Capítulo XLVI
Al día siguiente en clase de matemáticas el profesor nos dice que nos pongamos por parejas para hacer los ejercicios, así nos ayudamos unos a otros.
Katy no me da tiempo a reaccionar, antes de darme cuenta ya está con su silla sentada a mi lado.
La miro, no me parece raro que quiera ser mi compañera pero sí que venga con esa ansia.
— Copiad los ejercicios que hay en la pizarra y me los entregáis al final de la clase. Poned vuestros nombres en los folios, por favor — dice el profesor.
Empiezo a copiar los ejercicios pero me siento observada, Katy no me quita ojo. Le miro de reojo pero intento concentrarme, las matemáticas no se me dan nada bien y si quiero terminar a tiempo debo empezar ya.
Cuando termino de copiar los ejercicios, Katy me pasa una nota.
Sé lo que te pasa
Cojo la nota y la miro levantando una ceja.
— No te enfades con él, estabas muy rara y sabía que venía de estar contigo. Necesitaba saber si estabas bien y le interrogué hasta que me lo contó... pero creo que se dejó cosas sin contar.
— ¿Qué sabes?
— Lo de tus hermanos, que seguramente tengan que salir de viaje mucho tiempo debido al despegue de su negocio, que no quieres pasar las Navidades sola y que tienes sentimientos encontrados por ello.
— Lo que Derek no te contó es que mi padre falleció poco antes de Navidad, por eso no quiero pasarla alejada de ellos.
— Dios Luna, lo siento. No sabía en qué fecha había pasado, lo entiendo perfectamente. Estamos todos aquí para lo que necesites, lo sabes, ¿verdad?
Le sonrío. — Claro que sí y os lo agradezco. La verdad es que necesito una cosa.
— Dime.
— ¿Haces los ejercicios por mí?
— Ni de coña — dice riendo.
Volvemos a ser las mismas de siempre, al menos de momento. Entre risas y cuchicheos intentamos hacer los ejercicios. Conseguimos terminarlos a tiempo pero no sé qué tal estarán.
Al final del día, quedamos en ir a tomar algo después del entrenamiento, llegarán sobre las 18.15h así que tengo tiempo de sobra para estudiar un rato. O eso creía, a los pocos minutos de llegar a casa recibo un mensaje de Katy.
Necesito hablar contigo, a solas. ¿Podemos quedar tú y yo antes? ¿A las 17h?
No me huele bien. ¿habrá pasado algo?
Claro que sí nena, nos vemos en El Grill.
A las 17h en punto estoy aparcando y me encuentro con Katy en la puerta, parece angustiada.
Entramos y pedimos algo de beber.
— Es el último año de instituto y van a empezar a venir ojeadores a los partidos.
Le miro pero no hablo, eso ya lo sabía pero no sé por qué la agobia.
— He oído esta tarde al entrenador decirle a Alan que como siga jugando así de bien, es muy posible que le ofrezcan una beca muy jugosa para una buena universidad, incluso podrían ofrecerle un contrato en un equipo.
— ¡Eso es fantástico! ¿No? — Tiene lágrimas en los ojos. — Veo que no, ¿qué ocurre?
— Si consigue un contrato se irá lejos, con su equipo, viajará mucho y ya sabes cómo son los deportistas. Cambian mucho de equipo lo que conlleva cambiar su lugar de residencia. ¿Y si le ficha un equipo de otro país? ¿O de otro continente? ¿Qué será de nosotros?
— Te entiendo perfectamente pero no sé qué decirte nena. Es una situación muy complicada. Derek y yo no hemos vuelto a hablar del tema desde que estamos juntos pero sé que en algún momento nos vamos a separar. Prefiero no pensarlo y vivir el momento.
— Yo no puedo, desde que le he oído no paro de darle vueltas. Alan estaba encantado, emocionado. ¿Y si se va y me deja? Luna... le amo, no puedo vivir sin él. No me imagino una vida sin él.
Me siento a su lado y la abrazo.
— ¿Y si les pregunto cuando vengan?
— No, va a saber por qué lo preguntas y se va a enfadar por no hablar yo con él directamente.
— No te preocupes, no se van a dar cuenta. Ahora ve al baño y échate un poco de agua, que no vea que has estado llorando.
Al poco rato llegan los demás, Anna viene también y me levanto a darle un abrazo. Les pregunto qué tal el entrenamiento y me dicen que genial. Forman muy buen equipo y el entrenador está encantado con ellos. Alan no cuenta nada de su conversación con el entrenador. Imagino que o no querrá gafarlo o primero tendrá que aclarar sus ideas. Así que empiezo mi interrogatorio.
— ¿Cuándo es la feria de universidades?
— En febrero — dice Katy.
— ¿Y sabéis ya que vais a hacer? — Katy y Derek ya me dijeron lo que querían estudiar, así que les pregunto a Anna y Justin.
— Yo quiero ser enfermera.
— Yo programador de videojuegos.
— ¡Como mola! Espero que si alguna vez voy al hospital me atiendas tú — le digo a Anna — y cuando saques un videojuego me hagas descuento — le digo a Justin riendo.
Anna asiente con la cabeza y Justin se ríe. — Eso está hecho.
— ¿Y tú Alan? — Le pregunto.
— Yo quiero hacer algo relacionado con el deporte. Quizá medicina deportiva o entrenador. Aunque lo que me gustaría de verdad es ser jugador profesional. Pero eso es muy difícil.
— Quizá no, a lo mejor vienen a veros ojeadores y les gustas.
— Ya...
— ¿Y si te ofrecieran un contrato?
— Lo aceptaría sin dudar. Sería un sueño hecho realidad.
— Disculpad — dice Katy y se va al baño.
— ¿Qué le pasa? — Pregunta Alan preocupado. Va a levantarse para ir tras ella cuando le detengo.
— Katy os ha oído a ti y al entrenador hablar esta tarde. Piensa que si te ofrecen un contrato te irás y no sabrá que pasará con vuestra relación. — Me mira con los ojos muy abiertos, eso no se lo esperaba. — Alan, Katy te quiere y no quiere separarse de ti.
— Joder ni yo de ella. La amo y lo sabe. Nada me gustaría más que se viniera conmigo pero es una decisión muy difícil. No puedo pedirla que deje todo atrás por mí. Estudiar puede hacerlo en cualquier universidad porque tiene buenas notas, además, si entrase en un buen equipo a ella la ayudarían con los trámites, pero su familia... No puedo pedirle que les deje para venir conmigo.
Todos nos miramos, tiene parte de razón. — Aún queda mucho para que eso pase, porque en el caso de que lo consiguieras sería para final de curso, después de graduarte. Pero debes hablar con ella, está muy angustiada.
Me levanto y voy al baño. Me la encuentro sentada en el váter llorando desconsolada.
— Nena... Alan te ama, lo sabes — asiente con la cabeza. — He hablado con él, ahora debes hacerlo tú. Ven.
La levanto, la llevo al lavabo y le lavo la cara. Saco un estuche de maquillaje que siempre lleva ella en el bolso y le retoco un poco. — Ahora sal y ve con él.
Salimos del baño y en la puerta está Alan. La besa y juntos caminan hacia la salida. Antes de cerrar la puerta me gesticula ''gracias''.
— Podrías ser terapeuta de parejas — dice Anna.
— No gracias, creo que con mis problemas tengo suficiente — le digo riendo y todos me acompañan con sus risas.
Derek me acompaña hasta mi coche y le abrazo como despedida.
— Si Katy llega mal a casa, por favor, dímelo. Está muy angustiada y me ha dejado preocupada.
— No te preocupes pequeña, yo te aviso cuando llegue.
Después de cenar recibo un mensaje de Derek.
Acaba de llegar, todo bien, no te preocupes. Buenas noches princesa.
Menos mal, muchas gracias por avisarme. Dulces sueños mi rey.
Nada más bloquear el móvil recibo otro mensaje, esta vez es de Katy.
Hemos hablado y está todo aclarado, muchas gracias neni, te quiero mucho.
Y yo a ti nena.
Me alegra que hayan podido solucionar las cosas. Son unas personas maravillosas y se merecen ser felices.
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