—¿Acaso no te atraigo?

—Nos vemos mañana.

Ella no había negado mi pregunta, simplemente la evitó, cosa que era una buena señal, no podía parar de pensar en eso y en el hecho de que tardó en separarse de mí cuando estuve a punto de besarla. Mi plan de tenerla poco a poco se iba completando.

La semana pasó relativamente rápido, al principio creí que el trabajo de presidente sería más difícil pero no tenía demasiado que hacer, Somin se encargaba de las cosas pesadas y se lo agradecía ya que yo no era de ayuda.

Los últimos días estuvo demasiado ocupada que ni siquiera pudimos comer juntos, cuando el trabajo terminaba me ofrecía a llevarla a casa pero se negaba diciendo que no sería bien visto que el presidente llevara a su secretaria, era una ridiculez que ya éramos vecinos.

El fin de semana intenté invitarla al parque de diversiones, pero solo pudimos salir a cenar ya que dijo algo sobre que tenía que hablar con su familia.

Cuando volvimos a casa intenté nuevamente atraerla a mí pero mi racha de fracasos estaba otra vez detrás mía, no sabía qué tanto le preocupaba, no era nada del otro mundo y si su novio podía hacerlo estando en la relación, me preguntaba porque ella se negaba estando soltera.

Miercoles por la mañana, me preparé como todos los días, traje elegante, perfume muy varonil y mi cabello en perfecto orden.
Estaba listo para ser rechazado por millonésima vez. 

—Buenos días —saludé tocando la puerta de su oficina.

—Buenos días, presidente —sonrió, se veía de buen humor.

—¿Hay algo nuevo hoy? Esa sonrisa no se ve todos los días.

—En realidad sí —apoyó sus codos sobre su escritorio, me senté en la silla frente a ella. —Hoy es día de inspección.

—Y supongo por tu emoción que es algo bueno.

—Así es, en los días de inspección el presidente y yo vamos a los centros comerciales donde hay sucursales de B&H y revisamos que las cosas vayan bien, me gusta ya que podemos interactuar más cercanamente con los clientes.

—Somin, tengo una pregunta —me dejé caer sobre el respaldo de la silla, ella me miró un poco sorprendida pero terminó asintiendo. —En este poco tiempo que he estado aquí viendo cómo te desempeñas, me he preguntado ¿por qué eres la secretaria del presidente?¿No hay un puesto mejor donde te desarrolles de mejor manera?

—Nunca nadie me había preguntado eso, ser la secretaria del presidente no es una tarea sencilla, diría yo que es de los puestos más importantes, pues durante todo el tiempo que he trabajado aquí soy yo quien lleva el horario y control de todo cuando se da una orden, a veces es un poco estresante pero supongo que me he acostumbrado a este ambiente, ser la mano derecha de tu papá ha sido interesante —sonrío. —Además de que la paga es bastante buena.

—Entonces, ¿si te gusta tu trabajo?

—Sí, aunque cuando el presidente se retire no sé si lo conservaré, seguramente alguien más estará al mando y querrá ver una cara distinta a la mía.

—Yo no tendría problema con eso —noté como bufó con una risa al escucharme decir eso.

—Pero tú dijiste que no quieres estar en la presidencia, el presidente Jihoo tendrá que buscar a alguien más.

Era verdad, si yo no me quedaba al frente de la empresa mi padre buscaría a otro para suplirlo y si lo que decía Somin era cierto, ella podría perder su puesto, me sentía realmente mal por eso pero tampoco podía tomar un trabajo tan importante, yo no era el indicado.

Un par de horas más tarde, la puerta de mi oficina fue tocada y luego de pronunciar la palabra "adelante" se abrió, Somin entró indicándome que era la hora de ir a la inspección, así que juntos bajamos hasta el estacionamiento para ir en el auto.

Marcó en el GPS todas las tiendas a las que teníamos que ir y visitamos una por una, yo solo era un espectador, observaba como ella hablaba con los empleados y sobre todo con el encargado, me presentó ante todos y respetuosos saludaron.

Cada vez me parecía que el día se volvía más pesado pero mi compañera se veía llena de energía, incluso se veía como si no hubiese pasado por una ruptura pocos días atrás.

Eran casi las 7:00 p.m. y solo nos faltaba visitar una tienda del centro comercial, subimos por el elevador hasta el cuarto piso y hasta el fondo se encontraba el local al que nos dirigíamos. Era enorme y estaba lleno de productos de belleza de nuestra marca, si alguien que no conociera el sitio mirara la fachada pensaría que todo era realmente costoso pues la elegancia de la decoración sobrepasaba los límites, no obstante, al mirar los precios incluso yo me sorprendí, la mayoría de cosas eran económicas y accesibles.

Vi el producto del que habían hablado en la junta anterior sobre aumentar el costo y efectivente mostraba un letrero de aviso que el precio había aumentado, imaginaba un aumento muy elevado pero solo fueron tres mil wones.

Somin y yo avanzamos hasta el mostrador, ahí solo había una chica atendiendo pues las demás estaban ocupadas.

—Buenas tardes, ¿se encuentra la señorita Choi Jiwoo? —preguntó Somin.

—La gerente tuvo que salir urgentemente, quizá puedan verla hasta mañana —respondió muy apenada.

—No hay problema, solo echaremos un vistazo para ver como estan las cosas.

—Señorita Jeon, escuché que el presidente Park está en el hospital, ¿se encuentra bien?

—Sí, solo necesita un tiempo de reposo, pero se alegrará de saber que preguntan por él, seguiremos trabajando de la misma manera, todo lo que necesiten informar me lo envían a mi correo y haré lo que pueda —la chica asintió.

Somin caminó hasta los pasillos, yo la seguí por detrás, más adelante había un grupo de tres de estudiantes que veían muy dudosas los labiales, al parecer nadie las estaba atendiendo.

Mi acompañante sin dudar se acercó a ellas y les sonrió.

—¿Están buscando algo en específico? —dos de ellas dirigieron su vista a mí y hablaron entre risas diciendo lo guapo que era, la otra se dirigió con Somin.

—Bueno... es que... estaba buscando un labial pero en realidad no sé mucho de maquillaje.

—Veamos, tu tono de piel es muy blanco y tus ojos son negros, eres muy bonita —la alagó. —Creo que un tono durazno te quedaría perfecto —tomó una de las pruebas y con mucha delicadeza pintó los labios de la chica, junto a las pruebas había espejos así que tomó uno y mostró el resultado.

—Wow es demasiado bonito —se emocionó. —Me lo llevaré.

—¡Yo también quiero saber que tono me queda! —las otras dos hablaron con entusiasmo, Somin les sonrió pero antes de poder hacer algo, una voz masculina se unió a la conversación y noté como su sonrisa se borró.

—Disculpa, ¿Podrías ayudarme? —ambos nos giramos, miré a Somin y vi como su mandíbula se tensaba, yo quería golpear a ese tipo, no sabía que tenía el atrevimiento de siquiera dirigirle la palabra luego de lo que causó.

—Jimin, ¿podrías quedarte y ayudarlas con los tonos? —asentí si problemas, aunque seguramente les daría tonos equivocados ya que no sabía de eso.

Ella se marchó junto a ese tipo y yo solo me quedé entre tres estudiantes y un exhibidor de labiales.

Al terminar de atender a las estudiantes, se fueron a pagar los productos, se quejaron sobre que no sabía elegir tonos, pero los aceptaron sólo porque yo era guapo.

Estaba dispuesto a salir de la tienda y encontrarme con Somin cuando de pronto me topé con esa cara que hacia años no veía.

—¿Qué haces aquí Hana? —pregunté con un poco de molestía.

—Vine a comprar un par de cosas con mi pareja —rió. —Bueno, enralidad es un pobre tonto que me compra lo que sea.

—Tan interesada como siempre —suspiré.

—¿Y tú?¿Tu papá te envió de vendedor en tiendas? —se burló.

—Lo creas o no ahora soy el presidente —me reí en su cara.

—Pero dijiste que no querías ser presidente.

—Los tiempos cambian, Hana, al igual que las personas. Ahora si me disculpas tengo cosas que hacer, como por ejemplo gastar mis millones en una persona que realmente valga la pena —exageré un poco para darle su merecido.

Agárrense que el próximo capítulo va a estar bien bueno 👀