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Capítulo V

Derek

Reconozco que ayer en la fiesta me lo pasé genial. Devon se pasó por allí y me presentó a un montón de gente, es un chico muy popular, me recuerda a mi época de instituto. Me lo pasé muy bien con todos ellos pero de momento prefiero seguir quedando con Mark y Oliver. Ambos son buenos tíos y quiero centrarme en estudiar y sacar buenas notas para que, cuando llegue el momento, aprueben mi traslado a la Universidad de Seattle y poder estar allí con Luna. Además, por lo que sé hasta ahora, tanto Mark como Oliver quieren sacar buenas notas y hemos acordado estudiar juntos. Oliver va a ayudarnos con Farmacología y lo agradezco mucho.

A la hora de cenar me encuentro con los chicos en la cocina para hacernos algo de comer.

- Ha sido un acierto alojarnos aquí. Convivir con alumnos de tu misma rama mola mucho, sobre todo si también son compañeros de clase - comenta Mark.

- Sí. No lo sabía cuando pagué aquí el alojamiento pero me alegro de haber acertado. Es un gusto no tener que salir de la residencia para ver a tus amigos - respondo.

- Totalmente de acuerdo - apunta Oliver. - No os agobiéis. He pasado por lo mismo que vosotros y el primer año es el peor. Se tienen asignaturas muy generales y puede ser un poco rollo, pero a medida que vayáis pasando cursos iréis escogiendo asignaturas más específicas y os va a encantar, ya lo veréis. Sobre todo si tenéis tan claro que esto es a lo que os queréis dedicar.

- Sí - respondo. - Ahora sí tengo claro lo que quiero estudiar, la profesión que quiero ejercer. En mi época de instituto quería ser deportista profesional.

- ¿Eras bueno? - Pregunta Mark.

- Sí - respondo - pero un amigo fue mejor que yo y le ofrecieron un buen puesto - comento recordando a Alan. - Mi segunda opción era fisioterapia. Quién sabe si algún día pueda trabajar en algún equipo deportivo o incluso abrir mi propia clínica.

- Si consigues abrir una acuérdate de mí - dice Mark.

- Abriré una farmacia cerca de tu clínica así tengo clientes seguro - bromea Oliver.

Son muy simpáticos y quién sabe dónde acabaremos cada uno. El futuro es incierto pero no me importaría trabajar con ellos.

Al volver a la habitación Devon está tumbado en su cama viendo una película. Me pongo el pijama y la veo con él.

Devon sigue durmiendo cuando me marcho a clase el lunes por la mañana. Qué bien se vive siendo estudiante de último año de carrera. Paso primero por la cafetería y me encuentro con Mark en la puerta de nuestra primera clase.

Las asignaturas que tenemos hoy me gustan, salvo Fundamentos de la Fisioterapia. Me gusta conocer el cuerpo humano, sus dolencias y cómo aliviarlas. Recuerdo cuando le di aquel masaje a Luna en su casa, no sabía que iba a disfrutarlo tanto. Después del encontronazo que tuvo con Mary y encima lo mala que estaba con la regla quise hacer algo por ella y conseguí aliviarla el dolor. Fue un favor para ambos ya que ella estuvo de mejor humor el resto de la noche y yo descubrí mi vocación. Bueno, realmente descubrí que me encantó tocarla a ella, pero saber que puedo ayudar a otra gente aliviando su dolor me emociona. Voy a disfrutar mucho cuando empecemos las prácticas.

Después de cenar aprovecho que estoy solo en la habitación y llamo a Luna.

- Hola amor, iba a llamarte ahora - dice a modo de saludo.

- Me he adelantado. ¿Qué tal las clases cielo?

- Muy bien. Agotadoras - responde - no es lo mismo estudiar Matemáticas o leer un libro y hacer un trabajo para un examen que estudiar cosas tan específicas. Pero bueno, creo que nos estamos adaptando bien.

- Me alegra oír eso.

- ¿Y tú qué tal?

- Muy bien. Genial en realidad. A pesar de tener asignaturas un poco más generales me están gustando mucho. Además, Oliver estudia Farmacia y se ha prestado a ayudarnos a Mark y a mí con Farmacología.

- ¡Eso es genial! Seguro que son encantadores, estoy deseando conocerles.

- Ya les conocerás pequeña. Un día que podamos todos lo organizamos. Este fin de semana si te apetece - propongo.

- En realidad... - se queda callada un momento y espero, le doy el tiempo que necesita - me gustaría ir a ver a Dory.

- Claro que sí nena. Será un placer acompañarte a ver a Dory - espero no haberme autoinvitado - si quieres que te acompañe.

- Eso por supuesto - responde riendo - no iría a ningún sitio sin ti.

- Tenemos un plan entonces. Podemos ir a pasar la tarde con ella y encargar algo de cena, seguro que le hace mucha ilusión verte de nuevo.

- Sí, yo tengo muchas ganas de verla - dice emocionada.

Oigo la puerta y miro a Devon que acaba de entrar.

- ¿El sábado? - Propongo.

- Perfecto. Nos vemos el sábado entonces.

- Te quiero pequeña.

- Yo también te quiero. Ten buen día mañana.

- Igualmente.

Nos despedimos y colgamos.

- Vaya sonrisa tienes. ¿Es tu novia? - Pregunta.

- Sí - respondo sonriendo.

- ¿También va a la universidad?

- Sí. Va a la U.S. Quiero pedir el traslado para el segundo curso a ver si me aceptan.

- Seguro que sí. Tienes pinta de ser buen estudiante.

- No te creas. Si lo soy es por ella, porque me ayudó a crear buenos hábitos - me mira curioso - fue mi profesora particular en nuestro último año de instituto.

- Curioso - dice riendo. - Seguro que era una profe estupenda.

- Sí, lo era.

- Háblame de ella - me pide.

- Se llama Luna, tiene un año menos que yo. Es rubia, de ojos grises, es... es preciosa - digo enseñándole una foto nuestra. - Además es inteligente, divertida, tiene mucho sentido del humor, amable, siempre se preocupa por los demás y es la mujer más fuerte que he conocido.

- Sí que es guapa, parece todo un partidazo. ¿Qué estudia?

- Paleontología. Le encantan los dinosaurios.

- Vaya, la cosa va de huesos - empieza a reír. - Sólo que a ti te van los actuales y a ella los viejos.

- Podría decirse así - respondo riendo. - ¿Y tu novia cómo es?

- Mayor que yo. Ella ya está trabajando en el hospital. También estudió medicina. Tiene turnos un poco complicados así que nos vemos cuando podemos.

- Hacéis muy bien.

Nos callamos un momento y siento cómo me mira.

- Quiero preguntarte algo, pero no tienes que responder si no quieres. Vosotros... ¿tenéis algo que ver con el caso Monroe?

Le miro y no sé qué responder. Imaginaba que el caso había llegado lejos pero no me esperaba que mi propio compañero de cuarto me sacase el tema.

- ¿Por qué lo dices? - Pregunto cauteloso.

- He visto fotos en internet. Y me han hablado mucho sobre eso. Sois famosos en el pueblo, aunque vosotros no lo sepáis, se ha hablado mucho - le miro sin saber qué decir. - Una de mis tías es dueña de El Grill.

- Vale, ya lo entiendo. Sí, nosotros testificamos en el caso Monroe y la casa que rondaba Luke era la de Luna. Por favor, no digas nada. Lo hemos pasado muy mal con el tema y no quiero que se entere nadie. Sería muy molesto que me preguntasen o, yo que sé. No sé si algún hermano mayor de Luke o algún primo estudia aquí o tiene algún conocido. Prefiero pasar desapercibido.

- Lo entiendo, no te preocupes, no voy a decir nada. Sólo era curiosidad. Mi tía es una cotilla y al final se terminó enterando de todo.

- Pues todo lo que te dijo es verdad - respondo - tu tía tiene buenas fuentes.

Y es la verdad. Puede que sea una de las personas más cotillas del pueblo pero sus fuentes siempre han sido fiables. Sobre todo porque muchos de los problemas y encontronazos que hubo, tanto con Mary, Luke y su abogado fueron en ese bar.

Hoy ha sido un día especialmente duro. Hemos dado bastante temario y a pesar de que llevamos pocas clases nos dan mucha caña. Sobre todo la profesora de Terapia Física en Pediatría. Sólo de pensar que puedo tratar niños se me pone el vello de punta. Nos ha enseñado fotos de niños con problemas, que han sufrido accidentes o que sufren alguna deformidad y requieren nuestros tratamientos para poder sanar o llevar una vida mejor. Me parecen tan frágiles que se me revuelve el cuerpo.

Al salir le envío un mensaje a Luna.

Dime que tu día está siendo mejor que el mío.

De momento sí. ¿Qué ha pasado?


Hemos tenido que ver imágenes duras en la asignatura de Terapias Físicas en Pediatría.

Puedo imaginar cuáles. ¿Estás bien?


No mucho. Ha sido muy fuerte pero es lo que hay. Podemos encontrarnos eso en cualquier momento cuando trabajemos.


Eso es verdad. Piensa que al menos vas a estar muy preparado.


Espero que sea cierto. Voy a ir a darme una ducha, luego te llamo, ¿vale? Gracias por escucharme.


No recibo respuesta inmediata, sino un par de horas después.

Baja. Voy a llevarte a cenar.


Bajo corriendo y envuelvo con mis brazos a Luna. Ella ríe feliz.

- ¿Qué haces aquí? - Pregunto feliz.

- Has tenido un mal día y yo he venido a animarlo.

- No sabes cuánto te quiero.

- Puedo hacerme una idea. Venga, vamos a cenar pizza.

- Es música para mis oídos.

No sé qué haría sin ella. Me ha alegrado la noche y el resto de semana. Verla es todo lo que necesito para sentirme mejor. Para sentir que puedo con todo.

A la vuelta nos encontramos con Mark y Devon en la entrada de la residencia.

- Es más guapa en persona - dice Devon. - Hola, soy Devon. Un placer.

- Yo soy Mark, encantado.

- ¡Hola! - Exclama Luna y les da un abrazo a cada uno. - Soy Luna, encantada de conoceros al fin. Derek me ha hablado muy bien de vosotros. Gracias por ayudarle.

- Es un placer. Además, fue él quien me ayudó primero - dice Mark refiriéndose a nuestro primer día de clase.

En unos minutos de charla se los ha metido en el bolsillo. Luna tiene un encanto natural que hace todos la quieran. Por eso es tan especial, y por eso tengo tanta suerte de tenerla en mi vida.

Antes de irse nos hace prometer que quedaremos un día todos y se le ocurre la loca idea de venir a fiestas de aquí e invitarnos a fiestas de su campus. A ellos les parece bien y a mí obvio que también.

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