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11

La señora Jeon se detuvo frente a la puerta de la casa de su mejor amiga, Kim Hyemin.

Tenía una resplandeciente sonrisa en el rostro, mientras a lado de sus piernas, estaba el pequeño Jeon Jungkook de dos añitos, quien chupaba uno de sus deditos mientras su otra manita era sostenida por su madre.

Poco después la puerta se abrió, dejando ver al humilde y agradable señor Kim, quien los recibió con una sonrisa.

—Buenas tardes Miyeon, mi esposa me ha tenido a lado de la puerta desde hace rato para ver si llegabas —ambos adultos rieron, mientras el pequeño azabache veía a su alrededor, reconociendo a la perfección aquella pequeña casa, pues casi siempre iba con su mami ahí.

—Lo siento, tuve que esperar a que mi pequeño terminara de comer para poder venir —Miyeon miró con amor a su hijo, quien al ver el rostro de su mami sonrió en grande, mientras saliva escurria por su boquita, producto de haber chupado uno de sus deditos por un largo rato.

Él señor Kim solo asintió, dejandolos pasar.

—Hyemin esta en la sala —y sin más luego de una sonrisa amable, se fue al patio de su casa, pues tenía que terminar de lavar y planchar la ropa de uno de sus clientes.

Miyeon caminó junto a su bebé hasta la sala de aquella pequeña casa que conocía perfectamente, encontrando en ella a su mejor amiga, quien cargaba a un pequeñito bebé en sus brazos, soltó un chillido emocionada por eso.

Hyemin volteó al escuchar aquel sonido, sonriendo al ver a su mejor amiga de toda la vida cerca de ella, junto al bonito Jungkook que quería como a un hijo propio.

Le hizo una seña a la mayor para que se acercara, ya que su bebé de una semana de nacido, estaba dormidito.

Miyeon se acerco de inmediato, sentándose en el sofá justo a lado de su amiga, y sentando a su hijo en sus piernas.

—Hola, Taehyungie~ —saludó la señora Jeon una vez pudo ver la carita del bebé en los brazos de su mejor amiga.

Jungkook miró curioso a aquella bolita que estaba envuelta en una cobijita amarilla. Acercó más su carita, viendo el rostro rechoncho y tranquilo de un bebé muy bonito ante sus grandes ojitos de bambi.

—U-un pastelito —dijo despacito, señalando al pequeño bebé. Aquellos cachetitos se veían tan esponjositos y suaves que le recordaban a un rico pastelito.

Amabas señoras rieron por tal ocurrencia, y Hyemin asintió.

—Es un pastelito muy bonito, ¿verdad, Jungkookie? —preguntó la madre del recién nacido, Jungkook asintió y la señora Kim sonrió, mirando a su bebé—. Un pastelito recién salido del horno —ambas adultas soltaron una risilla ante aquel comentario, pero los ojitos de Jungkook brillaron con emoción.

—¡Yo lo q-quiero! —gritó, alzando sus manitas al aire, pues le encantaban los pastelitos calentitos, recién salidos del horno, como dijo la señora Kim.

Pero lo que nadie se espero era que el pequeño bebé Taehyungie, despertara con un fuerte llanto ante el gritito emocionado que había soltado Jungkook.

Hyemin solo acorruco a su bebé en sus brazos, comenzando a mecerlo mientras Miyeon sonrió apenada por como su retoño había despertado a Taehyung.

Jungkook puchereo y miro a su progenitora—. M-mami, ¿p-por qué mi pastelito llora? —preguntó, sus grandes ojitos cristalizandose al ver a su pequeño pastel llorar. Miyeon miró con suma ternura a su bebé.

—Tu pastelito se acaba de despertar, Kookie, por eso llora, esta asustado —le dijo, el niño asintió aún con su puchero.

Jungkook miró nuevamente al bebé en brazos de la señora Kim, prometiendose en su mentesita que cuidaría de su pastelito para que este jamás volviera a llorar.


Jungkook limpió las lágrimas que salían de sus ojos al recordar eso. Conocía perfectamente la historia de como conoció a su esposo, pues hace años, su mamá y la señora Kim se la recordaban con mucho cariño, riendo cuando le decían como había confundido al pequeño Taehyungie con un pastelito.

