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XVIII : Efecto Secundario

Voy a proponerme actualizar una vez por semana a ver si recupero mis antiguos hábitos de escritura y somos todos más felices.

Mina no podía estar más estresada por aquella noticia, no porque se tratase de la primera vez que asistirían a un evento con tantas personas luego de su presentación, ni siquiera porque habían sido informadas de su nominación y su presentación al final de la noche, lo que significaba que debían ensayar horas extras.

La japonesa se estresaba porque era la primera vez desde el inicio de su carrera que asistiría a unos premios en malos términos con la Omega castaña.

Desde aquella mañana donde Jeongyeon y ella habían tenido aquel acercamiento gracias a la desastrosa visita de Sachiko, la coreana apenas y le había dirigido una mirada, lo que tenía a su lobo inquieto en su interior.

Y no era como si ella no hubiera hecho algo para remediar aquella situación, de verdad moría de ganas de acercarse a la ojiverde y que la abrazara como en esa ocasión, pero esta de algún modo siempre encontraba la forma de evadirla y escabullirse escaleras arriba cuando llegaba a casa o perderse en alguna sala de práctica o estudio de grabación cuando estaban en la empresa, oportunidades que Nayeon aprovechaba para mantenerse sobre ella sin problema o interrupción alguna.

Luego del desprevenido beso que Nayeon le diera en su habitación habían logrado recuperar un poco de la normalidad de su relación, ante su reacción la Omega no había vuelto a intentar nada más que abrazarla hasta quedarse dormida gracias a su olor y Mina lo agradecía, pues si ya era complicado explicar algo que no pasó en su sala, explicar algo que había sido tan real como su debilidad por ella, le parecía imposible.

Y realmente creía que las cosas seguirían de aquel modo por bastante tiempo, que tendría que seguir soportando la indiferencia y la distancia de Jeongyeon, y pasar largas noches pensando en una forma de resolver las cosas sin afectar a ninguna de las dos Omegas.

Hasta que recibieron otra noticia que le devolvió la esperanza que había perdido.

Cuando sus gerentes le informaron que el CEO las había llamado para reunirse esa mañana antes de sus ensayos, se esperaba cualquier discurso aburrido o una felicitación por su nominación, por eso sus pasos eran perezosos y su ánimo estaba decaído.

Escuchó como varios de sus compañeros la saludaban al verla caminar por los pasillos, pero estaba demasiado concentrada en su desgracia como para forzar una sonrisa o mover su mano siquiera, ignorándolos a todos hasta que llegó a la oficina del Beta.

—¡Oh Mina! — Escuchó la voz de JYP tan pronto entró en la oficina, deteniéndose en la puerta cuando las miradas de todos los que estaban en la habitación se posaron en ella, haciéndola fruncir el ceño con confusión. —Entra ya, estábamos esperando por ti. — La ánimo el Beta haciendo un gesto con su mano.

Todavía estaba confundida, pero aún así cerró la puerta a sus espaldas, detallando por primera vez las personas que se encontraban allí. Se dio cuenta de que se había equivocado cuando creyó que sería una reunión aburrida pues aunque vio los rostros de sus compañeras, no estaban todas, y eso provocó que su semblante se tornara serio.

Con ella eran en total siete las que estaban en aquella habitación, junto a tres de sus gerentes y el CEO que se veía tranquilo detrás de su escritorio. Un vistazo rápido le bastó para darse cuenta de que las demás estaban igual de confundidas que ella, lo que por un lado la hizo suspirar aliviada, pero por otro la sensación de que tanto ella como Nayeon, Jeongyeon, Momo, Sana, Tzuyu y Jihyo habían sido citadas adrede, empezaba a incomodarla, sin embargo decidió guardar silencio y escuchar lo que ocurría.

—¿Y bien? ¿Que es lo que desea hablar con nosotras PD-nim? — Habló Jihyo tomando su papel como líder, mirando al pelinegro con una expresión casi tan seria como la de la rubia que se cruzó de brazos ante lo tenso que se sintió el ambiente de repente.

Jihyo miraba al mayor de una forma que Mina estaba segura podría intimidar a cualquier mortal, lo que le confirmó que ella no era la única que tenía un mal presentimiento, pues eran pocas las ocasiones que la Beta usaba aquella filosa mirada para enfrentar a alguien.

Sin embargo Jinyoung no parecía sentirse ni siquiera un poco afectado por aquella acción de la chica, y si lo hizo, la corta risa que soltó de repente cubrió cualquier rastro de nerviosismo que estuviera sintiendo. —Tranquila querida. — Sonrió el hombre recostándose del respaldo de su silla acolchada de forma relajada. —No están aquí por nada malo. — Agregó intercambiando una rápida mirada con la mánager, que parecía molesta o perturbada por algo que aparentemente la propia Jihyo desconocía.

Y eso provocó que la rubia se removiera incómoda en su asiento, lo que fuera que estuviera por contar el mayor, prometía ser delicado.

Han sido nominadas y actuarán pronto, esa es una gran noticia. — Comentó el hombre intentando relajar el ambiente, obteniendo en cambio una mueca llena de confusión de parte de Tzuyu y las japonesas mayores, mientras Nayeon levantaba una ceja con incertidumbre y Jihyo y Mina mantenían sus expresiones neutrales. —¿No están felices por eso? — Cuestionó sorprendido al no obtener las reacciones que esperó, asumiendo que las chicas estaban acostumbradas a ser reconocidas por sus esfuerzos, cuando la realidad era otra.

Por supuesto, siempre es un motivo de felicidad recibir estas noticias PD-nim. — Habló Jeongyeon con fingida emoción, provocando que la rubia tuviera que reprimir una risa ante la falsa sonrisa que le mostró y que dejó al Beta en shock. Quizá había olvidado lo que pasó la última vez que las tuvo a todas en esa oficina. —Pero dudo mucho que nos haya citado aquí para eso. — Agregó imitando la expresión sería de la rubia y la coreana menor mientras se cruzaba de brazos.

Jinyoung entonces se sintió intimidado por aquella mirada verde, conociendo lo perspicaz que era precisamente la castaña con respecto a ciertos temas, por eso tragó con dificultad consciente de que debía cuidar muy bien sus palabras si no deseaba caer bajo su ojo clínico. —Bueno, en eso si tienes razón mi querida Jeong. — Apoyó removiéndose incómodo en su asiento, empezando a perder la poca valentía que había reunido para enfrentarlas. —No están aquí solo para recibir mis felicitaciones. — Admitió suspirando con resignación jugando con los documentos frente a él.

—¿Entonces? — Preguntó Jihyo sin molestarse en ocultar su impaciencia o su disgusto por su actitud.

Bueno, aquí con su manager hemos estado conversando sobre un tema que estoy seguro les concierne a todas ustedes. — Contó recibiendo una mala mirada de parte de los gerentes, confundiendo más a las chicas que lo miraron expectantes a una explicación. —La cosa es que recibí un informe. — Contó haciendo una pequeña mueca de sonrisa que provocó que sus ojos se convirtieran en dos rayitas.

—¿Un informe de que? — Eso si había llamado la atención de Mina, que por primera vez se atrevió a hablar, haciendo la pregunta que rondaba la mente de todas. Pero que había tomado un significado distinto en la mente de una de ellas.

—¿No está espiando acaso? — Preguntó una casi ofendida Momo, provocando que todos los presentes la observaran perplejos y confusos. —Eso esta muy mal PD-nim, y desde ya le advierto que no me responsabilizo por nada de lo que haya visto en ese informe ¿Ok? — Dijo señalando al Beta que solo sonrió en respuesta antes de que la mano de Jihyo que estaba sentada a su lado se posara en su hombro.

Momo... — Habló la coreana en modo de advertencia, negando lentamente mientras la Alfa simplemente bufaba y volvía a su sitio.

Jinyoung seguía sorprendiéndose de lo controladas que la Beta mantenía a aquellas chicas, y de como bastaba una sola de sus miradas para que estas se mantuvieran a raya, algo admirable, pero cuando esa mirada se posó sobre él, debió volver pronto a la realidad. —Estoy seguro de eso Momo, pero no te preocupes. — Aclaró en un intento de sonar gracioso, sintiéndose decepcionado al notar que aquellas chicas simplemente no iban a reírse de nada de lo que dijera. —Este no es el caso. — Agregó escuchando como la Alfa de cabellos negros suspiraba.

Un alivio. — Murmuró Momo dejándolo con una duda en su mente sobre ¿Que era lo que una chica como ella podría estar ocultando?

—¿Entonces de que se trata PD-nim? — Volvió a hablar Jihyo, empezando a cansarse de los intentos del hombre por ser gracioso.

Es algo un poco más delicado, pero si me escuchan hasta el final, quizá no les parezca de ese modo. — La beta frunció el ceño al escucharlo, pero apretó los labios como muestra de que no lo seguiría interrumpiendo si de ese modo terminaba pronto. Y fue cuando el mayor finalmente empezó a contar todo. —Lo que sucede es que, los días que estuvieron en la residencia de nuestra estimada Doctora Jung, no solo les sirvieron a ustedes para establecer una conexión con sus lobos. — Señaló provocando que las chicas intercambiaran miradas. —También nos ayudaron a nosotros a conocerlas desde un punto de vista... Genético. — Confesó levantando uno de los documentos frente a él, y al detallarlo, la rubia entendió porque le parecían tan extraños en un principio.

Pero no fue la única pues la habitación quedó sumida en un pesado silencio en el que ni siquiera las respiraciones de alguno se escuchaba. Era obvio que ninguna esperó algo parecido, y en cierto punto fue incómodo pues todas eran conscientes de que la información que contenían los genes, podía resultar peligrosa en las manos equivocadas.

Sin embargo estaban lo suficiente petrificadas como para atreverse a decir algo al respecto, hasta que una de las chicas habló.

De acuerdo, eso es perturbador. — Comentó Nayeon haciendo una mueca de desagrado, pues nada que tuviera que ver con sangre le agradaba. Mas su intervención ayudó a disipar un poco el incómodo ambiente.

—No te preocupes Nayeon, solo nosotros y la doctora Jung tenemos conocimiento de estos resultados. — Contó el CEO entre sonrisas, como si aquello calmara el estado de las chicas.

Mientras Nayeon le dedicaba una mirada de incredulidad. —¿Se supone que eso lo hace menos turbio? — Murmuró robando los ojos a la vez que observaba a las demás.

En sus rostros era evidente la sospecha de que algo malo estaba por suceder, y si no era malo, estaban seguras de que era decisivo, pues ese inquietante sentimiento permanecía allí y crecía con el pasar de los segundos.

—¿Y que es lo que dicen? — La suave voz de Tzuyu se escuchó en la habitación y la mirada del hombre se posó en su serio semblante, suavizando su expresión antes de responderle por temor a la mirada que por alguna razón le dedicó la mayor de las japonesas.

Hablan sobre su largo tratamiento, nada de lo que alarmarse por el momento. — Respondió volviendo su atención a sus documentos y buscando otra hoja en la que se enfocó algunos segundos antes de seguir. —Sin embargo, entre todo hay algo que si merece nuestra atención. — Continuó hablando extendiendo el papel en dirección a Jihyo, quien lo tomó sin dudar y se dio cuenta de que se trataba de la descripción del informe en sí, en términos que todos podían entender. —La inmunidad de las Omegas de Twice a los supresores e inhibidores. — Informó e inmediatamente todas lo miraron.

—¡¿Que?! — Exclamaron con la misma sincronización que en sus coreografías, algo que pudo haberlo hecho carcajearse de no ser por la seriedad del tema.

