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12.

Los labios de HoSeok y TaeHyung, se amoldaban perfectamente bien entre sí, haciendo que los latidos de sus corazones se aceleraran de manera demasiado veloz dentro de sus pechos, los cuales se sentían en extremo calientes.

—Espera, espera... —susurraba TaeHyung, colocando sus manos suavemente sobre el pecho de HoSeok, para poner un poco de distancia entre ambos.

La respiración de ambos pelinegros, estaba totalmente entrecortada, sin mencionar lo brillosos e apetecibles que seguían estando sus labios. HoSeok, quería seguir besando al menor, pero entendía bien porque no debían seguir haciéndolo.

—Lo siento —se disculpaba, apartándose un poco más de TaeHyung, tomando asiento nuevamente en la pequeña mesilla de la tellaza —Yo... Yo no debí besarte, en verdad perdóname, invadi tu espacio sin razón y no fue correcto.

—Esta bien —pausaba el menor, sacando un pañuelo del bolso delantero de su zaco color negro —De no haberlo hecho tú, lo habría hecho yo —confesaba distraídamente.

—¡¿En serio?! —preguntaba crédulo y mirando totalmente sorprendido al hombre frente a él.

—¿Lo dije o lo pensé? —preguntaba totalmente confundido y mirando a HoSeok.

—Lo dijiste pero que lo dijeras significa que lo pensaste —aclaraba risueñamente y acomodándose tranquilamente en su lugar, presionando a su vez delicadamente uno de los tantos botones que tenía el teléfono de la terraza —Señorita Park, podría traer un jugo de naranja y... —callaba, mientras esperaba una respuesta del pelinegro.

—¿Una copa de vino? —respondía inseguro.

—Y una copa de nuestro mejor vino, por favor —completaba muy sonrientemente —¿Que clase de vinos te gustan? —interpelaba, para deshacer un poco aquél ambiente un tanto tenso entre ambos sobre aquella terraza que comenzaba a enfriarse.

—No probaste el vino que YoonGi y yo tomábamos anoche, ¿cierto?

Sin pensarlo demasiado TaeHyung tomo asiento un lugar adelante, no porque quisiese estar lejos del pelinegro, o no, sino que más bien, quería mantener sus impulsos controlados y el estar algo lejos del mismo, le permitiría mirarlo y conversar seriamente.

—No, no lo tomé, pero creo que ese es tu favorito.

Divertido asintió —Si, es mi vino favorito pero, ¿cómo lo sabes?

—Tú mirada, tú mirada al probarlo era de total y completo gusto.

—Eres bueno leyendo rostros.

—Solo cuando esa persona realmente me interesa.

Nervioso pero sobre todo ansioso cambio de tema —¿Puedo hacerte una pregunta?

—Si vas a preguntar si me gustas, la respuesta es sí, siento una atracción por ti, desde que te ví, todo de ti me encantó, incluyendo este precioso lunar sobre tu nariz.

Una corriente eléctrica recorrió cada espacio, cada lugar en el cuerpo de TaeHyung, inclusive por dentro y es que no podía ser para menos, nadie, nunca le había sido tan tremendamente atrevido al cortejarlo.

Las mejillas del menor se sonrojaron eufóricamente, permitiéndole saber que lo que habían dicho de él le había gustado en absoluto, de la misma manera en que las palmas de sus manos se comenzaron a resbalar entre sí.

—N-no, no iba a pr-preguntar eso.

—Tranquilo lindo, era una simple broma —sonreía dulcemente mientras que por dentro moría de nervios por haber sido tan sincero —Pregunta, lo que quieras.

—¡Ya se me olvidó! —clamaba, rascando la parte trasera de su cabeza, mostrando a su vez una muy pero muy linda sonrisa cuadrada.

Sonrisa que le fue inevitable no notar a HoSeok, además de acariciar con la yema de sus dedos delicadamente sin percatarse de la presencia femenina que los observaban desde la puerta de la terraza.

Con una tos e incomodidad nada fingida, la chica se hizo presenté —¿Puedo pasar señor Jung? —preguntaba muy seriamente.

Alejándose torpe pero muy fugazmente una distancia de un metro se hizo presente entre ambos pelinegros, quiénes de inmediato se sintieron unos total y completos traidores pese a no estar traicionando a nadie.

—Déjalo sobre la mesilla, por favor —pedía removiéndose angustiosamente por la terraza.

—¿Se le ofrece algo más señor? —interrogaba está con cierto desdén, pues ella bien conocía a su esposo.

—No es todo puedes retirarte —agradecía, pidiendo mentalmente está no le mencionara nada de nada a Jin.

Con los bellos de brazos y piernas erizados totalmente por la situación el ruido sonoro y estruendoso del teléfono celular de HoSeok, los hizo saltar sobre su lugar.

—Es Jin —confirmaba lo que ambos ya sabían —Deben haber terminado de conversar.

Sosteniendo con nervios y miedo el celular se apresuró a responder y a simplemente asentir al par de palabras que salían de los labios de Jin, notando el tono de su voz un poco más extraño de lo normal.

Colgando un par de segundos más tarde, TaeHyung se apresuró a preguntar porque la expresión tan desconcertada en su rostro lo que HoSeok no supo que contestar y es que muy probablemente Jin se quedaría pensando durante toda esta noche en las últimas palabras qué le había dicho YoonGi, qué pese a querer saber no iba a indagar pues aquel día si hubiese entrado totalmente en una plática que a él no le competía.

—Vamos, debemos encontrarlos allá abajo —anunciaba congelando la piel del pelinegro a su lado.

—Jin, de verdad espero no haberte aburrido con toda esa plática tan larga sobre mi vida, sobre lo que le pasó a la persona que más amo y que perdí.

—¿Aún lo amas?

—Sí, aún lo amo quizá y más qué hace dos años —confesaba encantando total y completamente al chico de cabellera negra.

—¿Cómo es que un amor así puede ser separado?

—Las circunstancias del destino pero sobre todo la mala intención de las personas es lo que y a pesar de todo, hace un amor como el que mi prometido y yo nos teníamos sea tan fuerte sin importar el paso de los años.

—Ya lo veo —pausaba, mirando el suelo nerviosamente —Hay algo que no pregunte durante toda nuestra conversación por temor a tu respuesta pero tengo que preguntarlo. Y eso es ¿sabes dónde está él en este mismo instante? ¿Sabes dónde estuvo durante todo este tiempo?

—Puede o no sonar muy cursi pero todo este tiempo él estuvo en mi mente y corazón, cada día, cada noche que no pare de pensar en cómo estaría, con quién estaría y como para darte una respuesta aún más certera es que en efecto hace tan solo unos días supe por fin dónde estaba, dándome por completo la razón y seguridad que yo tenía de que él estaba bien, de que él estaba vivo aunque no me recuerde.

—¿Y vas a luchar por él?

—Siempre.

—¿Y que haces aquí, entonces? ¿Porqué no estás con él?

La mente razón y conciencia de YoonGi se nublaron en ese mismo instante en que los ojos de Jin, dejaron de ser brillosos, para mirarlo inseguramente por no estar con aquel a quién decía amar, decidiendo que era el momento perfecto de que el supiera toda la verdad.

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