Se encontraba sentado en el piso fuera de su habitación, donde Yoongi y dos enfermeras ya estaban atendiendo a Taehyung.

Escucho unos pasos, haciéndolo levantar su mirada roja por el llanto, encontrándose con el rostro bañado en preocupación de la señora Yang.

—¿Qué fue lo que pasó, señor Jeon? —preguntó preocupada, no esperando que un cuerpo robusto la abrazara y comenzará a llorar en su hombro.

—Mi pastelito... lastime de nuevo a mi pastelito —contó, sollozando más fuerte.

La señora Yang apreto sus labios, y con todo el cariño que le tenía a Jungkook, lo abrazó de vuelta, reconfortandolo.

—Esta bien, cariño, no es tu culpa. Taehyungie estará bien, él es muy fuerte —y Jungkook suspiró cuando escucho esas palabras, las necesitaba tanto.

La puerta se abrió, haciéndolos separarse de su abrazo. Yoongi salió por ella y posteriormente cerro la puerta, haciendole fruncir el ceño a Jungkook, quien trató de entrar pero fue detenido por la voz del doctor.

—Dale gracias a cualquier ser divino que logramos estabilizar a Taehyung. Él y él bebé estan a salvo, por ahora —la sonrisa que se quiso dibujar en el rostro de Jungkook, no pudo logarse gracias a las últimas palabras.

—¿Cómo que por ahora? —preguntó con temor a la respuesta, Yang solo se puso alerta por cualquier cosa.

Min suspiró, sobandose el puente de su nariz, pues no tenía idea como informarle a un narcotraficante que sería capaz de terminar con su vida al saber lo que paso.

—Te dije que cuidaras a Taehyung, que no pasara por emociones fuertes —empezó, bajando su mirada y subiendola ulteriormente para dar la noticia—. Tu esposo estuvo apunto de tener un aborto espontáneo, y ahora gracias a eso su embarazo no podrá ser normal, ahora Taehyung tiene un embrazo de alto riesgo —y la vida de Jungkook se vino abajo al escuchar eso.

Pudo jurar que todo se paralizo al momento de escuchar esas palabras, vio toda su vida pasar frente a sus ojos. Todos sus recuerdos con Taehyung llegaron a su mente. La vez que se dieron su primer beso, cuando se hicieron novios, la vez que pudo regalarle a Taehyung ese libro de matemáticas que tanto quería para su escuela, cuando su bebé lo acepto nuevamente en su vida, cuando le pidió matrimonio, y el día mas importante de su vida, el día de su boda, su boda con el amor de su vida, su Taehyungie.

Todos esos recuerdos pasaron frente a él y sus ojos se cristalizaron nuevamente, pues ni toda la felicidad de esos recuerdos, podría hacerlo sentir mejor al saber que por su culpa, estuvo apunto de perder a su primer hijo y puso mal a su esposo. Él no había cumplido su promesa, no había logrado proteger a Taehyung. ¿Cómo iba a lograr protegerlo si el peligro al que tanto temía que lastimara al amor de su vida era él? Todo este tiempo lo fue. No eran las calles, tampoco sus enemigos, todo este tiempo había sido él.

Sollozo mientras daba unos pasos al frente, queriendo entrar a la habitación para ver a su esposo, pero la voz de Yoongi lo detuvo.

—Taehyung no quiere verte, Jeon, lo siento.

Al escuchar esas palabras, Jungkook lloro con más fuerza si es posible, sintiendo miles de pinchazos en su corazón ante todo lo sucedido.

Yoongi quien veía todo con tristeza, miró a la mayor, quien se encontraba paralizada a lado del mafioso.
—Señora Yang, Taehyung esta pidiendo por usted —informó, y sin más dio media vuelta, entrando a la habitación.

Yang quien veía todo perpleja y con lágrimas en los ojos, se apresuro a ponerse frente a Jeon cuando este llorando, quiso entrar a la habitación.

—Déjelo señor Jeon, Taehyung necesita su espacio —le dijo, defendiendo a aquel chico que quería como a un hijo, y al bebé que ella ya quería como un nieto—. Él joven Taehyung esta pasando por un momento difícil, necesita estar solo, por favor déjelo un momento —pedía mientras unas lágrimas caían de sus ojos.

Jungkook solo negaba con su rostro bañado en lágrimas y sollozos altos saliendo de sus labios.

—E-es mi bebé, s-son mis bebés, necesito estar con ellos —seguía insistiendo, queriendo dar pasos al frente pero siendo detenido por la señora Yang.

—Creo que es mejor que vaya a descansar y dar un baño a otra habitación, yo iré a buscarlo cuando Taehyung se sienta listo para verlo —y sin más se dio media vuelta, entrando a paso apresurado a la habitación donde estaba el esposo de su jefe.

Jungkook solo se quedo estático en su lugar, mirando aquella puerta que lo separaba del amor de su vida, de sus más grandes amores; su esposo y su hijo.

Soltó un último sollozo, su garganta se sentía débil de los gritos y sollozos que a soltado, sus ojos se sentían pesados y cansados por todo lo que a llorado, y su corazón se sentía vacío.

Dio media vuelta y comenzo a caminar por toda la mansión hasta alejarse de la habitación donde estaba el amor de su vida.

Llego hasta su despecho y se encerro en él, caminando hasta su escritorio pero antes de si quiera poder llegar a él, cayendo al suelo de rodillas mientras nuevamente comenzaba a llorar como hace unos minutos.

Cerro sus ojos fuertemente mientras su espalda chocaba contra su escritorio.  Comenzó a golpear su cabeza con la madera de este, como si buscara de esa manera provocarse otro dolor para eliminar el que sentía en el corazón.

Y gritó, un grito lleno de dolor, un grito que contenía todos los dolores que se había guardado para él solo.

—¡Estoy cansado! —gritó entre lágrimas golpeando sus puños contra el suelo—. ¡Lo he perdido todo! —gritó nuevamente, mientras gotas de agua pesadas salían sin parar de sus ojos—. ¡Mis padres! —recordó entre sollozos, el rostro de sus progenitores apareciendo en su mente—. ¡Mi hijo! —volvió a gritar, sintiendo cada vez mas dolor en su ser—. ¡Mi Taehyung! —sollozo, la imágen del rostro de su esposo llorando ese mismo día, llegando a su mente—. ¡Y a mi mismo! No me queda nada... —bajo su voz, su cuerpo cada vez más débil, sus ganas de seguir luchando, desapareciendo.

Entre lágrimas, se giró un poco, tomando su arma que reposaba sobre su escritorio y sacándole el seguro, llevando el cañon contra su cabeza, apuntandose a si mismo.

—Todo lo hice por nuestra felicidad... —siguió, cerrando sus ojos mientras su dedo estaba contra el gatillo del arma—. Y termine destruyendo a tantas personas —tomó el arma con más fuerza, solo quería descansar, ya no quería sufrir más—. Perdón... perdóname, pastelito —terminó.

Quiso terminar con todo, pero antes de poder lograrlo, la puerta se abrió bruscamente y por ella entro Yoongi, quien corrio a él para detener su locura.

—¡¿En que estas pensando?! —gritó Yoongi llegando junto a él,  arrodillandose y quitandole el arma con cuidado de que esta no se disparara, para después ponerle el seguro y dejarla sobre el escritorio nuevamente, Jungkook solo sollozo—. ¿Tan fácil es para ti simplemente terminar con todo? ¡No eres el único que la esta pasando mal! ¡Taehyung te necesita ahora más que nunca! ¿Puedes dejar de pensar solo en ti por un momento? —dijo con enojo, los ojos rojos y llenos de lágrimas de Jungkook se posaron en él con ironía.

—Eres una mierda —susurro el mafioso, empujando lejos de él el cuerpo del doctor—. Abres la boca como si supieras por todo lo que he pasado, mi vida a sido difícil desde el momento en que nací, ¿crees que puedes saber como me siento? —cuestiono, todas sus palabras saliendo con tristeza y enojo.

—No eres la víctima y no eres el único que a sufrido —contestó firme y poniéndose de pie, sin temer a los ojos llenos de furia de que Jungkook.

—¿No? —rió, lágrimas saliendo sin parar de sus orbes oscuros y enrojecidos—. Mírame teniendo que ver como mis padres se quedaban sin comer por darme su plato de comida a mi —comenzó, levantándose del suelo y caminando hacia el doctor Min—. Mírame teniendo que ver como Taehyung lloraba por que no iba a poder estudiar la preparatoria por falta de dinero —siguió, Yoongi solo retrocedía pasos mientras Jeon avanzaba más—. Mírame siendo solo un adolescente de 17 años teniendo que matar personas para poder sacar adelante a mi familia y a mi novio, y poder hacerlos felices —empujó el cuerpo del castaño, este solo trago saliva pesadamente.

Jungkook estaba fuera de si, quería sacar todos los sentimientos que se guardaba solo para él, estaba completamente destruido.

—Mírame teniendo que ver como el amor de mi vida lloraba cuando se entero a lo que me dedico —volvió a hablar, mientras más lágrimas salían de sus ojos—. Mírame teniendo que escuchar como mis padres me dijeron que no querían volver a saber de mi, que para ellos yo estaba muerto —sollozo, Yoongi estaba sin habla—. Ahora mírame a mi teniendo que cargar el cuerpo inconsciente de mi esposo y luego enterarme que por mi culpa estuve apunto de perderlo a él y a mi hijo —esas últimas palabras le dolieron como profundas cuchilladas en su corazón. Fulminó con la mirada al cuerpo estático del doctor, para después girarse en dirección a su escritorio nuevamente, tomando asiento detrás de este en su silla de cuero—. Tú no sabes por todo lo que yo también he pasado. —finalizó, nuevamente tomando su arma.

Yoongi solo se quedo estático en su lugar, procesando las palabras dichas y buscando las palabras correctas para tratar de detener lo que quería hacer el pelinegro.

—¿Piensas dejar solo a Taehyung y a tu hijo? —comenzó, la mirada vacía de Jungkook se puso en él—. Haz sufrido, sí. Y tu mismo te buscaste la mayoría de tu dolor gracias a tus acciones. Taehyung a pasado casi por lo mismo que tú Jungkook, te perdió a ti dandose cuanta a lo que te dedicabas y poco después también perdio a sus padres en un incendio, ¿cómo crees que estuvo él? Hoy en día eres lo único que tiene, y ahora también el hijo que ambos esperan —le dijo, Jungkook solo sollozo.

—Pero yo siempre soy quien lo hace sufrir y lo pone en peligro —lloró, nuevas lágrimas bajando por sus mejillas y haciendo un recorrido hasta su cuello.

—Puedes cambiar eso —habló rápido—. Tienes que ver la manera de salir de este mundo, el que Taehyung quiera sacarte de esto donde estas metido es por que eres lo único que le queda, Jungkook, ¡por dios!, no es ningún berrinche de él, tampoco es una idea pasajera, Taehyung tiene miedo de perderte, perder lo único que le queda en la vida, tiene miedo de perder al amor de su vida y al padre de su hijo, ¿puedes entender eso? —preguntó, mirándolo fijamente.

Jungkook solo sollozo más alto, soltando su arma y dejando caer su cabeza entre sus manos apoyadas en la madera del escritorio.

—É-él también es lo único que me queda, él y nuestro bebé —habló, mientras las lágrimas mojaban sus manos—. Cuando me dijiste que estuve apunto de perderlos y que ahora estan en riesgo por mi culpa, sentí que moría, me esta doliendo demasiado saber que todo este tiempo el peligro de mi bebé fui y-yo —hipo, Yoongi solo hacía una mueca de tristeza sin saber que decir—. Ahora no sé si Taehyung va a querer perdonarme esto que ocasione —sollozo, él doctor solo se acerco unos pasos más al escritorio.

—Taehyung esta pasando por un momento difícil Jeon y tal vez necesitara un tiempo, pero él te ama, y si tú te comprometes a de verdad cambiar, él te perdonara. Pero esta vez cumple tu palabra, por que a la próxima, yo mismo seré quien me lleve a Taehyung de aquí junto con su bebé, y no volverás a saber de ellos —y sin más se dio vuelta para salir del despacho e ir rumbo a la habitación donde el menor de todos estaba.

Jungkook nuevamente, tenía que tomar una decisión, pero esta vez, se esforzaria por elegir la correcta.


-Nana.☁️


Holap, perdón por haber tardado dos semanas, pero estoy pasando por problemas personales, lo cual hace que se me complique estar activa en todas mis redes :(

Este capítulo me costo mucho hacerlo, es lo más triste que he escrito aaa, pero me gusto mucho también <3

Espero les haya gustado, muchas gracias por esperar ♡

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