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Asesinar a Meliodas había sido algo doloroso para él, tanto que incluso lo veía en sus sueños. Estarossa estaba arrepentido por lo que había hecho y le lloraba a su hermano todas las noches.
Zeldris estaba preocupado por ver al albino tan decaído, pues nada hacía feliz a Estarossa, ni siquiera cazar dragones o beber cerveza.
Pero todo cambió cuando Estarossa conoció a la chica que Meliodas protegía, esa chica que no se despegaba del cuerpo inerte de su hermano ni un puto día.
Estarossa creyó que ella estaba igual de loca que él, porque joder, ¿quién mierda mantenía un cadáver sin sepultar por tanto tiempo en un establecimiento de bebidas?
Esa fue la principal razón por la que el mandamiento del amor se enamoró de Elizabeth, porque era rara y estaba toda cuerda como él...
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