
☾︎ 26 ☾︎
Antes de volver al edificio Jungkook le pidió a Jimin que lo llevara al club de Boxeo del que había hablado y ahí se quedó, volvería a casa más tarde.
Jimin y yo decidimos terminar el día en su departamento viendo una película. Estar a solas con él me daba demasiada tranquilidad y más cuando él solo se dedicaba a abrazarme mientras acariciaba mi cabeza, recostarme sobre su pecho era demasiado cómodo tanto que a mitad de la pelicula el sueño se hacía presente y mis ojos poco a poco se iban cerrando.
Cuando desperté me di cuenta que estaba sola en el sofá, me levanté para buscar a mi pareja en alguna de las habitaciones sin éxito, él no se encontraba ahí, lo llame una y otra vez pero me enviaba directamente al buzón, 10 minutos después recibí un mensaje de su parte.
Dolor de cabeza, Park.
Salí a comprar la cena, volveré pronto.
9:23 p.m.
Me parecía muy extraño que no contestara las llamadas pero que sí enviara un mensaje, aún así decidí sentarme en la sala para esperarlo.
Más tarde escuché la puerta abrirse y me asomé para verificar si era Jimin y por suerte sí era él, quitó sus zapatos en la entrada y fue directamente a la cocina, tenía su cabeza agachada.
Me levanté y avancé hasta él, había una bolsa de pollo frito sobre la barra, él se encontraba recargado sobre el lavabo dándome la espalda.
—¿Estás bien? —me acerqué a él, evitó el contacto visual.
—Sí... —me dio la espalda. —Si quieres puedes empezar a cenar, iré al baño a ducharme —se aclaró la garganta, su voz se escuchaba diferente. Algo le sucedía y yo no iba a dejarlo pasar.
—Jimin... —lo tomé de la muñeca y noté que le dolió. Sin pensármelo dos veces me puse delante de él para mirarlo, tenía un par de golpes en el rostro, su labio inferior y nariz estaban sangrando. —Por dios, ¿qué te pasó?
—Quisieron asaltarme —algo me decía que estaba mintiendo.
—Ven, siéntate —lo llevé hasta la sala, tomó asiento, yo me dirigí al baño para tomar el botiquín de emergencias y al tenerlo volví con él para curarlo. —¿De verdad te asaltaron? —cuestioné mientras sacaba un par de algodones.
—Sí... —tragó saliva.
—No sé porqué no te creo —no me dejó curarlo, solo se acercó a mí, me abrazó de la cintura y hundió su rostro en mi pecho, yo lo rodee de los hombros para darle una palmada.
—Lo siento —susurró. —No quería que te preocuparas pero no puedo mentirte. Me encontré a Seokjin en la entrada del edificio, él quería subir para hablar contigo y yo... yo solo quería detenerlo porque tenía miedo de que te hiciera daño como la última vez, cuando vio que no lo dejaría pasar me golpeó y como puedes ver no me dejé, peleamos hasta que el portero nos detuvo, él se marchó y yo me quedé un rato ahí abajo pensando que decirte para justificar esto.
—Perdóname —me sentí mal. —Perdóname por meterte en estos problemas —se separó de mí.
—No te disculpes, tú no tienes la culpa de nada —acarició mis mejillas. —Es ese idiota que aún cree que puede hacer lo que se le venga en gana contigo, de alguna manera tiene que aprender que su relación se acabó.
—Lo sé, pero mira nada más cómo te dejó —rió ligeramente y luego se quejó del dolor.
—Hubieses visto cómo lo dejé yo a él —me besó la mejilla. —Quita esa cara —me pidió al ver mi expresión de tristeza. —Anda, dame un besito para curarme.
—A veces eres muy meloso —besé con cuidado sus labios.
—Sí, un poco —me regresó el beso. —¿Ves? Ya me siento mejor.
—Ahora más te vale que te dejes curar de manera correcta o la herida podría infectarse —volví a tomar el algodón, lo llené de desinfectante para pasarlo por su labio lastimado.
—¡Auch! —se hizo para atrás.
—Quédate quieto —lo regañé.
—¿Cómo puedo quedarme quieto si eso arde? Es mi sistema de defensa —volvió a alejarse.
—Si no te estas quieto no habrá frutifantastico hoy —y eso fue suficiente para que se convirtiera en una estatua.
Se mantuvo inmóvil mientras yo lo curaba, claro, no podía evitar hacer muecas de dolor, cerraba sus ojos con fuerza esperando que terminará pronto, por lo tanto trate de hacerlo lo más rápido posible.
Al revisar su muñeca, noté que tenía un moretón, fui rápidamente a mi casa y tomé el ungüento para el dolor de Jungkook, sabía que eso le serviría. Coloqué un poco de crema en el área afectada y luego le puse una venda.
Al haber curado todas y cada una de sus heridas nos dirigimos a la cocina para cenar, Jimin aún se veía muy inquieto, podía ver fácilmente lo mucho que le preocupaba que Jin se acercara al igual que a mí, si él estaba en el edificio significaba que la orden de alejamiento le importó un comino.
Cuando ambos terminamos de comer, Park comentó que quería ducharse y yo solo le pedí que no mojara el vendaje al hacerlo.
Mientras él hacía lo suyo, yo me dispuse a lavar los platos sucios y cuando los dejé relucientes me encaminé a la habitación de mi novio, acomodé su cama para que estuviera cómodo.
Más tarde Jimin salió de la ducha, entró a su habitación con una toalla envuelta en la cintura, su cabello estaba mojado y las gotas de agua recorrían su cuello hasta bajar lentamente por su pecho, se encaminaban por su abdomen y desaparecían por completo en el borde de la toalla.
—No sabía que me estabas esperando aquí —rió nerviosamente, como si verlo con el torso desnudo fuera nuevo.
—Y-yo... amm... e-estaba acomodando la cama —tartamudeé, se acercó a mí.
—Es curioso sabes... —se pego tanto a mí que podía sentir como su cuerpo mojado empapaba mi ropa.
—El qué...
—El que ambos aún nos ponemos nerviosos con estas cosas aunque conocemos perfectamente el cuerpo del otro, se muy bien que me haz visto desnudo de pies a cabeza pero estar frente a ti de esta manera me causa timidez —sentí mi cara arder. —Por eso tengo que pegarte tanto a mí para desviar tu mirada de mí y hacer que te concentres únicamente en mi rostro.
—Eres un egoísta —susurré. —¿Qué te hace pensar que no quiero verte? Verte de esta manera es algo de lo que quiero disfrutar y si tú me lo impides... solo me dejas con las ganas de admirar lo hermoso y perfecto que eres.
—¿Entonces dices que te gusto así? —asentí.
—Me gustas de todas las maneras posibles, me gusta tu cuerpo, me gusta como lo haces en la cama o en cualquier otro lugar, amo tu personalidad tan ligera y divertida, me encanta saber que me quieres y que te importo realmente, me gustas por el simple hecho de ser tú.
—¿Sabes que es lo que más me agradó de lo que dijiste? —rió con ternura. —Que no mencionaste el dinero y creo que eso fue una de las cosas que me hizo enamorarme de ti, no te interesa mi posición social, realmente yo no tendría nada si no fuera por mi papá.
—No soy una interesada, Jimin —acaricié su mejilla. —Incluso si tuviéramos que vivir debajo de un puente yo estaría satisfecha porque estaría contigo —me abrazó.
—Y gracias por eso —me besó la frente.
—¿Sabes en qué sí estoy interesada? —se separó ligeramente para mirarme. —En verte más detalladamente con esa toalla en la cintura.
—Aaah... —alargó con una risa. —Pervertidaaa.
—Vamos, sé mi modelo de toallas de baño —rogué.
—Bien, bien, solo porque me gusta consentirte —se separó de mí.
Comenzó a simular que era un modelo y de verdad que parecía uno, toda su figura era espectacular, él podría triunfar en el mundo artístico si así lo quisiera.
Al volver nuevamente conmigo, me abrazó y escondió su rostro en mi cuello.
—Esto es demasiado vergonzoso —podía sentir su vergüenza con el tono de su voz.
—Ya lo disfruté, ya puedes ir a cambiarte —me burlé.
—Gracias, pronto verás mi venganza —rió, tomó ropa de su armario y antes de salir de la habitación regresó su vista a mí. —¿Puedes quedarte a dormir aquí? —Asentí en confirmación. —No es necesario que vayas por un pijama, sabes que puedes tomar lo que quieras de mi armario —salió de la habitación.
Decidí hacer caso a su petición por lo que tomé una playera y un pants cómodos, amaba el olor que desprendía su ropa, era totalmente a él. Minutos después Jimin volvió ya cambiado, su cabello aún estaba mojado y él intentaba secarlo con la toalla y una sola mano.
—Ven aquí —lo senté en su cama, yo subí a esta misma y me puse detrás de él, le quité la toalla y comencé a secar su cabello, ahí me dincuenta que su tinte rubio dejaba de parecer natural ya que sus raíces empezaban a notarse. —Me gusta mucho tu cabello.
—¿Que hay del color? Estoy pensando en volver al castaño.
—El tinte o la decoloración debe maltratarlo demasiado, me gusta como se te ve este tono pero aún así cualquier otro color te lucirá bien —hizo un sonido nasal en confirmación.
Terminé de secar su cabellera, quedó un poco alborotado por lo que tomé su cepillo y lo acomodé.
—Listo —me dejé caer en la cama, Jimin se puso a mi lado y se acurrucó.
—Quería quedarme despierto a hacer travesuras pero... —bostezó. —Creo que me quedé sin energía.
—No te preocupes por eso, descansa —lo abracé.
Al poco rato, ambos nos quedamos profundamente dormidos, abrazados uno del otro, jamás en toda mi vida había dormido tan bien y deseaba con toda mi alma que no fuese la última vez.
Les está gustando? 👀
Agárrense porque viene el dramita ajio ajio ajio
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