Cuando Jimin salió de la habitación del karaoke, no tuvo que buscar muy lejos, pues Jungkook ni si quiera se había ido a casa, sino que le esperaba con la espalda apoyada en la pared y los brazos cruzados sobre el pecho.

—Menos mal, ¡ya pensé que de verdad preferías quedarte con ellos!

—Y lo prefiero.-Jungkook abrió su boca sorprendido y Jimin suspiró antes de posar ambas manos sobre sus hombros y mirarle a los ojos- Jungkook, te quiero, te amo, pero no puedes ser así de celoso cada vez que estoy con mis amigos, eso no es bueno.

—No estoy celoso.

—Lo estás, sobre todo de Yoongi, no creas que no lo sé.

Jubgkook miró hacia otro lado para evitar enfrentar la mirada seria de Jimin.

—No tengo nada que envidiarle a ese blanquito.

—Y es cierto, tú eres mi novio para siempre y él mi mejor amigo, probablemente para siempre también, así que, a pesar de vuestras diferencias, sería bueno que comenzases a aceptar que él forma parte de mi vida tambien, y que es importante para mi tambien.

—Pero...-dijo con la cabeza gacha.

—Jungkook.- Jimin tomó el mentón del menor y lo alzó para que le mirase a los ojos- No hay peros, sabes que tengo la razón y punto. Tú siempre estarás por encima de todo el mundo, Jungkook, pero tampoco puedes usarlo como un arma contra mi. Son mis amigos, y podrían ser tambien los tuyos si pusieses un mínimo de esfuerzo.

Jungkook volvió a bajar su cabeza y su labio inferior tembló. Odiaba que Jimin tuviese la razón, sobretodo en este tema.

—Lo...lo siento...

—Ven aquí, anda...-Jimin se puso de puntillas antes de tomar con su mano la cabeza del menor e inclinarla hacia él para besarle dulcemente.- Te amo. Volvamos dentro, ¿vale?

Jungkook asintió levemente, sonriente.

Lo cierto es que le apetecía mucho cantar.