Lo que escuchan. — Repitió levantándose de su silla ajustando los botones de su traje a la vez que se dirigía a su mini bar sirviéndose una taza de café, volviéndose a mirarlas. —No sé cómo, aunque conozco el porque. — Añadió parándose frente a ellas, dejando sobre la mesa la taza posando su mirada esta vez en las Omegas. —Pero oficialmente las Omegas de Twice son inmunes a los supresores y todo aquello que neutralice su olor. — Informó encogiéndose de hombros.

E inmediatamente el documento en manos de Jihyo pasó a manos de la segunda mayor, quien observó su contenido y sintió su rostro palidecer al confirmar las palabras del Beta. En su mente solo había preguntas, dudas que dejó expuestas en sus feromonas liberadas, antes de expresar solo una de ellas.

—¿El tratamiento hizo esto? — Cuestionó observando a detalle cada movimiento del mayor, siendo imitada por el resto de las chicas que no apartaba su mirada de él, atentas a su respuesta.

—Si bien lo consultamos con otros doctores, jamás esperamos este efecto secundario que no sabemos si sea temporal o permanente. — Explicó Jinyoung después de sentarse otra vez, dándole un sorbo a su café mientras las chicas empezaban a imaginarse miles de escenarios en su mente, siendo el del peligro que correrían las Omegas si salían solas a la calle y sus celos las atacaban, el que más temor les causó.

Y como había aprendido a predecir aquel tipo de reacciones en momentos como ese, Jihyo se levantó de su silla antes de que precisamente Momo cuyo olor era de los más fuertes en ese instante, empezara a atacar al hombre con preguntas. —De acuerdo, mantengamos la calma ¿Si? — Pidió haciéndoles una señal con sus manos de que permanecieran sentadas, orden que las Alfas acataron con el ceño fruncido y los labios apretados. —Estoy segura de que el motivo de la presente reunión es encontrar una solución a esto ¿No?— Afirmó dedicándole una mirada de advertencia al CEO, quien le agradeció en silencio y asintió aliviado por su intervención.

En efecto, Jihyo, por eso requería la presencia de las involucradas en esto y la tuya como su líder por supuesto. — Proclamó este en respuesta, tomando una profunda respiración, estaba manejando bastante bien el el nerviosismo que las miradas se todas le provocaba, sin sospechar que aquello estaba a punto de cambiar.

—¿Y que se supone que significa eso? — Exigió una alterada Nayeon que debió ser detenida por Sana y Jeongyeon quienes estaban a sus lados, en medio de su intento por levantarse.

El Beta esperaba ese tipo de reacciones y maldijo cuando dio una mirada a los silenciosos gerentes y estos le miraban con un brillo de diversión en sus ojos, por supuesto que estaban disfrutando de que las chicas lo atacaran de ese modo, y por supuesto que bajo ningún concepto de atreverían a interceder a su favor.

Por eso, tragó despacio mientras sentía como sus labios repentinamente necesitaban ser humedecidos, pasando su lengua por estos antes de responder la pregunta de la Omega, cuyo olor sobresalía de los otros. —Que no podrán asistir a los premios sin que ustedes tres... — Señaló a las japonesas, cuyos cuerpos se tensaron, aunque no estaban seguras de que la situación pudiera empeorar. —Las impregnen con sus olores. — Informó escuchando como la habitación se llenaba de los jadeos de sorpresa de todas.

Tiene que ser una broma. — Comentó una incrédula Jeongyeon que no pudo evitar quedar pasmada, en estado de shock.

Según tenía entendido el ritual de impregnación entre lobos era un acto que solo ocurría entre predestinados o en consecuencia personas que realmente se amaran y tuvieran un lazo ya formado, voluntario por parte de ambos pues no solo era considerado íntimo, también requería de toda la concentración de los Alfas y la entrega de los Omegas.

No solo se trataba de cubrir el olor de los Omegas, sino de que el Omega aceptaba que solo el Alfa que lo impregnaba tenía su corazón y nadie más podría sentir su olor de Omega por un tiempo determinado.

Por eso las tres Alfas, la menor de las Omegas, que hasta ese momento había hecho todo por no interrumpir al CEO en su explicación, y la misma Jeongyeon no pudieron evitar paralizarse al recordar las historias que sobretodo sus abuelos les contaban de pequeñas.

Me temo que no es así, Jeongyeon. — Volvió a decir JYP aclarando su garganta para llamar la atención de todas, lo que no supo si había sido bueno o malo al notar la intensidad con la que lo hacían, sobretodo la menor de las japonesas que parecía querer lanzarse sobre él en cualquier segundo.

También podrían usar perfume ¿No? — Intervino Jihyo llevando una de sus manos a la rodilla de la rubia japonesa, quien observó el contacto con desconcierto, pero se mantuvo en silencio mientras la Beta se dirigía al mayor. —Puedo imaginar lo incómodo que esto debe ser para ellas. — Se atrevió a decir lo que las tres chicas no se habían animado a comentar, pero que al conocerlas bien podía sospechar pues incluso la misma Sana se veía algo ansiosa por eso.

Desde su lugar Jihyo dio un vistazo a las chicas y confirmó que en efecto sus palabras tenían fundamento, las Omegas habían sido invadidas por un ligero sonrojo que debido al maquillaje se reflejó más que todo en la punta de sus orejas, mientras evitaban hacer contacto visual con alguien, y Sana bajó su mirada a su regazo a la vez que su mano se dirigía a su nuca en un reflejo de su nerviosismo.

Jihyo pudo haberse reído de toda la timidez que estaba presenciando, pero no en el mal sentido sino en el que hacía que su corazón se enterneciera por lo adorables que se veían todas y lo versátiles que eran de carácter, pues segundos antes parecían dispuestas a enfrentar al mayor y ahora asemejaban niñas hablando sobre su primer beso, algo muy diferente a lo que ocurría con Mina y Momo, quienes se negaban a suavizar su expresión.

Por algún motivo estas se habían vuelto tan recelosas después de su presentación que Jihyo se sentía intrigada, pues por un lado era lindo ver lo protectoras que eran con el resto, era tentador ser amada y protegida por ellas, pero no sabía en que punto aquello podía traerle consecuencias.

Y pudo haber seguido admirando la diversidad de reacciones de su grupo, mas la voz de Jinyoung la sacó de su ensimismamiento. —Descartamos la posibilidad. — Respondió el pelinegro, juntando sus manos sobre el escritorio. Volviendo a obtener las miradas sobre él. —Porque si el que se supone que debe ser el único medio para neutralizar sus olores o sus propias naturalezas no lo hace ¿Porque lo haría un simple perfume? — Cuestionó sonriendo de lado, casi pareciendo burlarse, algo que por el bien se todos, Jihyo decidió dejar pasar.

Entiendo. — Dijo apretando los labios con su expresión tornándose pensativa y difícil de descifrar para el mayor, que continuó hablando.

Solo algo más fuerte, en este caso otro Omega, o preferiblemente un Alfa puede cubrirlas. — Explicó detalladamente, él habría preferido que fuera la Doctora Jung quien les hablara sobre ese tema a las chicas, pero ante la negación de esta y de los gerentes, quienes de algún modo lo culpaban por no haber intervenido antes en la suspensión de los tratamientos de sus IDOLS, no le había quedado otra opción.

¿Y que les hizo considerar esto? — La voz de Jeongyeon resonó en la habitación haciéndose tan notoria como las feromonas que alarmaron a las Alfas, aquella mezcla de Chicle, Chocolate y Frutilla cargada de emociones que despertaban los instintos de las tres japonesas y que las hicieron contener la respiración pues estaban a nada de actuar para evitar que las Omegas continuaran sintiéndose desprotegidas.

Estaban a nada de terminar con lo que para ellas significaba una amenaza para las Omegas, lo que no era otra persona que el CEO cuyo cuerpo se tensó al notar el destello en las pupilas del trío extranjero mientras lo miraban.

—En primer lugar, ninguna saldrá lastimada ¿Bien? — Se apresuró a contestar, levantando sus manos en señal de rendición para convencer a las Alfas que no quedaron contentas con aquella respuesta, Mina incluso contuvo un gruñido al imaginar la poca importancia que le daban a la opinión de las Omegas en aquel tema, le asqueaba pensar que su CEO era ese tipo de personas, aún siendo Beta. —Y no creo que tengan problema en colaborar un poco ¿Verdad? — Insistió el pelinegro con una temblorosa sonrisa formándose en sus comisuras.

Si alguien le hubiera dicho que algún día las chicas que había visto crecer y a las que había acompañado en tantos momentos importantes le darían tanto miedo probablemente se habría reído en su cara y luego habría apostado su vida por lo poco probable que eso era.

Sin embargo, ahora que se encontraba en aquella oficina con tres intensos olores de Alfa a punto de abrumarlo y siete pares de ojos juzgándolo sin derecho a defenderse agradecía no haber hecho tal tontería.

Sabía que las chicas no lo odiaban, que con lo buenas y nobles que eran nunca permitirían que un sentimiento como ese manchara sus corazones, pero si tenía que admitir algo era que parecían disfrutar de ver su sufrimiento, y lo supo cuando escuchó un fastidiado bufido entre tanto silencio y rostros serios.

Bien, siendo así no tengo ningún problema. — Confesó Momo, provocando que las miradas de los presentes, excepto Jihyo quien rodó los ojos y negó, se posaran sobre ella. —Si puedo alejar un par de Alfas molestos de nuestra pequeña Chewy, esta bien por mi. — Terminó de decir mirando a la Maknae con una cálida sonrisa en su rostro.

La rubia no pudo evitar sonreír al escucharla, pues no entendía a quien creía que engañaba Momo con aquella excusa, a su mente llegó el episodio que su compañera le hizo vivir a Hoseok por estar “protegiendo” a la menor del grupo y se preguntó cuanto tardaría en darse cuenta de que lo que sentía por Tzuyu no era simplemente cariño de amigas. Aunque tomando en cuenta su decisión, ella no era la mejor para opinar sobre eso.

—¿Mina? ¿Sana? — La voz de Jinyoung la sacó de sus pensamientos y provocó que su sonrisa se convirtiera en una mueca de labios apretados. —¿Están de acuerdo con esto? — Les preguntó y esta vez Mina se volvió a ver a Sana quien pareció tener la misma idea y la miró también, permitiéndole ver la respuesta en sus orbes doradas.

—¿No se considera esto un abuso a la integridad de las Omegas? — Respondió dirigiendo su mirada al Beta, cuya expresión se quedó en blanco. —¿No son ellas quienes deberían responder eso? — Volvió a hablar sin darle tiempo de responder, deteniendo la mano de Jihyo que amenazó con volver a posarse en su rodilla, considerándolo innecesario pues no iba a hacer una locura, consciente de lo mucho que eso asustaría a las Omegas. —Después de todo, ellas serán las que llevarán nuestros olores. — Terminó de decir sin titubeos, viendo como el mayor abría la boca para decir algo, siendo detenido esta vez por Sana.

Yo lo haré si con eso puedo proteger a Nayeonnie, aunque comparta el mismo pensamiento de Minari. — Dijo la pelirroja, en su voz había disgusto y recelo pese a que había aceptado, de algún modo, y JYP juraba que la cabeza le explotaría en cualquier segundo por la forma en la que aquellos ojos le miraban. —Las Omegas deberían haber sido informadas antes de que tomaran una decisión de este tipo. — Terminó de decir antes de apartar su mirada del hombre, considerando innecesario dedicarle más atención si ya todo había sido decidido.

Una acción que el Beta consideró como una victoria. —Entonces solo queda una cosa por hacer. — Anunció después de soltar un aliviado suspiro y sonreír en grande. —¿Lo harán chicas? — Cuestionó dirigiéndose esta vez a las indecisas Omegas, que intercambiaron miradas entre ellas, antes de que ser interrumpidas por alguien más.

Espere PD-nim, hay algo que aún no entiendo. — Comentó Jihyo inclinando su cabeza a un lado. —Si los supresores no funcionan en ellas ¿Como es que lograron contenerlas en la residencia Beta? — Cuestionó provocando que la sonrisa del mayor desapareciera. —Yo misma las vi, estuvieron dormidas durante esos días. — Contó sonriendo ligeramente, con la misma tranquilidad que el mayor lo había hecho segundos antes. —¿Porque ahora no ocurriría lo mismo? — Miedo, Mina se dio cuenta de que Jinyoung tenía miedo, pero era un miedo diferente al que tenía de que ella y las japonesas mayores se lanzaran sobre él, quizá porque sabía lo poco probable que era que eso sucediera por más molestas que estuvieran. JYP tenía miedo de algo más, y era la peligrosa intuición de Park Jihyo.

Pero por supuesto que jamás se atrevería a admitir eso más allá de lo que su lenguaje corporal pudiera comunicar. —¿Estuviste en esa habitación? — Cuestionó cambiando su expresión a una que pudiera esconder su temor. —Dime ¿Lograste comprobar por ti misma que sus feromonas eran lo suficiente fuertes para enloquecer a cualquier Alfa cerca? — Continuó, sin darse cuenta de lo que eso generaba en las Alfas que se imaginaron aquello pero tomaron una respiración profunda para calmarse. Mientras Jihyo simplemente analizaba sus palabras y su expresión en silencio, buscando algún indicio de lo que tanto se esmeraba en ocultar. —Y es cierto estaban dormidas, pero no por los supresores, sino por los sedantes. — Esa era una información que al menos las Omegas desconocían, por lo que no pudieron evitar sentirse incómodas al escucharla. —Por supuesto siempre bajo la supervisión de los expertos, por eso fueron enviadas allí en primer lugar.

Esta bien, es suficiente ¿No? — Intervino Nayeon levantándose de su silla con una evidente mueca de indicación en su rostro. —Seguimos aquí y no es agradable que hablen como si no fuera de ese modo. — Agregó, añadiendo un toque dramático a su actuación, cruzándose de brazos y haciendo un adorable mohín, antes de que Jeongyeon la imitara y se levantara también.

Además no hay nada que pensar, lo haremos. — Contó después de tomar la mano de una nerviosa Tzuyu que le dedicó un suave asentimiento. —Solo por que es lo más seguro. — Agregó haciendo sonreír a la menor pues esta sabía que su Unnie jamás haría algo que la pusiera en peligro, aún cuando eso implicara dejarla a solas con una Alfa y aún cuando esa Alfa se tratase de la que era más cariñosa con ella.

Un agudo grito emocionado la sorprendió y cuando buscó su lugar de origen se encontró con JYP sonriendo como si de pronto se hubiera ganado la lotería.

—¡Perfecto! ¡Es perfecto! — Exclamó el Beta levantándose de su silla, dando un par de aplausos incapaz de ocultar su sonrisa de felicidad. —En ese caso, no les quito más su tiempo, su coreógrafo me mataría. — Comentó de repente dejando a todas desconcertadas.

Estaba claro que el hombre ocultaba algo, sin embargo con los problemas que se les habían sumado a su larga lista, eso era lo último en lo que considerarían concentrarse. Al menos la mayoría pues una vez más y con sus miradas recelosas, la Beta y la Alfa rubia dejaban en evidencia su descontento con el mayor.

Con permiso. — Dijeron todas antes de hacer una corta reverencia y salir, seguidas de sus silenciosos gerentes.

Hasta la próxima chicas. — Se despidió JYP sin dejar de sonreír, viéndolas partir y sintiendo como con cada chica que salía de la oficina su paz aumentaba. —Uuuf eso estuvo demasiado cerca. — Susurró dejándose caer en su silla.

Quizá las chicas si tenían razón y si ocultaba algo. Pero era muy pronto para que se enteraran de eso.

Como diría Conan Graythis could be a disaster

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