18
RUSIA.
Jasha celebraba su gran jugada hacia su mayor amenaza entre risas y bebiendo whisky.
Sabía que después de eso, Jungkook ya no tenía otra escapatoria más que aceptar y hacer la alienza sí o sí. Su plan era sencillo, luego de hacer la alienza y quitarle a Jungkook todas sus rutas, sus laboratorios de producción, su gente, fortuna y poder; lo mataría a él y a su familia, para así no dejar cucarachas sueltas que en el futuro podrían ser un problema.
La verdad podría decir que admiraba un poco la fuerza e inteligencia de Jeon, pues para un mafioso de su talla, les es muy difícil mantener por tanto tiempo oculta a su familia. Por ejemplo él, que si bien nunca tuvo la intención de mantener oculta a su familia ya que se le hacía algo inútil, sus enemigos se enteraron de ella, pero hasta ahora nunca lograron hacerle daño por que si algo estaba claro para él, es que si Jungkook o incluso sus enemigos de talla más baja son inteligentes, él lo es cien veces más, pues solo le tomó poco tiempo meter un infiltrado en la mafia Jeon para así darse cuenta que él gran Jeon Jungkook estaba casado y que pronto sería padre. También como cereza del pastel, dio con los padres de Jungkook, que si bien él sabía que ellos ya no estaban relacionados desde hace mucho tiempo, también podrían ser juguetes útiles en un futuro. Como quien dice, tenía ya a Jeon Jungkook como su titere, pues tenía todas las armas para manipularlo a como se le antoje.
La puerta de su oficina fue tocada, así que sin borrar su sonrisa de felicidad, fue hasta ella para abrirla, encontrandose con Faddei, él hombre que es su mano derecha.
—Buenos días, señor —saludó Faddei, Jasha sonrio y le dio el pase.
—¿Ocurre algo, Faddei? —preguntó él mafioso, él chico asintió con una corta sonrisa.
—Mi señor, esta todo listo. Nuestro infiltrado ya tiene todas las indicaciones de lo que debe hacer —avisó, y Jasha soltó una carcajada de pura felicidad, dándole luego unas palmadas en la espalda a su empleado para luego ir a sentarse en la silla tras su escritorio.
—Bien hecho —dijo, tomando otro vaso old fashion para servir whisky en él—. ¿Tomas? —preguntó a Faddei, quien asintió y tomó el vaso que se le entregaba bebiendo el contenido de un solo trago—. Hoy es día de celebración, da la orden de que preparen una gran fiesta esta noche. Hoy celebraremos que mi mafia se va a convertir en la número uno del mundo —dijo con felicidad, Faddei sonrió y asintió.
—Por supuesto, mi señor —respondió, para luego mirar a su jefe—. ¿Puedo hacerle una pregunta? —cuestionó ya con un tono de voz más serio, Jasha solo asintió con curiosidad—. ¿No le teme un poco a Jungkook? Es decir, no lo subestimo a usted, pero según los datos de nuestro infiltrado, Jungkook ama demasiado a su esposo e hijo que esperan, y esta listo para matar por ellos si es necesario —dió la advertencia, Jasha solo negó con una sutil sonrisa.
—Verás Faddei, nací en el mundo del narcotráfico, crecí en él y ahora me dedico a él, y tanto tiempo en este mundo me a enseñado algo —comenzó hablar mientras miraba su vaso de wishky, para luego pasar su mirada a Faddei—. Todos tienen una debilidad que los hace caer y esa siempre a sido mi arma para derrotar a mis enemigos, ¿y sabes algo? la debilidad de Jungkook es su familia, les tiene un amor tan fuerte que para su mala suerte; es ese mismo amor el que será su perdición, su muerte y así mismo también la de su familia. El amor es debilidad en este mundo y Jungkook por lo visto no pudo controlar o deshacerse de ese sentimiento. —finalizó con voz firme.
Faddei no cuestionó más luego de eso, solo ambos se limitaron a sonreír con complicidad, listos para en la noche festejar el triunfo de haber derrotado al gran narcotraficante de asia, Jeon Jungkook.
COREA.
Jungkook por un momento sintió que su alma abandonó su cuerpo en cuanto escuchó las últimas palabras de Jasha.
Su mente y cuerpo quedando en un trance del cual no podía salir, su mente estaba totalmente en blanco, solo las últimas palabras que escuchó reproduciéndose una y otra vez como una maldita tortura. "Los que pagarán las consecuencias serán el bonito de tu esposo y el hijo que estan esperando".
¿Cómo se había enterado? ¿Qué estaba haciendo mal? Otra cosa que estaba muy en claro en toda esta mierda, es que nadie le podía jugar sucio, pues Jungkook siempre no demoraba mucho en identificar a los bastardos que se le unían con las intenciones de hundirlo en el mismísimo infierno. ¿Cómo acabaron todas esas personas? Muertas; pero antes de eso eran brutalmente torturadas, para que así a todos les quedara bien en claro que con Jeon Jungkook nadie se mete.
Al salir de su trance, Jungkook pestañeo un par de veces mirando un punto fijo en su oficina, antes de inhalar profundamente y dejar salir ese aire por su boca. Se puso de pie, su respiración agitandose y la rabia consumiendo cada espacio de su cuerpo, el sentimiento siendo tan fuerte que no penso mucho cuando con sus propias manos tiro todas las cosas que habían en su escritorio, escuchándose el ruido estruendoso de cosas quebrandose o impactando contra el suelo o la pared.
Y gritó, un grito lleno de dolor, rabia, impotencia y cansancio. Sin retener sus sentimientos comenzó a llorar, sus puños impactando contra su escritorio para posteriormente dejar caer su cabeza en el lugar. Después de ahí solo sus sollozos se escuchaban en la solitaria oficina, así mismo sintiendo el rápido latir de su corazón.
—Con ellos no, por favor... con ellos no —susurró enmedio de la oscuridad que estar entre sus brazos le ofrecía, hablandole a cualquier ser divino que existiese, sí es que lo hacía.
Saco su rostro del escondite, su cara bañada en lágrimas mientras sus ojos ya rojos seguían brotando estas mismas.
—Dios, ya me q-quitaste todo, no me los quites a ellos t-también, son lo único que t-tengo en la vida —habló al aire, bajando la cabeza al saber que eso era muy tonto, pues ni siquiera Dios, podría ayudarlo en esta situación. Mas bien, nunca lo a hecho, por que si lo hubiera hecho, él nunca habría tenido que tomar las decisiones que tomó para llegar hasta este punto.
Poco a poco mientras más se desahogaba en lágrimas, la rabia iba consumiendo su cuerpo. Las pocas personas que sabían la existencia de Taehyung, sabían que ese pequeño ser era intocable, juraba que tan solo quien se atreviera a darle una mala mirada terminaría con su cuerpo torturado y una bala en la cabeza. Y ahora no sería la excepción.
Con sus ojos rojos por el llanto y el enojo, sacó su arma del cajón de su escritorio, para luego mirarla con determinación y decir las siguientes palabras.
—Juro por mi vida Jasha, que yo con esta misma arma, seré quien le arrebatará la vida a tus hijos y a ti te cortaré la cabeza.
Y con ese último juramento, Jeon Jungkook dio por hecho que de ese mundo no se iría sin vengar el haberse metido con su familia.
-Nana. ☁️
Holaaaa, ¿cómo están?
Perdón otra vez por la demora, la buena noticia es que tengo casi medio capitulo adelantado, entonces en estos días se los subo ♡
¿Qué opinan sobre lo que esta pasando en el fic? Los leo 👀
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