Capítulo XLV
Luna
Estoy muy emocionada por la oportunidad que me ha brindado el destino pero también estoy cagada de miedo. Esta mañana cuando me levanté llamé a mis hermanos para contárselo y, aunque noté que se aguantaban las lágrimas, están muy felices por mí. Tom me confesó que habló con Derek pero insiste en que no le presionó para dejarme ir y yo le creo, sé que no haría algo así, sólo ayudó a Derek a ver las cosas con perspectiva y también lo hizo para que se desahogara un poco. Se lo agradezco.
Las palabras que Derek me dijo anoche me dieron la fuerza para mandarle un mensaje a MJ aceptando la oferta.
Acepto la oferta.
☺
Nos vemos en el aeropuerto el día doce de agosto a las diez.
Allí estaré. ¿Cómo puedo tramitar el traslado de universidad
¿Quieres estudiar en Utah o quieres seguir matriculada aquí?
Si puedo, me gustaría seguir aquí.
Genial pues no te preocupes por nada porque Elizabeth, confiando en que aceptarías, ya puso en sobre aviso al rector. No te preocupes por nada, van a darte todas las facilidades posibles pero ya lo gestionamos cuando lleguemos a Utah. Aprovecha estos días para disfrutar con tu familia.
De eso quería hablarte también. He decidido no ir a la cena de despedida, prefiero quedarme con Derek y aprovechar el tiempo con él. Espero que no te importe.
Claro que no. Imaginaba que si aceptabas la oferta preferirías quedarte con él. Es entendible.
Gracias por todo.
Gracias a ti.
Uf, así que todo marcha hacia delante.
— ¿Ya has hablado con MJ? — Pregunta Derek entrando en la habitación.
— Sí, acabo de mensajearme con ella — respondo. — Ella y Elizabeth van a ayudarme, voy a seguir matriculada aquí — mi frase saca una sonrisa a Derek, que siga matriculada en esta universidad le alegra porque de una forma u otra seguimos unidos. — Quiero hacer una cena de despedida con todos, aquí en casa, pero no quiero decirles nada aún. Y tampoco iremos a la cena de despedida, quiero pasar el máximo tiempoposible contigo
— Me parece bien.
— Quiero disfrutar, hablar con ellos sin que haya pena por medio y que la cena sea divertida, como todas las demás. Ya se lo diré después.
— ¿Lo ponemos por el grupo?
— Si.
Luna
¡Hola hola! ¿Cena en mi casa el viernes?
Anna
¡Sí! ¿Puede venir Aidan?
Luna
Por supuesto, es un miembro más de la familia.
Anna
¡Guay!
Katy
¡Siiiiii! ¡Chupicena!
Justin
Nos apuntamos.
Christian
¿Llevamos algo?
Derek
No, no hace falta, nosotros nos ocupamos de todo.
Luna
¡Nos vemos el viernes!
— Cuando hablé con mis hermanos esta mañana les dije mis intenciones de hacer una cena y ellos se apuntan. ¿Llamas a tus padres para que vengan también? — Pregunto.
— Claro, voy a llamarles.
Sale de la habitación y desbloqueo mi móvil, necesito hacer una última llamada. Voy a llamar a Eliana. No quiero que venga a cenar pero sí quiero decirla que me marcho.
— Hola hija, ¿qué tal?
Aún no me acostumbro a que me llame hija.
— Hola Eliana, bien, todo bien. ¿y tú?
— Bien, todo tranquilo.
— Me alegro.
— ¿Pasa algo? Te noto rata.
— Verás, te llamo para darte una noticia. Me voy.
— ¿Te vas de viaje de nuevo? ¡Qué gran noticia! Seguro que están encantados contigo. ¿Dónde irás esta vez?
— A varios sitios. El viaje es mucho más largo, voy a estar fuera alrededor de un año — confieso y no obtengo contestación. — Vamos a ir a Utah, Argentina y seguramente a Egipto.
— Son muchos sitios, pero imaginaba que en algún momento irías allí. Es que me he estado informando sobre tu carrera, salidas profesionales y lugares donde se pueden hacer excavaciones — explica. — Esos son los mejores lugares hasta el momento, junto con China, claro.
— ¿De verdad te has informado?
Vale, eso la hace ganar puntos.
— Claro que sí. Quiero saberlo todo sobre tu sueño. No te voy a mentir, sé que no tenemos muy buena relación pero me apena saber que vas a estar lejos tanto tiempo, pero por otro lado me siento muy orgullosa de ti, si han contado contigo para esta aventura es porque han visto que tienes mucho potencial. Eres una chica muy especial.
— Muchas gracias — respondo sinceramente.
— Te agradezco que me hayas llamado, es un detalle y significa mucho para mí.
— No podía irme sin decírtelo — le digo. — Y confieso que hablar contigo así, tranquilamente, me gusta.
— A mí también. ¿Podré llamarte o escribirte cuando estés fuera?
— Claro que sí. Te mantendré al tanto de mis hallazgos.
— Te va a ir muy bien. Seguro que tus hermanos y Derek están muy orgullosos de ti.
Mierda, ha tocado tema sensible.
— Sé que deben estar tristes por tu partida pero si ellos te han dado su bendición no debes irte con pena en el corazón. ¡Vas a cumplir tu sueño! Os queda mucho por vivir, aún sois muy jóvenes y vais a superar esto.
No sé cómo puede saber la situación que tenemos, pero agradezco sus palabras.
— Muchas gracias.
— Hablamos, hija
Nos despedimos y colgamos.
— Estoy muy orgulloso de ti — dice Derek desde la puerta de la habitación. — Prepárate, pequeña, porque vamos a aprovechar al máximo estos días.
Y vaya si lo hacemos, vamos a la playa, a la piscina, al zoo, al parque de atracciones, al cine, paseamos por la ciudad, cenamos en sitios súper románticos y hacemos el amor cada mañana y cada noche como si fuera la última vez que podemos tocarnos.
Gracias a Derek me he olvidado por completo del viaje, he sido feliz y parece que él también. Hemos disfrutado el uno del otro y mi corazón late de amor por él. Pero hoy es el día en que lo hago oficial y estoy nerviosa, no sé cómo se lo van a tomar mis amigos.
Derek y yo pasamos todo el día cocinando y hacemos un verdadero festín: carne, pollo, ensaladas, huevos rellenos... Una digna última cena, al menos durante los próximos meses.
Una vez que hemos terminado y tenemos el pollo y la carne en el horno, nos damos una ducha y nos arreglamos. Derek está guapísimo con unos pantalones piratas y un polo de manga corta. Yo me he puesto un vestido corto fresquito de color turquesa, me he rizado el pelo y lo he recogido en una coleta alta. Cojo mi neceser de maquillaje y me maquillo sólo un poco, estoy morena y mi color de piel es muy bonito.
Cuando llaman al timbre Derek me coge de la mano y me da un beso para animarme, ese gesto me transmite la energía y la fuerza que necesito para sonreír a mis amigos. Justin y Christian son los primeros en llegar. Abrazo a mis amigos y creo que con Justin me paso de fuerza porque en cuanto nos separamos me mira fijamente.
— ¿Estás bien? — Me susurra y yo sólo sonrío.
Quiero por igual a todos mis amigos pero confieso que me duele mucho más separarme de Justin y Katy, han sido, son y serán siempre mis pilares.
Les ofrecemos algo de beber y enseguida llegan Anna y Aidan, Katy y Alan, Olivia y Ted y por último mis hermanos y sus chicas. Ellos ya saben lo que pasa, el motivo de la cena, así que me dan entre todos un gran abrazo que hace que casi se me salten las lágrimas.
‹‹Pues empezamos pronto›› me reprendo a mí misma cuando entro en la cocina a beber agua para serenarme un poco.
Al salir observo la escena, están todos con sus bebidas en la mano.
Katy está sentada sobre las rodillas de Alan. Son mi pareja top, ellos han superado todos los baches que les ha puesto el camino y Katy ha madurado tanto en este tiempo que parece una persona distinta. Alan la mira mientras ella habla con los demás y lo que veo en su mirada me hace querer llorar: un amor puro y sincero.
Anna está sentada en el sofá y Aidan tiene su brazo sobre los hombros de mi amiga. Verles tan felices me llena el corazón, están hechos el uno para el otro y son una pareja preciosa. Ambos se han ayudado el uno al otro, se han reconstruido y eso es lo más bonito que puede haber.
Justin y Christian están sentados juntos en la otra parte del sofá, se sonríen e incluso se besan cuando Katy les ovaciona y los demás aplauden. Que mi mejor amigo pueda vivir su amor libremente es un regalo.
Olivia y Ted están ahora más unidos que nunca y se les ve igual de enamorados que cuando les conocí.
Y mis hermanos... Ellos miran a sus chicas con amor, respeto y confianza y ellas les devuelven la misma mirada.
Viendo todo esto sé que puedo irme tranquila porque van a cuidarse entre ellos y sé que van a apoyar a mi chico. Le miro y me sonríe, tiende la mano invitándome a sentarme con ellos y lo hago, me siento en su regazo y brindamos por el reencuentro.
La velada transcurre demasiado deprisa pero es lo que tiene que lo pases tan bien. La cena estaba deliciosa y todos nos felicitan, estamos súper llenos pero siempre hay un hueco para el postre, sobre todo si lo hace Anna. Esta vez ha tocado tarta de queso.
Al terminar el postre, abrimos unas botellas de champán y, cuando todos tenemos nuestra bebida, Derek aprieta mi mano en señal de apoyo, me guiña un ojo y me sonríe. Es el momento.
Carraspeo intentando aclararme las emociones que se atascan en mi garganta y atraigo la atención de todos.
— Lo primero de todo, quiero agradeceros a todos que hayáis venido a compartir con nosotros esta velada tan agradable. Me hace muy feliz que todos estemos aquí reunidos. Quiero brindar por todos vosotros, nuestra familia — alzo la copa y todos brindan. — En este caso, la cena también tiene otro motivo, a parte del de reunirnos y es que tengo que daros una noticia. Me han ofrecido una oportunidad única en el museo donde he trabajado este curso, es un viaje a Utah y Argentina donde podré crecer y desarrollarme profesionalmente. Tras pensarlo y valorarlo mucho — explico cogiendo la mano de Derek — he dicho que sí. He aceptado la oferta.
— ¡Qué gran noticia! — Anna viene corriendo y me abraza. — Suena muy importante, ¡vas a ser toda una profesional!
— ¡Me alegro por ti, campeona! — Justin alza su copa, la bebe entera y viene a abrazarme. Me acoge entre sus brazos y me levanta del suelo. Besa mi mejilla y sonríe.
— Pero... ¿cuánto tiempo te vas? — Pregunta Katy que se ha quedado pálida ante la noticia.
— Ocho meses, con posibilidad de ampliar a un año si vamos a Egipto — explico.
— Tenemos que aprovechar el tiempo — sonríe Alan y va a beber de su copa cuando su cara cambia por completo al ver mi expresión. — ¿Cuándo te vas?
— El lunes — confieso.
— ¡¿El lunes?! — Katy se levanta de su asiento y tira su copa sin querer. — Lo siento, lo siento mucho — dice limpiando el mantel.
— No pasa nada — Derek reacciona rápido y va a coger un trapo para limpiar el desastre.
— Disculpad — Katy entra al baño y quiero seguirla pero mis invitados no me dejan.
— ¡Es genial cariño! — Olivia me sonríe.
— Siento avisaros con tan poco tiempo, es que...
— Lo entendemos — interviene Justin. — Has hecho lo correcto. Nos lo has dicho cuando has reunido las fuerzas suficientes y nos has dejado disfrutar de unas vacaciones maravillosas y una cena espléndida contigo — Justin viene a abrazarme y me susurra al oído — sabía que algo de este estilo podía pasar pronto, algo intuí la última vez que nos vimos y quiero decirte que estoy muy orgulloso de ti.
Las palabras de Justin hacen que se me salten las lágrimas y me abraza más fuerte esperando a que me calme mientras los demás hablan entre ellos.
Katy sale del baño y mis hermanos proponen un brindis por mí. Todos alzan las copas y bebemos.
— Estamos muy orgullosos de ti — dice Tom.
— ¿Dejarás que vayamos a despedirnos al aeropuerto? Sé que no te gustan las despedidas pero es mucho tiempo, hermanita — pregunta Sam.
— Claro que sí, necesito que vayáis para que me deis fuerzas para irme y para que cuidéis de Derek — mi voz se quiebra en mis últimas palabras y mis hermanos me abrazan.
— No va a estar solo — dice Sam.
— Va a estar bien, es un chico muy fuerte y tiene una gran familia que cuidará de él, nosotros incluidos — dice Tom señalando a todos nuestros amigos que le abrazan.
— Estamos muy orgullosas de ti, Luna — dice Melissa.
— Hemos coincidido pocas veces y no hemos pasado mucho tiempo juntas — dice Sammy — pero vamos a echarte mucho de menos.
Me abrazan y yo les correspondo el abrazo.
— Cuidad de ellos, por favor — les pido.
— No lo dudes — me responden.
— Te va a ir muy bien, cariño — Ted y Olivia me abrazan y todos se marchan salvo nuestros amigos.
— Luna, siento haberme puesto así. Me alegro mucho por ti, de verdad, es que no me esperaba esto — dice cogiendo mis manos.
— Tranquila nena, lo sé — abrazo a mi amiga y siento cómo me aprieta, es un abrazo de mamá osa.
— ¿Cómo lo lleva mi hermano?
— Mal. Estos días ha intentado que no lo note, pero lo lleva mal. Cuando se lo dije se quedó en shock, no reaccionaba, sólo paseaba por el salón, pensando, y no era capaz de articular palabra. Así me quedé yo también cuando MJ me llamó.
— ¿Lo sabes hace mucho?
— Sí, unos días antes de irnos a Tenerife. Me llamó y me lo dijo pero no le respondí en ese momento. No sabía lo que iba a hacer y mucho menos cómo decírselo a Derek. Él es el primero que siempre me ha animado a irme, sobre todo cuando pasó lo de mi abuela, pero esto es distinto porque es un año lo que puedo estar fuera.
— No te preocupes, sois fuertes y lo vais a superar. Además, un año pasa volando y más si haces lo que te gusta. Seguro que estás tan ocupada que no vas a echarnos de menos — dice intentando reír.
— Sabes que es mentira — digo intentando sonreír yo también. — Puede que esté muy ocupada por el día pero si descubro algo interesante sois los primeros a los que llamaré, y no es igual escribiros o llamaros que deciros que vengáis al museo a ver la pieza que tengo. Y por las noches cuando me acueste echaré en falta a Derek. Y no tendré la seguridad de estar cerca de mis hermanos. Es difícil, Katy.
— Lo sé, pero tienes que ir. Te lo mereces. Prométeme que vas a dar todo de ti para ser la mejor. Quiero que te lluevan un montón de ofertas de trabajo y que viajes viendo mundo, ya tendréis tiempo de asentaros, formar una familia y tener una rutina, ahora disfruta de la oportunidad que te brinda la vida — a Katy se le escapa una lágrima, se la limpio y vuelve a abrazarme.
— Eres la mejor.
— Lo sé.
— Nosotros nos vamos ya — interviene Justin. — Luna, enhorabuena, has conseguido superar a Alan — dice riendo y Alan sonríe.
— Muy cierto — responde él.
— Bueno, podría decirse que estamos al mismo nivel — sonrío y abrazo a Alan. — Cuida de Katy — le pido.
— No tienes que pedirlo, ella es mi vida — susurra en respuesta y me da un beso en la mejilla.
— Te va a ir muy bien, escríbenos y cuéntanos todo lo que haces, con detalle eh — pide Christian y me abraza.
— No lo dudes, lo haré.
— Te voy a echar mucho en falta — Justin me atrae hacia sí y me abraza. Apoyo la cabeza en su pecho y me trago las lágrimas. — Pero sé que vas a triunfar, sólo espero que me regales entradas cuando tengas tu propia exposición de piezas.
— No sé si eso es posible — respondo riendo.
— Da igual, cuando consigas algo importante dímelo, estaré ahí el primero para verlo. Y cuéntame todo lo que haces, a lo mejor desarrollo un videojuego en tu honor.
— Sería fantástico — beso su mejilla y él me besa también.
— Hasta pronto — me dicen antes de irse.
— Hasta pronto — les respondo.
— Nosotros también nos vamos — anuncia Anna. — Es una gran noticia Luna, es normal que estés triste por la despedida pero allí vas a ser muy feliz, vas a aprender mucho y nosotros cuando podamos iremos a hacerte una visita.
— Estaría genial. Yo si puedo también vendré — respondo.
Abrazo a mi amiga y Aidan me abraza después.
— Estoy muy orgulloso de ti, no queda nada de esa chica asustadiza que conocí en el hospital. Has crecido mucho, has madurado y le echas ovarios a la vida. Eres toda una mujer — susurra. — Derek es un tío con suerte.
Me río y me abrazo más fuerte a él.
— Cuida de Anna — le pido. — Y no la hagas daño — le advierto aunque sé que es innecesario.
— Tranquila, ya tenemos a Derek enfrente para vigilar — dice riendo.
Nos separamos y nuestros amigos se marchan, dejándonos solos a Derek y a mí.
El resto del fin de semana es raro, lo pasamos haciendo mi equipaje, son muchas cosas las que voy a llevarme pero gracias a Derek consigo meterlas todas en dos maletas grandes, una maleta de mano y una mochila.
El domingo por la noche pedimos una pizza, vemos una película y al terminar apagamos la tele.
— Te voy a echar de menos — digo en un susurro.
— No lo digas — me corta Derek. — No quiero pensarlo. Sólo quiero pasar una última gran noche contigo — besa mis labios, me alza y me sienta a horcajadas sobre él.
Profundizo el beso y empiezo a moverme encima de su erección. Está muy duro y la fricción que hay con mis braguitas hace que me moje más aún.
Paso a lamer y morder su cuello y siento que va a explotar. No pierde tiempo, se levanta un poco conmigo encima, se baja el bóxer y la longitud que aparece ante mis ojos es exquisita. Aparta a un lado mis braguitas y me anima a bajar. Lentamente me siento sobre él, penetrándome poco a poco y no puedo evitar cerrar los ojos y echar la cabeza hacia atrás al sentir cómo me llena, cómo me abre.
— Siempre tan lista para mí — gruñe.
— Siempre — respondo con un gemido.
Apoyo mis manos en mis pectorales y empiezo a moverme.
— Despacio nena — dice preocupado por si me duele.
Pero me da igual. Tengo emoción, rabia, tristeza... Tengo muchos sentimientos y necesito sacarlo por algún lado. Además, no siento dolor, sólo placer. Derek es un dios del Olimpo y con sólo verle ya chorreo, no necesito más.
Alza sus caderas moviéndose conmigo, gimiendo, gruñendo, hasta que no puede más, se levanta conmigo en brazos, me apoya contra la pared y me penetra salvajemente.
Hacemos el amor con una mezcla de ternura por el amor que nos tenemos y rabia por tener que despedirnos. Continuamos haciéndolo hasta la madrugada cuando los últimos orgasmos me dejan agotada.
Pero por muy cansada que esté, no duermo nada. Me abrazo a Derek, apoyo la cabeza en su pecho y durante el resto de la noche siento su respiración, oigo su corazón y sé que juntos vemos el amanecer porque él tampoco ha dormido, ha pasado toda la noche acariciándome.
La alarma de mi móvil suena y me trago las emociones que amenazan con salir de mi garganta.
Nos vemos en el aeropuerto
Vale.
Respondo a Tom y me levanto.
Me ducho con Derek y hacemos el amor por última vez. Al terminar, lágrimas recorren mis mejillas y Derek besa cada una de ellas.
— Sé que no debo preguntártelo, pero, ¿estás segura de que quieres irte? Me preocupa que llores tanto — pregunta cuando nos estamos vistiendo.
— Sí. Sabes que quiero quedarme pero no quiero dejar pasar esta oportunidad. Lloro porque me da mucha pena irme, te voy a echar mucho de menos y odio las despedidas — explico.
— Lo sé. Aún así tenía que asegurarme. No quiero que te vayas porque yo te he animado, sino porque tú realmente quieres.
Asiento y beso sus labios.
Derek me lleva al aeropuerto y aunque en el viaje no paramos de hablar y bromear no puedo evitar estar nerviosa.
Llegamos y recibo otro mensaje de mi hermano.
Estamos dentro, en el control de metales. MJ ya está aquí.
Ya vamos, estamos aparcando.
Cogemos las maletas, facturamos y coge mi mano. Nos dirigimos al control de metales y ahogo un sollozo cuando veo a mi familia. No sólo han venido mis hermanos, también están sus chicas, Ted y Olivia, Anna y Aidan, Katy y Alan y Justin y Christian. Han venido todos a despedirse.
— Nos vemos al otro lado — dice MJ parándose a mi lado.
Asiento y vuelvo a mirar a mi familia.
— ¿Lo sabías? — Pregunto a mi chico.
— Sí. Es nuestra despedida y no podíamos dejar que te fueras sola. Todos queremos despedirnos de ti aquí — responde en voz baja.
Tira de mi mano para que empecemos a caminar y todos vienen a abrazarme.
— Gracias por venir, os voy a echar tanto de menos — comento soltando las primeras lágrimas.
— Oye, no llores. ¡Te vas a cumplir tu sueño! — Grita Katy. — Tráeme algún regalo — me pide y sonrío.
— Vamos campeona, muéstrame esa sonrisa tan bonita que tienes — me pide Justin y sonrío más aún.
— Preciosa, aunque te vayas sabes que siempre contarás con nosotros. Sólo tienes que llamarnos y cogeremos los aviones que sean necesarios — dice Tom y le abrazo.
— Te queremos mucho, hermanita — Sam se une al abrazo y empiezo a llorar de nuevo.
— Nosotras también vamos a echarte de menos — dice Melissa.
— Pero estamos muy orgullosas de lo que has conseguido y de todo lo que vas a conseguir — dice Sammy.
Se unen al abrazo y me siento feliz.
— Aunque te vayas espero que sigas viendo mis partidos — dice Alan.
— No lo dudes.
— Y no dejes tu salud de lado — me pide Aidan. — Anna me ha contado un poco cómo han sido tus viajes y parece un trabajo muy exigente.
— No te preocupes, he aprendido la lección — le digo a mi amigo.
— Llámanos y escríbenos mucho, ¿vale? — Me pide Anna.
— Claro que sí. Llenaré el grupo de mensajes, vídeos y fotos. Y os haré un housetour cuando llegue a mi alojamiento. O un hoteltour, aún no sé dónde voy a dormir — digo riendo.
— Seguro que con tu amiga Lizzy, como en otros viajes — dice Christian y señala cerca nuestro.
Allí veo a Lizzy despedirse entre lágrimas de su novio.
— Sé feliz, cariño, sé fuerte y da lo mejor de ti — me dice Olivia.
— Estamos muy orgullosos, Derek no podría haber encontrado una mujer mejor que tú — dice Ted y me arranca una sonrisa.
Me despido por última vez de todos mis amigos y llega el momento más duro, abrazar por última vez a mis hermanos y despedirme de Derek.
— Derek... — comienzo pero empiezo a sollozar.
— Lo sé — responde con voz entrecortada. — No te vayas triste, por favor. Yo estoy muy feliz por ti, te mereces todo lo bueno que te pase.
— Tú eres lo mejor que tengo.
— Y tú lo mejor que tengo yo. Míralo de esta forma, te vas a luchar para tener un buen futuro y yo aquí voy a esforzarme al máximo también para poder tenerlo. Si queremos comprar una casa en la playa vamos a tener que trabajar mucho — dice sonriendo de lado.
— Y que tenga piscina también — río limpiando mis lágrimas.
— Vas a hacer tu sueño realidad. Vas a aprender muchísimo y vas a crecer profesionalmente. Eso sí, no descuides tus estudios — me pide.
— No lo haré, daré lo mejor de mí, lo prometo. Y también prometo llamarte y escribirte todos los días.
— Yo también lo prometo.
Me abraza fuerte y apoyo la cabeza en su pecho, inhalando su aroma. No sé cuánto tiempo pasamos así pero no me quiero separar de él. Es Tom quien interviene avisando de que debo partir.
— Es la hora, preciosa — dice suavemente.
Asiento mientras besa mi cabeza y miro a Derek.
— Te amo — digo con lágrimas en los ojos.
— Te amo, te amo muchísimo. Eres el amor de mi vida, no lo olvides nunca — dice con voz firme y verle tan entero me da las fuerzas que necesito para guardarme mis lágrimas, darle un beso y pasar el arco de metales. MJ espera paciente al otro lado junto con Lizzy. Ambas me sonríen cuando llego a su lado y me abrazan.
Me giro por última vez para despedirme de todos y alzan sus manos diciéndome adiós. Alzo la mía pero el corazón se me parte cuando veo a Derek llorando. Cientos de lágrimas caen por sus mejillas y mis hermanos le rodean, apoyando sus manos en sus hombros y su madre le abraza. Estoy a punto de dejarlo todo y volver a su lado cuando se acerca corriendo al arco de metales y me grita:
— ¡Te amo! ¡Ve y supérate a ti misma! ¡Sé la mejor! — Grita aún con lágrimas en sus ojos y mi corazón se hincha de amor por él.
— ¡Te juro que lo haré! ¡Yo también te amo! — Le grito en respuesta, alza los brazos diciéndome adiós y me tira un beso.
Lo atrapo, le lanzo otro beso y él lo atrapa y lo lleva a su pecho. Me sonríe, con esa sonrisa tan bonita que tiene y asiente.
— Ve — leo que me dicen sus labios. — Te amo.
— Te amo — respondo.
Sonríe, sonrío y todo lo demás desaparece. Es la prueba de amor más pura y verdadera que alguien puede darte.
MJ y Lizzy me cogen cada una de un brazo y me voy con ellas.
Una vez en el avión, me pongo cómoda y miro por la ventanilla. El avión comienza a moverse y lentamente despegamos. Miro hacia los ventanales pensando que toda mi familia estará ahí viéndome partir y me prometo a mí misma que seré la mejor, lo haré por ellos y por mí.
Estoy muy emocionada pero una parte de mí, mi corazón, se queda en Seattle, con Derek.
No sé qué nos deparará el futuro ni cómo vamos a superar estos meses, sólo espero poder cuidar su corazón tan bien como él va a cuidar el mío.
Continuará...
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