Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XXXVII

Cuando despierto Luna sigue profundamente dormida a mi lado, salgo de la cama sin hacer ruido y bajo a la cocina a por una taza de café. Estoy sirviéndomelo cuando veo una nota en la nevera:

Vamos a pasar el día fuera, tenéis la comida en la nevera.

Mamá

Estamos solos, al menos estaremos tranquilos y podremos estudiar. Cojo mi taza de café, me siento en el sofá y me froto la cara mientras enciendo la televisión. Voy a dejar a Luna dormir un rato más, nos espera un día largo de estudio. No he terminado de desayunar cuando suena mi móvil.

— Hola Sam — respondo.

— Buenos días Derek, ¿qué tal?

— Bien, ¿y tú qué tal?

Qué raro que me llame a mí. Seguro que ha llamado primero a Luna pero como no ha respondido me ha llamado para ver si todo estaba bien.

— Luna está durmiendo — le digo antes de que pregunte.

— Me lo he imaginado, por eso te he llamado a ti. Escucha, tengo que comentaros una cosa.

— Dime — oh oh, huelo problemas.

— Han surgido unos imprevistos y tengo que ayudar a Tom a solucionarlos. Así que...

— Vas a tardar más en volver — termino por él.

— Exacto. Volvería si pudiera, de verdad, pero...

— No te preocupes — vuelvo a interrumpirle. — Estamos bien, además, hemos pensado en irnos de vacaciones todos juntos cuando terminemos los exámenes.

— ¡Eso es fantástico! — Dice emocionado. — ¿Os vais todos?

— Sí, Justin, Christian, Anna, Katy, Alan, Luna y yo.

— Qué bien, me parece maravilloso de verdad. Necesitáis desconectar y, ¡qué coño! ¡Os lo merecéis claro que sí! Cuéntanos las novedades y no dudéis en pedirnos el dinero que necesitéis.

— No te preocupes, está todo controlado y tranquilo os mantendré al corriente de todo — digo sincero.

— Gracias Derek. Te dejo, Luna está llamando.

— Hasta pronto — me despido y cuelgo.

Luna debe haberse despertado ya y lo primero que ha hecho ha sido llamar a Sam, es una buena hermana. Termino mi taza de café y subo las escaleras en dirección a mi habitación. Espero pacientemente a que termine de hablar y cuando cuelga abro la puerta de mi habitación y me siento a su lado en la cama.

— Sam me ha dicho que te ha llamado — empieza mi chica.

— Sí, así es.

— Ya me ha dicho lo que habéis hablado.

— Espero que no te moleste que se lo haya contado.

— No, tranquilo, iba a decírselo yo cuando hablara con él. Está muy feliz por nosotros y me ha dicho que le pidamos todo lo que necesitemos.

— Es un buen tío — apunto. — ¿Estás bien?

— Sí.

Mentira, algo le ronda la cabeza, ya la conozco.

— Estoy bien, es sólo que por un lado tengo muchas ganas de ver a Sam, de estar con él, pero por otro lado me da miedo.

— ¿Miedo? ¿Por qué te da miedo quedarte con Sam?

— Porque ambos tenemos mucho genio y Tom no está para poner paz, podemos llegar a matarnos, no en sentido literal claro, pero... Ya sabes cómo es nuestra relación, nos queremos pero es complicado.

— Escucha nena, yo creo que esta vez va a ser distinto — mis palabras captan la atención de Luna y me mira fijamente. — Tus hermanos están muy preocupados por ti, especialmente Sam. Cuando pasó todo lo del hospital él estaba lejos y sufrió mucho, tengo la sensación de que va a tomarse las cosas con más calma y no va a reaccionar como normalmente lo hace. Seguro que él tiene miedo de que vuelva a ocurrirte algo como eso.

— Puede que tengas razón — dice asintiendo con la cabeza. — Lo mejor será que no lo piense tanto, nos vamos a llevar bien. Por mucho pronto que tengamos ambos nos queremos y sólo queremos lo mejor el uno para el otro.

— Y todo lo que hace es por tu bien, aunque no siempre sea de la forma más adecuada — termino intentando tranquilizarla y parece que funciona porque me sonríe.

— Buenos días parejita — dice Katy entrando en la habitación.

— ¿Dónde vas tan arreglada? — Pregunta Luna curiosa.

— He quedado con Alan, vamos a estudiar juntos.

Las miro a ambas y Luna tiene esa mirada divertida con una ceja levantada que dice «ya ya, estudiar». Me hace gracia lo mucho que se conocen.

