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Capítulo XXI

Luna

No entiendo nada, me echa la culpa pero no entiendo qué pasa.

— Anna tranquila, cuéntame qué ha ocurrido.

— ¿Qué ha ocurrido? — Pregunta incrédula. — Que te he hecho caso, eso pasa.

— Pero...

— No, no voy a escucharte más. Hablé con Theo para darnos un tiempo y le he visto hoy en la fiesta.

— Pensé que ibas con él a la fiesta — comento sin entender nada.

Ella me dijo que iría con Theo a la fiesta así que supuse que no había hablado nada con él.

— En realidad fui a la fiesta para verle y que él me viera, a ver si entendía que sus sentimientos hacia mí eran fuertes. Quería que sintiera celos al verme bailar con otros chicos y en cambio lo que me encontré fue a Theo bailando con varias chicas y más tarde subió con dos de ellas a la planta de arriba. Se las estará follando ahora mismo.

— Anna, lo siento... — no sé qué más decir.

— Encima me siento ridícula así vestida — rompe a llorar de nuevo y miro a Derek.

No parece entender nada. Baja la mirada cuando Anna se quita su abrigo, coge su pijama y se marcha al baño.

— La temática de la fiesta era PlayBoy — explico.

Anna va sólo vestida con lencería.

— Ese chico es gilipollas. Mira, que no me lo encuentre porque le parto la cara — dice Derek enfadado.

— Es mejor que lo dejemos estar. Anna no está bien y lo que no necesita ahora mismo es que nos vea enfadados. Ya se enfada ella por todos. Pero sí, es un gilipollas y que rece para que nunca sepa cuál es su cara porque sí que va a tener que vérselas conmigo. Maldito cabrón.

Maldigo mientras salgo de la habitación y voy a la cocina para hacerle una tila a Anna. Cuando vuelvo Derek está hablando con ella, no sé qué le habrá dicho pero parece más tranquila.

— Lo siento mucho — se disculpa Anna cuando me siento a su lado.

— No hay nada que perdonar — respondo para tranquilizarla.

— Tú no tienes la culpa de nada de lo que ha pasado. Supongo que ese chico no es para mí — dice abatida.

— Escucha nena, tienes que valorarte más — digo muy seria pero en tono suave. — No mereces estar así por alguien como él. Parece que no siente lo mismo, él sólo quiere pasarlo bien.

— Quiere tener los beneficios de una pareja pero sin ataduras — aporta Derek y creo que tiene razón.

— Sí, eso creo yo — responde Anna. — Como si quisiera tener una folla amiga pero que estuviera siempre disponible para él, como están las novias, pero sin las ataduras ni los problemas de los celos ni las broncas. ¿Una relación abierta? — Pregunta más para sí misma.

— Eso parece. No buscáis lo mismo, tú tienes las cosas claras y él no — comento.

— Creo que lo mejor es que termine con él, definitivamente.

Saca su móvil y le bloquea en el whatsapp. Derek y yo la abrazamos, es lo mejor que puede hacer.


Estoy recogiendo mis cosas para salir de clase cuando la profesora me pide que me quede un momento.

— ¿Recuerdas la conversación que tuvimos hace unas semanas? — Pregunta la profesora Elisabeth.

— ¿La del museo?

— Sí — responde.

— Sí, claro que me acuerdo.

— Hay una vacante en el museo y quieren hacerte una entrevista. Entrarías como becaria y el sueldo sería básico pero si te interesa puedo confirmar tu entrevista.

— Sí, me interesa. ¡Claro que me interesa! — Respondo emocionada.

— Perfecto, te esperan en el museo a las 18h — recoge sus cosas y se marcha de clase.

Me da la sensación de que ya había confirmado mi entrevista antes de hablar conmigo, pero no me importa. ¡Voy a tener trabajo!

A la hora de comer llamo a Derek para contárselo.

— ¡No me digas! — Responde ante la noticia. — Tienes que ir, no hay discusión.

— ¿Crees que hago bien?

— ¡Pues claro! Es la mejor forma de meter la cabeza en ese mundo. Aunque seas becaria y el sueldo sea muy poco da igual, porque ya estarás trabajando en el museo y puede que asciendas según vayas pasando de curso. Me alegro mucho por ti nena, te recojo a las 17h.

— No hace falta que vengas conmigo — respondo emocionada.

— No voy contigo, voy a llevarte a tu primera entrevista de trabajo y no hay más que hablar — dice decidido.

— Muchas gracias amor. Te veo luego.

— A las 17h en punto en tu parking.

Y cumple su palabra, a la hora acordada está esperándome con el coche en marcha. Llegamos con tiempo así que le invito a un café y diez minutos antes de las 18h entro en el museo.

— Hola — saludo a la chica que hay en la entrada — soy Luna Miller, me esperan para una entrevista.

— Por aquí, por favor.

Me hace una seña para que la siga y nos adentramos en el museo. Admiro cada pasillo por el que caminamos y mi corazón se acelera al llegar a un despacho.

— Adelante — contesta una voz cuando la chica llama a la puerta. La abre para mí, entro y cierra. — Buenas tardes.

— Buenas tardes — respondo un poco nerviosa.

— Por favor, siéntate. Me llamo MJ y soy la jefa del departamento de excavación.

Hago caso y me siento en la silla frente a su escritorio.

— Perdona el desorden, acabamos de recibir unas piezas para nuestra próxima exposición y vamos con un poco de retraso. Elisabeth me ha dicho que tienes muchas ganas de trabajar aquí.

— Sí, es una buena oportunidad para conocer a fondo este mundo — respondo segura.

— ¿Has trabajado antes en esta área?

— No, no he trabajado nunca, es mi primera experiencia laboral.

Se queda pensativa y me observa. — ¿Por qué quieres trabajar aquí?

— Es una manera de...

— ¿De saber si realmente es lo que quieres estudiar? — Pregunta arqueando una ceja.

— No — respondo — es una forma de meter la cabeza en este mundo. De conocer sus secretos, de saber de primera mano cómo es el trabajo, qué exige y cómo hacerlo de la mejor forma posible.

— Me gusta tu sinceridad. Veo que tienes las cosas muy claras.

— Siempre he querido dedicarme a esto — sonrío y MJ me sonríe de vuelta.

— Sabes que es un trabajo complicado, ¿verdad? Normalmente pasamos muchos meses fuera y no siempre conseguimos obtener piezas.

— Lo sé, pero si consigo desenterrar aunque sea un hueso minúsculo de alguna especie habrá merecido la pena el esfuerzo. Y ya si consigo desenterrar un esqueleto completo podré morirme tranquila.

— Me gusta como piensas. La mayoría de jóvenes que vienen quieren trabajar poco, cobrar mucho y se acaban aburriendo de este trabajo. Siendo becaria sabes que tu trabajo básicamente será administrativo y de almacén, ¿verdad?

— No me importa porque, aunque esté en el almacén, podré ver las piezas expuestas una vez que estén listas y con eso me basta, por ahora.

Nos miramos y sonreímos.

— El trabajo es tuyo. Ten en cuenta que tendrás sueldo de becaria pero nos adaptaremos a tus jornadas lectivas. Elisabeth me ha pasado tu horario, podrás venir por las tardes, ya te mandaré un cuadrante. No te preocupes por tus exámenes, te facilitaremos días libres para que puedas estudiar, lo primero de todo es tu carrera. Tómatelo de esta forma, yo sólo quiero a los mejores, así que aprovecha nuestras facilidades para estudiar y saca las mejores notas. ¿Entendido?

— Entendido Muchas gracias, tengo muchas ganas de empezar.

— Ya lo veo. Elisabeth ve potencial en ti, demuéstrame que lo tienes. — Se levanta y me ofrece su mano, me levanto, se la estrecho y así sellamos nuestro trato. — Te avisaré para que vengas a firmar el contrato cuando esté listo. Nos vemos pronto.

— Lo estoy deseando. Que tengas buen día — me despido.

— Igualmente.

Salgo del museo andando más rápido de lo normal y me lanzo a los brazos de Derek.

— ¡He conseguido el puesto! — Grito emocionada.

— ¡Lo sabía! ¡Enhorabuena pequeña!

— Tengo que llamar a mis hermanos.

Nos metemos en el coche, arranca y les llamo.

— Tengo que contaros una cosa.

— Miedo me das — responde Tom.

— Acabo de hacer una entrevista en el museo paleontológico más importante de Seattle. ¡Me han cogido!

— ¡Enhorabuena! — Aplauden a la vez.

— Esta mañana mi profesora de Técnicas de Excavación me dijo que había una vacante de becaria, acepté venir a la entrevista y acabo de salir. Ya me llamarán para firmar el contrato. Tengo que venir por las tardes y se adaptan a mis jornadas lectivas. Es un puesto de becaria y el sueldo será una mierda pero me da igual. ¡Estoy muy feliz!

— No me extraña Luna. Es tu primer trabajo y encima en lo que te gusta. Vas a aprender mucho — comenta Sam feliz.

— Pero no dejes de lado tus estudios. Si ves que no puedes con todo es mejor que lo dejes y te centres en tu carrera. No te sirve de nada tener trabajo si no tienes el título. No querrás ser becaria toda la vida, ¿verdad? — Me advierte Tom.

— Claro que no, no te preocupes, está todo controlado — respondo recordando lo que me ha dicho MJ sobre mis épocas de exámenes.

— Nos alegramos mucho por ti — me dicen al unísono.

— Os iré contando qué tal me va.

— Disfruta de la experiencia hermanita — se despide Sam.

— Si necesitas cualquier cosa nos lo dices, te quiero — se despide Tom.

— Y yo a vosotros.

Cuelgo y Derek me aprieta el muslo.

— ¡Esto hay que celebrarlo!

Aparca el coche en la puerta del cine. Propone ver una peli y después ir a cenar, no se me ocurre una mejor forma de celebrarlo.


Cuando llego a la residencia me suena el móvil. Tengo un email de mi profesora.

De: Elisabeth Rogers

Para: Luna Miller.

Asunto: ¡Enhorabuena!

¡Sabía que eras la indicada para el puesto!

MJ me ha dicho que ha quedado muy contenta con la entrevista que has hecho. Te ve con muchas ganas y has sido sincera y directa con tus respuestas y eso es lo que ella quiere en su equipo.

Tu puesto es de becaria en el almacén pero si te esfuerzas, das todo de ti y muestras interés seguro que llegas lejos, no tengo ninguna duda.

Disfruta de esta experiencia y aprende todo lo que puedas.

Nos vemos en clase.


No pierdo tiempo en responder.


De: Luna Miller

Para: Elisabeth Rogers

Asunto: ¡Muchas gracias!

Te agradezco sinceramente que hayas confiado en mí para recomendarme para este puesto. Me da igual que sea de becaria en el almacén, meter la cabeza en esta área es lo mejor que me ha pasado. Es un sueño poder trabajar en ese museo.

No dudes que voy a dar lo mejor de mí para que estéis orgullosas.

Me muero de ganas de empezar.

Nos vemos en clase.

Bloqueo el móvil y ahogo un grito de alegría. Anna ya está durmiendo y no quiero despertarla.

Siento que todo marcha y, por primera vez en mucho tiempo, no tengo miedo de lo que vaya a pasar. Al contrario, me muero de ganas de saber qué me depara el futuro.


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