04
Después de aquel incidente, Jungkook se había mantenido el doble de preocupado por el menor, también se la pasaba mimandolo para reconfortarlo ante aquellos odiosos malestares. Taehyung por su parte, estaba siendo el doble de sensible que antes, es por eso que Jeon tenía que ser cuidadoso con lo que decía o hacía si no quería tener a su esposo siendo una bolita triste andante por toda la gran casa.
Como ahora, Taehyung estaba sentado en el regazo de su esposo quien estaba sentado en la silla tras su escritorio. Ambos esperaban a Min Yoongi, quien por la mañana les había llamado, diciendoles que esa tarde las llevaría los resultados de los análisis hechos a Jeon Taehyung.
—¿Crees que sea algo malo, Kookie? —preguntó el castañito nervioso, sintiendo cosquillas ante los besos que su esposo dejaba en su sensible cuello.
—Estoy seguro que no lo es, sabes como es Yoongi de exagerado, amor —respondió, abrazando con posesión la cinturita del pequeño en sus piernas.
Taehyung asintió no muy convencido, relajándose ante los besitos dejados en su cuello y las caricias en su cintura.
Luego de unos minutos en un silencio demasiado cómodo para ambos, la puerta fue tocada, Jungkook dio su autorización para pasar con un pequeño "Adelante".
Por la puerta entraron la señora Yang y el doctor Min Yoongi, quienes de inmediato se inclinaron como muestra de respeto ante Jeon y al esposo de este. Taehyung hizo una pequeña mueca, no se consideraba alguien importante para que la gente se mostrara tan respetuosa con él incluso cuando él era menor que los presentes, pero esas eran una de las muchas órdenes de su pareja si no querían tener problemas con él.
—Me retiro, señor Jeon. —dijo la mayor, Jungkook asintió con su cara seria mientras Taehyung agitaba su manita como despedida hacia su noona favorita.
Una vez se quedaron solo los tres hombres, Yoongi aclaro su garganta, caminando hasta el escritorio de Jeon, dejando su maletín allí y abriendolo para sacar un sobre de él.
—Aquí estan tus resultados Tae —le tendio el sobre al menor, quien lo tomo dudoso, abriendolo y sacando la hoja que en él había para comenzar a leerlo junto con Jungkook—. Muchas felicidades, serán padres, Taehyung tiene alrededor de un mes y medio de embarazo.
La pareja de inmediato levanto su mirada sorprendida de aquel papel, Jungkook al instante quiso gritar ahí mismo preso de la emoción y felicidad que sintio al escuchar aquellas palabras, pero al contrario de la reacción que ambos pensaban que la persona embarazada tendría; Jeon y Min solo vieron como los ojitos de Taehyung fueron perdiendo su brillo.
Al ver como el castañito solo bajaba su cabeza y cubría su rostro con el papel con los resultados, la mirada emocionada que emanaba Jungkook, cambió a una completamente preocupada.
—Déjanos solos, Min. —ordenó el pelinegro, Yoongi solo asintió sin comprender mucho la reacción del más pequeño, así que cerro su maletín dispuesto a irse, pero la vocecita de Taehyung hizo que parara en seco al escuchar lo que dijo.
—No quiero tenerlo —dijo Taehyung, levantando su mirada cristalizada hacia el doctor—, ¿aún estoy a tiempo de poder interrumpir el embarazo? —preguntó al doctor.
La mano que se situaba en la cintura del más pequeño fue debilitando su agarre, la mirada de Jungkook se oscureció y un nudo se formó en su garganta. Por otra parte, Yoongi solo abría y cerraba su boca, completamente dislocado ante lo dicho.
—S-si, tienes hasta antes del tercer mes, Tae —respondió, el castañito solo asintió mientras una lágrima traicionera resbalaba por su mejilla.
—Fuera de aquí, Yoongi. —La voz de Jungkook resonó por las cuatro paredes, Taehyung soltó un sollozo y el doctor temiendo por su vida, salió de ahí sin mirar atrás.
Taehyung esta vez tenía ya sus mejillas llenas de lágrimas. Se puso de pie, caminando e intenado llegar a la salida de aquella oficina, pero antes de lograr su cometido, una mano en su muñeca lo detuvo.
Giró sobre su eje, encontrandose con la mirada cristalizada de Jungkook, que lo miraba sin entender nada, necesitando tanto de una explicación.
—B‐bebé... —susurró el pelinegro con voz rota, mirando suplicante al más pequeño.
—L-lo siento Koo, pero n-no puedo —habló quedito, su corazón rompiéndose al ver a su esposo apunto de romper en llanto.
—¿Por qué? —preguntó el mayor sin tartamudear, mirando directo a los ojos mieles que no dejaban de soltar lágrimas.
—N-no... no pienso t-traer al mundo a un bebé que no v-va a estar seguro gracias a lo que te dedicas.
Una lágrima resbalo por una de las mejillas del más alto, y después de esa le siguieron muchas más.
—No me hagas esto Tae... te prometo que- —la voz del más bajito lo interrumpió.
—No Jungkook, no prometas cosas que sabes que no vas a cumplir —dijo sin tartamudear, dejando sin palabras al más alto—. Te amo, pero no estoy dispuesto a traer al mundo un hijo tuyo y mio a sufrir, a crecer en el entorno que vivimos, a que siga tus pasos... ha que un día pierda a su padre y yo al amor de mi vida.
Soltando un último sollozo y con su rostro empapado de lágrimas, se dio la vuelta y salió a paso apresurado de la oficina, cerrando la puerta y dejando a un hombre con el corazón destrozado tras ella.
Jungkook se dejo caer de rodillas y tapó su rostro con sus manos, permitiéndose llorar de esa manera como nunca antes lo había hecho.
—Mi novio... mi responsabilidad —susurró Taehyung, mirando el techo de aquella habitación, llorando mientras una de sus manitas estaba situada suavemente sobre su pancita.
Claro que el no quería hacer aquello que dijo en la oficina de su esposo. Desde que tiene memoria, su sueño siempre fue formar una bonita familia con Jungkook. Pero tampoco quería que su hijo o hija sufriera como él al ver en lo que esta metido el pelinegro.
Ambos se conocieron cuando tan solo eran unos niños. Vivían en un pobre barrio a las afueras de Seúl. Ambas familias eran muy humildes y de buen corazón, es por eso que ambos crecieron con la educación más hermosa.
Su amistad era la más bonita, Jungkook desde niño siempre había cuidado de él, diciéndole aquella frase que se había vuelto importante para ellos "mi amigo, mi responsabilidad" la cual cambió con el paso del tiempo. Ante aquello, sus padres siempre supieron que de aquella bonita y sincera amistad, nacería un hermoso amor.
Y así fue, con el pasar de los años, sus corazónes comenzaron a latir rápidamente cuando se tenían cerca, el anhelo de estar en los brazos del otro era grande, y cada que sus ojos se encontraban, un brillo especial aparecía en ellos.
Al tener Taehyung 15 años y Jungkook 17, ambos ya estaban en una relación, llena de amor y mucha felicidad... oh bueno, eso era lo que Taehyung creía.
Para Jungkook, nunca fue suficiente el regalarle a su pequeño novio simples chocolates, rosas o cartas que era para lo único que su escaso dinero le permitía. Para él, Taehyung era su precioso rey, y quería tratarlo como tal.
Él sabía que su pequeño novio era feliz con sus pequeños detalles, podía ver la emoción en aquellos ojitos color miel cuando llegaba a las puertas de su casa con un chocolate o una rosa, o simplemente con las manos vacías y solo un Te amo para decir.
Al cumplir el año de relación, Taehyung no comprendía el por que de un tiempo para acá, Jungkook desaparecía por ciertas horas, ya sea en el día o en la noche, y volvía con lindos regalos de un costo elevado a su parecer.
No quiso preguntar nada cuando vio como Jungkook comenzo a vestir de una manera moderna y costosa, tampoco cuando lo sacaba a comprar cosas a centros comerciales de estatus elevado, o cuando compro su primera motocicleta o su primer coche.
Su silencio acabo cuando un día, en el ese entonces nuevo departamento de Jungkook, pudo acceder a la habitación a la cual tenía prohibido pasar. Ese día, él pelinegro había entrado a tomar una ducha, olvidando completamente sus llaves en la isla de la cocina. Taehyung como el pequeñín curioso de 17 años que era, las tomo para poder acceder aquella misteriosa habitación.
Lo que encontro fue algo que le hizo comprender toda la situación, y llorando se había derrumbado en aquel cuarto en el cual había algunas armas de diferente calibre, algunos paquetes de droga y un poco de esta regada en una mesa; y lo que hizo que su corazón se rompiera, un traje con manchas de sangre.
Jungkook aquel día había llegado aquella habitación sumamente nervioso y preocupado, Taehyung ese día le había dado golpes en su pecho desnudo y varias cachetadas, llorando y maldiciendolo como nunca antes lo imagino. Y lo que hizo que quisiera morir en ese instante, Taehyung había terminado con su relación.
Después de aquello, él mayor había pensado que su pequeño lo delataria ante la ley, pero aquello jamás paso; y realmente no le importaba que lo hubiera hecho, ya que sin Taehyung en su vida, no tenía mas razónes para seguir luchando o viviendo.
Fueron dos largos años en los que estuvieron separados. En los cuales, Jungkook se había apoderado completamente del negocio, derrotando al primero y segundo de corea, convirtiéndose en el jefe de la red de narcotráfico más grande de Seúl y todo corea. Taehyung por su parte, había intentado seguir con su vida en su humilde pero hermoso barrio, tratando de ser feliz con su familia luego de que el amor de su vida, resultara ser un peligroso mafioso.
Jeon todo el tiempo había mantenido vigilado a su pequeño, asegurándose de que este bien y nada malo le pasara. Había movido unos cuantos papeles y realizado unas llamadas para que Taehyung consiguiera un trabajo digno en una gran empresa de Seúl, logrando que este con su sueldo e inteligencia, sacara adelante a sus padres y lograra cumplirles su sueño de hacer una remodelación en su pequeña panadería.
En ningún momento ninguno se había dejado de amar, eso estaba claro. Al tener Taehyung 19 años y Jungkook 21, este último no pudo seguir más tiempo sin buscar a su gran y único amor, luego de que se entero de la trágica perdida de sus padres tras un terrible accidente en la panadería de estos.
Es por eso que yendo en su costosa camioneta siendo siempre cuidado por sus escoltas, fue a su antiguio barrio, en el cual vivía el amor de su vida.
Había tocado su puerta, siendo abierta esta luego de unos momentos, dejando ver el rostro perdido y triste de Taehyung.
"Mi novio, mi responsabilidad" había dicho Jungkook en aquel entonces cuando vio el rostro de su amor, luego de dos largos años.
De ahí en adelante, lo demas es historia, Taehyung había aceptado nuevamente a Jeon en su vida, había aceptado que este era el amor de su vida y no podría estar lejos de él, por más doloroso que resultara aceptar lo que ahora era su chico.
Fue una decisión de amor la que Taehyung tuvo que tomar en aquel entonces, y que ahora, le tocaba a Jeon Jungkook, el gran y temible narcotraficante de corea del sur.
-Nana.☁️
no se si ya se los había
mencionado, pero soy una
mega fan de la sefie "The 100"
así que decidí hacer
referencia a la frase de bellamy
y octavia, la cual es
"Mi hermana, mi responsabilidad"
claro que aquí esta bonita
frase tendra otro rol
y sentimientos 🥳💖
gracias por su apoyo, nos
leemos en el siguiente capítulo 💕
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro