LA PARTIDA AMISTOSA HABÍA ACABADO, DEJANDO A ZGDX EN UNA VICTORIA de un poco más de 200 puntos y la rapidez elegante con la cual Jing había destrozado la torre, desobedeciendo completamente a Cheng ante la petición de no acabar tan rápido.

—¿Por qué no hiciste caso?—Cheng bajó sus auriculares, cortando su transmisión un par de segundos antes de hablar.

—Mi ex se estaba poniendo bastante melancólico—admitió sin mucha importancia, tomando al pequeño Coco y llenarlo de besos.

—Bueno, no dejaban de buscar batalla—Gordito se metió a la pelea— apenas nos dejaban movernos, si no fuera por Jing que pudo hacer un doble kill antes de romper la torre, estaríamos perdidos.

—No podemos dejarnos llevar por nuestras pasiones, somos profesiones... No adolescentes —habló serio, ganándose un gruñido del pequeño cachorro.

—Shtt, tu opinión aquí no vale, pulgoso—K se metió a la conversación, ganándose una mala mirada de Jing.— pero yo creo que Jing hizo bien, digo, si hubiera querido dejarse llevar por el despecho, lo hubiera matado una y otra vez, que era lo que Sunflower quería.

—Es cierto—Rui se metió a la conversación— Jing fue super correcta.

Cheng simplemente suspiró, volviendo la vista a la pantalla mientras que revisaba la grabación en silencio.

K ESTABA MIRANDO AL PEQUEÑO COCO MOVER SU COLITA MIENTRAS QUE VEÍA A SU DUEÑA bajar las escaleras vestida de una manera demasiado casual.

—¿A dónde vas?—levantó la vista K, admirando como se veía la fémina— ¿no crees que un poco tarde para salir?

—Voy a ir a comprarle un collar y una correa—comentó mientras que se agachaba para meter en su bolso a Coco, quién gustoso acomodó su cabeza fuera de este— ¿quieres venir?

—¿A las nueve treinta planeas ir a comprar algo para esa bola de pelos?—apuntó— no gracias.

—Está bien, dile a Gato y a Gordito que traeré pizza—sonrió caminando a la salida para colocarse sus zapatillas— también dile a Cheng que puede acompañarme, escuché que estaba hablando de eso con Gordito y...

K se apresuró para llegar a su lado, colocándose sus zapatillas sin rechistar, sonriendo luego cuando se acercó a la puerta.

—¿No que no ibas a ir?—alzó una ceja, cruzándose de brazos con cuidado.

—Un poco de aire fresco no le hará mal a nadie, ¿no?—se encogió de hombros— ¿sabes conducir?

—¿Conducir?, ¿por qué?

—Cheng dejó sus llaves a la vista—las agitó el más alto, ganándose una sonrisa amplia de la más baja.

—¿Pediste premiso para usarlas?

—Nop, por eso, maneja con cuidado—comentó.

—Claro, mejor pedir disculpas que permiso, ¿no?

EL VIAJE EN AUTO A LA TIENDA DE MASCOTAS HABÍA SIDO UN VIAJE BASTANTE ESTRESANTE para K, quién nunca se esperaba que Jing fuera un "peligro al volante"... o bueno, quizás él era muy abuelo para conducir.

—Las calles están vacías—comentó bajando con su bolso en el hombro y besando la cabeza de Coco— ¿vas a bajar?, si lo dudas, seguimos en el 2021.

—Eres un monstruo al volante—comentó bajando del auto.

Cerraron la puerta con cuidado y K rodeó el auto, buscando rasguños o algún raspón que pudiera costarles la vida, pero no había nada.

—¿Vas a limpiarlo con tu lengua ahora o vamos a comprar lo que necesitamos?—alzó una ceja, guardando las llaves en su bolsillo.

Lao simplemente se acercó para adelantarse a la tienda, siendo seguida por la chica y entró, buscando lo necesario para el pequeño cachorro.

—¿Necesitas esto?—preguntó K acercándose mientras mostraba un arnés celeste con nubes y una correa a juego— ¿o prefieres collar?

—Eso esta bien, no me gustaría ponerle un collar—comentó mientras que acariciaba la cabeza peluda del animal y ganaba lamidas— va a estar con nosotros siempre.

—¿Y si se pierde?, ¿no quieres ponerle una placa que diga Pulgoso?

—Esta bien...—sonrió— y es Coco.

Caminaron hacía los collares y la fémina eligió uno de tonalidad blanco perla, mostrándoselo a K quién simplemente asintió mientras que tomaba su mano para llevarla a las placas y mostrarle una en forma de hueso de tonalidad plata, tomándola y dándosela a la chica.

—¿Puedes llevar tu el saco de comida?—preguntó con ojitos de cachorro— yo llevaré lo demás... ¡oh por dios, platitos en forma de patita!—se emocionó, agachándose con cuidado para tomar los platos de tonalidad celeste— ¿te gustan?

K soltó una risita ante lo infantil que resultaba ser la chica, sin duda, realmente no podía negar que Jing lograba obtener su atención con tan poco esfuerzo, porque estaba seguro que ella no podía notar como él simplemente la seguía, quizás si era como el pulgoso que ella había decidido adoptar.

—Creo que te falta comprarle una cama y un pijama—bromeó, sin embargo, la chica tomó los platos y fue hacía las camas, haciéndole sonreír.

—Su novia es bastante adorable—una señora se acercó a él, el cual, pudo asumir que era la vendedora— ¿qué comida va a llevar?

—Oh, no lo sé... es un cachorro—comentó mientras que veía a Jing hablarle al pequeño perro mientras mostraba la variedad de camas— y no es mi novia... es una amiga—sonrió con una mueca al soltar esas palabras.

Sonaba feo —según él— considerarla amiga consigo mismo, pero también era descortés llamarla novia cuando ni siquiera se habían tomado de las manos... Jing era tan confusa como un huracán.

—Estoy segura que nadie sale a estas horas con una amiga a comprar algo para su mascota ni da opciones de compra—soltó una risita— la comida corre por mi cuenta, jovencito.

K estaba demasiado ocupado para entender lo que la mujer decía por ver como la chica se acercaba con demasiadas cosas al perderla de vista un par de segundos, pero no importaba... nada importaba si podía ver a Jing sonreírle de esa manera: con sus ojos llenos de brillos, una sonrisa tan radiante como el sol y con el corazón lleno de alegría.