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Capítulo XX

— ¿Estás bien? — No me responde. — Pequeña, ¿qué pasa? Háblame — le pido.

Lo único que la he entendido cuando la he despertado es que quiere pactar con Mary. ¿Habrá tenido otra pesadilla? No hemos vuelto a hablar de la que tuvo con Luke, seguramente no recuerde que me lo contó porque había bebido mucho pero yo sí me acuerdo. Me levanto a encender la luz y cuando veo su cara de pánico me acojono. No porque haya tenido una pesadilla si no porque esta situación la está superando, nunca la había visto tan asustada.

— Cuéntame qué ocurre — le pido. Pero no me responde, sólo se refugia entre mis brazos y tiembla. Se tapa la cara con las manos y susurra pero no la entiendo. Katy abre la puerta frotándose los ojos, ha debido oírnos. — Entra y cierra la puerta — hace lo que le digo y se sienta en la cama con nosotros.

— ¿Qué pasa? — Pregunta en un susurro.

— Ha debido tener una pesadilla, no logro que reaccione — le digo.

— Luna — Katy la llama pero no contesta, la toca la espalda y ella se estremece.

— He tenido una pesadilla horrible — dice en un susurro. Se separa de mis brazos y se incorpora. — Estábamos en el juzgado, ganamos el juicio y estábamos muy contentos. Mary estaba aterrada, ella... Ella nos pedía perdón, me suplicaba que la ayudase y la perdonase pero yo... La ignoré. La miré con superioridad y la ignoré. Se fue llorando y gritando y a mí me dio igual — hace una pausa y cierra los ojos. — Nos fuimos a celebrarlo y al día siguiente cuando me levanté vi en las noticias que la habían matado — abre los ojos y señala la puerta — mírala, está ahí, está cubierta de sangre y pide ayuda.

Joder, está peor de lo que pensaba. Lágrimas resbalan por sus mejillas y Katy está igual, llorando. No sé qué hacer.

— Derek sé que fui la primera en decir que tenía que pagar por lo que hizo, yo... Yo quería que sufriera pero ya no, quiero pactar con ella porque si no lo hacemos y va a la cárcel... No quiero que le pase nada por mi culpa — vuelve a refugiarse en mis brazos y tiembla sin control.

— Luna — la llamo pero no reacciona — Luna, cariño, sólo es un sueño, a Mary no va a pasarle nada.

— Derek — me llama Katy en un susurro — ¿despierto a mamá?

— No — respondo de inmediato — eso podría empeorar las cosas.

— ¿La traigo una pastilla?

— No — responde Luna incorporándose de repente — estoy bien. Sólo necesito lavarme un poco la cara.

Ahora parece un robot, se levanta y sale de la habitación.

— Derek — dice Katy limpiándose las lágrimas — no puede seguir así. La conocemos desde hace pocos meses pero nunca la había visto así. ¿Por qué no la aconsejamos que vea a un profesional?

— ¿Un psicólogo? — Pregunto y Katy asiente con la cabeza. — Creo que la vendría bien. Mañana cuando esté más tranquila hablaré con ella.

— ¿Qué vais a hacer con lo de Mary?

— Pactar. Quería hablar con Luna sobre esto, cuando Lucy nos dio la noticia yo quise decirla que sí, en ningún momento quise que Mary fuera a la cárcel. Sí, claro que quiero que pague por sus actos, pero la cárcel me parece un castigo demasiado duro y más teniendo en cuenta lo que ha sufrido ya. Pero como Luna no sabía que responder en ese momento pues quise aplazarlo y hablar con ella tranquilamente.

— Y viendo cómo está no tienes ya ninguna duda, ¿no?

— No. Mañana cuando me levante llamaré a Lucy y le diré que aceptamos el trato. Nos dijo que era un buen trato y como confío en ella pues lo aceptaremos.

— Creo que ya vuelve — dice levantándose — os dejo tranquilos. Si pasa cualquier cosa por favor despiértame — me suplica.

— Claro, gracias hermanita — me levanto y la doy un abrazo. Ella también lo está pasando mal y sé que ver así a Luna la está matando, como a mí. Abro la puerta y veo venir a Luna por el pasillo, camina como un zombi y tiene la mirada ida. — Vamos pequeña — digo cogiendo su mano.

Cierro la puerta, apago la luz y la llevo a la cama. Nos sentamos y la acaricio la espalda y el cuello. Voy a hablar pero se adelanta.

— Vamos a dormir.

Nos tumbamos y se acurruca contra mí. La noto temblar pero al cabo de unos minutos se relaja y su respiración vuelve a ser normal, se ha dormido.

No pego ojo en toda la noche, me he acojonado de verdad al verla así, estaba hiperventilando y pensé que iba a darle algo. La noche se me hace muy larga pero no soy capaz de dormir, tengo miedo de que la pase algo durante la noche y no me entere. A lo mejor es un poco pronto para hablarla de ir al psicólogo, lo intentaré cuando esté un poco más calmada pero creo que sí debería llamar a Tom, al menos para que sepa que su hermana está al borde del colapso. No sé, tengo que pensarlo.

Ya ha amanecido cuando Luna se revuelve y veo que abre los ojos. Los tiene hinchados y unas ojeras marcan su preciosa cara, aún así consigue que me derrita cuando me sonríe.

— Buenos días cielo — le digo dándole un beso en la frente.

— Buenos días amor — sus ojos se cristalizan y veo lágrimas asomando, hace un puchero y esconde la cara en mi pecho — lo siento. Siento muchísimo lo de anoche, de verdad, no sé qué me pasó.

— Eh — la llamo intentando que me mire — cariño no te disculpes, lo pasaste muy mal y es normal que te pusieras así — logro separarla de mi pecho y ambos nos sentamos.

— Ya pero no quería asustarte y vi que lo estabas.

— Porque no reaccionabas, te habías bloqueado.

— Es que veía a Mary por todas partes y me daba miedo abrir los ojos — confiesa. — Sigo queriendo pactar — dice mirándome con ojos lastimeros. — Sé que hasta hace dos días quería verla sufrir pero tú tenías razón, ya ha tenido suficiente castigo con lo que pasó y...

— Yo también quiero — la corto — quiero hacer un trato porque no estaría tranquilo si va a la cárcel. Voy a mandarle un mensaje a Lucy para decirla nuestra decisión, ¿vale?

Asiente con la cabeza y cojo el móvil.

Hola Lucy, hemos decidido que queremos aceptar el trato.

En un rato paso a veros.

— Dila que quedamos en mi casa — dice Luna por encima en mi hombro.

Nos vemos en casa de Luna.

Ok.

— Ya está — le digo a Luna. — Venga vamos a desayunar.

— No tengo hambre.

— Ya me imagino, pero tienes que comer.

La cojo de la mano y la llevo a la cocina. Parece que está más tranquila pero sigue teniendo mal cuerpo. Entiendo que no tenga hambre pero necesita comer algo. Entramos en la cocina y mi madre nos sirve café y tostadas.

— Buenos días corazones — nos dice muy alegre.

— Hola mamá.

— Buenos días — le dice Luna con una sonrisa. — Gracias por el desayuno.

Bebe un sorbo de café y muerde la tostada. Se nota en su cara que lo está haciendo a disgusto pero me tranquiliza ver que no tengo que obligarla. Lo haría si fuese necesario.

— Mamá, vamos a ir a casa de Luna. Lucy va a reunirse allí con nosotros.

— ¿Ha pasado algo? — Pregunta preocupada.

— No, tranquila, no ha pasado nada. Vamos a aceptar el trato de Mary.

— ¿Qué? ¿Por qué?

— Porque Luna y yo hemos hablado y estamos de acuerdo. No queremos que Mary vaya a la cárcel y Lucy va a buscar un trato justo para que pague por lo que hizo sin tener que acatar la pena máxima — digo muy serio.

— Olivia — interrumpe Luna — entiendo tu posición pero entiéndenos a nosotros. Yo era la primera que quería verla entre rejas pero... No podría soportarlo en mi conciencia. ¿Mary merece el mismo castigo que Luke? Al fin y al cabo yo también me enfrenté a ella en varias ocasiones y hasta llegamos ambas a las manos así que yo también tendría que ser castigada. Lo que le hizo a Derek no tiene perdón pero el karma ya se lo ha devuelto de la peor forma posible. ¿Merece ella el mismo castigo que un violador?

— En el fondo tenéis razón. Si os ponéis en mi lugar, como madre, quiero el mayor castigo para esa chica pero si me pongo en vuestro lugar lo entiendo. Os preguntaría si queréis que vaya con vosotros pero creo que no, ¿verdad?

— Te lo agradezco, mamá, pero queremos hacerlo solos sin que nadie nos influya. Sé que si vienes intentarás aconsejarnos de la mejor forma posible pero el único consejo que debe importarnos ahora es el de nuestra abogada. Espero que no te siente mal.

— Claro que no, lo entiendo. Contadme luego lo que acordáis, ¿vale?

— Vale — me levanto y la doy un abrazo. Tengo una suerte enorme de tener una madre como ella. Luna hace lo mismo, la abraza y mi madre la besa la cabeza. Nota que Luna la necesita, ojalá pueda contarle pronto lo de Eliana porque tener esa distancia con mi madre está perjudicando mucho a Luna.

— ¿Podríamos pasar el fin de semana en mi casa? — Pregunta Luna.

— Sí, claro que podéis — responde mi madre y yo le sonrío. Es la mejor.

Metemos nuestras cosas en mochilas y vamos a casa de Luna. Lucy aparece una hora después.

— Hola chicos, ¿Cómo estáis?

— Bien — respondo — gracias por venir tan rápido.

— Cuanto antes lo dejemos hecho mejor — responde sentándose con nosotros en el salón. — He revisado el documento que me ha enviado su abogada y la verdad es que es bastante bueno. Mary ofrece una compensación económica para ambos por los daños causados y propone hacer trabajos comunitarios.

— ¿Qué tipo de trabajos? — Pregunto.