— Estudia mucho, hermanita — digo bromeando.

— Igualmente. ¡Adiós!

Acto seguido se marcha feliz. Ay hermanita, ¿desde cuándo estudiar te hace feliz? Aunque pensándolo mejor, si estudia con Alan es normal que esté feliz, a mí me encanta estudiar con Luna.

— Voy a por café, ¿quieres? — Pregunta Luna sacándome de mis pensamientos.

— No gracias, ya he desayunado. Mientras voy a bajar los libros y los portátiles.

— Gracias amor — me da un suave beso en los labios y con un gracioso movimiento salta de la cama y se marcha a la cocina.

Llevamos alrededor de una hora repasando pero no soy capaz de concentrarme. Luna está especialmente sexy esta mañana y no puedo parar de mirarla. Lleva el pelo sujeto en un moño, una camiseta holgada y unas mallas ajustadas que dejan poco a la imaginación. Luna alza la mirada, sonríe y muerde el boli.

— Tienes mirada lujuriosa — dice con voz sexy.

— Lo sé, cómo para no tenerla. Ahora mismo te quitaría ese conjunto que llevas puesto.

— Y... ¿Por qué no lo haces?

¡Vaya! Mentiría si dijera que no me esperaba esa respuesta, pero me encanta oírlo, nunca me canso de ella, nunca tengo suficiente.

No espera más tiempo, aparta los libros, se sienta a horcajadas sobre mí y me besa sin piedad. Su lengua entra en mi boca sin permiso y nos saboreamos. Es lo mejor que he probado en mi vida. Sin vergüenza ninguna se quita la camiseta y deja libres sus perfectos pechos, momento que yo aprovecho para coger sus pezones y llevarlos a mi boca haciendo que gima y se arquee de placer. Muerdo su labio, devoro su cuello, lamo su oreja y noto su humedad cuando meto mi mano en sus mallas.

— Derek — dice en un susurro ahogado.

Y no necesito más. La cojo en brazos y la llevo directa a mi habitación. La dejo en el suelo, cojo un preservativo y la acorralo contra la puerta cuando la cierra. La pongo de espaldas a mí, bajo sus mallas y cuando me coloco en su entrada me doy cuenta que al ser más alto que ella no puedo penetrarla así. Así que cojo un taburete que tengo bajo mi mesa y lo coloco delante suya.

— Sube — le pido, lo hace y me coloco de nuevo en su entrada. — Perfecto — digo penetrándola lentamente.

Empiezo con movimientos suaves, despacio, disfrutando de cada centímetro de su cuerpo, de cada gemido que me ofrece. La rodeo con mis brazos para evitar que se caiga y ella pasa un brazo alrededor de mi cuello. Giro su cabeza y muerdo su cuello mientras ella gime y su respiración se acelera cada vez más. Aumento el ritmo y el tembleque de sus piernas me dice que no va a aguantar mucho más y así es, con fuertes empellones nos corremos juntos. Al terminar, salgo de su interior y la cojo en brazos.

— Maravilloso, fantástico, ¡brutal! — Dice riendo.

— Lo mismo digo — repito sus palabras porque no hay mejor forma de describir lo que ha pasado.

Juntos vamos al baño a darnos una ducha y al volver al salón Luna se para en el pasillo, frente a mi habitación.

— Adoro esta puerta.

Sus palabras hacen que ambos estallemos en carcajadas. Adoro a esta chica y me encanta probar cosas nuevas con ella.


La semana pasa volando y cuando quiero darme cuenta ya hemos terminado la segunda ronda de exámenes. Los profesores nos dan ánimos y nos dicen que ya sólo queda un último empujón, dentro de nada terminaremos el curso y nos podremos graduar. De momento es mejor no adelantar acontecimientos porque aún no sabemos las notas, nos las dan la semana que viene.

Decidimos ir al Grill a celebrar el fin de exámenes, estamos todos muy contentos.

— Ahora en serio, ¿nos vamos de vacaciones? — Pregunta Katy emocinada.

— Por mí sí, claro que sí, me apetece mucho — responde Luna.

— Además, nos hace falta desconectar — apunto yo.

Todos estamos de acuerdo y nos ponemos a buscar en internet y en diversas aplicaciones casas rurales que no estén muy lejos.

— Me gustaría que la casa estuviera cerca de un lago — comenta Luna.

— A mí también, es una gran idea — apunta Anna.

— Estaría genial y si encima hace buen tiempo ya sería lo mejor, ¡fiesta en el lago! — Aplaude Justin.

Por mí no hay problema, así que nos ponemos manos a la obra y un par de horas después encontramos la casa perfecta: tiene dos plantas, seis habitaciones, tres baños y un salón enorme. Está disponible en las fechas que queremos pero hay un inconveniente, es la más cara que hemos visto hasta el momento.

— Creo que la casa lo vale, es decir, es normal que sea tan cara, tiene muelle privado de acceso al lago, eso no lo tienen todas las casas — señala Alan. Tiene toda la razón.

— Creo que lo mejor es que llamemos a nuestros padres y les contemos la situación. Al fin y al cabo van a pagarlo ellos — dice Justin.

— Sí, será lo mejor — apunto — Katy vente conmigo — le pido a mi hermana. Se levanta y salimos fuera. — Voy a poner el altavoz.

— ¡Hola hijo! — Responde mi madre.

— ¡Hola mamá! — Decimos los dos.

— Uy, qué raro que me llaméis los dos, ¿qué ha pasado?

— Nada, tranquila. Hemos estado mirando casas rurales y hemos visto una que es perfecta — dice Katy embargada por los nervios y la emoción.

— ¡Qué bien! ¿Puedo verla? — Pregunta mamá.

— Sí claro, espera — abro la aplicación y le envío el enlace — ya la tienes.

— Voy a ver — oímos como pone el altavoz y murmura mientras ve la casa. — Está genial, de verdad, ¡qué envidia me dais!

— Pero hay un problema... — Empiezo pero mi madre me interrumpe.

— No, no hay ningún problema. Sé lo que os preocupa y podéis estar tranquilos — me interrumpe mamá. — He hablado con vuestro padre y a ambos nos pagaron el viaje de fin de curso.

— Pero aún no nos hemos graduado, no es fin de curso — intento hablar pero mi madre vuelve a interrumpirme.

— Da igual, es un viaje con amigos que hacéis el último año de instituto. Por así decirlo, es una tradición. Vamos a pagarlo así que no os preocupéis. Vais a pasarlo genial.

— ¿De verdad? — Empieza a aplaudir Katy.

— En serio mamá, si supone mucho no es necesario, al fin y al cabo vais a pagar por dos — puntualizo.

— Y por eso tenemos dos sueldos — nos tranquiliza mi madre, — si no pudiéramos os lo diría, de verdad, pero no hay ningún problema. Si los demás padres están de acuerdo por nosotros no hay problema.

— Gracias mamá. ¡Muchísimas gracias! — Gritamos los dos.

— No volváis muy tarde — nos pide.

Nos despedimos y colgamos. Katy me abraza, está muy contenta y yo también así que le devuelvo el abrazo. Entramos en el Grill y por las caras de felicidad de todos sé que hay buenas noticias.

— ¡Nos vamos de vacaciones! — Exclaman cuando nos sentamos.

— Vamos a hacer la reserva, ¡deprisa! — Nos mete prisa Luna. Está como loca, súper emocionada y no me extraña.

Dividimos el precio entre todos y al final no es tanto, al fin y al cabo somos muchos los que vamos. Christian es el único que en ese momento tiene suficiente dinero en la cuenta, así que hace él la reserva poniendo su parte, al momento recibimos un email de confirmación y un mensaje del dueño de la casa donde nos indica que el resto del dinero se lo paguemos en efectivo a la entrega de llaves y que podemos entrar a partir de las 12h.

— Pues ya está, ¡qué bien! — Aplauden las chicas.

— ¿Lo celebramos cenando? — Propone Christian..

— ¡Sí! — Responden las chicas, está claro que ellas mandan.

Pasamos la cena haciendo planes y viendo la zona, hay un pueblo a 10km así que podemos hacer allí la compra. La casa tiene barbacoa y una terraza enorme, además de una piscina muy grande con trampolín y tobogán. Las chicas planean pasar el día tomando el sol y varios juegos para la piscina, tienen mucha imaginación sólo espero que al final nos haga buen tiempo.


Nos despedimos tras pagar la cuenta y nos montamos los tres en el coche.

— ¿Podemos parar un momento en mi casa? — Pide Luna.

— Claro que sí — respondo.

Minutos después llegamos a su casa y Luna se baja del coche y va directa al buzón, lo abre y segundos después lo cierra. Aún no ha recibido nada. Con una expresión que no logro descifrar vuelve al coche y se monta.

— Nada — comenta.

— Tranquila pequeña, es normal que tarde un tiempo en llegar.

— Ya... Es probable que nunca lo reciba — susurra.

Tiene razón. Si hay algún dato erróneo nunca llegará el documento.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro