17
Jimin estaba demasiado borracho como para ser totalmente consciente de su mente y cuerpo, puede que por eso no se quejase ante lo que Jungkook le estaba haciendo.
El menor terminó de atar la última cuerda alrededor de la muñeca del contrario y la aferró al borde de la cama.
Esa noche Jungkook tendría el control.
—Kook...¡hip!...¿Kookie que haces? -dijo confuso Jimin.
Jungkook se sentó sobre el torso de Jimin y comenzó a desabrochar su camisa lentamente.
—Vamos a jugar a que te castigo.
Jimin soltó un quejido adormilado.
—Tú a mi no me puedes...
—¡Shh! -le cortó Jungkook posando su dedo índice en los labios contrarios- Calla y sufre mi ira.
Jungkook desnudó muy lentamente a Jimin, quien comenzaba a excitarse a medida que iba entendiendo lo que estaba sucediendo.
Jungkook sonrió al notar como el miembro de Jimin empezaba a despertar.
—No pienses que te complaceré.
—Kook, no juegues...
—Ah, ah. Te lo advertí antes, estabas más que avisado. Esta noche pienso torturarte.
—Hmmm.- Jimin sonrió de medio lado- Me muero de curiosidad por saber lo que me harás bebé.
Jungkook correspondió su sonrisa antes de comenzar a desnudarse ante Jimin, quien le miraba atento a cada movimiento.
Una vez desnudos los dos, Jungkook se arrastró sobre la cama hasta alcanzar el rostro de Jimin, que rozó levemente con sus labios.
—Vamos, bésame Kook.
Jungkook negó y sonrió travieso antes de empezar a acariciar con ligereza el pecho de Jimin.
—No pienso hacer nada de lo que me digas, amor.
—Entonces mejor me quedaré callado lo que queda de noche.-dijo antes de morder su labio inferior.
Jungkook enarcó una ceja.
—Inténtalo. Sabes que no aguantarás.
Sin previo aviso, Jungkook sacó su lengua y recorrió con ella un camino desde el cuello de Jimin hasta su pelvis, lo que causó un escalofrío a Jimin que le hizo arquear la espalda.
—Joder...Kook deja ya de jugar y tócame de una vez.
—Déjame pensarlo...hmmm...no.
Jungkook se sentó sobre Jimin, con su culo rozando el pene del contrario, y comenzó a mover sus caderas a un ritmo tortuoso.
Jimin se removió sobre la cama para intentar agarrar a Jungkook, pero era inútil, le había atado demasiado bien por manos y pies.
—Te odio maldito conejito.
Jungkook sonrió y besó por fin los labios de Jimin.
—Voy a darte motivos esta noche para ello, cielo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro