Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo L


La mato, juro que la mato. ¡Cómo se le ocurre!

— Derek, Luna, subid al escenario, no tengáis vergüenza — nos llama el director.

Derek coge mi mano y sonríe. Dios mío qué vergüenza, me quedo petrificada y no me muevo.

— Vamos mi reina — susurra Derek — es hora de que te pongan la corona.

— La mato — logro articular intentando sonreír.

— Luego, ahora es nuestro momento.

No sabía que le haría ilusión ser coronado Rey del baile. La verdad es que no sabía que se celebraba, sólo lo había visto en las películas. Es cierto que estas últimas semanas he estado desconectada de lo que ocurría en el instituto y seguro que he visto los carteles para apuntarte al concurso pero no me habré fijado o mi cerebro decidió que no era importante.

Los focos nos alumbran, es nuestra señal para subir al escenario. Unas chicas le colocan la corona a Derek y a mí la tiara. También me dan un ramo de rosas y el fotógrafo nos pide que posemos para las fotos del anuario. Posamos sonriendo y, como no podía ser de otra manera, la última foto es dándonos un beso. La gente estalla en aplausos y vítores y el dj reanuda la música. Kings & Queens suena por los altavoces y bajamos bailando del escenario.

— ¡Qué bien te queda la tiara! ¡Eres una auténtica reina! — Grita Katy para que la oiga.

— Sí sí, tú halágame ahora que eso no evitará que te mate luego — grito en respuesta.

Coge mi mano y me lleva en dirección al baño. Sé que está agobiada y preocupada por haber hecho esto sin nuestro consentimiento y, aunque estoy cabreada, me hace gracia e intento aguantar la risa. Para su fortuna el baño está vacío.

— Lo siento mucho nena, no te enfades conmigo por favor — me suplica juntando las manos.

Pongo cara seria pero me dura sólo unos segundos. Aprieto los labios intentando contener la risa y a Katy se le escapa una carcajada. Ambas estallamos en risas y nos abrazamos.

— Estas cosas sólo me pasan gracias a ti — confieso. — Me ha chocado porque no sabía que realmente se realizaban estas ceremonias y al principio me he enfadado, no quiero ser el foco de atención, pero reconozco que la tiara me gusta y me queda bien.

— Es que vi los carteles y no lo pude evitar. También nos presenté a Alan y a mí pero sabía que ibais a ganar vosotros. Alan me dijo que no lo hiciera porque os podía sentar mal pero ya sabes cómo soy...

— No lo puedes evitar — termino por ella y ambas volvemos a reír. — Voy a mandarle una foto a mis hermanos, verás cuando la vean — digo entre risas.

Saco mi móvil del bolso y me hago un selfie. Lo mando al grupo que tengo con mis hermanos y me río al escribir un mensaje.

Luna

Inclinaos ante vuestra reina.

Tom

Oh, su majestad, qué alegría saber de vos.


Sam

¡Hermanita! Digo, su majestad. Esto es obra de Lady Katy, ¿me equivoco?

Luna

No, no te equivocas fiel vasallo.

Tom

¿Sigue viva?

Luna

Para su suerte, sí.

Sam

¡Katy, qué haríamos sin ti!


Tom

Imagino que Derek es el Rey, ¿no?

Luna

Imaginas bien. Luego os mando otra foto de los dos juntos.

Tom

La espero con ganas.


Sam

¡Pasadlo bien!


Katy se ahoga de la risa al leer los mensajes que voy enviando a mis hermanos y llora con sus respuestas. Son geniales.

— Venga, volvamos a la fiesta — coge mi mano y salimos del baño.

— ¿Todo bien, mi reina? — Pregunta Derek besando mi mano.

— Todo genial, mi rey.

— Así me gusta.

— Antes de nada, una foto — saco el móvil, nos hago un selfie y la envío al grupo de mis hermanos pero no espero su respuesta, guardo el móvil y me centro en mi chico. — Les prometí una foto de los Reyes del baile.

— Yo también la quiero, luego me la mandas.

— Eso está hecho.

La música continúa sonando y nosotros bailamos como si no hubiera un mañana.

Con Rave In The Grave termina la fiesta.

— Anna me ha enviado un mensaje — nos cuenta Justin a la salida del hotel — no hace falta que vayamos a recogerla porque se ha marchado con una amiga.

— ¿Se lo ha pasado bien? — Pregunto.

— Sí, me ha dicho que se lo ha pasado genial — responde contento.

— Me alegro por ella — comenta Katy. — Vámonos entonces, estos zapatos me están matando.

La limusina nos espera en el parking del hotel y el chófer muy servicial nos espera con la puerta abierta en cuanto nos ve acercarnos. Entramos, cierra la puerta y pone en marcha el vehículo. Primero dejamos a Justin y Christian, después a Katy y Alan y por último vamos a mi casa.

— ¿Sabías algo de esto? — Le pregunto a Derek.

— ¿De qué?

— El chófer sabía perfectamente a quién debía dejar y dónde. Katy se ha quedado en casa de Alan y tú has venido hasta mi casa. ¿O va a hacer otro viaje para llevarte a la tuya?

— No, me quedo contigo — responde feliz.

— Me encanta oír eso, pero no has respondido a mi pregunta.

— Sí, claro que lo sabía. Fue tu hermano quien me invitó a dormir hoy aquí — explica sonriendo.

Le adoro, bueno, a los dos. O mejor, a los tres, porque seguro que Tom también está al corriente de todo.

Damos las gracias al chófer y caminamos de la mano hacia la puerta de mi casa. La luz del salón está encendida así que intuyo que Sam sigue despierto. Eso o se ha quedado dormido en el sofá.

Intento no hacer ruido al abrir la puerta pero Sam sale del salón en cuanto nos oye. Viene directo hacia nosotros y nos abraza.

— Estoy muy orgulloso de vosotros. Estáis guapísimos con las coronas.

— Muchas gracias — responde Derek. — Ha sido una gran noche.

— Sí, la verdad que lo ha sido, lo hemos pasado muy bien.

— Me alegro mucho. Anda subid ya a la habitación que tenéis cara de cansados.

— Lo estamos — apunto — es más, voy a hacer una cosa — me quito los zapatos y el frío del suelo alivia mi dolor — mucho mejor — respiro aliviada.

— Es verdad eso que dicen que para estar guapa hay que sufrir — ríe Sam.

— Nada de eso, tú estás guapa con lo que te pongas — sentencia Derek y me sonrojo.

— Venga parejita, dormid bien — me da un beso y un abrazo a Derek y se retira a su habitación.

— Es cierto, todo te queda bien, y si no llevas nada mejor aún — susurra Derek y un escalofrío me recorre entera. Ya estoy nerviosa.

Pero no ocurre nada, estamos tan cansados que nos dormimos según tocamos la cama.

Por la mañana me despierto antes que Derek, cosa rara en mí, y le observo mientras duerme. Está precioso, los rayos de sol que entran por la ventana le iluminan la cara y me siento muy afortunada. Ni de coña pensé que podría tener un novio como él. Con cuidado le acaricio el pelo y sonrío. ¿Cómo lo hará para estar siempre tan perfecto, incluso cuando duerme?

— Dios me hizo a tu imagen y semejanza — Derek habla de repente y me sobresalto.

— ¿Qué? — Pregunto confusa. ¿He hablado en voz alta?

— Soy perfecto porque Dios me creó así para ti.

— ¿Por qué me lees la mente? — Pregunto sonriendo.

— No te leo la mente, es lo mismo que pienso yo cada vez que te veo — confiesa y me derrito por él.

— ¿Y qué más piensas? — Pregunto con voz sexy.

— En todo lo que te haría — susurra.

— Eso mismo estaba pensando yo ahora — confieso.

— ¿Y qué me harías? — Su voz ya está cargada de deseo.

— De todo.

Me siento encima suya y le beso con pasión. Hoy no me apetece ser delicada. Invado su boca con mi lengua y le saboreo entero. Cuando me quedo sin respiración paso a su cuello, le muerdo, le beso, muerdo su lóbulo de la oreja y bajo despacio hasta su pecho donde dejo un reguero de besos hasta llegar a su zona íntima. Oigo cómo jadea y agarra fuerte las sábanas. Bajo su ropa interior y una maravillosa erección me da los buenos días. Le miro a la cara y sonrío. Él sonríe en respuesta y ya puedo oír a su cerebro contestarme: es lo que provocas en mí.

Lo agarro con firmeza y lo llevo directamente a mi boca. Lamo, succiono, subo, bajo y noto cómo Derek tiembla debajo de mí. Su sabor salado hace que quiera cada vez más y aumento el ritmo. Cada vez le noto más mojado y no justo por mi saliva, así que creo que es momento de pasar a la acción. Saco un preservativo del cajón, se lo coloco y lentamente me dejo caer. Suelto un jadeo ante su tamaño.

— Creo que nunca me voy a acostumbrar a esto — jadeo.

— ¿Te duele? — Pregunta preocupado.

— No — respondo sincera.

— Entonces me encanta que no te acostumbres nunca — confiesa y eso hace que me ría.

Noto cómo su miembro se mueve involuntariamente dentro de mí y eso me gusta. No se puede controlar y eso me descontrola a mí también. Cuando estamos completamente unidos me quedo quieta un momento para sentir toda su longitud y, cuando ya no aguanto más, comienzo a moverme.

— Me vas a matar — susurra con las manos blancas de agarrar tan fuerte las sábanas.

Cojo sus manos y las llevo a mis caderas, así me ayuda a coger velocidad. Apoyo mis manos sobre su pecho y continuo subiendo y bajando, cada vez más rápido. Minutos después noto como un escalofrío recorre mi columna vertebral y sé que mi final está cerca. El suyo sé que también porque cada vez le noto más y más grueso. Voy cada vez más rápido hasta que el orgasmo llega a mí y no puedo evitar descoordinarme, pero no pasa nada, ahí está Derek para tomar el relevo y continuar mi ritmo, terminando los dos a vez.

Caigo sobre su pecho, jadeando y noto cómo me besa la cabeza.

— Ha sido impresionante — dice con voz entrecortada por sus jadeos.

— Y tanto — respondo respirando hondo.

Estamos así un momento hasta necesito ir al baño. Al volver encuentro a Derek hablando por teléfono.

— Espera — dice — estás en altavoz.

— ¡Hola nena! — Es Katy quien está al otro lado de la línea.

— ¡Hola bombón! — Respondo.

— Estaba hablando con Derek para quedar esta tarde, queremos contaros Alan y yo cómo será la celebración de nuestros cumpleaños.

— Me parece bien, ¿a qué hora quedamos?

— ¿A las 17h en la plaza?

— Allí estaremos — respondemos a la vez y Katy se ríe.

— No me dais envidia, Alan y yo también lo hacemos — comenta riendo. — ¡Hasta luego!

Cuelga y nos miramos. Suelto una carcajada y Derek me sigue. Pues ya tenemos plan para luego.


A las 17h en punto nos reunimos con los demás en la plaza.

— Vamos a hacer una macrocelebración — comienza Katy tras saludarnos.

— No esperaba menos de ti — comenta Anna.

— Habíamos pensado pasar el fin de semana en mi cabaña. Vamos a invitar a Tony, Lucio, Karen y Jessica a venir el de la fiesta — explica Alan. — También invité a algunos compañeros del equipo pero aún no me han confirmado si podrán venir.

— Nosotros nos quedaremos en la cabaña de celebración hasta el domingo cuatro — continúa Katy.

— Y había pensado cerrar la celebración el día cinco en el parque de atracciones — termina Alan — porque sí, porque nos lo merecemos.

— Me parece bien — responde Justin.

— ¿Parque de atracciones? ¡Me apunto!

Me encantan los parques de atracciones así que no dudo ni un segundo en responder que sí. Los demás también están de acuerdo y a Katy la veo súper emocionada. No me extraña.

— ¿En qué os podemos ayudar? — Pregunto.

— En nada, yo me encargo de todo — responde Katy.

— ¿No es mucho trabajo para ti? — Pregunta Anna. — No me malinterpretes, sólo es que me da apuro que lo hagas todo tú sola.

— No te preocupes, Katy es la mejor y puede con ello. Es más, ni a mí me deja ayudarla, quiere encargarse ella sola, así se pone a prueba para su futuro.

Vale, lo entiendo. Quiere ver si puede organizar ella sola una fiesta de cumpleaños a lo grande seguro que en su futuro podrá organizar cualquier cosa. Si es por eso estoy de acuerdo.

— Aún así, si necesitas cualquier cosa nos lo dices — le digo y asiente como respuesta.

— Bueno, sí que hay algo en que podéis ayudarme — dice poniendo ojitos.

— Dinos — pide Justin.

— ¡No sé qué decir en el discurso de graduación! — Exclama y se la ve un poco agobiada.

— ¿No te sirvieron las ideas que te dimos? — Pregunta Christian.

— Sí, pero no sé cómo ordenarlo. En mi cabeza suena bien pero cuando lo plasmo sobre el papel no me gusta — explica.

— Eso tiene fácil solución — comento. — Yo voy a ayudarte a escribirlo.

— Sí, yo también — se apunta Derek.

— Por supuesto que yo también — se une Justin.

— Contad conmigo — Christian también quiere ayudar.

— Yo he dado algún que otro discurso en mi instituto. Años anteriores fui delegada así que me tocaba a mí — explica Anna, — seguro que entre todos lo dejamos precioso y digno de recordar.

— Muchas gracias chicos, no sé qué haría sin vosotros — Katy se emociona y sonríe.

— ¿Lo tienes aquí? — Pregunta Justin.

— No, lo tengo todo en casa.

— Pues no perdamos tiempo. La graduación está a la vuelta de la esquina y tenemos que ponernos a trabajar — digo poniéndome de pie.

— No hace falta que sea hoy — comenta Katy apurada — hemos quedado para dar una vuelta, puede esperar.

— Cuanto antes lo hagamos mejor, que ya te conocemos y no vas a estar tranquila hasta que lo termines — dice Anna riendo.

— Bueno vale, jo, qué bien me conocéis.

Katy se ríe y juntos ponemos rumbo a su casa. Hoy no lo vamos a terminar, pero seguro que dentro de unos días estará perfecto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro