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No había nada mejor para Hongjoong en las mañanas que un delicioso Frapuchino frío acompañado de la contagiosa de su amigo Wooyoung, quien contaba la hazaña que había sido participe el día anterior mientras iba en el transporte público, mientras caminaban por los pasillos del colegio rumbo a sus clases.

—Te juro que nunca me había sentido tan orgulloso de ser un metiche de primera —habló el ahora pelirrojo dándole una mordida a su dona glaseada—, leer conversaciones ajenas en el transporte es mi pasatiempo favorito.

—Siempre y cuando no te toque a ti que te espíen —dijo el mitad albino soltando una risa.

—Odio que este semestre la mayoría de las clases nos hayan tocado separados —dijo quejándose Wooyoung.

Hongjoong río mientras daba palmadas en su espalda.

—Mejor para mi, así descanso de ti.

Wooyoung puso una mala cara y tomando su último pedazo de dona se la arrojó a su amigo justo antes de salir corriendo.

—¡¿Qué maneras son esas de despedirte así de tu mejor amigo?!

Hongjoong negó riendo mientras se dirigía a su aula, notando que muchos todavía no llegaban, incluido su novio. En cuanto Hongjoong pensó en la palabra "novio" enseguida el rostro de Seonghwa vino a su mente y sonrió inconscientemente, ese chico si que de verdad había logrado poner su mundo de cabeza.

Entro al aula y se dirigió a su lugar para tomar asiento, sacó una libreta y se dispuso a adelantar algunos trabajos pendientes.

Estaba concentrado hasta que escucho unas pequeñas risas a lo lejos, levantó la mirada y se topó con un pequeño grupo de tres chicas que veían el interior del aula con nerviosismo. Hongjoong dedujo que quizás buscaban a alguien. Una de las chicas entró lentamente y se dirigió a Hongjoong quien con voz muy bajita y tímida le pregunto:

—Disculpe sunbae... ¿Sabe donde es el lugar de Seonghwa Oppa?

Hongjoong un poco desorientado señaló el lugar frente suyo y la chica agradeció con un a reverencia y salió del aula en dirección a sus amigas.

No quería que su mente le hiciera una mala jugada, pero el menor comenzaba a cuestionar lo sucedido hace un momento hasta que se dio cuenta de algo: Seonghwa y él aún no habían formalizado frente a los demás su relación.

En un momento creyó que aquello no tendría porque afectarle y así lo quería seguir creyendo, sin embargo sus pensamientos fueron interrumpidos por la llegada de su "novio" solo que ahora las mismas tres chicas habían entrado junto con él, quienes hablaban muy alegres entre ellas y daban brinquitos de emoción.

—Oppa... hoy te ves más hermoso que otros días.

Seonghwa bajo la mirada apenado y sonrió como agradecimiento.

—Espero que no le moleste que le hayamos hecho estas cartas a usted, las hicimos pensando en lo especial que es para nosotras —dijo una chica mientras le hacía entrega de su carta, las otras dos asintieron y también se las dieron.

—Ehh... gracias chicas —dijo con un leve tono de incomodidad el pelinegro.

Lo que no sabía Seonghwa era que Hongjoong escuchaba todo detrás suyo y no podía evitar poner una cara de molestia, tanta era su mala cara que si tuviera la capacidad de fulminar a quien lo viera fijamente esas tres chicas ya hubieran desaparecido, el mitad albino no hizo más que suspirar molesto y voltear la mirada a otro lado mientras recargaba su mentón en su palma.

—¿Usted tiene a alguien especial, Seonghwa oppa?

Seonghwa asintió sin pensar mientras a su mente venía el bello rostro de su Joonggie, sabía que estaba detrás suyo y que posiblemente había escuchado todo, así que pensaba aprovechar ese momento.

—Ya hay alguien que ocupa lugar en mis pensamientos y con el paso del tiempo también en mi corazón.

Las chicas hicieron un sonido de ternura mientras se veían entre ellas. Hongjoong por otro lado al escuchar eso no pudo evitar sonreír triunfante.

Justo en esos instantes la campana de iniciadas las clases sonó y las chicas se despidieron rápidamente con una reverencia y salieron del aula, Seonghwa al ver que se fueron, inmediatamente volteó su cuerpo en la silla para ver a su novio quien fingía ver el otro lado del aula.

—¿No me vas a saludar?

—¿Para que? Si ya tuviste un agradable y cálido saludo de parte de tres lindas chicas, que lo haga yo es irrelevante —dijo el mitad albino sin prestar atención ni mucho menos fijar su mirada en él.

—Pero a mi no me interesa el saludo si no viene de la persona que a mi más me gusta y es un berrinchudo llamado Kim Hongjoong.

—No, ya dije que no.

Seonghwa hizo un puchero de tristeza y rendido volteo su cuerpo para acomodarse en la silla y prestar atención a la clase.

En cuanto la clase comenzó noto que su novio no hacía nada por volver a voltear a verlo y se mostraba serio y con una mirada de tristeza, lo que hizo sentir mal al menor, le gustaba molestar a las personas más cercanas a él, así esa su forma de ser, pero notar que su Hwannie era demasiado sensible y que esas acciones lo alejaban de él lo hacían sentir no solo como la peor persona del mundo, sino como un asco de novio.

Al terminar las clases, guardo sus cosas lo más rápido posible, quería evitar que Seonghwa se le escapara, así que mientras guardaba todo noto como el mayor también guardaba sus cosas y de un movimiento se levantó del asiento, dispuesto a salir del aula.

Hongjoong torpemente se levantó de su asiento y corrió tras él, al alcanzarlo tomó su brazo deteniéndolo y Seonghwa volteo la mirada. Sin importarle al menor si había gente a su alrededor en el pasillo, tomó con ambas manos el rostro de su amado y parándose de puntas junto sus labios con los del contrario.

Fue un beso sumamente delicado y tierno que causó tanto en Seonghwa como en Hongjoong un revoloteo en su estómago de la emoción, Seonghwa al corresponder el beso lentamente tomó las caderas de su pareja para evitar que se separara del beso.

Fueron quizás un minuto en donde aquel beso delicado lo disfrutaban como si fuera el último, y sin importarles si alguien pudo haberlos visto.

—Perdóname por actuar así Hwannie, no era mi intención hacerte sentir mal.

Seonghwa sonrió y besó suavemente los labios de su novio de vuelta.

—Todo lo compensa con tus besos y tu linda mirada. Además de que me emociona que me digas Hwannie.

Hongjoong sonrió penosamente mientras agachaba la mirada, después tomó la mano de Seonghwa y lo arrastró consigo para juntos salir del colegio.