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Avancé por la puerta de abordar hasta llegar al interior del avión, ahí busqué mi asiento para mi suerte me tocó uno junto a la ventana y para mi desgracia alguien más ya estaba sentado a un lado por lo que tenía que pedirle permiso para poder llegar al asiento.
Me acerqué a él, era un chico de tez blanca, cabello rubio y ropa casual pero que gritaba dinero a varios kilómetros de distancia, estaba concentrado en su teléfono
—Buenas tardes, disculpe... —me interrumpió luego de analizarme con la mirada.
—Sí, tráeme un agua embotellada, por favor —respondió regalándome una sonrisa de lado muy coqueta.
—No soy una azafata, ¿podría darme permiso para pasar? Ese es mi asiento —me observó detenidamente y luego sonrió ocultando sus ojos.
—Ah lo siento —no se movió ni un solo centímetro. —Supongo que tendrás que pasar por ese espacio, primor —señaló la corta distancia que había entre sus rodillas y el asiento delantero.
—Gracias por nada entonces —rodé los ojos, sabía la clase de tipo que era él, un completo bueno para nada y seguramente hijo de papá, por ende decidí no crear una discusión innecesaria.
Pase pegándome al respaldo del asiento del frente y dejando un ligero pisotón en el pie del chico a lo que él se quejó.
—Ups lo siento —me disculpé descaradamente.
Por fin había podido sentarme, estaba lista para acomodarme y relajarme un poco pero volví a escuchar la voz de mi vecino de asiento.
—¿Eres de Seúl?
—No —fue rodo lo que dije.
—¿Entonces vas de vacaciones? Yo no iría a una ciudad tan contaminada por vacaciones, me parece una mejor opción la isla de Jeju.
—Disculpe, no quiero ser grosera pero ¿podría guardar silencio?
—Okay no son vacaciones —rió. —Soy muy curioso ¿sabes? No conozco mucho el lugar pero algo me dice que tú sí, tal vez te gustaría ser mi guía turística y después no lo sé, hacemos algo divertido ¿o acaso el tipo que te dio ese anillo se molestaría? —apunto hacia mi anillo de compromiso.
—Eso es cosa que no le incumbe.
Todo el viaje fue lo mismo, hubo un pequeño retaso y ese tipo no se callaba, necesitaba urgentemente ponerle una cinta en la boca, pues la cabeza comenzaba a dolerme, bla bla bla bla era todo lo que escuchaba.
El avión por fin aterrizó, agradecía al cielo porque mi martirio se había terminado. Salí del las instalaciones del aeropuerto y me dispuse a esperar un taxi, extrañamente no había ni uno solo y no me molestaba esperar, no obstante, mi dolor de cabeza volvió cuando aquel chico se plantó a un lado de mí junto a su maleta.
—Alguien vendrá a buscarme, si quieres podemos llevarte —pude haber aceptado y evitar la espera pero él lo hacía con otras intenciones.
—No, gracias —me dispuse a sacar mi teléfono y enviarle un texto a Jin.
Seokjinie ♡
Hay un tipo raro que me estuvo molestando todo el vuelo 🙄
6:45 p.m.
Eres muy bella, seguro que está buscando la manera de coquetearte, solo ignoralo.
6:46 p.m.
¿Quieres que te recoja?
6:46 p.m.
¿Puedes?
6:47 p.m.
Por supuesto, estoy cerca del aeropuerto así que llego en un santiamén.
6:48 p.m.
Puse mi teléfono en el bolso para esperar a mi novio y efectivamente como lo dijo, llegó en un santiamén, se detuvo delante de mí, bajó de su auto, se veía demasiado atractivo vestido de negro, llevaba una camisa, sin saco y eso hacía lucir sus hombros más anchos de lo normal, miró de reojo al chico que esperaba a que lo recogieran cerca de mí.
Jin tomó mi bolso para seguido besarme, se mostró muy posesivo pero me gusto el acto. Cuando separó nuestros labios miró nuevamente al chico y después me tomó de la mano, abrió la puerta del auto y me ayudó a entrar, le dio la vuelta al coche y subió en el piloto, puso la bolsa en el asiento de atrás y se dispuso a conducir.
—Ese chico que estaba ahí, ¿es él quién te molestó?
—Sí, fue demasiado estresante.
—Tranquila, con suerte y no lo volverás a ver.
El camino fue rápido, cuando menos me di cuenta ya estábamos delante del complejo de departamentos donde vivía.
Jin iba a bajar conmigo pero justo antes de apagar el motor su teléfono sonó y la pantalla del vehículo mostró un número de teléfono sin registrar, lo miré esperando a que contestara pero él solo apagó el coche dejando la llamada únicamente en su teléfono y por fin contestó.
—Sí, diga... ¿Él contrato del señor Kim? Sí está en la computadora de mi oficina... ¿Cómo que esta bloqueada?... Sí, sí iré para allá.
—¿Qué pasó? —pregunté al verlo terminar la llamada.
—Era de la oficina, necesitan que vaya —suspiró. —Te veo mañana, ¿si?
—No te preocupes debe ser algo importante —le di un rápido beso en la mejilla, tomé mi bolso y bajé del auto.
Lo vi marcharse y mi corazon sintió un golpe, algo andaba mal y debí darme cuenta de eso en ese momento.
Había entrado en el elevador luego de despedirme de Jin.
Las puertas de aquella caja de metal se estaban cerrando hasta que de pronto una mano las detuvo y ahí pude ver otra vez a ese molesto chico.
—¿Otra vez tú? ¿Enserio? —me quejé al verlo entrar al ascensor y presionar el botón de su piso, el cual realmente no le tomé importancia. —¿Acaso me estás siguiendo?¿Qué eres?¿Un acosador? —lo llené de preguntas con un tono molesto, de verdad estaba muy cansada de él.
—Quisieras —rió. —Vivo en este edificio.
Me límite a rodar los ojos y mantenerme en silencio, cuando él elevador se detuvo en mi piso sujeté mi bolso con fuerza y sin decir una sola palabra salí de este hasta llegar a la puerta de mi departamento.
Estaba ingresando la contraseña de mi hogar, sin embargo, no la concluí ya que sentí la mirada pesada de alguien más a un lado de mí.
—¡Deja de seguirme de una buena vez! —alcé la voz.
—No te estoy siguiendo —volvió a reír sin vergüenza.
—¿No? ¿Esperas que crea que todos nuestros encuentros han sido casualidad? ¿Y sabes qué? Ya me canse de ti... tres malditas horas soportandote en el avión por el retraso que hubo y ahora me sigues hasta mi casa —suspiré cansada. —Estás loco, voy a llamar a la policía —saqué mi móvil y justo antes de marcar el comenzó a ingresar un código en la puerta del departamento de al lado, la cual estaba a escasos centímetros de distancia de la mía.
—¿Y qué les dirás? ¿Qué tu vecino nuevo es muy molesto solo por venir a su casa? —abrió la puerta y me miró con una sonrisa ladina. —Vamos, llámales veremos a quién llaman loca en una situación como esta —entró en el departamento cerrándome la puerta en la cara.
—¡Maldito idiota!¡Más te vale que no hagas ruido muy tarde! —levanté la voz.
—¡Si no quieres ruido entonces deja de gritar, loca histérica! —respondió desde el interior de su casa.
Entré a mi hogar dando un portazo y quejándome del nuevo vecino, estaba esperando no volver a encontrármelo nunca ya que desde la primera palabra que cruzo conmigo en el avión, lo odié.
Por supuesto, no contaba con que el destino me haría la peor jugada de la vida y yo tendría que convivir con ese loco por un largo tiempo.
Holaaaaaaa
Sjjajsa la pobre de Somin no sabe la que le espera xdxd
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