— Lo deja a nuestra elección o a la del juez — responde Lucy. — Ha sido idea mía en realidad. Ellas sólo ofrecían una compensación económica y ya porque Mary quiere irse del pueblo cuanto antes pero no me parecía correcto, así que hablé con su abogada y al final acabaron aceptando.

— Me parece justo — respondo — al fin y al cabo el dinero no compensa todo lo que hizo.

— La verdad es que no pero ya sabéis cómo funciona todo, una multa y arreglado pero en este caso no quería dejarlo así.

— Fue una conversación dura, imagino — le digo. Luna está muy callada así que estoy llevando yo las riendas de la conversación.

— Sí, lo fue. Ellas no querían y al final tuve que recurrir a la amenaza. Si no aceptaban lo que proponía yo, no habría acuerdo e iríamos a juicio. El juez seguramente no la condenaría a prisión pero escogería él el castigo que normalmente son trabajos comunitarios pero con un período de duración mucho más extenso de lo que propondríamos nosotros. ¿Tenéis alguna idea?

— En un hospital — dice Luna.

— ¿Cómo? — Pregunta Lucy.

— Quiero que sus trabajos comunitarios sean en un hospital, ayudando a chicos y chicas jóvenes víctimas de abuso y bullying — levanta la cabeza y nos mira. — No servirá de nada que la condenen a limpiar la basura de las calles — dice muy segura — sé que se arrepiente de lo que hizo pero quiero que vea con sus propios ojos lo que sus acciones podrían haber provocado.

— Me parece justo — continúo — estoy de acuerdo con ella.

— Vale, anotado. En cuanto a la compensación económica, suele ser de mil dólares pero como los abusos hacia Luna fueron reiterados y Derek acabó en el hospital voy a pedir dos mil para cada uno. ¿Estáis de acuerdo?

— Sí — respondemos a la vez.

— Perfecto. Voy a redactar el acuerdo e intentaré que vayamos a verla en la mayor brevedad posible. Su bufete también está en Seattle, a ver si con suerte pueden citarnos la semana que viene — nos dice recogiendo sus cosas.

— Muchas gracias, Lucy — dice Luna acompañándola a la puerta.

— No es nada. Estad tranquilos, habéis hecho lo correcto.

Dicho esto se marcha. Aprovecho para llamar a mi madre mientras Luna se da una ducha. Parece estar conforme con lo que le digo y me dice lo mismo que Lucy, que ha estado pensando y cree que al final es lo correcto. Esa chica ya ha sufrido en una noche lo que nosotros en varios meses. Al fin y al cabo nosotros lo superaremos pero a ella es posible que le quede un trauma de por vida. El fin de semana no hablamos sobre ello, lo pasamos comiendo chucherías y viendo series y películas. Es lo que necesitamos ahora mismo.


El lunes a primera hora de la mañana recibo un mensaje.

Paso a recogeros en una hora, vamos a Seattle.

Despierto a Luna y nos ponemos en marcha, nos duchamos, desayunamos y esperamos en silencio a que llegue Lucy. Nos pita cuando llega y salimos corriendo.

— Se me olvidó deciros que el juez aceptó la petición de la Sra Montgomery, el juicio será a puerta cerrada — dice Lucy al montarnos en el coche.

— Es una buena noticia, al menos no habrá público — digo respirando aliviado.

Cojo la mano de Luna y nos adentramos en el tráfico de la mañana. Hay un poco de atasco y el camino se me hace eterno. Luna mira por la ventanilla y no habla, está sumida en sus pensamientos pero me aprieta la mano a cada rato. Yo me recuesto sobre el asiento y cierro los ojos, reconozco que estoy bastante nervioso.

Lucy aparca delante del edificio y nos quedamos mirando su altura. La verdad es que impone bastante, es un edificio muy alto. Cojo la mano de Luna y seguimos a Lucy. Debe conocerlo ya porque la vemos charlar animadamente con el vigilante de seguridad y nos hace una seña para que entremos y la sigamos. Esperamos el ascensor junto con varias personas bien vestidas, con trajes y faldas de tubo. Se les ve muy profesionales.

— Dejadme hablar a mí y no contestéis a nada salvo que yo os autorice.

— Vale — respondo.

Entramos en el ascensor y Lucy se para enfrente nuestra, nos mira y le toca el hombro a Luna.

— No estés nerviosa, va a salir todo bien, ya lo verás.

Luna asiente y aprieta mi mano, está nerviosa al igual que yo. En el fondo tengo ganas de que esto termine ya porque será un problema menos del que preocuparnos. Estamos a punto de llegar a nuestra planta y Luna se pega más a mí y me aprieta la mano muy fuerte. Eso no es señal de que esté nerviosa si no de que tiene un mal presentimiento. Yo también lo tengo y se me pone el estómago del revés. Salimos del ascensor y ambos nos quedamos petrificados. Miro a Luna y no logro descifrar su mirada, traga saliva y me mira. Te entiendo pequeña, yo tampoco lo esperaba aunque es lo normal.

Aún así me impacta verla después de tanto tiempo.

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