentro de su ser le había hecho actuar de esa manera, pero parecía a la más baja no importarle.

—Lo siento... creí que necesitabas ayuda—Gato se detuvo al estar lejos de todo y todos— ya sabes, muchos hombres lamentablemente respetan a las mujeres cuando están con otros hombres.

—Si si, solo vi un fantasma, eso es todo—comentó mirando a su hijo, hablándole— no es nadie de quien preocuparse, ¿sí?—el pequeño asintió, demasiado en su mundo al estar en los brazos de su jugador favorito.

—¿Viniste a vernos, mamá panda?—preguntó gracioso, apuntando con su nariz la playera de la fémina.

—Bueno, bebé panda esta de cumpleaños y fue un obsequio de su tía—respondió riendo, agradeciendo de como él chico cambiaba el tema— no sabía que jugabas, superestrella.

—Preferiría Super-Gato—guiñó un ojo gracioso— no por los juegos, claro—soltó una risita y miró a Sayoran— Feliz cumpleaños, aunque debería darte las gracias porque me has obsequiado un encuentro con tu mamá.

Lixue soltó una risa— bueno... creo que debería yo darte las gracias, el mejor obsequio es que él pueda verte, eres su favorito.

—¿Yo?, ¿en serio?—Sayoran asintió tímido, sonriendo mientras apoyaba su cabeza en el hombro del mas alto—  oh... ¿quieres un autografo?, puedo obsequiarte uno.

Sayoran asintió, mirando a su mamá como si pudiera entender su mensaje, la cual, al parecer logró captarlo— ¿qué harás esta noche?

—¿Es una cita?—preguntó comenzando a caminar a la sala de ZDGX con Lixue a su lado— creo que sí me invitas a un jugo quizás lo piense.

La mujer soltó una risa, haciendo a ambos chicos sonreír enamorados— es el cumpleaños de Sayoran.

—Cuenten conmigo—sonrió— quizás pueda ir con alguna compañía... ya saben, aveces los demás andan de chismosos—comentó abriendo la puerta de la sala.

Todo era bullicio ahí, las chicas hablaban con sus novios e incluso, Rui estaba tratando de detener a Jing de subirse sobre K para dibujarle en el rostro con un rotulador permanente por perder la apuesta que hicieron antes del juego, haciendo a Gato carraspear y ganando la atención.

—¿Esa no era la adorable mujer con su niño?—Flora, la novia de Rui preguntó curiosa.

—Creo que gane la apuesta—la novia de Cheng sonrió— fui la única que te tuvo fe—golpeó su pecho como si le diera su apoyo.

Lixue soltó una risita y decidió recibir a su hijo cuando avergonzado quiso irse a sus brazos, escondiéndose en el cuello de su mamá, ganando los típicos "aaawwws".

—¿Me das el autografo?—preguntó mientras Gato se iba a una mesa para tomar una servilleta y quitarle el rotulador a Jing.

—Con una condición—sonrió.

—La que quieras.

—Que me des tu número.

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