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Cuando llegué a Busan tomé el primer taxi que vi y le pedí que me llevara al hospital donde la tía Misun me había dicho que estaban.
Los minutos me parecían horas, necesitaba saber como estaba Jungkook, él era la persona más importante para mí y si le pasaba algo yo podría morir de la preocupación.
Luego de un largo viaje, el conductor se detuvo, le pagué y agradecí por el transporte. Al bajar del coche caminé rápidamente hasta el interior del hospital y ahí vi a mi tía, se encontraba sentada en la sala de espera con su pierna derecha golpeando una y otra vez el suelo.
Cuando me vio no dudo ni un solo minuto en acercarse a mí y llorar descontroladamente.
—Ya, ya... —le di unas palmadas en la espalda, sabía lo asustada y preocupada que debió estar. —¿Te han dicho algo? —negó.
La llevé nuevamente al asiento para que descansara, esperamos por aproximadamente 10 minutos cuando un doctor salió.
—¿Familiares de Jeon Jungkook? —inmediatamente nos presentamos ante él. —El joven se encuentra bien, no hay de que preocuparse, solo tiene una fractura en la pierna y un esguince en el hombro, con un poco de reposo y siguiendo las indicaciones podrá irse a casa mañana mismo, las dejaré pasar para que lo vean.
Nos llevó hasta las habitaciones donde lo tenían, vimos de reojo por la puerta antes de entrar, el pobre tenía su pierna enyesada y su brazo estaba vendado, un par de raspones también se mostraron en su rostro.
El doctor abrió la puerta y nos dejó pasar para después retirarse, me acerque a él evitando soltar las lágrimas, me alegraba muchísimo de saber que estaba bien.
—Noona —sonrió con su típica sonrisa de conejo. —¿Qué haces aquí?
—¿Cómo que qué hago aquí? Vine a verte, claramente.
—Pero deberías estar trabajando, no quiero que te regañen por mi culpa.
—Este mocoso —lo miré entre cerrando los ojos. —No te preocupes por eso, sabes que tú eres mucho más importante que cualquier trabajo del mundo y si te pasa algo yo quiero ser la primera en estar contigo, dime ¿Cómo te sientes?
—Como si un camión me hubiese pasado por encima —rió y luego se quejó por el dolor.
—Perdóname Jungkook, es mi culpa —mi tía se disculpo.
—No, no, no, tía Misun tú no tienes la culpa de nada, fue ese idiota que se saltó un semáforo en rojo —señaló a la cama de al lado, ambas miramos a la dirección y ahí había un chico con un collarín y un brazo vendado.
—Te digo que llevaba prisa, necesitaba ir rápido —se quejó.
—Rápido te va a llegar pero mi demanda, imbécil —Jungkook habló con un tono molesto. —No importa cuanta prisa tengas, debes respetar las leyes de tránsito —le sacó la lengua.
—Tenga por seguro que sí le va a llegar una demanda —me uní a la conversación, no conocía a esa persona pero ya me caía mal.
Me quedé toda la tarde cuidando de Jungkook, nuestra tía se fue a descansar un poco.
Le pedí a mi pequeño hermano que durmiera y descansara pero en su lugar decidió hablar y hablar como un perico contándome todo lo que había hecho desde que me fui, dedicó su vida a sus estudios en la secundaria, al graduarse ayudó a la tía Misun en el restaurante y sobre todo se divirtió en sus competencias de box, había muchas cosas que me perdí por estar separada de él, tantas cosas que me hubiese gustado presenciar pero al ver como sus ojos brillaban me di cuenta que lo importante fue que lo pasó bien y con eso me bastaba.
—Noona, entonces, ¿cuándo volverás a Seúl? —preguntó con un puchero.
—Cuando te den el alta y me asegure de que vas a reposar tal y como diga el doctor.
—Y si... —parecía dudoso. —¿Mejor me llevas contigo? Todo este tiempo te he extrañado y la verdad me gustaría pasar más tiempo contigo.
—Jungkook —reí con ternura. —¿Tienes 24 años y aun así quieres pasar tiempo con la amargada de tu hermana mayor?
—Solo di que no me quieres en tu casa de Seúl y ya está —se molestó, era como un bebé haciendo berrinches por nada.
—Como crees que no te voy a querer —hice una pausa para tomar su mano. —Hagamos un trato, tu concéntrate en tu recuperación y cuando ya no te duela absolutamente nada te enviaré dinero para que compres un boleto de avión y te quedes una temporada conmigo, ¿está bien?
—¿Solo una temporada?
—No creo que la tía Misun se quiera quedar sola, además sería muy mal agradecido de nuestra parte.
—¿Y si la tía Misun también quiere ir? —cuestionó emocionado.
—De ser así, necesitaríamos hablarlo con ella, por el momento dejemoslo así —asintió rápidamente.
Jungkook era como un niño, le encantaban probar cosas nuevas y se emocionaba por los pequeños detalles, llevarlo conmigo a Seúl sería una gran experiencia para que descubriera que quería hacer con su vida, pues a pesar de haber terminado la secundaria satisfactoriamente aún no estaba seguro de que rumbo tomar.
Dos días pasaron increíblemente rápido, deseaba poder quedarme más tiempo pero tenía que volver al trabajo, sin embargo, el doctor a cargo dijo que la recuperación de Jungkook tomaría cerca de dos meses así que poco después de eso lo tendría conmigo en Seúl.
Estaba en el aeropuerto esperando que nos llamaran para abordar, ya había pasado por la revisión así que tomé asiento en un banco. Un par de minutos después mi teléfono comenzó a sonar, dudé en contestar pues había recordado que no le avisé sobre mi pequeño viaje.
Llamada entrante: Seokjinie ♡
—Cariño, hola —respondí y automáticamente mi rostro mostró una sonrisa.
—¿Cómo esta la mujer más hermosa que mis ojos han visto? —rió ligeramente. —Lo siento por no haber llamado antes, perdí el cargador del móvil y no tuve tiempo de comprar otro hasta ahora que volví a casa.
—No te preocupes, igual estuve algo ocupada, Jungkook tuvo un pequeño accidente así que tuve que venir a Busan.
—Oh ¿se encuentra bien?
—Sí, solo tiene que reposar, lo dejé con la tia y yo estoy apunto de tomar el avion de regreso —suspiré. —¿Cómo fue tu viaje de negocios?
—Excelente, bueno sin contar el cargador extraviado, cerramos un trato así que me darán una bonificacion y con eso te llevaré a cenar, ¿estarás libre mañana? Quisiera verte hoy pero no quiero abrumarte debes estar muy cansada.
—Jamás podrías abrumarme pero mañana me parece perfecto —escuché el llamado de que podíamos abordar. —Tengo que irme, te veo mañana.
—Sí, cuídate y Somin... —se detuvo un segundo. —Te amo, por favor nunca dudes de mi amor por ti.
—Lo sé, yo tambien te amo Jin.
Al colgar la llamada de la nada me inundaron las ganas de querer llorar, no sabía lo que significaba, quizá era un presentimiento, solo pude mirar el anillo en mi dedo y pensar que todo estaría bien.
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