xvi
Jimin sostenía a la niña mientras ella le daba de comer a una de las jirafas con una brillante sonrisa en el rostro.
Jungkook sacaba cientos de fotos de diferentes ángulos sabiendo perfectamente que no iba a borrar ni una, ni siquiera las que salieran borrosas.
Se trataba de esos días en los que simplemente todo se siente perfecto.
Pasaron todo el día con sonrisas en los rostros, hablando y jugando con Byeol que corría como podía de un lado a otro completamente emocionada.
Jungkook sabia que todo eso era gracias a Jimin.
Desde que ese chico entro en su vida todo había dado un giro, todo había cambiado y no esta exagerando.
Podía trabajar enfocado y siendo eficiente debido a que sabía perfectamente que su hija estaba pasándola bien en la casa de Jimin.
Podía conducir a su casa con una sonrisa en el rostro al saber que lo esperaba su hija con una sonrisa en el rostro y no llorando.
Incluso a veces, cuando se le hacía demasiado tarde, Jimin hasta tenía el detalle de esperarlo con la cena hecha para que no tenga que cocinarse y acostarse muy tarde.
Venía durmiendo como una persona normal, incluso había días en los que podía darse el lujo de dormir más de ocho horas de corrido.
Jungkook no sabía que es lo que Sebyeol hacía en la casa de Jimin, seguramente jugar mucho, porque a la noche la niña todo lo que hacía era dormir y dormir y seguir durmiendo.
Incluso las veces que lloraba con Jungkook era muy pocas, porque gracias a los juegos que Jimin le dijo, se la pasaban jugando ellos también.
Y no solo eso, Jungkook tenía demasiado miedo por el futuro de Sebyeol, sobre como resultaría todo al criarla el sólo, pero lo ve a Jimin, quien perdió a su padre y madre de pequeño y solo fue criado por su abuelo, es una persona maravillosa, amable, graciosa, inteligente. Sí Sebyeol al crecer llega a parecerse al chico, entonces Jungkook va a saber que hizo un muy buen trabajo.
Se encontraban comiendo en uno de los tantos puestos de comida del Zoologico, habían elegido ese específicamente porque tenía una zona donde eran todas mini mesitas para que todos los niños puedan sentarse juntos.
Jungkook quería que Byeol empiece a relacionarse más con niños de su edad porque se acercaba el día de empezar el Jardín de Infantes y quería hacer de ese proceso lo menos estresante posible para su hija.
Ni Jungkook ni Jimin son idiotas, habían visto las miradas curiosas y otras un tanto acidas de las personas a su alrededor, algunos seguro pensando que se trata de una pareja homosexual, otros tal vez creyendo que son amigos, pero nada de esos les importaba.
Ellos habían ido a pasarla bien y ninguna mirada de nadie les iba a arruinar el día.
Pero entonces sucede, Jungkook escucha esas palabras dirigidas a su hija causando que su sangre se hiele del terror.
Son palabras dichas por un niño de más o menos la misma edad de Byeol, palabras dichas desde la inocencia, pero Jungkook aún así siente pánico.
—¿Y tu mami no eta?
Pregunta ese niño que se encontraba comiendo junto a Sebyeol, en una de las mini mesas que estaba justo al lado de la mesa donde ellos se encontraban.
Jimin observa el rostro pálido de Jungkook, el como esa pregunta le afecto más a él que Sebyeol, por ese motivo es que palmea su brazo y le sonríe tratando de transmitirle tranquilidad.
Sebyeol lejos de estar triste, esta contenta de saber donde esta su madre, con quienes esta, y que dentro de mucho tiempo ella también va a ir ahí a jugar.
—Mi mami eta en cielo con papi y mami de Jimin.
Responde la niña con una sonrisa en el rostro para seguir comiendo con tranquilidad, dándole nada de importancia a la pregunta del niño, quien ahora se encuentra mirando el cielo como sí buscara algo.
—¿Tu mami eta en el cielo? Mi abuelita tamben.
Pronuncia la niña sentada frente a Byeol con emoción logrando llamar su atención.
—¡Etan juando juntitas!
Afirma Sebyeol contenta logrando que la otra nena aplauda entusiasmada.
Y nuevamente Jungkook y Jimin notan esas mirada sobre ellos, pero esta vez son miradas de lástima, todos los adultos tenían un oído en la conversación de los niños.
—Jamás voy a poder agradecerte lo que hiciste por Byeol, Jimin.
Jungkook dice esas palabras bajando el tono de su voz para que nadie más que el mencionado sea capaz de escucharlas.
—No hice nada.
Afirma Jimin con una sonrisa mientras lleva una papa frita a sus labios.
—Sí Sebyeol esta ahí sentada, hablando de su mamá y sonriendo con los otros nenes, es gracias a vos, Jimin. Gracias a que te tomaste el tiempo de decirle la verdad de la forma más linda que escuche en mi vida.
Admite Jungkook causando que los ojos del niñero se fijen en él.
Eso es lo que ve el padre de Sebyeol, ve una de las sonrisas más lindas que vio en su vida, una de esas sonrisas en las que hasta los ojos parecen sonreír.
En ese momento sabe lo afortunado que fue de que Jimin decida mudarse justo en frente de su casa, sabe que la suerte estuvo a su favor cuando dejo a la niña a su cuidado sin siquiera saber su nombre. Y si, se sigue odiando y culpando por haber hecho una locura como esa, pero sabe que sí el tiempo volviera atrás lo volvería a hacer.
Porque entiende que Jimin llego a su vida para cambiarla para mejor.
—Hice lo que hice porque yo también estuve en el lugar de Sebyeol preguntando por mis padres, Kook. Simplemente le dije lo que me a mi me habría gustado escuchar. Le dije palabras que sabía perfectamente que iban a funcionar como un consuelo.
Jimin se pregunta si decir sus siguientes palabras o no, pero en un instante decide simplemente ser honesto.
—No te voy a mentir, Jungkook, Byeol va a sentir la ausencia de su madre. Yo sentí la ausencia de mis padres a pesar de que mi abuelo me cuido y me amo con todo su corazón. Ese es un lugar que no se puede reemplazar, simplemente no de puede. Pero escuchar las palabras adecuadas ayuda a llenar ese vacío.
Jungkook asiente con una sonrisa triste en el rostro, si, el es más que consciente de eso, sabe que el vacio que dejo Hyori nunca va a ser llenado por nadie. Pero también sabe que Byeol tiene muchas personas que la aman.
—Lo único que me da miedo es que no le alcance con el amor que yo le doy y-
—No.
Jimin interrumpe las palabras del hombre causando que este lo mire confundido.
—No te atrevas a decir que a Byeol le va a faltar amor, cuando ella es literalmente la luz de tus ojos, Jungkook. Si, te vas a equivocar, si, vas a hacer algunas cosas mal ¿Y qué? ¿Acaso nadie se equivoca? El padre o madre perfecto no existe, todos hacen lo que pueden como pueden. Pero, Jungkook, tus aciertos valen mil veces mal que tus errores, la forma en la que cuidas y amas a Byeol es hermosa, así que no digas esas cosas.
Ahí esta de nuevo, Jungkook siente sus ojos llenándose de lágrimas y antes de darse cuenta se encuentra llorando otra vez.
Él, que nunca lloraba adelante de nadie, viene a desarmarse con una facilidad aterradora bajo esa mirada almendrada.
—Gracias, Jimin.
Es capaz de pronunciar escondiendo su rostro para no llamar aún más la atención.
—¡Papi!
Grita Sebyeol corriendo hacía él preocupada.
Jimin es quien la toma en sus brazos para sentarla en sus piernas con delicadeza.
—Papi ¿E paso? ¿Pupa? ¿Onde pupa?
Pregunta Byeol con preocupación, Jungkook limpia las lágrimas de su rostro y observa a su hija con una sonrisa.
Si, observa esa mini personita que el ayudo a crear, sus grandes ojos igualitos a los de el, su pequeña nariz igualita a la de su madre, ese pelo oscuro que sin duda saco de él, al igual que la forma en la que las esquinas de sus ojos se arrugan cuando sonríe, esa personita que ni siquiera conocía y ya amaba con todo su corazón y le hacia preguntarse ¿Cómo es que me entra tanto amor en el cuerpo?
Esa pequeña razón por la cual se levanta cada día, por la cual es fuerte y a pesar de todos los golpes que recibe por parte de la vida, ahí de queda, de pie, por el amor que le tiene a su hija.
Entonces Jungkook mira por un instante a Jimin, observa como los ojos del chico se clavan en su hijs con cariño, el como la sostiene con fuerza pero delicadamente, cuidando cada movimiento de ella. Y lo sabe, es raro, muchos pueden decir que no es así como funciona pero no le importa, ellos tres son una familia.
—Estoy muy feliz, Byeoly.
Y la preocupación de la niña desaparece al instante al ver esa radiante sonrisa en el rostro de su papá, esa sonrisa que era muy diferente a todas las sonrisas que había visto de su parte.
—¡Papi sonríe como Jimin!
Exclamo la niña con felicidad mientras aplaudía con sus dos pequeñas manitos.
Jungkook entiende enseguida las palabras de su hija, intenta decir que finalmente esta sonriendo desde el fondo de su corazón.
—¿Vamos a ver más animalitos?
Propone Jungkook con entusiasmo causando que de inmediato Jimin se pare de su silla y salgan los tres del lugar caminando.
Jungkook lo sabe perfectamente, Jimin es ese alguien que aparecio en su vida para cambiarla por completo de la mejor manera posible.
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BUENOOOOO hasta acá por hoy tkm 💛💛💛💛
Queria avisarles q entre hoy y mañana voy a subir una nueva historia para contarles datos curiosos de todas mis historias por si les interesa 💛
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