Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XXXI

Derek

— ¿¡¿Cómo dices?! — Pregunto sin dar crédito. ¿Ese desgraciado está intentando entrar en casa para hacer qué exactamente? — Ya vamos. Chicos tenemos que irnos, Theo está intentando entrar en casa.

— ¿Qué? — Exclaman Justin y Christian.

— ¡Venga vamos! — Les apremio.

— Dame las llaves, yo conduzco — me pide Christian y aunque no quiero al final cedo. Es mejor que conduzca él, yo estoy muy nervioso.

— No cuelgues, enseguida llegamos pequeña.

— Vale — responde Luna presa de un ataque de nervios.

— Date prisa por favor — le pido a Christian y pisa el acelerador.

Diez minutos más tarde para delante de mi portal y bajo con el coche aún en marcha, subo las escaleras de dos en dos y en cuanto llego a mi rellano y veo a ese desgraciado intentando tirar mi puerta abajo no me controlo. Le agarro por los hombros, le tiro hacia atrás y de un puñetazo le noqueo. Se desorienta un momento y cuando vuelve en sí intenta devolverme el golpe pero le doy otro puñetazo y Justin en cuanto llega le da una patada en la tripa. Christian se agacha y le esposa.

— Theodore Alexander, estás detenido. Tienes derecho a guardar silencio, todo lo que digas puede y será usado en tu contra en un tribunal. Tienes derecho a un abogado, si no puedes pagar uno se te asignará uno de oficio.

— ¿Pero qué hacéis? ¿Por qué me detenéis a mí? ¿Habéis visto cómo está mi casa? ¿Y mi cara? ¿Encima me pegáis una paliza entre vosotros dos? — Se queja, está gritando cuando llega la policía.

— Christian, ¿qué ha pasado? — Pregunta uno de ellos. Son compañeros de Christian.

— Un caso de violencia de género — explica. — Este señor ha maltratado a una de mis amigas y ha intentado entrar a la fuerza en su casa — dice señalándome a mí.

— ¿Podemos hablar con la víctima? — Pregunta el otro.

Asiento y llamo a mi puerta, prefiero no usar la llave.

— Luna, ya no hay peligro, abre la puerta — pido.

La puerta se abre y Luna salta a mis brazos. La separo para examinarla y cuando me cercioro de que no está herida la vuelvo a abrazar y esta vez no la suelto.

— Me las vas a pagar — maldice Theo desde el suelo.

— Tú mejor te callas — le pide Christian.

— ¿Dónde está la víctima? — Pregunta uno de los policías.

— Dentro — responde Luna. — Tenemos que llevarla al hospital. La ha pegado una paliza y ha destrozado la casa de mi abuela — dice señalando la puerta de enfrente. — Está alquilado — explica.

Los compañeros de Christian se miran entre sí y asienten. Entra cada uno en cada casa y Luna empieza a llorar.

— Ya está, ya ha pasado todo — intento calmarla.

— No, que va, aún no ha pasado nada — dice Theo con voz profunda y amenazadora.

— Como no te calles de una maldita vez — susurra Justin poniéndose a su altura — te juro que no volverás a ver la luz del sol, no descansaré hasta meterte dentro de un ataúd. ¿Me has entendido? — Acto seguido le da un guantazo. — Que si me has entendido — repite y Theo asiente. Creo que se ha acojonado de verdad.

— No quiere que la llevemos al hospital — comenta el policía cuando sale de nuestra casa.

— Aquí ya he terminado — dice el otro saliendo de casa de Dory.

— Lleváoslo — pide Christian. — Yo la llevo al hospital, me reúno con vosotros en comisaria.

Asienten y se lo llevan.

— Voy a buscar a Anna — dice Justin. Pasados unos segundos sale con ella. Tiene sangre por el rostro pero no parece grave.

Vamos todos a los coches y nos ponemos rumbo al hospital. De camino le mando un mensaje a Alan y le digo dónde estamos. Le cuento un poco por encima lo que ha pasado para que no se preocupe y le pido que vaya directamente al hospital.

Cuando llegamos, entramos con Anna y en el mostrador está ese enfermero, Aidan, me sigue sin caer demasiado bien pero me alegro de que esté aquí, Luna confía en él.

— Aidan — le llama Luna.

— Por dios, ¿qué ha pasado? — Pregunta mirando a Anna. ¿Estáis todos bien?

— Sí, pero ella no. ¿Podéis atenderla? — Pido.

— Sí, claro, ven conmigo Anna.

— Yo no... — no suelta las manos de Luna y Justin.

— Pasad con ella. Seguidme.

Luna se despide de mí con la mirada y las puertas se cierran.

— Tengo que irme a comisaría, ¿estaréis bien si os quedáis solos? — Me pregunta Christian.

— Sí, ve por favor y cuéntanos cualquier novedad que haya. Ojalá no le volvamos a ver por aquí — respondo.

— Haré lo que pueda — dice serio y se marcha.

— Perdone — digo a la mujer del mostrador, — ¿dónde está la sala de espera?

— Por ahí — señala un pasillo con el dedo y lo sigo. La encontramos, nos sentamos en una silla y abrazo a mi hermana mientras llora.


— Tío, ¿qué cojones ha pasado? ¿Katy está bien? — Pregunta Alan cuando me llama una hora después.

— Tranquilo, está bien, está conmigo.

— Amor — dice Katy quitándome el teléfono. — Ha sido horrible, ese desgraciado... — no termina la frase y se pone a llorar. — Luna y yo estábamos viendo una película cuando oímos golpes y gritos, estaban discutiendo. Nos acercamos a la ventana a mirar y fuimos testigos de cómo la pegó, así que salimos al rellano a llamar a su puerta pero no abría. Luna sacó su llave, entramos y... Si no llega a ser por Luna no sé qué habría pasado. Anna estaba tirada en el suelo y él intentó hacerme daño. Luna cogió un bate y le reventó la cabeza.

— Esa es mi chica — suelto sin pensar y se me escapa una sonrisa.

— Sí, tu chica es muy valiente Derek, no sé de dónde sacó la valentía pero fue ella quien nos salvó a las dos.

— Luego tendré que darle las gracias — dice Alan apareciendo en la sala de espera.

Katy salta de la silla y corre a abrazarle. Alan respira aliviado al ver qué está bien y con la mirada me dice que quiere matarle, yo también quiero. Mi teléfono suena y lo cojo enseguida al ver que es Christian.

— He hablado con Justin, me ha dicho que os llame que ahora no puede salir. Han tardado bastante en poder curar a Anna, estaba tan nerviosa que no se dejaba tocar. Han tenido que ponerla un tranquilizante muy fuerte y está más tranquila, me ha dicho Justin que en un rato salen. Theodore Alexander se va directo al calabozo. Mañana habrá un juicio rápido, es reincidente — nos explica. — Tiene varias denuncias por agresión y acoso y el juez ya no le da más oportunidades. Un compañero está de camino al hospital para tomar declaración a Anna y mañana tendrá que testificar en el juicio. Luna ha dicho que es mejor que no le vea y al ser un caso de violencia de género se lo hemos pedido al juez y ha aceptado. No le vamos a volver a ver el pelo en mucho tiempo — dice complacido.

— ¿Lo habéis oído? — Pregunto. — Te puse en altavoz, espero que no te importe.

— Claro que no. Aún me queda un rato para poder salir, cojo unas pizzas de camino a casa.

— Vale, gracias tío.

Cuelgo y todos respiramos aliviados.

Pocos minutos después Luna entra en la sala de espera y tiene muy mala cara. Me acerco a ella, la abrazo y empieza a temblar, ha tenido que pasar mucho miedo.

— Ha llegado un policía a tomar declaración a Anna. Yo... No quiero escuchar todo lo que le ha hecho, no puedo. Justin se ha quedado con ella.

— Lo entendemos — decimos todos.

— Ven, siéntate — le pido. — ¿Justin ha hablado contigo?

— No, sé que Christian le ha llamado pero no quería decir nada delante de Anna, además, el policía llegó poco después y no quería meter a Christian en problemas por si no debíamos saber nada todavía.

— Lo entiendo. — Le cuento lo que Christian nos ha dicho y respira aliviada. — Me alegro — se recuesta sobre mi pecho y una lágrima moja mi camiseta. — Tranquila nena, ya ha pasado todo.

— Siento que todo lo que ocurre a mi alrededor es culpa mía.

— No digas eso — le pido pero me corta.

— Primero tuviste problemas con Mary por mi culpa, después lo pasaste mal por mi culpa también, por mi pasado, por Eliana y ahora mi pasado golpea de nuevo, más fuerte está vez. ¿Qué será lo siguiente?

— Oye, no digas eso — dice Katy. — Nada de esto es culpa tuya.

— Claro que no — interviene Alan. — ¿Acaso es culpa tuya que el psicópata de Luke nos acosara? ¿Es culpa tuya que esté en prisión? Si te pones así podríamos decir nosotros que es culpa nuestra porque Luke era nuestro amigo.

— Ya... tienes razón, es una tontería — dice Luna aunque no suena muy convencida.

— Escúchame — le pido levantando su cabeza. — Sé lo que estás pensando y recuerda lo que le dijo la psicóloga — susurro.

— Respira hondo, deja la mente en blanco y deshazte de la culpa — repite.

— Eso es — sonrío.

La abrazo contra mi pecho y noto cómo hace sus ejercicios de respiración. Alan y Katy la miran y hago un gesto para que la dejen tranquila, es el momento de relajación de Luna y necesita hacerlo para estar bien.

Una hora después Aidan, Anna y Justin entran en la sala de espera.

— Luna, ven un momento por favor — le pide Aidan.

Les observo y veo como Aidan le da un papel a Luna, le acaricia la mejilla y le da otro papel. Luna asiente cuando él le da lo que parecen unas indicaciones. Se despide de ella y de nosotros y se marcha a seguir trabajando.

— Aquí tienes tu alta — dice Luna — y tienes que comprarte estas pastillas.

— Vale — Anna coge los papeles con manos temblorosas y se los guarda en el bolsillo.

— Venga, vamos a la farmacia y después a casa, Christian va a traer unas pizzas para cenar — digo y salimos del hospital.

Cuando las puertas del ascensor se abren, todos entramos en casa salvo Luna, ella va en dirección contraria, al piso de su abuela. Voy a ir detrás de ella pero Anna toca mi brazo y la miro.

— ¿Me dejas hablar con ella? — Me pide en un susurro.

— Claro que sí.

Dejo que sea Anna quien acompañe a Luna, seguro que tienen muchas cosas que decirse y es mejor dejarlas solas.

Entro en casa y todos guardamos silencio hasta que Luna y Anna vuelven.

— ¿Me ayudáis a recoger la casa de mi abuela? — Pregunta con lágrimas en los ojos.

— Claro que sí — respondemos todos.

— Pero no ahora, nena — me levanto y la abrazo — mejor lo hacemos mañana. Ahora tenemos que reponer fuerzas — le digo cuando huelo las pizzas.

Christian entra y todos nos sentamos a cenar. Nadie dice nada hasta que Anna rompe el silencio.

— Lo siento — se disculpa. — No sé cómo pude estar tan cegada. Él al principio no era así, era cariñoso, tan atento, me trataba tan bien... Antes de que digáis nada, lo sé, lloraba mucho por él pero nadie dijo que las relaciones fuesen fáciles. Me gustaba mucho y quise luchar por él. Cuando me contasteis lo de las otras chicas yo discutí con él, vino a la fraternidad y me dijo que no se había explicado bien, que él lo que quería era una relación abierta. Pensé que se había sentido mal por mí, que quería arreglarlo y por eso me pidió que fuera a vivir con él, pero no fue así. Me tenía totalmente controlada, nunca me puso la mano encima pero sí vi cómo se peleaba con otros. Me dijo que él podía haceros cualquier cosa si yo le dejaba, sentí miedo por vosotros así que seguí con él. Parece que las cosas iban mejor, hasta que una noche intenté salir y no pude. La puerta estaba cerrada con llave, al día siguiente me dijo que sólo tenía una copia y la dueña no le dejaba hacer más — hace una pausa y respira hondo. — Luna, siento muchísimo lo de tu abuela. Me enteré días después, Theo rompió mi móvil, me dijo que fue un accidente y yo le creí. El día que murió tu abuela yo estaba en la biblioteca estudiando y me había dejado el móvil cargando en su habitación, cuando me compré uno nuevo vi todos los mensajes, las llamadas y ahora entiendo que lo rompió porque no quería que yo lo supiese. Iba a llamarte pero me pilló, me dijo que no lo hiciera, que si iba a veros me comeríais la cabeza y ya nunca más volvería con él, se puso a llorar y yo... no sé cómo pude creerle — empieza a llorar. — Hoy le dije que quería dejarle, que había abierto los ojos y le veía tal y como era, yo no quería esa vida para mí y me dijo que si no estaba con él no estaría con nadie. El resto ya lo sabéis.

Se calla y nadie dice nada.

— ¿Podréis perdonarme algún día? — Pregunta con voz ahogada.

— Yo ya te he perdonado — dice Justin con lágrimas en los ojos y la abraza.

Todos hacemos lo mismo, nos levantamos y la abrazamos en grupo.


Al día siguiente todos acompañamos a Anna al juzgado y, cuando salimos, me ofrezco a llevarla a casa mientras los demás, con excusas de que tienen que hacer unas cosas de sus trabajos y estudios, se marchan a comprar regalos y una tarta de cumpleaños para Anna.

— ¿Me ayudas a hacer la comida? — Le pregunto.

— Sí claro, ¿qué tienes pensado hacer?

— Pollo al curry.

— Me encanta — responde contenta y juntos hacemos la comida.

Un par de horas después todos llegan a casa y comemos. Al terminar, Luna y Justin sacan una tarta y le cantamos el cumpleaños feliz.

— Chicos — dice llorando. — No lo merezco.

— Claro que lo mereces — dice Katy.

— Mereces tener un buen cumpleaños — dice Justin.

— Fue hace varios días pero no nos íbamos a quedar de brazos cruzados — dice Luna — eso sí, los regalos son comprados de última hora, espero que te gusten.

— Mi mejor regalo sois vosotros, no sé qué habría sido de mí si no os tuviera en mi vida — rompe a llorar y todos la abrazamos.

— Anna, ¿qué vas a hacer ahora? — Pregunto cuando nos sentamos a comer la tarta.

— No lo sé, tengo que hablar con mis padres y contarles todo lo que ha pasado. Pagaron el año entero de residencia pero no sé si ellos me dejaránvolver, no sé si yo quiero volver al mismo campus donde vive él. Asistir a lasclases no es lo mismo que vivir sola — dice insegura.

— Te entenderán, son tus padres — dice Katy.

— Y son un amor — comenta Justin — harían lo que fuera por ti.

— Está claro que tienes que contárselo — empiezo — pero ¿por qué no te quedas aquí? — Propongo y a Luna se le ilumina la mirada, le guiño un ojo en respuesta.

— Oh no, no de verdad yo no quiero molestar.

— No molestas, me parece perfecto — dice Luna. — Además tenemos casi el mismo horario, podemos ir juntas a la universidad por la mañana.

— Y yo puedo recogerte por la tarde, paso por vuestro campus de camino a casa — me ofrezco.

Cuesta un poco pero al final la convencemos. Creo que lo mejor es que esté acompañada y si se queda aquí Luna y ella podrán retomar la relación tan buena que tenían antes de que todo esto pasara.



Luna lleva tres días fuera. MJ le ofreció irse de expedición ella y no dudó en decir que sí. Está obteniendo bastantes créditos por compartir sus experiencias y hallazgos con la universidad y está aprendiendo muchísimo. Estamos Anna y yo cenando cuando nos hace una videollamada.

— ¡He desenterrado mi primer fósil! — Dice emocionada y aplaudimos. — Creo que es un mosquito — comenta riendo.

— Por algo se empieza, enhorabuena — felicita Anna.

— Muchas gracias — responde Luna sonriendo.

— ¿Sabes que el ADN de un mosquito sirvió para crear a los dinosaurios en Parque Jurásico? Obvio que sí lo sabes — digo riendo.

— Sí, lo sé. Voy a ponerme las pilas para desenterrar muchos fósiles, así podemos montar nuestro propio parque. ¿No estaría genial? — Dice emocionada, puedo ver las estrellitas iluminando sus ojos.

— ¡No! — Respondemos Anna y yo horrorizados y ella se ríe.

— ¿Qué tal vuestro día?

— Bien, no hay mucha novedad. Hasta arriba de trabajos como siempre — respondo.

— A mí me han puesto un examen dentro de dos días así que imagínate — dice Anna.

Está un poco agobiada por los estudios, va un poco retrasada pero seguro que se pone al día. Aunque creo que no es eso lo que le preocupa. La llevo notando rara unos días y no consigo saber por qué.

— Chicos os dejo — se despide Luna — vamos a ir a cenar.

— ¡Adiós! — Nos dice Lizzy apareciendo en pantalla.

— ¡Pasadlo bien! — Les decimos a ambas.

— Adiós chicos, os quiero mucho.

— Y nosotros a ti — nos despedimos y cuelgo.

— ¿Estás bien? — Pregunto.

— Sí — responde sonriendo pero yo sé que no es verdad.

— Cuéntame qué ocurre — insisto.

— Es que... Creo que ya he estado aquí mucho tiempo, no quiero seguir molestando.

— No molestas Anna, si te ofrecimos quedarte aquí fue porque queríamos, no te pusimos fecha límite porque no la necesitas, puedes quedarte el tiempo que quieras.

— Lo sé, lo sé. Había pensado en alquilar un piso, para dejaros solos y que viváis vuestro amor y a la vez estar cerca... — Se queda calla y creo que sé por dónde va. — He pensado en alquilar el piso de Dory pero no sé cómo decírselo a Luna. A lo mejor después de todo lo que pasó ella no quiere.

— Claro que va a querer, me parece una muy buena idea. No hay nadie mejor que tú para cuidar de la casa de su abuela. Pero antes de hacer nada háblalo con ella.

— No te preocupes, lo haré cuando vuelva.

Terminamos de cenar tranquilos y nos vamos a nuestras habitaciones a seguir estudiando. Me parece una gran idea así podremos ser todos independientes pero estaremos cerca por si ocurre algo.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro