xxxiv
Ahí estaban, sentados en el gran sofá de la sala de estar, jamás habían estado en silencío por tanto tiempo.
Ambos saben que están pensando en exactamente lo mismo, están repitiendo el beso que acaban de compartir una y otra vez en sus cabezas.
Jamás habían besado de esa forma a nadie, nunca habían sentido como el suelo temblaba bajo sus pies debido a la intensidad del contacto, pero al mismo tiempo jamás habían experimentado esa paz, ese alivio que los recorrío de pies a cabeza.
Casi como sí supieran que esa frase "Hechos el uno para el otro" aplica en ellos.
—Jungkook...
Jimin lo llama por su nombre con nerviosismo y no lo podía creer ¿En serio estaba nervioso? ¿Él? Justo él que a todas las personas que le llegaron a interesar en su vida, se les acerco con uma sonrisa coqueta en los labios para obtener exactamente lo que quería. Justo él que no sentía vergüenza por absolutamente nada.
Pero ahí esta, Jeon Jungkook, mirándolo con esos ojos oscuros y brillantes desde el otro extremo del sofá, y se siente tímudo, los nervios no lo dejan pensar en que decir a continuación. Realmente era incapaz de calmarse.
—Perdón, hable con Taehyung de como me sentía, y me dijo que sí te dejaba ir me iba a arrepentir toda la vida y solo fuí capaz de darle la razón.
Admite el mayor de ellos mientras toma la cabeza con sus manos y se inclina hacía adelante.
No había pensado antes de actuar, Jimin es alguíen esencial, no sólo para él, también para su hija, y no porque sea el niñero y lo necesita, sí no porque es la primer persona que lo hizo sentir como un ser humano después de esos tres años tan desesperanzadores.
Jungkook se da cuenta de la cagada que se mando al hacer algo así, sin tener la certeza de absolutamente nada. No sabía sí Jimin quería ser besado por él, no sabía nada porque no le dio tiempo para hablar. Simplemente aparecío y lo beso porque sentía que iba a desesperarse sí no lo hacía.
—Hagamos de cuenta que no paso nada, te juro que no se va a repetir. Sí te incomode yo-
Pero Jungkook cierra la boca en cuanto observa a Jimin parándose del sofá para caminar hacía donde se encuentra el sentado.
Se prepara para absolutamente todo, para ser insultado, abofeteado, lo que sea, porque es capaz de entender que no importa lo que él haya sentido al besarlo, Jimin esta en todo su derecho de no haber sentido lo mismo.
Jungkook observa como el niñero se agacha hasta quedar de cuclillas frente a él, siente el aliento abandonándolo en cuanto ve esa sonrisa en sus labios, esos ojos almendrados que lograban sacudirle las ideas están fijos en él.
—¿Y qué pasa sí quiero que se repita?
El hombre es incapaz de ocultar la expresión de impresión que se forma en su rostro, logrando robarle una fuerte carcajada a Jimin.
—Podía jurar que venías a abofetearme, Jimin. No prepare una respuesta para lo que acabas de preguntarme, perdón.
Se disculpa sin tener idea de que responder, Jimin sonríe mientras niega con la cabeza y se levanta para poder ser capaz de sentarse junto a Jungkook quíen observa cada uno de sus movimientos con más atención de la necesaria.
Vuelven a quedarse en un silencío que sólo dura unos segundos, porque empieza a reír a carcajadas mientras que de un rápida movimiento se sienta sobre el regazo de Jungkook a horcajadas, su cintura es inmediatamente atrapada por los brazos de Jungkook que se dirigieron allí por pura inercia.
La verdad es que el pobre Jungkook no esta entendiendo nada, él juraba que Jimin iba a putear hasta a sus ancestros, esta muy confundido justo ahora, es literalmente este:
—¿Qu-qué haces?
Pregunta tartamudeando en el intento causando con una pequeña risita traviesa se escape de los labios de Jimin.
Era increíble tener al niñero sentado de esa forma en sus piernas, su rostro a unos pobres centímetros de distancia, era capaz de sostener esa pequeña cintura atrayéndolo aún más a él.
Realmente todo ese tiempo que paso sin ningún tipo de contacto sexual le estaba pasando factura justo ahora.
—Me parecío buena idea ponerme en esta posición para jugar a las cartas, Jungkook.
—¿Eh?
El cerebro de Jungkook esta haciendo cortocircuíto justo ahora, es por ese motivo que es incapaz de darse cuenta del evidente sarcasmo en la voz de Jimin.
—Olvidalo.
Es lo único que dice el niñero para finalmente acercarse a él y nuevamente unir sus labios, es un contacto que empieza siendo delicado y dulce, pero a los pocos segundos se vuelve intenso y pasional.
Jungkook siente todas las corrientes eléctricas recorriendo su cuerpo para acabar concentradas en su entrepierna que con ese simple contacto empezaba a sentirse ajustada debajo de su pantalón.
Siente todos y cada uno de los músculos de su espalda tensarse bajo el toque delicado pero sensual de las manos de Jimin.
Es apenas un beso un poco subido de tono, pero aún así, jamás en su vida se había sentido tan excitado, siente todo su cuerpo empezando a arder debajo de su traje, la corbata en su cuello empezaba a asfixiarlo, no sabía como reccionar ante esas nuevas senciones, pero no le importa.
Él simplemente se deja llevar por Jimin, quíen parece marcar el ritmo perfecto para arrastrarlo a la bendita locura.
Siente que respira en cuanto advierte que una de las manos del niñero afloja su corbata, para luego abrir los primeros botones de su camisa. Pero esa calma desaparece en cuanto siente el toque de las gélidas yemas de sus dedos entrando en contacto con la piel de su pecho.
Tira su cabeza hacía atrás siendo incapaz de seguirle el ritmo, y eso Jimin lo toma como una hermosa invitación.
Siente las grandes manos de Jungkook apretándo con fuerza la zona de su cintura, en cuanto empieza a dejar besos húmedos en todo su cuello con el único objetivo hacerlo enloquecer por completo.
No puede evitar sonreír con superioridad en medio de sus besos provocativos al escuchar los suspiros y jadeos pesados que escapan de los labios del mayor, quíen se encuentra completamente derrotado debajo suyo.
—¿Y pretendías fingir que nada había pasado?
Esas es la pregunta burlona que el niñero dice justo en su oído hacíendolo sentir como todo un idiota.
Tenía toda la razón ¿Cómo iba a fingir que nada había pasado? Cuando con tan sólo mirarlo se siente caer de rodillas ante él.
Aún es capaz de recordar con claridad la primera vez que vío a Park Jimin, sabía que alguíen nuevo se había mudado a la casa de enfrente, pero no le había dado ni un poco de importancia.
Él siempre estaba ocupado y apresurado, nunca se preocupo por darle la bienvenida ni nada por el estilo, pero es incapaz de olvidar esa vez que vío al chico saliendo de su casa con una expresión de aburrimiento increíble. Recuerda como fue que lo envidío al instante, deseando estar tan desocupado como para aburrirse de esa forma.
"Buenas tardes"
Esas fueron las palabras que le dijo en cuanto sus ojos se encontraron, esa fue la primera vez que vío esos ojos almendrados que enseguida le hicieron pensar que eran hermosos, pero eso había sido todo.
Luego se habían cruzado varias veces más, pero su conversación no pasaba de ese simple saludo que ambos se decían por pura obligación.
Jamás, ni siquiera en sus pensamientos más locos, creyo que iba a acabar con ese chico arrodilándose frente a él con una enorme sonrisa de superioridad en los labios.
🔞🔞🔞
Siente la expectación apoderarse él en cuanto las expertas manos de Jimin empiezan a deshacerse de su pantalón lentamente.
Observa claramente como el chico juega con el elástico de sus boxers por el simple hecho de que le encanta verlo sufrir, pero es incapaz de detener un gemido ronco que se escapa de lo profundo de su garganta, en cuanto su erección es liberada y siente el aliento caliente de Jimin sobre él.
Aprieta sus manos con fuerza sobre el sofá, sabe que no va a durar mucho, lo tiene muy en claro, pero sí Jimin lo sigue mirando de esa forma...se va a correr incluso antes de ser tocado.
Se siente enloquecer en cuanto el niñero se inclina aún más sobre su entrepierna, mientras toma una de sus manos para colocarla justo sobre su cabeza, indicándole que no tiene ningún tipo de problema con que lo maneje a su antojo.
Jimin lame sus labios provocando que Jungkook sea incapaz de sacarle los ojos de encima.
Y finalmente, todas las ideas de Jeon Jungkook se fríen por completo en cuanto siente la lengua de Jimin recorriendo su erección desde la base hasta la punta, para crear una pequeña succión allí que lo hace delirar.
No estaba acostumbrado a ser provocado de esa forma, jamás había tenido tanto "juego previo", por llamarlo de una manera, nunca habían jugado con él de esa manera, pero le encantaba, esa sensación de ser tentado, saber que estaban a punto de devorarlo pero no saber exactamente cuando.
Pero ese momento llega sin ningún tipo de aviso, Jimin introduce todo el miembro en su boca, abultando sus mejillas para ser capaz de tomarlo por completo, para luego sacarlo lentamente, creando un sonido lascivo entre la fricción de sus labios.
Jungkook es incapaz de formar ideas o palabras coherentes en su cabeza, solo se escapan jadeos y gemidos graves de su garganta, mientras observa como Jimin lo mira fijamente, no aparta la mirada ni por un segundo, esos ojos almendrados lo miran con intensidad.
Y el ver eso, a Park Jimin arrodillado frente a él, con esos labios tan pecaminosos que tiene rodeando toda su erección, lograba sumirlo en el placer.
Un placer que jamás en su vida hacía sido capaz de sentir, nada si quiera se le puede llegar a comparar, se siente temblar integramente, desde la punta de sus pies hasta el último cabello de su cabeza.
Trata de aguantar, pero cuando Jimin vuelve a succionar su glande haciendo círculos alrededor con su lengua es que es un reto completamente pérdido.
Llega al orgasmo más intenso de toda su vida en el interior de esos labios que reciben todo sin siquiera inmutarse.
Jungkook se siente aturdido mientras observa como el niñero parece tragarlo todo, para luego limpiarse los labios delicadamente mientras vuelve a sentarse en sus piernas con cuidado.
—¿Estas bien?
Pregunta con evidente burla causando que Jungkook ría debilmente.
—Creo que se me bajo la presión.
Esas palabras causan que Jimin ría a carcajadas mientras siente los brazos de Jungkook envolvíendose en su cintura.
—No quiero que te equivoques, Jimin. Me encanto, te juro que jamás había sentido tanto placer...
El niñero se queda mudo ante esas palabras ¿Acaso lo estaba rechazando? No puede creerlo, observa los ojitos de cachorrito de Jungkook, pero el hombre lejos de estar rechazándolo parece estar a punto de romper a llorar.
—...pero sí esto es sólo sexo para vos, entonces tengo que decirte que es la primera y última vez que va a suceder algo así entre nosotros...
Si, Jungkook es capaz de entender que apenas había iniciado la noche, ya tenía asimilado que iban a acabar en la cama del chico, envolviendo al contrario en sus brazos, tratando de fundir sus cuerpos, pero él no puede repetir eso sabiendo exactamente lo que siente.
—...lo que trato de decir es que, me estoy enamorando pérdidamente de vos, Jimin, y no puedo tener este tipo de relación sabiendo que no sentís lo mismo, porque te juro que eso me partiría el alma.
Jimin sonríe ante esas palabras, causando que la emoción se apodere de Jungkook, quíen con solo ver esa hermosa sonrisa es capaz de darse cuenta de que, de todas las formas posibles, sus sentimientos son completamente correspondidos.
—¿Y quíen te dijo a vos que yo no me estaba enamorando, Jungkook?
El mencionado ríe delicadamente ante esas palabras, sabiendo que justo ahora esta mirando a Park Jimin como jamás fue capaz de mirar a nadie, porque estaba reservando esa mirada para él, es capaz de entenderlo, todo el tiempo había sido él.
Es por ese motivo que acaricia su rostro con dulzura y se acerca para besarlo nuevamente, esta vez siendo un contacto mucho más íntimo y dulce, mientras el niñero lo abraza por el cuello estrechamente.
Y nuevamente ese contacto que había iniciado como algo dulce y sin segundas intenciones, se vuelve provocativo y sensual.
Jungkook siente su entrepierna despertando nuevamente bajo los sugerentes movimientos pélvicos de Jimin, no ve la hora de tenerlo desnudo debajo suyo pidíendo por más.
Pero todos esos pensamientos pecaminosos son arrojados a la basura en cuanto ambos escuchan el sónido del timbre resonando en toda la casa.
—¿Quíen mierda es?
Pregunta Jungkook observando que Jimin no parece tener intención alguna de quitarse de encima suyo.
—Todo en orden, sí fuesen mis amigos ya habrían entrado, que piensen que no hay nadie.
Esas son las palabras que dice el dueño de la casa, para volver a atacar los labios de Jungkook.
Estaba caliente, muy caliente, no veía la hora de desnudar a ese hombre que le quitaba el aliento cada vez que lo miraba, quería sentirlo dentro suyo, quería que lo embista con todas sus fuerzas, quería ser literalmente destruído por él.
Pero toda esa calentura se le baja de sopetón en cuanto escucha ese llanto que sólo había escuchado una vez.
—¡Byeol!
Grita saltando de las piernas de Jungkook con rapidez.
—¡Jiminnie, somos los padres de Jungkook!
Escucha el grito de su futura suegra causando que sus labios se abran de par en par.
—Dale, idiota, levantate los putos pantalones y arreglate la ropa, yo me voy a ir a limpiar la cara. Abri la puerta.
Ordena Jimin para correr escaleras arriba, mientras Jungkook le hace caso de forma casí automática.
Acomoda su ropa interior, vuelve a colocarse sus pantalones, se acomoda el saco, ordena su pelo, y finalmente camina con rapidez hacía la puerta abríendola en un intento de aparentar estar completamente relajado y calmado.
Eso es lo que se encuentran sus padres que lo escanean de pies a cabezas al instante.
Sus pantalones arrugados, su camisa desacomodada, la corbata colgando debilmente de su cuello que se encontraba con algunas manchas rojizas, su cabellos desordenado, sus labios hinchados...no podían creer lo que veían.
—¿Interrumpimos algo?
Pregunta su madre mientras tiene esta expresión en su rostro:
—No, no, para nada ¿Por qué lo decís?
Pregunta Jungkook observando como Sebyeol llora desconsoladamente en los brazos de su abuelo.
—Es que pareciera que estas...agitado ¿Estuviste haciendo cardio?
Se burla su madre con una sonrisa en el rostro....aaaah Jungkook sabe que fue atrapado en el acto.
—¿Qué paso? ¿Por qué esta llorando así?
Pregunta tomando a su hija en sus brazos, ignorando por completo las palabras de su madre.
—Se largo a llorar en cuanto la subimos al auto para ir a ver la obra, cuando llegamos al lugar le preguntamos sí querís volver con Jimin, dijo que sí y dejo de llorar hasta que tocamos la puerta, como no atendía nadie volvío a llorar.
Explica su padre, que parece tener una expresión amarga en el rostro, ellos amaban a su nieta pero ella parecía no querer pasar tiempo con ellos.
Era la niña de papá, no estaba acostumbrada a estar separada de él, por eso cuando lo estaba se la pasaba llorando o así era hasta que llego Jimin a su vida, Byeol había mejorado en ese aspecto, de hecho hasta ahora nunca había llorado en el Jardín de niños, pero tal vez, hoy simplemente no tenía un buen día.
—¡Papi quero a Jimin! ¡¿Onde esta Jimin?!
Exclama la niña sin dejar de llorar para abrazar a su padre que la envuelve en sus brazos con cariño, tratando de calmarla sin éxito.
Pero entonces Jimin aparece por el pasillo que da a la puerta de su casa, y se acerca preocupado a la niña que seguía llorando desconsoladamente.
Los padres de Jungkook se sorprenden en cuanto el niñero parece estar en perfectas condiciones, asumen que su hijo fue dominado increíblemente y por ese motivo es que se deben esforzar por ahogar una carcajada en sus gargantas.
—Byeol, mi amor ¿Qué paso?
Pregunta el niñero con preocupación, la única vez que la vío llorando así fue cuando él le había dicho que no podía ser su papi, pero ni siquiera en ese momento había llorado tan fuerte.
—¡Jiminnie abazo, nene lindo!
La niña pide un abrazo de forma que a Jimin le causa ruído, enseguida la toma en sus brazos extrañado, últimamente Byeol hablaba y se expresaba mucho mejor, justo ahora parecía volver a ser esa niña que conocío hace unos meses.
—Kook, creo que tiene fiebre.
Afirma Jimin causando que todas las alarmas en la cabeza del padre se disparen enseguida.
—¿Te dule la cabeza, Byeol? ¿Sentís frío?
Pregunta Jimin con calma, observando como la niña se calma en sus brazos, y deja de llorar para mirarlo fijamente con los ojos cristalizados.
La pregunta de Jimin no esta ni cerca de ser respondida, Byeol vomita sobre él causando que el niñero retenga una arcada y aparte su rostro.
—Vamos al hospital.
Pide Jimin causando que Jungkook salga sus pensamientos.
Esta en pánico, su hija ya se había enfermado antes, pero nunca había parecido ser algo tan grave.
—Suban, los llevamos.
Dice el padre de Jungkook, tomando a Jimin de los hombros.
Todos caminan hacía el vehículo de los abuelos de la niña, Jungkook y Jimin se sientan en los asientos traseros del auto, este último con Sebyeol en sus brazos.
—¿Y sí es algo malo? ¿Y sí la tienen que internar?
Jungkook empieza a hacerse esas preguntas mientras observa como su hija sigue llorando y vomitando sobre Jimin como sí hubiese un fin.
—Hijo-
—Jungkook, calmate.
La palabras qur Yeji estaba a punto de ddcir, son completamente interrumpidas por el niñero que habla al mismo tiempo que ella.
—Tenes que tránquilizarte, ella esta asustada y vos tenes que estar calmado para que ella no se asuste aún más ¿Sí?
Pide Jimin causando que Jungkook asienta en silencío.
—Papi me duele panza.
Dice Sebyeol mirando a su padre mientras abraza fuertemente a Jimin.
—Lo se, mi amor, ahora vamos a ir a ver al doctor ¿Sí?
Jungkook trata de calmarla mientras que él siente la desesperación en cada extremo de su cuerpo.
Finalmente llegan al hospital, y tanto Jungkook como Jimin se bajan del vehículo a toda velocidad.
—¡Ayuda, porfavor!
Grita el padre de la niña llamando la atención de varias enfermeras y enfermeros de la sala de urgencia que se acercan a ellos de inmediato.
Le piden a ambos que se acerquen a una de las camillas, cierran las cortinas a su alrededor y casi enseguida aparece un pediatra para revisar a la niña.
—¿Tiene un doctor la niña?
Pregunta el pediatra que se encuentra examinándola con delicadeza.
—Su pediatra se jubilo hace algunas semanas y todavía no conseguí otro.
Responde Jungkook observando como su hija llora sin parar.
—Bien, le puedo decir que no es nada grave, así que porfavor no se preocupe. De todas formas vamos a hacerle todos los chequeos que usted pida. Pero ya tuvimos varios casos como el de ella, hace días, es algo viral, tiene que tomar antibioticos y va a estar bien.
Le asegura el doctor, que ya había atendido a otros niños con los exactamente los mismos síntomas.
—Sí puede avise al Jardín donde va, o a los padres de cualquier niño o niña con el que tuvo contacto, porque muchas veces los sintomas tardan en aparecer, pero sin dudas ella se lo contagio de algún lado.
Jungkook asiente ante esas palabras, observa como el doctor mira a Jimin quíen no aparta los ojos de Sebyeol.
—Te llevaste la peor parte.
Afirma el profesional con una sonrisa, al ver al chico lleno de vómito.
—Un poco si, es la primera vez que me pasa, no se como no vomite yo también.
Bromea Jimin mucho más tránquilo de saber que no es nada grave, el doctor ríe ante esas palabras, y Jungkook los observa antentamente.
—¿Sos el hermano o el tío?
Pregunta el profesional con curiosidad, sonriendo bastante en dirección a Jimin, sonrisa que a Jungkook no le gusta ni siquiera un poco.
Pero no se concentra en eso, se concentra en su hija que estira los brazos en dirección a Jimin pidiendo ser tomada en sus brazos, quíen enseguida obedece para volver a cargarla y volver a ser vomitado encima.
Jimin cierra sus ojos al sentir ese líquido calentito entrando en contacto en su piel, realmente ama mucho a esa niña como para estar soportando todo eso.
—Soy el niñero, y vos, Byeol ¿Me acabas de pedir upa sólo para vomitarme?
Pregunta sin poder creerse que la niña eligío vomitarlo encima nuevamente en vez de vomitar en la cama.
El doctor vuelve a reír mientras muerde sus labios, Jimin no es estúpido, sabe que están coqueteando con él, pero no le interesa ni un poco, osea acaba de enterarse de que Jeon Jungkook, el hombre que lo tiene suspirando hace semanas, esta enamorado de él. Literalmente se pasa por los huevos al pediatra, con respeto, obvio siempre con respeto.
—Vamos, voy a darles la receta para el antibiótico y los dejo ir.
Afirma el doctor abriendo las cortinas que envolvían la cama, salen de allí encontrándose con varios niños llorando al rededor en condiciones bastante parecidas a la de Byeol.
—Por lo menos no soy el único vomitado.
Dice Jimin en un susurro que el doctor llega a escuchar y por ese motivo vuelve a reír, siendo completamente incapaz de notar la mirada asesina de Jungkook sobre él.
Finalmente escribe la receta y se la da a Jungkook quíen la guarda en el bolsillo de su pantalón, mientras con su lengua abuelta una de sus mejillas con molestia.
—Señor...disculpe no se su nombre.
—Jeon Jungkook.
Responde de forma seria y tajante, aaah Jimin puede jurar que sí las miradas mataran, justo ahora la mirada de Jungkook estampo al doctor contra la pared y le rompío la cabeza.
—Señor Jeon, le voy a pedir que pase por la recepción para llenar todos los formularios y presentar el seguro médico de la niña.
Esas palabras del doctor, causan que Jungkook asienta, y camine hacía el mostrador, Jimin intenta seguirlo pero las palabras del doctor detienen sus pasos.
—Disculpame ¿Tu nombre?
Pregunta el atractivo doctor, observando como ese hermoso chico sostiene a la niña contra su pecho logrando que deje de llorar.
—Park Jimin, un placer y gracias por todo.
Agradece de forma respetuosa, para hacer una reverencia en dirección al profesional, y finalmente retomar sus pasos en dirección a Jungkook.
—El costo de la consulta medica sería de un ₩1.500.000.
Esa es la oración que escucha Jimin en cuanto llega a Jungkook, lo ve al hombre sacando su tarjeta de débito con tránquilidad para entregársela a la mujer que lo estaba atendiendo, también lo ve terminando de firmar varios papeles y documentos.
—Muchas gracias.
Dice la joven mientras devuelve la tarjeta a su dueño.
—Papi, quero casa.
Pide Sebyeol logrando llamar la atención de su padre que le sonríe con dulzura.
—Ya vamos, mi amor.
Asegura con una dulce sonrisa en el rostro, para luego mirar a Jimin y notsr que el doctor que los antendío se encuentra a algunos pasos mirándolo con atención.
Ambos empiezan a camimar hacía la salida del lugar en silencío, pero Jimin definitivamente no se esperaba esas palabras de Jungkook.
—Ya te dije que sos mío ¿Verdad?
Pregunta el mayor causando que el niñero lo mire con extrañeza.
—¿Cómo?
En respuesta, Jimin hace esa pregunta completamente sorprendido.
—Sos mío y de Byeol, Jimin. Y no pienso dejarte ir en mi puta vida.
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Buenoo solo este por hoy pq se me hizo SUPER TARDE, son las 3 am acá y hasta q termino de actualizar en twitter se me hacen las 4 y estoy agotada, nos leemos mañana tkm 💛💛💛
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