02
HABÍAN PASADO CON RAPIDEZ UN PAR DE SEMANAS DESDE EL ENCUENTRO DEL SUPERMERCADO, DONDE GATO SOLÍA ir ciertos días de la semana a ciertas horas para poder ver a la hermosa señorita de sonrisa dulce y consejos de "como vivir solo" con recomendaciones.
–Es deprimente verte mirar la hora del computador cada dos segundos–K miró a su amigo– ¿tienes prisa?
–Un poco... es que olvide comprar detergente–comentó sin importancia.
–Eso dijiste el lunes antes de ir al supermercado–Smiling habló– y si trajiste el detergente.
–Bueno, pero no era hipoalergénico—se excusó— además, siempre que voy, les traigo algo.
—Si, pero tus escapadas al super nos hacen pensar en algo más—Gordito negó— quizás tu novia imaginaria solo fue un delirio tuyo.
—Ella no es imaginaría, ella era real...
—¿Y cómo se llamaba?—K alzó una ceja.
—Lixue... —Gato suspiró— yo... realmente los detesto a todos, ¿por qué no pueden alegrarse por mi?
—Gato..—Tong Yao iba a hablarle, sin embargo, el chico se había largado.
—Déjalo, necesita su tiempo a solas—K suspiró frente a su computadora.
LIXUE ACOMODABA TODO EN LA SALA MIENTRAS QUE SAYORAN MIRABA LA TELEVISIÓN, donde una partida de Omnyoji Arena se reproducía gracias al computador de la chica estaba conectado gracias a un cable hdmi, a pesar que la fémina no era muy tecnológica, su hermana Shushua, le había enseñado que aquellas partidas eran del gusto de su hijo.
—¿Sabes quien viene hoy?—preguntó emocionada mirando a su hijo— así es, tía Shushua y mamá Yoyo.
Sayoran pasó de la emoción al desagrado en un segundo, donde claramente, nuevamente la chica quedaba preocupada de su reacción.
—¿Te hizo algo mamá Yoyo que yo no sepa?—preguntó la pelinegra, llevándole a su hijo un bowl con galletas de animalitos de chocolate y fresa, agachándose frente a su hijo— realmente tengo que saberlo, sabes que trabajo mucho y no paso mucho tiempo contigo y ella, necesito saberlo y solo la verás en ocasiones especiales.
Sayoran hizo un puchero y tomó la pizarrita, escribiendo con rapidez algo en ella y se la mostró a su madre, no me cae bien fue lo que pudo leer.
—¿Te hizo algo?—el chico negó y apuntó la pantalla— Say, puedes contarme lo que sea, no voy a decirle lo que me vas a decir, lo prometo.
El pequeño borró la pizarrita y volvió a escribir, borró y escribió de nuevo.
—Es pesada conmigo y me prohibe cosas...—leyó y alzó una ceja, claramente seria y preocupada— ¿qué cosas te prohibe?, ¿es pesada de que manera?
El pequeño decidió palmear a su lado y escribir para que su madre leyera, haciéndola sentir mal debido a lo que estaba leyendo, sobre todo porque la palabra "padre" había resaltado, porque muy en el fondo, sabía que su mamá aún la culpaba porque su ex la había dejado con el pequeño... y que al principio, le echaba la culpa al pequeño, hasta que su rabia se transformó en cariño.
—Bien, ¿está bien si te consigo una niñera?, sabes que la tía Shushu no puede cuidarte y mamá Yoyo no es opción.
Sayoran abrazó a su mamá y besó su mejilla, sobre todo, porque el sabía que eran ellos dos contra el mundo y que era el único que tenía el corazón de su mamá en sus pequeñas manitas, sin olvidar que ella haría lo imposible por él y viceversa. El timbre les había interrumpido provocando que el pequeño suspirara y soltara a su progenitora, dejándola ir a abrir la puerta y volver la vista a la pantalla.
—Dónde está mi niñito hermoso—la voz de la mayor de las féminas entró sin saludarla, yendo directamente al living— ay, ¿ya estás viendo eso?.
—Mamá, déjalo ver lo que quiera ver—Shushua y Lixue hablaron al mismo tiempo, abrazándose mientras reían debido a la coincidencia— hola—se saludaron y volvieron a reír.
—Podría ver algo más educativo, no lo sé, peppa pig.
—Mamá, peppa pig enseña a los niños a ser más estúpidos—Shushua rodó los ojos— y diría que los ciberdeportes son mucho más educativos, digo, son el futuro mamá.
—Bueno... —suspiró— el pequeño Sayoran estará de cumpleaños en una semana, ¿ya tienes planeado algo?
—De hecho, sí—Shushua sonrió— yo me encargué de armar los planes, hay un torneo donde juega ZGDX, donde van a ir como madre e hijo—sonrió dándole las entradas, sacándolas de su bolsillo trasero— y ya, en la noche comeremos pastel.
Sayoran bajó del sofá, corriendo hacía su tía para abrazarlo con emoción, siendo tomado en brazos por ella, para luego, mirar con recelo a su abuela debido a su comentario.
—¿Estás bromeando?, no no, vamos a hacerle un cumpleaños con sus amigos de escuela y...
—Mamá, puedo aceptar que hayas hecho eso conmigo y Shushua porque vivíamos bajo tu techo cuando éramos jóvenes, pero Sayoran tiene todo el derecho a celebrar como quiera su cumpleaños —Lixue carraspeó— todos los años hemos hecho lo que él quiere, es su cumpleaños, no el tuyo.
—Pero es un niño, ¿cómo ver a treintañeros jugar en un computador es más importante que estar con tu propia familia?
—¿Por qué es más importante estar con tu familia en un día tan importante y dejar de lado tu felicidad?, mira mamá, si viniste a imponer tus cosas, puedes marcharte, esta es mi casa y aquí las cosas se hacen como yo diga—comentó besando la frente de su hijo— y si Sayoran quiere ir al fin del mundo, lo llevaré, pero el no es tu hijo para que le prohibas o le digas como hacer las cosas, eres su abuela, no su madre—comentó — y te agradezco tu ayuda y tu cariño, pero creo que Sayoran está crecidito para saber que hacer.
Supo que su madre iba a soltar las palabras que más le dolían escuchar de ella, sin embargo, una mirada basto para despedirse e irse, sabiendo que si no fuera porque su hijo estaba ahí, soltaría las celebres palabras de por eso él te dejó.
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