Capítulo XIX
Luna
La vuelta está siendo más dura de lo que imaginaba. Encima Anna no está colaborando nada. Anoche cuando llegué no estaba y hoy al volver de clase me la encuentro tirada en su cama con mala cara y no me quiere decir qué ocurre. Cambio de táctica, a ver si la fiesta del cumpleaños de Derek la anima un poco.
— Voy a empezar a organizar la fiesta del cumpleaños de Derek.
— Muy bien — responde muy seca.
— Vas a venir, ¿verdad?
— Supongo.
— Voy a hablar con Mark, a ver si él, Devon y Oliver también quieren venir, seguro que a Derek le hace mucha ilusión. Aún tengo que pensar dónde hacerla y comprarle un regalo. Tiene de todo, ¿se te ocurre algo que le pueda gustar?
— Tú sabrás, es tu novio — responde muy borde.
Su respuesta me deja helada. Ya es lo que me faltaba. Ya sé que él es mi novio, te estoy preguntando como amiga si se te ocurre algo original para regalarle. Me muerdo la lengua y respiro hondo tres veces como me enseñó mi psicóloga.
— Me voy a la biblioteca.
No obtengo respuesta, así que cojo mi mochila y cierro la puerta más fuerte de lo que debería, pero me da igual. Está insoportable y prefiero irme a preparar un trabajo que nos han mandado. Mi intención era hacerlo en la habitación pero viendo su actitud prefiero irme. ¿Qué coño le pasa?
De camino escribo a Mark y le hablo sobre la fiesta de Derek.
¡Hola! Dentro de poco es el cumpleaños de Derek y quiero hacerle una fiesta sorpresa. ¿Te apuntas?
¡Claro que sí! ¡Fiesta! ¿Hablo yo con Devon y Oliver?
Te lo agradecería mucho.
Déjalo en mis manos entonces.
Qué chico más majo. Derek ha tenido suerte de encontrar un compañero de clase como él.
Una hora después recibo un mensaje de Devon.
Me ha comentado Mark lo de la fiesta de tu chico. ¿Tienes ya un sitio donde hacerla?
No. Estoy pensando en alquilar un local pero aún no he mirado nada.
No mires, no hace falta. Podemos usar la sala común de nuestra residencia.
¿Seguro? Lo último que quiero es que tengáis problemas por mi culpa.
No te preocupes, la sala común la usan mucho para fiestas, sobre todo para cumpleaños.
Genial entonces. Muchas gracias Devon.
Avísame con lo que necesites y nosotros te ayudamos.
Le doy las gracias por última vez y sonrío. Un problema menos.
Una vez solucionado entro en internet y miro regalos para Derek. Esta vez sí copio a Katy, entro en la página de una joyería y encargo una pulsera de plata con su nombre y el dibujo de una luna en la parte delantera y nuestrafecha por detrás. También reservo en su restaurante favorito y compro entradas para el cine para una película que tiene muchas ganas de ir a ver. Todo para el viernes, creo que es el regalo perfecto. Quiero que la noche sea perfecta para él.
Espero que no esté muy cansado, lo cogería para el sábado pero seguro que quiere ir a ver a sus padres el fin de semana por su cumpleaños, salvo que ellos vengan a la fiesta. Cojo mi móvil, salgo de la biblioteca y llamo a Olivia.
— ¡Hola cariño! — Me saluda con amor. La echo de menos.
— ¡Hola! Quería preguntarte una cosa. ¿Qué planes tenéis para el cumpleaños de Derek?
— Había pensado en hacer una comida e invitaros a todos — responde.
— ¿Y si venís a su fiesta? — Pregunto emocionada. — Estoy organizando una fiesta sorpresa en su residencia. Sus compañeros Mark, Oliver y Devon me están ayudando y seguro que si venís le va a hacer mucha más ilusión.
— ¡Claro que sí! Dime hora y lugar y allí estaré.
— Justo el día de su cumpleaños, el día nueve por la tarde. Te mandaré un mensaje con la hora exacta.
— Gracias por avisarnos cielo, ¡qué emoción! ¿Tú estás bien?
— Sí, todo muy bien. Estoy muy bien, muy feliz aunque hasta arriba de trabajos.
— Y eso que acabáis de volver. Ten paciencia, merece la pena — me anima.
— Lo sé. Voy a llamar a mis hermanos y a Justin y Katy. ¡Nos vemos en unos días!
— Adiós cariño, cuídate.
Cuelgo y llamo a mis hermanos.
— Hola preciosa — me saluda Tom.
— Hola hermanita — saluda Sam.
— Os veo bien, realmente bien — digo al ver sus caritas por la videollamada.
Ambos se miran y sonríen. ¿Qué me ocultáis?
— Quiero invitaros a la fiesta de cumpleaños de Derek. Es el día nueve en su residencia. Pero no digáis nada, es una sorpresa, sus compañeros me están ayudando.
— Cuenta con nosotros — responden al unísono.
— Guay. ¿Todo bien? — Pregunto. Están demasiado sonrientes.
— Sí, todo bien preciosa. El negocio está marchando genial, mejor de lo que esperábamos — responde Tom.
— Me alegro mucho. Nos vemos en unos días chicos — me despido viendo que no me van a contar nada.
— ¡Te queremos!
— Y yo a vosotros.
Cuelgo y voy a por la última llamada del día: Justin y Katy.
— ¡Hola chicos! — Saludo cuando veo sus hermosas caritas.
— ¡Hola Luna! — Responden ellos.
— No he incluido a Alan ni Christian porque no sabía si estarían trabajando — me disculpo y ambos asienten.
— No pasa nada. Alan está entrenando y no habría podido contestar — comenta Katy.
— Christian está en comisaria así que tampoco habría podido coger la videollamada. Luego les ponemos nosotros al día — responde Justin.
— Vale genial. Imagino que ya sabréis por qué os estoy llamando.
— El cumple de Derek — responden al unísono.
— Exacto. Sus compañeros me están ayudando a montar una fiesta sorpresa en su residencia, es el día nueve por la tarde.
— Allí estaremos — responde Katy.
— Cuenta con nosotros — responde Justin.
— Genial chicos. ¡Qué ganas tengo de veros!
— ¡Y yo a ti! — los dos responden lo mismo.
— ¿Todo bien?
— Sí, todo bien. A tope de trabajos — responde Justin.
— Yo igual. Voy a meter caña para así poder estar a tope en la fiesta — aplaude Katy.
— Si necesitas ayuda con algo no dudes en decírnoslo — se ofrece Justin.
— Gracias chicos, de momento está controlado. Nos vemos pronto.
— Adiós amor — se despide Justin.
— Chao nena — se despide Katy.
Les mando un beso a los dos y cuelgo.
Cuando vuelvo a la habitación Anna sigue con la misma cara y, aunque ya sé la respuesta, le pregunto de nuevo si vendrá a la fiesta.
— Ya está todo en marcha. El día nueve haremos una fiesta sorpresa en la residencia de Derek. Estás invitada, ¿vas a poder venir?
— Aún no lo sé. Ya te confirmaré.
Su respuesta no me gusta nada. Pase lo que le pase con ese chico no es problema nuestro. Sus amigos deberían ser lo primero, hemos estado a su lado siempre y que ahora no venga al cumpleaños de uno de nosotros por un chico no me parece bien. Sobre todo si ese chico le hace tener esta actitud de mierda.
Me visto informal pero sexy, unos vaqueros ajustado, camiseta de tirantes, chaqueta de vestir y zapatos de tacón. Me rizo el pelo y me maquillo con mi toque natural pero resaltando mucho mis ojos y mis labios. Arranco mi coche y paso a buscar a Derek.
— Uauh — silba Derek cuando me ve. — ¿Dónde vas tan sexy?
— A pasar la noche contigo — me acerco a él y le beso.
Conduzco por la ciudad y le noto nervioso pero emocionado. Se frota las manos cuando aparco delante de su restaurante favorito.
— Feliz cumpleaños por adelantado — digo cogiendo su mano cuando bajamos del coche. — No te cortes, pide lo que quieras de comer.
— Gracias nena pero no tienes por qué hacerlo.
— Sí tengo por qué. Cumples veinte años, tiene que ser un cumpleaños especial.
— Más especial que tú no hay nada.
Me acerca a él y me besa. Nos separamos sin aliento y sonreímos. Si supiera lo que le tengo preparado...
Entramos, pedimos la cena y brindamos por su cumpleaños.
Nos hartamos de comer, está todo buenísimo pero siempre hay hueco para unas palomitas. Ya salivo sólo de pensarlo. No sé qué tendrán las palomitas del cine que están más buenas que las que hacemos en casa.
— Siguiente parada — anuncio cuando llegamos.
— ¿Vamos a ver una peli? — Pregunta. Sus ojos brillan de ilusión.
— No una película cualquiera.
Saco mi móvil y le enseño las entradas. Aplaude encantado ya que es la que él quiere ver y justo se estrena hoy.
Vamos al mostrador, cojo un menú grande de palomitas para compartir y dos bebidas, enseño las entradas y pasamos a la sala.
Nos sentamos y cuando se apagan las luces y empieza la película se me eriza la piel. Me encanta venir al cine.
— ¿Te apetece dormir conmigo? — Pregunto cuando salimos del cine.
— Claro que sí. ¿A Anna no le importa?
— No, claro que no le importa.
No le he preguntado y siempre hablo con ella primero pero está en un plan que no hay quien la aguante así que paso de preguntarla.
Cuando llegamos está dormida así que nos acostamos sin hacer ruido.
Me levanto y Derek y Anna siguen dormidos, así que me visto y voy a la cocina a hacer tortitas. Hago para los tres, pongo los platos en una bandeja y vuelvo a la habitación. Cojo tres botellas pequeñas de batido que tenemos en nuestra nevera y lo pongo encima de mi escritorio.
— Qué bien huele — dice Derek abriendo un ojo.
— Un cumple no puede terminar sin un buen desayuno — le guiño un ojo, me siento en la cama y le beso.
— Buenos días — dice Anna un poco avergonzada.
— Buenos días — respondemos los dos.
Me levanto, cojo un plato y se lo ofrezco. Me sonríe tímidamente y veo gratitud en su mirada.
Cojo nuestros platos, me siento en mi cama y desayunamos viendo la Cabalgata de Reyes de Madrid.
Anna no la ha visto nunca y está embobada mirando la pantalla del ordenador.
Al terminar dice que le ha encantado y emocionado a partes iguales.
— Gracias por este maravilloso cumpleaños — me agradece mi chico. — Eres la mejor.
— Haría lo que fuera por ti.
Nos besamos, se despide de Anna y se marcha. Volvemos a estar solas.
— Gracias por el desayuno, no tenías por qué hacerlo.
— Ya bueno, no iba a hacerlo sólo para nosotros estando tú aquí, no soy tan mala.
— No eres mala, Luna. La mala soy yo. Perdóname por la actitud que he tenido estos días. He pagado contigo mi enfado con Theo y, aunque no tengo excusa, te pido perdón — se disculpa sinceramente.
— ¿Qué ha pasado? — Pregunto. A ver si ahora me lo cuenta.
— Prometió venir en Nochevieja a mi casa, después de cenar. Mis padres estaban emocionados por conocerle pero al final me escribió un mensaje diciendo que no podía venir. No quería dejar a su familia porque su hermano pasa poco tiempo en casa. Dijo que si podía, en Año Nuevo se pasaba por la tarde a tomar un café. Le estuve esperando y nada. Mis tíos y mis primas se marcharon y yo también me tuve que venir y he estado esta semana enfadada con él. No le he llamado ni escrito y él no se ha presentado para disculparse ni nada.
— Si me aceptas un consejo nena, yo tomaría un poco de distancia. No parece que él tenga las mismas intenciones que tú. Lo estás dando todo en esta relación y él está haciendo mal las cosas contigo y no es justo para ti. Quizá sea mejor que os deis un tiempo para que puedas pensar en lo que necesitas, en lo que mereces y si es o no el chico adecuado para ti.
— Tienes razón, quizá lo haga porque no merezco pasar enfadada la mayoría del tiempo. Estar en una relación debería ser guay. Como vosotros, Katy y Justin. Os veo tan felices y es lo mismo que quiero para mí pero...
— Pero no sabes si Theo te va a hacer feliz — termino por ella.
— Sé que sí. Cuando estoy con él me olvido de todo. Es tierno y atento conmigo pero cuando estamos separados parece que tiene otras prioridades y me deja de lado y eso no me gusta.
— Claro que no te gusta y a mí tampoco. Verte así me parte el alma porque no lo mereces — comento sinceramente.
— ¿Crees que hago bien en no escribirle?
— Sí, yo creo que sí. Le estás dejando claro que estás dolida y ahora es él quien tiene que dar el paso.
— Ojalá lo de.
Ojalá. Aunque no sé qué esperar de este chico.
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