☾︎ 9 ☾︎
La hora de la junta había llegado, Somin apareció en la oficina para acompañarme. Antes de entrar a la sala abotoné mi saco tal y como hacían en los dramas para verse poderosos.
Todos al verme se levantaron e hicieron una reverencia, mi compañera me indicó donde debía sentarme, ella se quedó parada a un lado de mí.
La junta inició, comenzaron por hablar sobre los costos de ciertos productos, sobre que debían aumentar ya que la producción requería de más presupuesto, todos estuvieron de acuerdo.
Continuaron con el tema de una campaña publicitaria donde utilizarían nuevos modelos, idols sobre todo para llamar la atención. Siguieron con la presentación en diapositivas de una nueva crema, de la cual era el reporte que leí anteriormente, esta buscaba eliminar al cien por ciento las marcas faciales sin dejar rastro y el tipo que creó la idea aseguraba que era todo a base de productos naturales. Me parecía algo imposible e increíble.
El vicepresidente y Somin, quien era mi voz, estuvieron de acuerdo en continuar con un prototipo de esa crema milagrosa, harían pruebas y luego de otra junta acordarían si vale la pena venderla.
Al final de todo, todos se presentaron para que los conociera había gente de nuestra empresa e inversionistas con sus asistentes, a excepción de uno que llamó demasiado mi atención.
—Mi nombre es Kang Seongwoo —hizo una reverencia. —Soy quien se encarga de venir a las juntas en nombre del señor Min Yoongi.
—El señor Min Yoongi es el CEO de Dream entertainment —Agregó Somin. —Normalmente está demasiado ocupado para venir por eso viene Seongwoo en su lugar pero es el inversionista más importante de nuestra empresa, sin el habría muchos problemas por aquí.
—No se preocupen, mi jefe está muy feliz de invertir aquí así que dudo mucho que retire la inversión —sonrió, hizo una reverencia y se despidió.
Ese tal Min Yoongi sonaba ser un gran hombre, lo imaginé como alguien mayor y completamente dedicado a su trabajo, aunque también me imaginaba a un anciano regordete que vivía en una casa llena de lujos y servidumbre, alguien a quien ni siquiera planeaba conocer pues su horario apretado no lo dejaría que tuviésemos contacto.
Cuando todos se retiraron, Somin y yo hicimos lo mismo, vi la hora en mi reloj de muñeca y me percate de que el tiempo había pasado demasiado rápido y mi estómago rugía como un león.
—¿Tienes hambre? —pregunté antes de entrar a la oficina.
—No, pero si tu tienes puedo pedir algo a domicilio o si te parece más cómodo puedes ir a algún restaurante, por el momento no hay pendientes.
—Bueno, me gustaría ir a comer contigo —propuse.
—Tengo que hacer algunas cosas —respondió pausadamente.
—Pero tú misma acabas de decir que no hay pendientes —me reí. —Anda vayamos a comer, te lo pido como tu jefe.
—¿Sabes que eso podría ser abuso de poder?
—Demándame entonces —la reté.
—Bien —alargó la palabra como una niña pequeña. —Pero yo elijo el lugar.
—Lo que desee mi hermosa secretaria —comenzamos a caminar a la par.
—Y deja de llamarme así —replicó molesta.
—Jamás, me encanta llamarte así.
Una semana había pasado desde que comencé a convivir con Jimin, como mi jefe y como mi vecino, era extraño pero empezaba a costumbrarme a su forma de ser, era coqueto, le encantaba bromear pero también aprendía rápidamente sobre lo que tenía que hacer en la empresa incluso daba sus propias opiniones, imaginé que era su lado responsable que salía a la luz para complacer a su padre.
Al presidente Jihoo lo visité una vez en el hospital, le di un informe sobre su hijo y el estaba orgulloso de escuchar que se estaba comportando decentemente, claro que omití las partes donde trataba de ligarme, no iba a darle un motivo al mayor para preocuparse.
Sábado por la tarde terminé mis deberes a tiempo, no había hablado con Seokjin pues me había comentado que tenía trabajo hasta el cuello así que estaba planeando visitarlo en su departamento para darle una sorpresa, le prepararía la cena e intentaría darle un masaje para relajarlo del estrés laboral.
Recogía mis cosas para marcharme cuando tres toquidos a la puerta de mi oficina se hicieron presentes.
—Señorita Jeon —el nuevamente con su sonrisa resplandeciente. —¿Está cansada? ¿Le gustaría ir a tomar un trago?
—Lo siento —me disculpé. —Pero tengo planes con mi novio —su sonrisa se borró y rodó los ojos.
—¿De verdad lo quieres? —se puso serio.
—Jimin, es mi prometido, si no lo quisiera no tendría el anillo puesto —remarqué lo obvio.
—Entonces, debería rendirme contigo —agachó su cabeza. —Pero no quiero.
—Debes rendirte, en primera por que no soy soltera y en segunda porque solo estás buscando qué te haga caso, realmente no estoy segura de cómo es tu manera de pensar o lo que quieres, pero creo que el hecho de rechazarte te hace querer seguir insistiendo y eso no es sano, busca a alguien adecuada para ti.
—¿Y si fueras soltera? ¿Podríamos pasar un rato juntos?
Un rato juntos, eso era lo único que él quería.
—Si fuese soltera me lo pensaría, pero no lo soy —dije en completa seriedad. —Lo veo el lunes, señor presidente.
—Sí... hasta mañana —respondió sin ánimos.
Caminé hasta el elevador, entré en este y seleccioné la planta baja, antes de cerrar las puertas pude ver a Jimin parado en medio del pasillo desvió la mirada y entró en su oficina, me sentía mal pero era algo que tarde o temprano debía ocurrir.
Al salir de la empresa, me dirigí a una tienda de convivencia para comprar lo necesario y preparar la cena.
Al tenerlo todo tomé una línea del autobús y así llegar a la casa de Jin, el transporte no demoró, vivíamos un tanto cerca el uno del otro.
Llegué a su edificio, saludé al guardia, el me miró por un segundo y se puso pálido.
—Señor Cha, ¿se encuentra bien? —pregunté preocupada al ver su repentino cambio de color.
—S-sí... ¿quiere que le avise al señor Kim que está aquí? —noté cómo tragósaliva.
—No, quiero darle una sorpresa —asintió y lo dejé en su lugar, nunca se había comportado así de raro.
Subí por el elevador hasta el segundo piso, y caminé hasta la tercera puerta, sostuve las bolsas de compra con una sola mano para ingresar el código de la puerta pero no funcionó, al parecer había sido cambiado.
Toqué el timbre y esperaba encontrar a un Seokjin con una sonrisa, feliz de verme. Me llevé una sorpresa al ver que no fue el quien me recibió en la entrada, vi a una chica con una bata de baño puesta, tenía el cabello mojado y una sonrisa en el rostro, por un momento creí que me había equivocado de puerta o incluso de piso pero luego de mirar y revisar que efectivamente ese era el departamento de mi novio sentí un ligero golpe en el pecho.
—¿Buscas a mi osito Jinnie? —preguntó la chica.
Estúpido apodo, es ridículo.
—¿Quién eres? —fue lo primero que se me ocurrió preguntar.
—Una amiga —no esperé más, dejé caer las bolsas que contenían alimentos y la hice a un lado para entrar.
Avancé hasta la sala de estar, Jin no estaba ahí ni en su recamara, me estaba sintiendo un poco aliviada hasta que escuché su voz salir del baño.
—Oye Hana —me miró y se quedó paralizado. Él estaba ahí parado delante de mí con solo una toalla enrollada en la cintura, su cuerpo y cabello estaban empapados. —S-somin... Yo te juro que puedo explicar.
—Oppa —la chica cuyo nombre era Hana habló. —Ya dile la verdad, que tú y yo tenemos un tiempo viéndonos.
—No, no es así —comenzó a ponerse nervioso.
Yo por mi parte no sabía que decir, las lágrimas me amenazaban con salir, me acerqué a Jin, quería abofetearlo, gritarle lo idiota que era pero solo pude mirarlo con la mandíbula tensa y los ojos cristalizados, llevé los dedos de mi mano derecha al anillo de mi dedo anular izquierdo, lo acaricié y luego un par de segundos lo retiré.
—No, no, no, no, Somin no hagas esto —su voz comenzaba a temblar. —Tomé su mano y dejé en anillo en su palma.
—Te lo devuelvo porque era de tu madre, de lo contrario lo vendería —una lágrima cayó. —Supongo que al final si encontraste un rostro mejor que combinará con el tuyo.
—Mi amor, Somin, no me hagas esto —lo escuché decir mientras yo salía del departamento, él me alcanzó en el pasillo. —Por favor, no dejes que lo nuestro se arruine.
—No, Jin, tú lo arruinaste —fue la gota que derramó el vaso, las lágrimas recorrieron mis mejillas. —Si ya no me amabas debiste ser sincero, terminar y ser libre de meterte con cualquier zorra que se te cruzara.
—Pero es que yo aún te amo —lo interrumpí.
—Tú no me amas, si lo hicieras no hubieses hecho esto —limpié mis mejillas. —Y no salgas con la excusa de que eres hombre y tienes necesidades porque yo nunca te falte en la cama —el inició a llorar, eso era algo que no esperaba que hiciera, me rogó, me imploró mientras lloraba que no lo dejara, me dolía el pecho, no podía quedarme ahí más tiempo. —No me búsques, a partir de hoy no quiero tener nada que ver contigo.
Me marche rápidamente del edificio con el corazón hecho pedazos, subí al primer taxi que encontré y le pedí que me llevara a un bar cerca de casa, estaba triste y molesta a la vez, decidí hacer algo que nunca antes había hecho, embriagarme y desear que el alcohol me hiciera olvidar por un momento lo que acababa de suceder.
No0o0o0o0o0
Se esperaban esta infedilidad por parte de Jin? 👀
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro