» Capítulo XXV
No, JungKook no se convirtió en otra persona cuando dijo eso. No, TaeHyung no quiso vengarse de él. Nada de eso sucedió. Tan solo se quedaron callados un momento y, ese mismo día, rompieron el silencio mencionando que sería mejor ir a comer pastel. Solo eso. El alboroto no fue más allá de lo que se dijeron.
Decir que TaeHyung no se siente especial es mentira. Porque sí lo hace, se siente único al tener aquellas palabras tan preciadas para él mismo, para nadie más.
A la mañana siguiente TaeHyung está sentado en la banca esperando a que él llegase. No habían aclarado nada, no decidieron volver a salir. Esa duda está presente en la cabeza de Tae, mas no la dejaría pasar. Aunque tampoco quiere seguir presionando una y otra vez las cosas. De todas maneras, se siente un poco más confiado, ya que JungKook le dijo que le gustaba. ¿Tendría que repetirlo todo el día? Probablemente.
Cuando mira a JungKook caminar despacio a lo lejos, se le escapa una sonrisa tímida. Permanece ahí sentado, con la comida que lleva para los dos entre sus manos. Hasta que él está enfrente suyo y le dedica su típica mirada. No espera más. Eso es suficiente y satisfactorio.
— ¿Es hora de ir a clase ya?
TaeHyung niega varias veces con la cabeza, extrañado por la pregunta tan poco común. Aún faltan unos veinte minutos para entrar a clases. Mira a JungKook, sonriente desde la banca, y palmea unas cuantas veces el asiento a su lado.
— Ven, ven, ven. Siéntate conmigo —pide el castaño, moviéndose para que el otro se siente.
— No quiero —responde JungKook simplemente sin ser grosero—. No me gustan las bancas.
TaeHyung no se aguanta las ganas, así que le súplica con la mirada que se siente. JungKook lo observa por un segundo, y, antes de caer en el juego, le pone la mano en la cara y lo hecha tantito para atrás.
— Esas caras no funcionan conmigo, Poochie.
— ¿Por qué tratas así a la persona que te gusta?
JungKook mira a TaeHyung con ojos furiosos, entre divertidos y de broma, pero con algo de seriedad. Aunque Jeon ya se venía haciendo la idea de que TaeHyung diría eso día a día, hasta que se aburriera de decirlo. En cualquier momento sería "te gusto", "nos gustamos". Eso es otra parte de lo que odia tener que pasar. No es presión, pero de cierta manera, si lo analiza con cuidado, así parece. Pero ya metido en el problema, la salida estaría cerrada.
— ¿Vas a repetir eso todos los días? —JungKook cuestiona, tomando asiento al lado de TaeHyung y cruzándose de brazos.
Las miradas van hacia ellos dos. Aunque a TaeHyung y a JungKook les importa poco, así como una vez dijo el pelinegro: "No todos saben la verdad". En otras palabras, a nadie más que a ellos dos debía importarles el instante. En ese momento, haciendo nada y viendo a todos, es tan agradable estar en silencio y regresar a la rutina que tanto añoraba TaeHyung. No está ansioso porque todo avance rápidamente, incluso en ese instante, el hecho de estar a su lado, lo hace sentir feliz.
— ¿Hoy vas a salir tarde?—pregunta TaeHyung, guardando los desayunos en su mochila, con cuidado. Escucha a JungKook decirle que sí.
Sus ojos van directamente hasta el regalo que Eunha le ha dado para JungKook. Recuerda que él ni siquiera le había regalado algo, y en cambio comieron pastel. Bueno, JungKook no comió, pero vio a Tae hacerlo.
— JungKook...
— ¿Qué? —El chico mira a TaeHyung, que tiene ojos extrañamente tristes. Su ceño se frunce y le habla para preguntarle qué sucede—. Eh... Oye, qué... ¿Por qué vas a llorar?
Sí. TaeHyung va a llorar.
— No te compré nada en tu cumpleaños.
Tan molesto, hasta un poco infantil. ¿Por qué va a llorar por eso? JungKook odia que los demás le dieran regalos; malgastan su dinero. Claramente, la mayoría de las veces ni siquiera los abría, pues estarían vacíos del verdadero sentimiento de un cumpleaños, solo los importantes. Desde que su madre murió, acumula todo lo que le dan. No les da uso, los regalos son un tanto inútiles de cierta manera. La mayoría de las veces se los dan solo por quedar bien; nunca porque de verdad le tuvieran aprecio. Odia, de igual manera, que todos en la escuela tuvieran presente qué día es su cumpleaños (no tiene idea de cómo se enteraron). Felicitaciones por donde sea y regalos por quedar bien. Casi siempre para acercarse a él, porque es "popular".
Sin embargo, en ese momento ver a TaeHyung tan preocupado solo le hace rodar los ojos y decir:
— Vamos, Poochie, los regalos no son importantes.
TaeHyung, decaído, piensa qué podría regalarle a JungKook y saca el regalo de Eunha de su mochila, tendiéndoselo entre las manos. El pelinegro lo mira bien, lee la etiqueta y, sin cuidado, lo mete en su mochila importándole muy poco el contenido. Al ver eso, Tae se cuestiona si así se iría el regalo que le daría.
— Me pondría muy triste si tú no me das nada en mi cumpleaños —TaeHyung dice, mientras repasa entre sus pensamientos lo que podría regalarle a JungKook.
Ni siquiera se da cuenta de que acaba de meter en un gran problema a su acompañante, quien ahora se vería obligado a comprarle algo. Odia mucho más tener que dar regalos que recibirlos..
— No esperes mucho de mí —advierte Jeon, viendo a los demás pasar.
El otro siente su corazón decaer un poco, pues la esperanza sigue estando intacta. No espera tanto, incluso un feliz cumpleaños sería un buen regalo. Pero que JungKook actuara precipitado y hasta le advirtiera que no esperara nada de él, es triste. Se queda callado hasta que JungKook vuelve a decir algo.
— Te daré una bufanda.
TaeHyung esboza una sonrisa y se amolda las mejillas con las manos un segundo. Observa a JungKook con una sonrisa, pacientemente pensando en su linda bufanda que en algunos meses tendría. De inmediato recuerda que está a media planeación para el regalo de JungKook, regalo muy atrasado.
— Entonces, ¿qué puedo regalarte yo, JungKookie?
— No me gusta que me digas así. —JungKook por fin se siente libre de decirlo. Se ahorra las razones, pero espera de verdad que Tae pueda entender eso.
TaeHyung asiente. Entiende eso. Es como cuando su mamá le dice "TaeHyungie". Aunque cree que es muy lindo que alguien le dijera así... Igual, tiene un apodo muchísimo mejor.
— KookiePookie.
— Mmm... No tengo escapatoria de ese tipo de apodos, ¿cierto?
Kim niega varias veces y se agarra del brazo de JungKook para recargar la cabeza ahí, mientas el otro se tensa en su lugar. Ese tipo de acercamientos, tan repentinos, tiene ganas de hacerlos desde hacía tiempo atrás, y ya que Jeon le dijo que le gusta, se siente dueño para hacer ese tipo de cosas.
— ¡¿Qué demonios pasó ayer?! —exclama anonadado Jimin, llegando junto a YoonGi.
Min YoonGi, con sus cabellos grisáceos en ese momento, deja de observar el celular para prestarle atención a TaeHyung. Quien, por cierto, está cómodamente dirigiendo su mirada hacia ambos y sonriendo. Alza las cejas dos veces. Park y Min caminan hasta llegar a los dos y los observan por un momento.
— Increíble —habla YoonGi—. Al parecer arreglaron sus problemas.
El pelinegro de mirada seria nota que aquellos dos los observan con cuidado. Se siente incómodo, así que decide decir algo.
— Dejen de vernos de esa manera —exclama gélido, pero con cierto tono de nervios—. ¿Acaso no habían visto a nadie así?
Se refiere a la cercanía entre los dos. No es su favorita, tengan eso por seguro. Claro que prefiere tener a cierta distancia con TaeHyung, y claro que es empalagoso. Un poco jocoso, y también extraño. ¿Pero qué va a hacer? ¿Apartarlo? Se tiene que aguantar, al menos cierta parte de ese tiempo. Eso implica gustar de alguien más: a veces tienes que hacer cosas que no te gustan, aunque fuese por un segundo. Debería decirle luego; no sería bueno que de un momento a otro se viera haciendo cosas que no le gustan. También tiene en cuenta que esos sentimientos son nuevos, y que debido a eso terminan siendo abrumadores.
TaeHyung sigue aferrado a su brazo, sin dar señales de querer soltarlo.
— No es eso —le habla Jimin confiado a JungKook. Eso resulta extraño para todos—. Es que tú no haces esas cosas.
— ¿Y?
Cuando escuchan eso, tanto Jimin como YoonGi suspiran y dejan de verlos sin tanta desvergüenza. Están un poco felices porque TaeHyung parece estar contento, y aunque después le interrogarían por completo para saber lo que sucedió, en ese instante solo se dan miradas incómodas. De pronto, Jimin se voltea hacia ellos de nuevo, con una expresión enojada y sorprendida.
— ¡Pero si venimos con TaeHyung! —reclama precipitado—. ¡¿A dónde deberíamos ver si no es a él?!
— No lo sé, pero ahora estoy yo con él y les digo que sus miradas me incomodan.
— ¿Y? ¡No voy a dejar de verlos y alejarme solo porque tú estás con él! ¡Eres su novio y siempre vas a estar con él! ¿Cuándo quieres que le vea?
JungKook abre los ojos muy grandes por las palabras del otro, pero tiene la necesidad de seguir discutiendo.
— Ustedes lo tienen entre clases —dice JungKook en reclamo.
TaeHyung los mira fastidiado, con los ojos menos tranquilos del mundo. Comienza a ser obvio quiénes serían los más problemáticos con todo eso.
— ¡Y qué! ¿Crees acaso que nosotros tenemos mucho tiempo entre clases? Tú te vas a casa con él.
YoonGi suelta un suspiro y se lleva una mano a la frente. Esos dos son como el agua y el aceite. Podrían lucir similares, pero tienen muchas diferencias. A simple vista es la comparación más cercana a la realidad.
— Hay suficiente TaeHyung para todos —dice Tae intentando calmarlos.
JungKook le mira con una ceja alzada, y Jimin también. La frase suena bastante dudosa, lo que causa que TaeHyung le sonría a los dos y simplemente se alce de hombros. El timbre suena y todos se ponen de pie. Sin decir nada más, JungKook mira furioso a Jimin y Jimin a JungKook con los mismos ojos. No se odian ni son rivales solo porque los dos tienen ideas contrarias. Nada de eso, solo es raro.
La voz de un chico hace que los cuatro regresen la vista. A lo lejos, Joshua alza la mano saludando a TaeHyung, a YoonGi y a Jimin. Se sorprende al ver a JungKook ahí también, aunque no hace nada más que juzgarlo por un momento preguntándose si es buena idea. Recuerda que TaeHyung se sintió mal por él, completamente mal; ¿cómo pueden estar de nuevo juntos después de tan poco tiempo? JiSoo entiende las cosas, sabe que TaeHyung quiere mucho a JungKook. Y que a JungKook (es lo más seguro) también le gusta TaeHyung. Pero es raro. De todas maneras, se acerca con una sonrisa.
— ¡Hola, chicos! ¡TaeHyung! ¿Qué tal te fue ayer?
A JungKook no le importa Joshua. No le cae mal y tampoco tiene una idea clara de él más que es el amigo de TaeHyung, que es un buen chico. Sin decir nada, solamente asintiendo con su cabeza, da dos pasos largos y se pone justo al lado de TaeHyung, mirando hacia el frente.
— Mal. Regresé a tener muchos problemas —dice TaeHyung.
— Qué lindo de tu parte, Poochie.
JiSoo los observa a ambos, suspirando y entendiendo que, de alguna forma, la cosa se ha arreglado. Menos mal. ¡TaeHyung realmente está feliz aquel día!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro